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Los grafitos de Iruña-Veleia. Atención, se juzga, toda interpretación que se haga puede ser utilizada en su contra.

Por Idoia Filloy Nieva

Perdonen la broma, aunque realmente no lo es. La idea es llamar la atención sobre un asunto ciertamente serio, como todo lo concerniente a este hallazgo arqueológico. Sobre algo que, aunque muy obvio desde el sentido común, en el caso de Iruña-Veleia, ha sido objeto de una manipulación totalmente intencionada. Corrijo, malintencionada.

Y es que, hay que diferenciar muy bien entre lo que son datos (los restos estructurales, las evidencias materiales, las características de los estratos, su secuencia, su cronología, la existencia de epigrafía con distintos contenidos, textos en latín, en euskera, iconografía cotidiana, iconografía cristiana, …) y lo que son interpretaciones.

 La interpretación

La interpretación «per se» es sólo eso, interpretación y como tal se presentaron las relativas al hallazgo de grafitos excepcionales en el yacimiento, en los distintos puntos del mismo en que aparecieron, con sus diferentes contextos crono-estratigráficos y, lógicamente, con sus distintas propuestas de interpretación. Pero las interpretaciones siempre deben considerarse como tales, para, tras trabajar sobre ellas SIEMPRE en base a los datos, confirmarlas, modificarlas o rebatirlas. Incluso en ese momento seguirán siéndolo, si bien, más asentadas.

La interpretación es por tanto una hipótesis, una propuesta reconstructiva.

Propuesta de reconstrucción
Fachada de la domus del Sector 5
En el caso del recinto 59 del sector 5, propusimos en su día que podíamos estar ante un espacio tipo paedagogium en la fase final de uso de esta estancia, en torno a las segunda mitad del III d.C.,  momento al que correspondía el hallazgo del conjunto más cuantioso de grafitos de carácter excepcional.

 Creo que, ya desde el principio, fuimos muy cautos en la interpretación (y no mezclemos, por favor, la transmisión periodística con lo que realmente se dice en ruedas de prensa, declaraciones, etc.). Vayamos a lo escrito por nosotros:

“Las características y ubicación del recinto, así como el material localizado en él, nos llevaron a proponer, como hipótesis interpretativa que estábamos ante una estancia dedicada a servir de paedagogium. Sin embargo, ésta es sólo una hipótesis de trabajo que habrá de ser confirmada, matizada o contradicha, tras el estudio en profundidad del material gráfico y epigráfico en ella localizado”. http://www.sos-irunaveleia.org/arqueologia:sector5:sector5
Debería ser evidente que tanto ésta como otras interpretaciones no deben lastrar la evaluación de los grafitos. En un principio, nos pareció la mejor explicación del conjunto, pero, como decíamos, será tras el estudio completo del material cuando las hipótesis estén mejor asentadas. En este caso el análisis en profundidad del contenido de los grafitos puede confirmar que un paedagogiumsigue siendo la interpretación más pausible, puede matizar esta propuesta o puede echarla por tierra y cambiarla del todo.
Pero como en el caso del hallazgo de los grafitos excepcionales en Iruña-Veleia todo parece poder tegiversarse por parte de quienes se oponen a su autenticidad con un tesón que parece más un desiderandum que otra cosa, se ha abusado  de forma malintencionada de las interpretaciones de partida hechas por el equipo arqueológico, ridiculizándolas incluso (tres hurras por el debate científico sano!), queriendo hacer subsidiario el dato de la interpretación, en un claro y, perdónenme, ridículo intento de invalidar el dato, lo que me parece que entra ya en otro terreno que nada tiene que ver con la ciencia…. Sobre todo en el caso que nos ocupa….. ¿me equivoco?… no creo.
Espero que estas aparentemente sencillas y obvias ideas, hayan quedado claras para aquellos que, machaca que machaca (hasta aburrir), señalan como “imposibles” los grafitos por no cuadrar –según ellos, claro- en un contexto de paedagogium. Les recomendaría también que se tomaran la molestia de ver qué grafitos aparecieron realmente allí. Y les recordaría que también se localizaron otros, también excepcionales –sea formando conjuntos o de forma aislada- en otros puntos del yacimiento, correspondiendo a otras cronologías y a otro tipo de contextos.

Por tanto, hemos de tener en cuenta que a medida que se va indagando y profundizando más en el contenido del material gráfico, esto es, en los textos y las figuras de los grafitos, proponer otras propuestas interpretativas o matizar las existentes, es el comportamiento científico que hay que tener porque será el que al final nos lleve a un mayor acercamiento a  la hipótesis más plausible de reconstrucción histórica en cada caso.

La interpretación del recinto 59

En la fase final del recinto 59 del sector 5, bajo un estrato de derrumbe consecuencia del colapso de la estructura de todo el ala norte de la domus a la que corresponde este sector (producido en algún  momento de la segunda mitad del siglo III d.C.) apareció, junto a miles de evidencias materiales, un interesantísimo conjunto de grafitos tanto epigráficos como iconográficos de contenido aparentemente heterogéneo: menciones, textos y listados de autores, héroes, dioses o personajes de la Antigüedad, tablas numerales,  nombres y palabras aparentemente comunes, escenas y figuras aparentemente de vida cotidiana, escenas y figuras de carácter religioso tanto del mundo clásico como del cristiano, sentencias y textos de carácter cristiano o del mundo clásico, signos de tipo jeroglífico (pero que no dicen nada y  no muestran un conocimiento de la antigua lengua egipcias), así como una serie de grafitos anodinos. El listado completo de los grafitos localizados en este recinto se puede ver en http://www.sos-irunaveleia.org/arqueologia:arqueologia, tratándose de los correspondientes a la UE 51144, estrato de origen de este material. Son un total de 203, si bien no todos son excepcionales y algunos pueden corresponder al período de uso del soporte, no correspondiendo por tanto a ostraka.

La mayoría de los grafitos del conjunto estaban incisos sobre lo que parecían restos de “basura”, esto es, sobre material ya desechado (y, por tanto, de cronología anterior con un ratio de entre mediados del I y el siglo III d.C. para el material fechable por tipología) y que tuvo una utilización secundaria como soporte de una representación gráfica (en un momento que datamos por estratigrafía justo con anterioridad al colapso estructural de la segunda mitad del III d.C.).
Así, se grabaron fragmentos de recipientes cerámicos de distinto tipo -ya rotos y amortizados-, fragmentos óseos o –en menor medida- huesos completos de fauna (éstos en relación, además, a un tipo muy específico de textos, en concreto los correspondientes a la mención de dioses y monarcas de la Antigüedad egipcia, todos sobre fauna salvaje), una fusaiola (que estaba completa), pesas de telar (unas completas y otras rotas) o fichas de cerámica. NINGÚN GRAFITO SOBRE VIDRIO en este contexto. Luego diré por qué resalto este dato.
Como ya he señalado, el conjunto gráfico da una primera impresión de heterogeneidad en cuanto a contenido, si es que realmente es un conjunto. Impresión que, estoy convencida, irá disminuyendo a medida que investiguemos a fondo sobre él, para acabar mostrando, probablemente, una coherencia que vendrá de la mano de su interpretación más pausible. Y aquí ya empezamos a entrar en el terreno de la interpretación. Sí, ya sé, ya sé que todo lo que se diga puede ser utilizado en nuestra contra. Por eso, advierto de en qué terreno estamos entrando, el de las hipótesis interpretativas. De esas que no pueden invalidar los datos sino que, en todo caso, serán las invalidadas por los datos.

¿Estamos ante un paedagogium?

En principio, dentro del conjunto, hay una serie de grafitos que apuntan a la posibilidad de un contexto de enseñanza. La ubicación y características del recinto favorecerían esta interpretación. Pero… ¿estamos en el marco de un paedagogium al “estilo clásico”?, esto es, el recinto 59, en su fase final ¿tuvo tal uso?
Porque hay un hecho cierto y es que las palabras, las frases grabadas en los grafitos, no plasman un latín clásico como cabría esperar, sino lo que –en la opinión de ya varios expertos y que yo comparto desde el principio- es latín vulgar, esto es, el que estaban hablando en ese momento en esa ciudad. Y eso, aunque constituya un valioso documento del latín vulgar en esa cronología y en esta parte del Imperio, se ha erigido como “alegato” en contra de la existencia de tal paedagogium (que, recordemos, es solo una interpretación) y “por ende” de la propia viabilidad de los grafitos, razonamiento, bajo mi punto de vista, que raya el absurdo. Como he dicho no se puede hacer subsidiario el dato de la interpretación. 

Recientemente, se nos ha proporcionado un nuevo punto de vista para la interpretación de las erratas y deficiencias gramaticales que se aprecian en los grafitos de I-V, dándoles sentido precisamente en un contexto de enseñanza, donde quienes aprenden  comenten fallos para proporcionarnos así, elocuente información de la pronunciación, de la fonética. También se contempla la posibilidad de lecturas diferentes a las dadas. Todo ello en un proceso de investigación de la que no hizo gala la parte de la Comisión que evaluó los grafitos latinos. Y ello recurriendo a algo tan esencial como el contexto humano de origen del material gráfico, a la imaginación y a las ideas nuevas de las que también necesita la investigación.http://euskararenjatorria.net/wp-content/uploads/2012/12/14-Alicia_Satue1.pdf 

Otra cuestión que se ha señalado como rara en el hallazgo veleiense es la de que utilizaran fragmentos de “basura” como soporte de expresión gráfica, en lugar de las tablillas de cera. Este es un argumento que no demuestra otra cosa que esa: que se usó basura para escribir y dibujar, por cierto, como ocurre en otras partes del Imperio,  en que han aparecido también fragmentos de cerámica con un uso secundario como soporte de escritura vinculados, en numerosas ocasiones, a escuelas (como en el caso de Egipto).
También se ha utilizado el argumento sobre lo difícil que resulta de creer que el vidrio fuera utilizado en un contexto de enseñanza puesto que es un material difícil de grabar sobre todo por un niño. Yo no lo sé, supongo que así es. Pero es que, insisto, no se localizaron en este contexto grafitos sobre vidrio por lo tanto ese argumento no solo es inválido sino que demuestra el nulo conocimiento del conjunto localizado en el recinto 59.
Yo sigo pensando por tanto que, por ahora, la explicación más pausible es que estamos ante un contexto de enseñanza. Pero ¿y si no se trata de un paedagogium al estilo clásico sino ante un lugar de enseñanza de otro tipo? ¿Y si en este enseñanza lo que importa es el contenido? ¿Y si estamos ante un paedagogium que funciona como «cobertura»  lícita para disponer de un local para otro tipo de enseñanza que era peligrosa de mostrar públicamente? 

Volvamos a los datos. No podemos olvidar que, entre los grafitos, hay algunos con una clara alusión al cristianismo, tanto a través de iconografía (como el famoso Calvario) como de frases evangélicas o alusiones varias. Pero es que además, guiándonos por este hilo temático, podemos encontrar otros de apariencia vanal que, sin embargo, pueden tener una segunda lectura vinculada al cristianismo, a modo de mensaje oculto legible solo para iniciados. 

Y es que tampoco podemos olvidar el momento cronológico en que la secuencia estratigráfica data los grafitos. En algún momento de la 2ª mitad del siglo III d.C., esto es, entre las persecuciones de Valeriano (hasta el 259 d.C.) y las de Diocleciano (iniciadas en el 303 d.C.). En este período y aunque no conozcamos la repercusión real de estas persecuciones en este ámbito, es poco lógico pensar en un proselitismo público del cristianismo, siendo pausible la existencia de ámbitos domésticos como lugar de reunión (qué mejor que con una apariencia de paedagogium, por ejemplo) y con la utilización de textos e iconografía tanto obvios como, seguramente en mayor medida, con un mensaje oculto detrás de una apariencia vanal????

Si esto fue así o no,  si existió un pedagogo o una especie de «maestro espiritual», o no; o de dónde era éste originario -en su caso-, serán aspectos que constituirán siempre propuestas interpretativas  que, cuando se haya procedido a un estudio a fondo del contenido del material gráfico de esta unidad estratigráfico-cronológica, estarán mejor asentadas. Y estas interpretaciones elaboradas tras una profunda labor de investigación, se soportarán en datos, en documentación y en un razonamiento lógico. Pero aún así, deberán someterse después al oportuno debate científico para que otros investigadores opinen y a su vez, refrenden, maticen o invaliden la propuesta y, en su caso, propongan otra u otras, siempre que se basen en los datos y se razonen adecuadamente.

En definitiva, creo que esa es la manera científica de investigar para ir poco a poco teniendo un más certero acercamiento al conocimiento de nuestro pasado. De eso se trata ¿no? de reconstruir historia y para ello son necesarias propuestas e hipótesis.

Fallece JÜRGEN Untermann

Hola a todos. Comunicaros la tristísima nueva del deceso del gran investigador Untermann. Humilde y siempre servicial, como todos los sabios, deja una obra inmensa, alguna todavía por publicar. Afectado por la emoción me limito a reproducir el correo que José d’Enxarnaçao ha enviado a diversos investigadores. Descanse en paz esta gran persona cuya obra le sobrevivirá largamente.

FALECEU JÜRGEN UNTERMANN

(24-10-1928 / 07-02-2013)

Acaba Javier Velaza de comunicar o falecimento do Prof, Jürgen Untermann.

Que descanse em paz tão incansável lutador!

Independentemente do que, com mais pormenor, se há-de escrever acerca deste

eminente professor e especialista em línguas pré-romanas, importa, desde já, focar que,

para além do seu saber e do seu intenso labor científico, Untermann irradiava em torno

de si, desde o primeiro momento, uma enorme simpatia e sempre teve o condão de

formar discípulos e de fazer interessar muitos pela investigação a que de alma e coração

se dedicou. Era o Amigo, o Professor atento e interrogante, que lançava hipóteses com

uma humildade imensa, na perspectiva de contribuir para o avanço do conhecimento

mas jamais com a pretensão de se apresentar como o ‘depositário único’ desse

conhecimento. Educava para a liberdade crítica, judiciosa e serena.

Um dos seus primeiros trabalhos, no que à Península Ibérica diz respeito –

aliás, constituiu a Hispânia o seu território de eleição – foi Elementos de un Atlas

Antroponímico de la Hispania Antigua (Madrid, 1965), ainda hoje citado como obra

de referência, pois que, embora se tenham multiplicado muito os testemunhos dos

antropónimos aí tratados, o certo é que as conclusões retiradas já nesse longínquo 1965

em relação, por exemplo, às influências detectadas com vista à determinação de áreas

linguísticas permanecem válidas.

Foi um dos grandes motores dos colóquios sobre línguas e culturas paleo-

hispânicas, a cuja comissão coordenadora, de cariz internacional, presidiu durante

longos anos e só a pouca disponibilidade para fazer viagens é que o impossibilitou

de estar fisicamente presente no XI Coloquio Internacional de Lenguas y Culturas

Prerromanas de la Península Ibérica, que se realizou em Valência, de 24 a 27 de

Outubro, p. p.

Vai no final desta nota, escrita – que se me perdoe – ‘a quente’, fortemente

emocionado, como se imagina, pela partida de um Amigo do peito, uma breve lista

dos seus trabalhos. Seja-me permitido, no entanto, realçar a importância que teve a

sua obra monumental (assim a designo não por causa do título, mas porque é mesmo

monumental, os Monumenta Linguarum Hispanicarum, publicados em Wiesbaden, o I

volume em 1975 e o IV (e último), em 1997 (Band IV. Die tartessischen. keltiberischen

und lusitanischen Inschriften).

Tivemos, em 1993, já lá vão dez anos, a oportunidade de o homenagear, com

o volume «Novedades y correciones en la teonimia galaica. Studia paleohispanica et

indogermanica J. Untermann ab amicis hispanicis oblata», publicado em Barcelona.

Mas não há dúvida que a nossa maior homenagem será, para os crentes, elevar por ele

uma prece; e, para todos, saber colher o exemplo da sua abnegada vida.

José d’Encarnação

Alguns títulos de J. Untermann

1961 – Zum Namen von Munigua. Madrider Mitteilungen. 2, p. 107-117.
1962 – Sprachräume und Sprachbewegungen im vorrömischen Hispanien. Wiesbaden.
(«Áreas e movimentos linguísticos na Hispânia pré-romana». Revista de Guimarães. 72,
p. 5-41).
1962 – Personennamen als Sprachquelle im vörromischen Hispanien. II Fachtagung für
indogermanische und allgemeine Sprachwissenschaft. Innsbruck. p
1963 – Recensão a TOVAR 1961. Indogermanische Forschungen. 68, p . 317-25.
1967 – recensão a Michael Koch, Tarschisch und Hispanien. BzNF. 2(1), p. 222-225.
1976 – Pompaelo. Beiträge zu Namenforschung. Neue Folge, 11, p. 121-35.
1980 – Namenkundliche Anmerkungen zu lateinhischen Inschriften aus Kantabrien.
Beiträge zu Namenforschung. Neue Folge. 15, p. 367-92.
1981 – La varietà linguistica nell’Iberia romana.
. 3, p. 15-35.
1983 – Die Keltiberer und das Keltiberische. Problemi di Lingua e di Cultura nel
Campo Indoeuropeo (E. CAMPANILE ed.). Pisa, p. 109-28.
1985 – Los teónimos de la región lusitano-gallega como fuente de las lenguas indígenas.
Actas del III Coloquio sobre Lenguas y Culturas Paleohispánicas (Lisboa 1980).
Salamanca. 1985, p. 343-63.
1985 – Lenguas y unidades políticas del suroeste hispánico en época prerromana. De
Tartessos a Cervantes. Köln-Wien, p. 1-40.
1987 – Lusitanisch. Keltiberisch. Keltisch. Actas del IV Coloquio sobre Lenguas y
Culturas Paleohispánicas (Vitoria. Maio 1985). Vitoria/Gasteiz, p. 57-76.
1988 – Zur Morphologie der lusitanischen Götternamen. Homenagem a Joseph M. Piel
por ocasião do seu 85.º aniversário. Tubingen, p. 123-138.
1989 – arganto) – ‘Silber’ in Keltiberischen (mit einem Beitrag von Walter Bayer).
Indogermanica Europaea. Festschrift für Wolfgang Meid. Graz, p. 431-50.
1990 – «Comentarios sobre inscripciones celtibéricas menores» en Villar (ed.). Studia
indogermanica et palæohispanica in honorem A. Tovar et L. Michelena, p. 351-374.
1992 – Anotaciones al estudio de las lenguas prerromanas del Noroeste de la Península
Ibérica. Galicia da romanidade á xermanización. Santiago de Compostela, p. 367-97.
1992-93 – Los etnónimos de la Hispania antigua y las lenguas prerromanas de la
Península Ibérica. Complutum. 2-3, p. 19-33.
1995 – La latinización de Hispania através del documento monetal. La moneda
hispánica. Ciudad y territorio (Actas del I Encuentro Peninsular de Numismática
Antigua). Madrid, p. 305-16.
1996 – VI. La onomástica. VII. La onomástica de Botorrita 3 en el contexto de la
Hispania indoeuropea. in BELTRÁN; DE HOZ & 1996, p. 109-180.

1996 – De colaboração com BELTRÁN (Francisco), DE HOZ (Javier), El Tercero
Bronce de Botorrita (Contrebia Belaisca), Saragoça, 1996.

Euskara y nobleza en la Llanada alavesa oriental

Artículo
Gervasio di Cesare y Kike Fernández de Pinedo
Euskara y nobleza en la Llanada alavesa oriental
FONTES LINGVÆ VASCONVM stvdia et docvmenta
Año XLIV • Número 115 • Julio-Diciembre • 2012
Descargable aquí.

En este artículo se sigue entre otros los Ochoa de Villanueva, una familia de la elite de Agurain/Salvatierra, vinculada por lazos de parentesco con las principales familias de la villa, como los García de Zuazo, Díaz de Santa Cruz, Luzuriaga, Ortiz de Salcedo, etc.
Además de ser una de las principales familias de Salvatierra, también fueron
una de las más ilustradas, tal como podemos saber por las bibliotecas que dejaron
algunos de los hombres de la familia, por ejemplo, la que dejó el licenciado
PedroOchoa de Villanueva en 1516 tasada en 15.000maravedíes.

Los nuevos datos presentados en este artículo junto los conocidos hasta ahora no hacen sino confirmar que el euskara sería la lengua mayoritaria y habitual de la Llanada alavesa oriental y único idioma para la mayoría de sus habitantes.

La nobleza de esta zona no fue ajena a esta realidad, y aunque fundamentalmente los hombres serían bilingües, el euskara sería la lengua familiar, dándose también casos de desconocimiento del castellano, sobre todo entre las mujeres. De esta forma, lo habitual sería que los hombres recibieran formación e instrucción, que incluiría aprender a leer y escribir correctamente en lengua castellana, fundamental para su estatus social y para poder aspirar a distintas profesiones como escribanos, secretarios, procuradores, alcaldes o a puestos relacionados con la corte. Por contra, gran parte, o una parte al menos, de las mujeres de estas elites quedarían fuera de esta formación, lo que conllevaba, como en el caso de Mari Ochoa de Villanueva y de Elena Ruiz de Ibarreta, el desconocimiento del castellano.

Una objeción a la reconstrucción del protovasco propuesta por Lakarra

Artículo

por María Pilar Alonso Fourcade (Doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de Ginebra).
Publicado en Academia

 Este artículo sorprendente evalúa la posibilidad de que podría haber existido ‘alguna vez’ un especie de lengua monosilábica precursor del euskera, tal como propone Lakarra en sus reconstrucciones.

La autora aplica la teoría de la termodínamica de sistemas abiertos, donde se observa una auto-organización a la génesis de una lengua. Esta teoría explica como se va produciendo en un sistema que fluye, desde el caos una autoorganisación de formas, tal como ha sido formulado inicialmente por Prigogine*. Armada de esta teoría intenta demostrar que un idioma nunca puede ser algo atomizado sino algo muy complejo con muchos niveles de organización. Intentaremos en esta reseña dar ejemplos del mundo físico para aclarar su postura que me parece de un nivel filosófico y conceptual que de muy lejos sobrepasa las trifulcas locales y parroquiales entre Lakarrianos y otros.

Si puedo ser sincero muy a menudo pienso que las teorías filológicas son un poco simples (por no decir que pienso que no tienen nada que ver con la realidad), como que en algún momento haya una uniformidad (unos marcianos aterrizan de Marte) cuando el cronometro está en cero, y de allí empieza el efecto torre de Babel, y el idioma empieza a evolucionar en diferentes direcciones según las leyes fonéticas fijas y indudables, para llegar únicamente ahora en una diversidad impresionante (tengo a veces la impresión que un idioma cambia de un pueblo a otro).

Mapi nos presenta aquí una visión realmente novedosa y muy de ciencias naturales sobre el origen de un idioma, y esto me da una satisfacción intelectual gratificante. 


Sin despreciar su análisis que me parece muy interesante, creo que algunas frases de sus conclusiones valen la pena de ser recordadas:

Un estado de lengua en el que, como pretende Lakarra, todas las raices-palabras-formas del léxico tuviesen una sola forma, la que él llama canónica, sería, y no seremos nosotros los que digamos“imposible”, un estado improbable para un sistema de comunicación. A no ser que, como hemos mencionado en la introducción, Lakarra se refiera a un estado en el que el sistema de la lengua no estaba todavía organizado y tendría más en común con el relinchar de los caballos, los gritos de los monos u otros animales que comunican emociones o pulsiones en base a imágenes mentales todavía sin discretizar.

 O esto:

Citando a Mandelbrot de forma libre ¡ que los arboles (los modelos radicales) no nos impidan ver el bosque (el léxico)¡ Y, desde la perspectiva del bosque, todas esas muchas formas que se repiten muy poco no deberían ser consideradas como excepciones molestas a la norma sino como piezas indispensables para mantener la organización del ecosistema de la lengua. Eliminarlas o pensar que se puedan eliminar seria como reducirlo todo a un monocultivo, letal para la capacidad comunicativa de la propia lengua.

El artículo no es una ocurrencia del momento, refleja su tesis doctoral:

Alonso Fourcade, Maria Pilar. (2002).
Le rôle des organisateurs et des séquences dans la structuration des textes basques. Une approche fractale
(Tesis Doctoral). Ginebra, Facultad de Psicologia y CCEE.

  ¡Gracias Mapi por ser tan original y científica!

Como contrapartida intentaré dar aquí unos ejemplos físicos, de modo artístico para no aburrir,  de sistemas abiertos donde se puede visualizar la auto-organización a diferentes niveles; es decir la misma organización se repite a diferentes niveles (de niveles microscópico a nivel macrosópico, la llamada fractalidad de la realidad).

Cuando el agua fluye sobre arena se genera a partir de una determinada velocidad una corriente turbulenta, en contra de lo que se puede pensar no se forma una organización caótica sino unos patrones muy regulares, es decir del desorden sale una organización, como vemos en los siguientes fotos de playas: 


Estas undulitas encontramos también como `fosil’ en los sedimentos:

Lo curioso es que encontramos estas mismas formas en imágenes de satélite de dunas en el desierto a una escala miles de veces más ampliada, donde cada duna lleva a pequeña escala las ondulaciones como en la playa:

Dunas cerca de un río…

Una unidad en la escala es 1 km!


Esta la organización fractal, es decir que la organización se repite a diferentes escalas, hay también en el mundo vegetal:

Este brocoli (‘romanesco) muestra una jerarquía de conos que están todos de la misma manera organizada tanto a pequeña escala como escala de la verdura misma. Es el ejemplo por excelencia de la fractalidad.


También cristales de hiele sobre un cristal forman figuras fractales donde el patrón a gran escala se repite a pequeña escala de manera matemática.

Hojas de helechos…

 Lo que Mapi intenta demostrar, a mi entender, es que en sistemas dinámicas como un idioma no existe en ningún momento un  estado ‘simple’ porque no es natural, va en contra de las leyes termodinámicas de las cosas, sistemas dinámicos tienden a una organización altamente sofisticada.

 
*)  Ilya Prigogine (1917-2003) es un físico-químico belga que recibió en 1977 el premio nobel por lo que es comunamente conocido como la ‘teoría del caos’ (del caos surge la orden). Era profesor de la Université Libre de Bruxelles.

Para saber más:

  1. Prigogine, Ilya; Stengers, Isabelle (1984). Order out of Chaos: Man’s new dialogue with nature. Flamingo. ISBN 0-00-654115-1

El Itinerario de barro: conclusiones y lecciones

Para no extender el post relacionado El Itinerario de barro: epigrafía versus ciencia recojo aquí las conclusiones después de haber estudiado debidamente el artículo de Ochoa et al.

Leemos en el informe en anexo del artículo de C. Fernández Ochoa, Á. Morillo Cerdán y F. Gil Sendino / El Itinerario de Barro. Cuestiones de autenticidad y lectura, Zephyrus, LXX, julio-diciembre 2012, 151-179, todavía no en internet, que el Laboratorio de Datación y Radioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid certifica las siguientes fechas TL para respectivamente las tablillas I, II, III y IV:

MADN-5767rBIN: 1700+-202 BP, MADN-5781BIN: 1783+-138 BP, MADN-5782BIN 1734+-134 BP y MADN-5787BIN 1743+-207.

Ya sin elaboración estadística se observa que las edades de las 4 tablillas coinciden y que son romanas del siglo III/IV sin lugar a duda, visto que la edad de las 4 coincide.

Visto también que las inscripciones se realizaron según los autores con stylus («Presentan en la
cara anterior un texto inscrito en mayúsculas cursivas o actuarias, ejecutadas con un stylus, muy similar al que debía emplearse en las tablas enceradas
.»), o entendemos antes de cocción. Lo cual es afirmado también por el epigrafista García y Bellido (1975) quien estudió los originales, contrario a varios epigrafistas que afirmaron la falsedad, y nos afirma: «barro tierno– que, en este aspecto, venía a ser lo mismo, virtualmente, que la cera de las tabellae ceratae«

En la imagen se ve claramente la rebaba de una inscripción en ‘barro tieso’

(foto aportado por Raúl Villanueva)

Tal como está el estado de la ciencia, las inscripciones son romanas y no son fruto de una falsificación.

Este caso nos demuestra claramente que argumentaciones epigráficas ni pueden afirmar ni la falsedad ni la autenticidad de unas inscripciones de manera fehaciente , y que únicamente investigaciones materiales aportan las pruebas.

Las afirmaciones epigráficas basadas en argumentos intelectuales (i.e. de entre las orejas) deben ser confirmados por pruebas científicas para ser validadas. Es el merito de los autores de este estudio de haber buscado afirmación analítica, algo que no podemos afirmar de determinados epigrafistas que parecen operar ajeno a los avances científicos.

¡Que corrija quien se ha equivocado!

Isótopos estables en arqueología: 1 – introducción

Si hay un campo de la geoquímica que tiene muchas aplicaciones en la arqueología científica, y potencialmente también en el caso de Iruña Veleia son los llamados isótopos estables.Por está razón queremos aportar una pequeña introducción a nivel básico que debe ser inteligible para cualquier persona que no entra en pánico después de oír las palabras ‘elementos’, ‘átomos’ o ‘peso atómico’. No entraremos de lejos en la explicación de los fenomenos observados, únicamente intentamos indicar determinadas aplicaciones muy útil para la arqueología, y por su desconocimiento no amados…


Toda la materia consiste de átomos, y como aprendimos en clase de química y física, las características químicas de un determinado átomo es determinado por el número de protones que lleva en el núcleo. Es decir el número de protones corresponde con un determinado elemento: p. ejemplo el elemento carbono (C) tiene 6 protones, nitrógeno (N) 7 protones, uranio (U) 92 protones.

Los núcleos de los átomos no únicamente tienen protones, también neutrones. Como los protones son partículas con una carga positiva, y es bien sabido que cargas iguales se repulsan mutuamente, el núcleo para ser estable necesita un relleno con partículas neutrales. Se observa que los átomos estables tienen más o menos el número de neutrones que protones, aunque pueden tener algunos más, y especialmente para átomos con un peso atómico alto, p.ej. carbono puede tener 6 protones y 6 o 7 neutrones mientrás uranio al final de la lista tiene 92 protones y tiene 146 neutrones.

Como ya indicado un determinado átomo puede tener una cantidad de neutrones ligeramente variable y ser estable: por ejemplo el elemento oxigeno tiene 8 protones y puede tener 8, 9, 10 neutrones sin que el núcleo se convierte en inestable. Inestable significa que el átomo busca volver a un estado estable y es radioactivo: p. ej. carbono con 6 protones puede tener hasta 8 neutrones, pero la forma con 8 neutrones no puede existir para siempre y producirá una reacción nuclear (un neutrono se convertira en proton con la emisión de un electrón – radiación beta) para convertirse en nítrogeno estable de 7 protones y 7 neutrones.

Cada forma de un átomo, es decir con el mismo número de protones y un número de neutrones variables llamamos un isótopo y lo indicamos por su peso atómico (que es la suma del número de protenos + número de neutrones): p. ej. en el caso de carbono hablamos de los isótopos estables 12C (6+6) y 13C (6+7), mientras 14C (6+8) es el isótopo radioactivo de carbono.
En el caso de uranio el isótopo 238U (92+146) es estable, y 235U (92+143) y 234U (92+142) son los isótopos radioactivos. En la naturaleza, el isótopo de 238U es lo más frecuente, y solo hay un 0,7% del 235U. Para armas nucleares se necesita el inestable 235U. Entonces se debe ‘enriquecer’ en 235U, lo que es un proceso muy difícil y costoso (afortunadamente), porque ambos isótopos tienen casi exactamente los mismos características físicas y químicas, aunque si existe una muy  ligera diferencia por la diferencia en peso atómico. Con las llamadas centrifugas se es capaz de separar ambos isótopos pero esto costa mucho tiempo (cfr. proliferación de armas nucleares en el mundo).

Esta última digresión en realidad nos indica la situación de como se distribuyen los isótopos de un mismo elemento en la naturaleza. Debido a sus diferencias en peso atómica habrá en determinados procesos (procesos de equilibrio) una repartición de los isótopos que nos pueden dar mucha información sobre los procesos. Esto es el caso para los elementos ligeros, de bajo peso atómico, donde las diferencias en peso entre el isótopo ligero y pesado (p. ej. 16O y 18O) es relativamente grande, y los efectos de fraccionamiento son importantes (isótopos de oxigeno, carbono, nitrógeno).

En el caso de elementos pesados como plomo, estroncio, uranio no existen cambios en la composición isotópica durante los procesos, y son indicaciones de origen como se explicará a continuación.

Aparte de ser marcadores muy útiles para la arqueología como intentaremos demostrar en una serie de varios posts, isótopos estables tienen también el merito que se pueden medir de manera fehaciente en cantidades de material muy limitado (orden de miligramos) a través de un espectrómetro de masas. Esta medición y su preparación puede ser caro, pero en el caso de los isótopos de oxigeno y carbono de carbonato relativamente barato (50 euros).

En arqueología podemos básicamente distinguir entre 5 diferentes aplicaciones:

  1. estudios de origen: de donde viene la materia prima. Un ejemplo clásico es la determinación de la cantera del mármol de edificios y de esculturas, también el origen de minerales de metal (plomo), vidrio, también sílex, marisco
  2. estudios de paleo-dieta: qué se comía en el pasado. Se puede distinguir entre una dieta vegetariano, carnívoro, mixto, marino.
  3. estudios de paleoclimatología: en que fase climatológica se formó un determinado yacimiento. Gracias a los isotopos estables de oxigeno de perforaciones del hielo y de foraminíferos carbonáticos en el océano se ha podido reconstruir las variaciones climáticas de los últimos ciclos glaciales con un lujo de detalles.
  4. estudios migratorios: donde han estado hombres o animales. El suelo y el agua deja su signatura isotópica  en huesos y dientes. Los dientes se forman durante la primera fase de la vida, mientras que los huesos siguen registrando las signaturas de lugares de después de la juventud.
  5. estudios de autenticidad: los isotopos estables tienen el potencial de registrar las condiciones medioambientales en las cuales se desarrollan determinados procesos y dejar discriminar entre procesos naturales y artificiales.

Para saber más:

  1. N. Herz, E, G. Garrison Geological Methods for Archaelogy 1998
    Oxford University Press
  2. J. Hoefs 2009
    Stable Isotope Geochemistry
    Springer 6th Ed.
  3. Ricardo Guerrero y Mercedes Berlanga
    Isótopos estables: Fundamento y aplicaciones
    Descargable aquí

Erakusketa: Murumendi – Burdinarotik Aintzinaroa

Beasainen erakusketa bat aurkeztu nahi dugu

 


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    2. Encuentran en Murumendi parte de una estructura habitacional
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      El Itinerario de barro: epigrafía versus ciencía

      A raíz del artículo El «Itinerario de Barro». Cuestiones de autenticidad y lectura de C. FERNÁNDEZ OCHOA, Á MORILLO CERDÁN, y F. GIL SENDINO que afirman que se demostró la autenticidad con la técnica de termoluminescencia de las 4 tablillas que introduciremos a continuación, sería interesante evaluar si las afirmaciones epigráficas tienen algún valor demostrativo a la hora de evaluar un la autenticidad de un elemento epigráfico.  

      Las 4 tablillas forman una llamada itineraria adnotada de la zona de Astorga, supuestamente del siglo I AD (ver p. ej. Wikipedia para detalles epigráficas).
       Sobre sus aspectos físicos nos informa el epigrafista Antonio García y Bellido (1975) en El llamado «Itinerario de barro», uno de los pocos epigrafistas que realmente las ha estudiado físicamente:

      Volviendo a las tablillas dígase, antes de otra cosa, que los cuatro tituli cerámicos están escritos en mayúsculas cursivas o actuarias como casi imponía el material del documento –barro tierno– que, en este aspecto, venía a ser lo mismo, virtualmente, que la cera de las tabellae ceratae. Para su trazado se usó de un punzón o stylus, que hubo de ser en todo igual o muy similar al habitualmente usado en estas tabletas enceradas.

      Son inscripciones tipo antes de cocción, lo que implique que la inscripción es anterior al proceso de cocción, el mismo autor menciona la presencia de pátina. Es generalmente conocido en el mundo de la arqueología que se puede datar con bastante precisión el momento de cocción de gran parte de las cerámicas con la técnica de datación por termoluminiscencia. La técnica es utilizado de manera rutinaria para verificar la autenticidad (la edad) de objetos cerámicas desde muchos años en el negocio de antigüedades, y muchas empresas la ofrecen (ver p. ej. aquí). La técnica ya se aplica desde hace más 20 años en este tipo de aplicación. Así que discutir sobre la autenticidad de inscripciones antes de cocción sin mencionar esta técnica y la necesidad de utilizarlo como prueba científica fiable demuestra una grave falta de rigor científico.

       (Imagén proporcionado por Abo en Terrae Antiguae aquí; se trata de la tablilla nº 2)

      Datación por termoluminiscencia

      Sin entrar realmente en la físcia detrás de la datación conviene entender los principios.
      Cualquier material en nuestra tierra sufre un constante bombardeo por radiactividad natural (de origen cósmico, de la tierra etc.). Esta radiación genera ‘daños’ a la estructura cristalina (podemos imaginarnos deformaciones). Cuando se calienta el material por encima de los 500ºC estos ‘daños’ se curan, y la energía acumulada es emitida en forma de luz. La cantidad de luz es proporcional a la cantidad de daños, a más daños, más luz.

      La cantidad de daños es proporcional con el tiempo, si suponemos que el lapso de tiempo pasado es el doble, la cantidad de luz será el doble. Basta calibrar la escala y tenemos un cronometro que nos indica desde cuando se ha ido acumulando ‘daños’, es decir p. ej. la última vez que el material fue calentado por encima de los 500ºC.

      En la practica se necesita minerales de cuartzo y feldspatio (y se pueden datar hasta granos de arena individuales), y de alguna manera se debe estimar la dosis radioactivo que ha recibido el material.

      Por la naturaleza del proceso será extremadamente difícil de falsificar la edad por termoluminiscencia de un objeto.

      La discusión epigráfica

      La epigrafista A. CANTO dio en Terrae Antiquae su opinión sobre el asunto y hace un resumén de lo que es para ella en 2009 el state of the arte relacionado con las tablillas:

      Sí, ésa es, la placa II (la IV para García y Bellido), la única que presenta el asidero superior, y la única que según J.M. Roldán Hervás sería genuina, en lo que estaría de acuerdo (si acaso no es también falsa).

      Él trató de ellas, en efecto, primero en «Las tablas de barro de Astorga, ¿una falsificación moderna?», Zephyrus XXIII-XXIV, 1972-1973, págs. 221-232, y luego en Itineraria hispana. Fuentes antiguas para el estudio de las vías romanas en la Península ibérica, Valladolid-Madrid, 1975. Dedica en este libro un capítulo a «Las tablas de barro de Astorga», págs. 163-175 (con láms. XXIII-XXX). En concreto comienza (pág. 165): «Una ojeada a las cuatro tablas permite observar que sólo una de ellas, la segunda, presenta caracteres genuinos y espontáneos, frente a las otras tres, en las que el tipo de letra es más pesado y no puede disimular su carácter de copia, de imitación de los tipos de aquélla«.

      La más convincente prueba que ofrece (pág. 166), al comparar las letras en las distintas tablas, es justamente sobre la M en el DACTIONVM IX (además mal escrito, por DACTONIVM IX) de la antepenúltima línea (que por cierto se ve estupendamente en la foto que Ud. puso), que es la única M que aparece en esta tableta, esto es, para un copista el único ejemplo de M «buena» en el que podría inspirarse.*

      Como ve, el numeral I del IX quedó bastante pegado a la M, con lo que, para un no experto (y estamos hablando de comienzos del siglo XX), puede parecer la abreviatura del praenomen Manius (que une M, A y N). Pues bien, en las tres tablas restantes todas las M se hacen de esa manera, lo que por sí solo ya demuestra que son falsas, pues tal M quita todo sentido a la palabra en la que está. Hay otros detalles, pero ése es muy significativo.

      Podría ser falsa también esta segunda placa, dice Roldán (pág. 167), al analizar el extraño final con C. LEP.M /II VIR que, si se fija Ud., entre otras rarezas presenta interpunciones al pie de las letras, algo insólito en epigrafía latina. Pero, «para salvar la autenticidad de la tablilla II», concluye que esas dos líneas podrían ser una adición del falsario. Pasa luego a estudiar vías y trayectos, que confluyen en la misma idea de la falsificación.

      Vea ficha de cada una con los dibujos y fotografías de ellas, y una bibliografía bastante completa, en Hispania Epigraphica On Line, fichas núms. 14524 a 27, bajo “Itinerario de barro”.

      Ahí verá que aún se mantienen las piezas como discutidas, igual que en el EDCS alemán (bajo la errónea localización “Sebastián”, quizá por su primer propietario). Ello se debe a que otras firmas importantes han seguido abogando por su autenticidad, como A. García y Bellido o Alain Tranoy (el artículo del viejo maestro es consultable aquí, está muy bien para seguir la bibliografía hasta 1975). Pero, junto con otros detalles, el señalado error de las M tiene demasiado peso como para aceptar las tablillas I, III y IV como buenas.

      Recuerdo ahora que hace poco Roldán ha hecho otras dos referencias a la cuestión: con F. Wulff en Citerior y Ulterior. Las provincias romanas de Hispania en la era republicana, Madrid, 2001, y en su “El Camino de la Plata: iter o negotium”, Gerión vol. Extra, 2007, págs. 323-340, donde dice: “(el Anónimo de Rávena)… la primera fuente antigua que nos da toda su extensión, de Mérida a Astorga, si dejamos de lado el peculiar y, a mi parecer, decididamente falso, Itinerario de Barro…”.

      Pienso lo mismo, pero no me extrañaría en absoluto que, sobre todo en Asturias, o en el Museo de Oviedo, la idea no se aceptara muy bien. Saludos.

       ¿Argumentos epigráficos realmento son determinantes en la evaluación de la falsedad?
      ¿Hasta que punto las guerras entre escuelas influyen en la formación de opiniones?

      *) Curiosamente el epigrafista A. Garcie y Bellido considerá las mismas observaciones como meros curiosidades:

      En cuanto a la M normal la vemos al terminar con otra extraña forma en MI, es decir, que
      muestra un palo vertical más, de tal modo que pudiera creerse, si la lectura no fuera en todos los casos segura, en una ligatura de MV, o en una sílaba.MI, sin ser ni una cosa ni otra. Por el momento no recuerdo haber visto caso similar en otras inscripciones. Es este, por tanto, un rasgo especifico de las tabellae, en todas las cuales aparece.

      Resultados termoluminiscencia y conclusión

      Leemos en el informe en anexo del artículo de C. Fernández Ochoa, Á. Morillo Cerdán y F. Gil Sendino / El Itinerario de Barro. Cuestiones de autenticidad y lectura, Zephyrus, LXX, julio-diciembre 2012, 151-179, todavía no en internet, que el Laboratorio de Datación y Radioquímica de la Universidad Autónoma de Madrid certifica las siguientes fechas TL para respectivamente las tablillas I, II, III y IV:

      MADN-5767rBIN: 1700+-202 BP, MADN-5781BIN: 1783+-138 BP, MADN-5782BIN 1734+-134 BP y MADN-5787BIN 1743+-207.