A raíz de la conferencia del 17 de noviembre 2014 que dimos, aporto aquí la presentación de la conferencia «Clase urgente de estratigrafía para Iruña Veleia» y las conclusiones de mi estudio «EVALUACIÓN DEL INFORME ‘Análisis de fragmentos cerámicos con grafitos del yacimiento arqueológico romano de Iruña-Veleia’ de José V. Navarro Gascón (2013)»
La presentación de la Conferencia se puede descargar aquí.
CONCLUSIONES
1. A primera vista parece que el autor, en efecto, hubiera aportado pruebas contundentes sobre la fecha reciente o muy reciente, después de la excavación, como p. ej. para las piezas 11417, 11419, 11459 y 12048. Nos parecía en principio difícil de encontrar una explicación alternativa. Pero mirando en detalle las imágenes y análisis del informe opinamos haber encontrado numerosas contradicciones, suficientes para poner la conclusión del informe en duda, y creemos además haber encontrado en él también información que va en favor de la autenticidad.
2. La selección de las piezas a investigar, de la cual el autor es directamente responsable, no es representativa para el conjunto, con solo un tipo de soporte representado, la cerámica. El autor se ha servido de una lista de piezas preseleccionadas y no ha estudiado las otras piezas antes de su selección [Acta Ertzaintza, ver documentación].
3.El autor utiliza un escenario irreal a la hora de establecer sus criterios de autenticidad, negando la realidad (procesamientos, manipulaciones) que han sufrido las piezas, sin ninguna duda, desde el momento del hallazgo hasta la actualidad.
4. El diseño de investigación no es correcto por falta de grafitos de control, tanto auténticos como falsos (creados ad hoc en el laboratorio para cotejar si las interpretaciones de las observaciones son correctas). El autor no aporta bibliografía. ni se basa sobre las observaciones aportadas por los peritos de la parte querellada, ni toma en cuenta el informe de Madariaga.
5. El autor parte de un concepto completamente equivocado sobre el relleno, considerando que este debe ser artificial y no natural [intencionado], sin demostrarlo en ningún momento.
6. El autor no entiende que muchos rellenos son en realidad residuales después de un proceso de limpieza parcial.
7. El autor no entiende que muchas costras son en realidad residuales después de un proceso de limpieza parcial, y que el valor de la observación de que están cortadas por los surcos en estas condiciones no es necesariamente así, sino que el aparente corte puede responder a un saltado durante dicha limpieza y, por tanto, no implicaría que los surcos sean posteriores a las costras sino precisamente lo contrario.
8. Su concepto sobre ‘la sección de costra’ es estratigráficamente equivocado, lo que implica que sus observaciones al respecto no son fiables. Una costra cortada completamente no implica necesariamente falsedad, una parcialmente cortada implica autenticidad.
9. No investiga de una manera equilibrada las evidencias, y podemos afirmar que básicamente está interesado en la presencia de metales en todas sus formas, lo cual no tiene necesariamente el valor que el autor da en el sentido de falsedad/autenticidad al tratarse de evidencias superficiales después de múltiples manipulaciones llevadas a cabo sobre las piezas tras su descubrimiento, con lo cual podrían bien ser huellas de las manipulaciones normales que otra cosa.
10.Reprochamos al autor de no informar en muchas ocasiones sobre evidencias que parecen contradecir sus conclusiones, hasta enterrarlas entre un volumen excesivo de información detallada sobre metales.
11. Por todos estas razones, consideramos las evaluaciones y las correspondientes conclusiones NO FIABLES. Pero el informe de Navarro no solo no es fiable, sino que, en nuestra opinión, debido a sus múltiples y graves irregularidades, CARECE DE VALIDEZ COMO INFORME PERICIAL.
Les anunciamos una conferencia sobre el calvario de las analíticas pedidas por LURMEN, que incluirá un análisis del informe presentado por el IPCE (Instituto del Patrimonio Cultural Español), donde denunciaremos las deficiencias graves de este informe, sus conclusiones manipuladas, y por el otro lado aportaremos evidencias del informe que a nuestro entender demuestran la autenticidad, y que el autor no ha querido ver. La conferencia es organizada por SOS-Iruña-Veleia.
Idoia Filloy (Arqueóloga, y ex-co-directora del yacimiento de Iruña Veleia)
y Koenraad Van den Driessche (Doctor en geoquímica)
cuándo:
17 de Noviembre 2014, 19:00
dónde:
Villasuso Jauregia, Matxete Plaza
VITORIA-GASTEIZ
También anunciamos una manifestación contra la eternización del proceso judicial. No es justo que alguién debe esperar 6 años para que se haga justicia. Además estamos convencidos que no se trata de un fraude pero un error a base de ciencia no solida. La cantidad de irregularidades en todo el proceso es impresionante, y no parece creíble, pero puede ser punto por punto demostrado.
Kontzentrazioa
Eliseo Gil, zurekin gaude
6 urteko bidegabekeria /6 años de injusticia
Azaroa / Noviembre 22, 12:30 Plaza de la Virgen Blanca (Vitoria-Gasteiz)
Y me habla usted de una excavadora. Mire usted, he oído tanto lo de la excavadora que también le voy a decir. La excavadora debió de meter el señor Julio Núñez, según usted. Yo quiero recordarle que hay restos de Iruña Veleia en el parking de Estíbaliz de mucho antes de que el señor Julio Núñez empezara con el plan director, sacados con una excavadora de Iruña Veleia y dispersados por el parking de Estíbaliz.No le digo nada más, y eso también está cotejado, porque aparecieron muchos restos en el parking de Estíbaliz de la gente que encontraba y llegaron a la Diputación en su momento. Y se analizaron, y eran restos sacados con excavadora de Iruña Veleia. Nada más. Que no valían, no había cosas de valor
Quiero que sepa que aquí, la excavadora, en determinados momentos, es posible que la metan todos, otros también, porque antes de empezar el plan director y el señor Núñez, había restos esparcidos por el parking de Estíbaliz. Eso está cotejado
Aunque prudentemente no menciona el nombre de LURMEN lo sugiere claramente. Sugiere que LURMEN se deshace de sus tierras llenas de cerámicas, así por las buenas, alrededor del Santuario de Estíbaliz. Y así lo cuenta a todo el mundo, también a nosotros de SOS-Iruña-Veleia cuando estuvimos en su despacho. En esta ocasión se nos ha confiado que lo sabía directamente de Nuñez, y Nuñez lo sabía de un camionero…
Que la Diputada comete filibusterismo en la citada comisión ante preguntas claras y concretas de PNV y PSE, podemos de alguna manera entender. Ella no es políticamente responsable por la querella contra los 3 imputados.
Lo que es intolerable es que se une al coro de su antecesora con todo tipo de difamación contra Eliseo Gil, sin pruebas ni lógica.
Recordamos que la entonces Diputada de Cultura Lorena Lopéz de Lacalle afirmó entre otras cosas el 16 de noviembre 2010 en el Parlamento Vasco (ver Actas Parlamento Vasco p. 33):
O cuando conocemos de la repetida resistencia y oposición del señor Gil a entregar piezas a lingüistas vascos antes y durante la comisión para que ellos las pudiesen estudiar con mayor detenimiento.
De la misma manera hace la actual Diputado un largo relato de supuestos crímenes de Eliseo Gil – o por lo menos así lo presenta, culminando en la false acusación que LURMEN ordenó depositar tierra arqueológico al lado de dicho santuario. Ella no puede demostrar este crimen porque no existe.
Cada vez que se habla técnicamente de las analíticas de Veleia aparece alguna Diputada que de manera de lo más populista empieza a citar una larga lista de crímenes, la gran mayoría sacado fuera de contexto, algunos simplemente imposibles. En extenso empiezan a hablar de Cerdan, aunque este asunto nada tiene que ver con la falsedad o autenticidad. Como si una Diputada tuviese derecho a decir cualquier cosa – la fase del divino poder ya hemos pasado.
Uno no tiene que ser paranoico para sospechar que este comportamiento sirve para esconder algo que se ha hecho mal.
¿Cual es la motivación de la actual Diputada de mentir sobre las cerámicas de Estíbaiz? La verdad es que no lo entiendo por qué lo hace, aparte de un afán general de difamar contra LURMEN.
No es porque encuentran cerámicas romanas en Estíbaliz que deben ser trasladado allí por LURMEN. En los años 2008 hasta 2010 se han realizado varias obras alrededor del parking de Iruña Veleia. ¿No será que la propia Diputación ha trasladado tierra durante alguna obra, y que una mano no ha visto lo que ha hecho la otra?
He sido testigo directo, he hablado con ambas diputadas, he escuchado de cerca determinadas mentiras, no es un placer intelectual escucharlas, parecen excavadoras verbales, intentan imponer, sus palabras sobre papel no tienen lógica, hablan para generar opinión, pero es una caja vacía, aire frito como decimos los flamencos. La verdad es que la palabra de sus bocas vale muy poco. Hablan estrategicamente, pero cual es la estrategía? Destrozar a Eliseo Gil porque resiste a lo que la política le quiere imponer o para encontrar la verdad. Siento tener que pensar la primera opción. Hemos estado con políticos brillantes, determinados políticos y políticas han hecho las correctas preguntas, pero ambas diputadas se esconden. Nosotros no somos tontos, no lo tragamos.
Ya se puede anunciar que el 17 de noviembre organizaremos una conferencia sobre el calvario de las analíticas pedidas por LURMEN, donde entraremos en detalle en el informe Navarro y explicaremos porque nos parece equivocado, y cuales son los argumentos que encontramos en el informe para defender la autenticidad. Pronto más sobre la conferencia del 17N en Vitoria.
El título de este post forma parte de su respuesta, preguntada por su opinión sobre el hecho que solo se han analizado cerámicas con grabados, y ladrillos y huesos no.
Esta Diputada es gestora, y el contenido no le interesa nada, como afirma:
No, a mí no me parece extraño. Yo no soy técnico, ¿cómo me va a parecer extraño? Yo acato lo que digan.
Se aporta a continuación el texto de dicha comparecencia de la Diputada con algunas anotaciones. En negrito se ha resaltado la parte más relevante, y se han subrayado algunas frases que hacen fruncir las cejas.
Primero algunas anotaciones:
[1] Como siempre se cuenta la historia como mejor conviene y con máximo daño a LURMEN: La factura fue a nombre de Rubén Cerdan, si estoy bien informado, o por lo menos era el beneficiado.
[2] «El 19 de junio de 2006, el catedrático Joaquín Gorrotxategui entrega a Amelia Valdeón, en el Museo de Arqueología de Álava, un informa declaración en base a las reflexiones que los descubrimientos en Veleia le han suscitado, en especial desde el momento en que se produjo la existencia del segundo conjunto epigráfico con leyendas en euskera«.
Vamos como si Gorrochategui no estaba presente en la presentación, y que no fue justamente él quien informó sobre la existencia de inscritos en euskera antigua.
[3] Un elemento nuevo, ha habido una reunión secreta hasta ahora del 15 de noviembre 2008, 3 días antes la última reunión de la Comisión científica asesora de Iruña Veleia en plan conspiración:
El 15 de noviembre de 2008 de realiza un plan de actuación por parte del Director de Euskera, Cultura y Deporte, del Jefe de Servicio de Museos y de la Secretaría General de la Diputación Foral de Álava para la evaluación de la situación actual del yacimiento, teniendo en cuenta los informes elaborados por los miembros de la Comisión científico – asesora
Aparente se conocían ya las conclusiones antes de la reunión de la comisión científica asesora – solo existía el informe Gorrochategui, la reunión del 19N era puro paripé, ahora confirmado por la Diputada.
[4] los trabajos finales… solo estaba el de Eliseo Gil y Joaquín Gorrochategui.
[5] Observar que dicha documentación de campo ha sido entregado a la ertzaintza…
[6] Curiosamente la Diputada en su relación por lo demás muy detallada hace caso omiso a los informes grafológicos. Sería interesante saber la discrepancia de la emisión de los informes grafológicos y la querella. Menciona la letrina que fue encontrada el 12 de diciembre 2008:
en el almacén de Iruña Veleia aparece una letrina con dibujos y escritura latina realizados por Eliseo Gil en declaraciones suyas en Juntas Generales de Alava.
Vamos, por qué ser preciso, si la luna puede ser verde. Eliseo Gil se acuerda haber realizado los dibujos, pero nunca ha admitido que él ha inscrito el texto.
[7] La Diputada afirma:
De las 39 piezas, 36 de ellas son catalogados como grafitos contemporáneos, uno como posible grafito original, uno como grafito original y uno como posible grafito original retocado
No sé de donde saca la Diputada la información pero no coincide en la que aparece en el informe de Navarro p. 20:
[8] Dña. Carmen Asiain, Juntera, afirma:
Lamentamos también el que, a pesar de los informes, a pesar de los elementos que tenemos, clarísimos respecto a la falsificación llevada a cabo por quienes eran responsables del trabajo en este yacimiento, se siga hablando, se siga cuestionando, porque creo sinceramente que Iruña forma parte, a pesar de la manipulación, falsificación interesada e irresponsable y delictiva de quienes han sido los responsables del trabajo en el yacimiento.
Para Juntera Asiain los imputados ya están condenados, y los hechos aclarados. [9] En reiteradas ocasiones la Diputada Iciar Lamarian ha declarado tener pruebas que LURMEN iba depositar su ‘basura arqueológica’ en Estíbaliz. Entre Villodas – pueblo a la entrada del yacimiento, y Estibaliz hay según Google Maps 26 km, una distancia considerable para deshacerse de estas tierras con cerámicas que se podría almacenar perfectamente en el parking de Iruña Veleia. A parte de querer contaminar Álava arqueológicamente, LUMEN sería idiota.
Para no hacer demasiado largo el POST traeremos la acta en forma de vínculo.
Con este post quiero argumentar que el origen gascón de ‘polit’ no está demostrado (o que su demostración no ha sido aportado en el debate). En un pasado, sin el hallazgo del libro de Lazarraga, los datos eran claros y lógicos, pero tanto Lazarraga y Landuchi han complicado la lógica de origen gascón.
El adjetivo eusquerico ‘polit’ y sus variantes viene lógicamente del adjetivo latín ‘politus’, pero la pregunta es como aterizó en el euskera, via los romances del norte (tardía) o directamente desde el latín (vroeg). Evaluaremos los ‘fósiles’ conocidos…
Filologos vascos en general opinan que se trata de un préstamo desde el gascón/occitano en la edad media. Con el descubrimiento en 2003 del manuscrito de Lazarraga (de c. 1564) se ha desplazado su uso hacia los textos más antiguos del euskera, y hacia el sur (Álava). Confirmado por el diccionario de Landuchio de 1562.
‘Polit’ y sus variantes vienen sin duda del adjetivo latín ‘politus, a, um’ como en latín clásico: ‘cubiculum politissimum’ – ‘polita domus’.
10-Ex alio latere cubiculum est politissimum; deinde vel cubiculum grande vel modica cenatio, quae plurimo sole, plurimo mari lucet; post hanc cubiculum cum procoetone, altitudine aestivum, munimentis hibernum; est enim subductum omnibus ventis. Huic cubiculo aliud et procoeton communi pariete iunguntur.
Plinio El Joven.Cartas(epistolae). Ep. II. 17,10 (http://iruina.blogspot.be/2011/11/ex-alio-latere-cubiculum-est.html)
Uno de los argumentos para rechazar un préstamo directo del latín , en época romana, es que si ‘politus, a, um’ sería prestado en época romana se transformará en algo como ‘borit’ según las leyes fonéticas (p>b y l>r) para prestamos latinas de época romana.
Varias fuentes señalen un origen galo-románico/gascón/occitano de esta palabra en euskera, p. ej. Joseba Lakarra en su informe sobre las inscripciones de Veleia:
«No es sólo (con ser más que suficiente) que la forma polita sea un préstamo galo-románico del XI o del XII (por supuesto, sin artículo en -a en el III y bastante más tarde)«,
o Joaquín Gorrechategui en su informe sobre las inscripciones de Veleia:
«En cuanto a polita, se trata de un préstamo tomado en vasco de romances septentrionales (occitano, gascón poulit) con el sentido de «bonito» (que se adecúa bien a la inscripción) más el artículo -a).»
Observamos que Trask asocia con ‘polit’ la palabra ‘poliki’ junto con otras palabras, visto que lo pone en la misma entrada.
Bonito, lindo. «Polida cosa, gauza polita» Lcc. «Joli» Ht VocGr 376. «Propre» Ib. 410. «Bello», «curioso», «hermoso», «lindo», «pulido» Lar y Añ. «Lindo, bonito» A. Cf. politu (2). Tr. Documentado al Sur desde Lazarraga; su uso crece durante el s. XIX y es general en el XX. Al Norte se documenta desde mediados del s. XVII; la forma general es con palatalización (v. infra POLLIT), siendo pollit más frecuente que pullit. Haysólo pullit en ECocin, J.B. Elissamburu (PAd 58), M. Elissamburu y en Othoizlari. Emplean tanto pollit como pullit Goyhetche (82, pu- 223), Hiriart Urruty, Barbier, Oxobi, Iratzeder (80, pu- 68), Lafitte y Mattin (46, pu- 50).Sin palatalización emplea polit Oihenart, y pulit se encuentra en Gasteluçar, M. Elissamburu, Hiribarren (Esk 104), Hiriart Urruty y Mattin (123). Hay politarik en Lizardi (IL 91) y Anabitarte (Poli 21), aunque ambos emplean por lo demás polit, sin -a constitutiva. En DFrec hay 89 ejs. (1 septentrional) de polit, 3 de politt y 20 (19 sept.) de pollit.
Si estudiamos las principales variaciones de la palabra ‘polit’ en el Orotariko Euskal Hiztegia: ‘polit’ (sin palatalización), ‘pulit’ (sin palatalización), ‘pollit’ (con palatalización),y también ‘politt’. La forma con palatalización ‘pollit’ es el más general en el norte.
Para la palabra ‘poliki’ en el Orotariko Euskal Hiztegia encontramos un cuadre parecido con o sin palatalización (polliki/poliki), con ‘o’ o ‘ou’:
poliki (V-gip, G, B; Lar, Añ, H, Zam Voc),puliki (SP, Urt V 171, H), poleki. Ref.: A; Etxba Eib; Elexp Berg. Tr. Documentado al Sur desde el s. XVIII y al Norte desde mediados del siguiente (aunque aparece ya en el dicc. de Pouvreau). El de Archu (polliki) es el único ejemplo suletino y el único septentrional anterior a Hiribarren. Al Norte se encuentran sobre todo las variantes palatalizadas (polliki, pulliki). Lo emplean sin palatalización Hiribarren (puliki), Barbier (puliki, pero tambien polliki y pulliki) y Mirande (politki y poliki, pero también polliki). La forma poleki se encuentra en Inza (+ polleki) y EusJok. En DFrec hay 71 ejs. de poliki, todos ellos meridionales, 11 (9 septentrionales) de polliki y 1, sept., de pulliki.
Otra vez se observa que la forma palatizada (es decir con ll) es más general en el norte.
Estos son los datos de las cuales disponemos desde el euskera y no demuestran de ninguna manera que ‘polit’ ha pasado por el gascón al euskera en el siglo XI o XII, como afirma Lakarra, simplemente no hay ‘fósiles’ que lo demuestran, tampoco vemos alguna indicación geográfica, la primera aparición de ‘polit’ es la forma no palatizada en la zona más alejada del gascón.
Los datos no demuestran que ‘polit’ no ha entrado desde los romances del norte, pero ni de lejos lo sugieren que fuese así. Tampoco nos podemos olvidar que el gascón tiene un estrato generalmente reconocido ‘euskaldun, y hasta el nombre del gascón hace referencia a Vasconía, lo que a mi entender complica el valor de un préstamo gascón. Los lingüistas no escapan de la obligación de demostrar sus tesis que ‘polit’ es un préstamo de los romances del norte (que parece ser un dogma), y todavía no he visto su demostración.
He buscado (y desafortunadamente no tengo aceso al DAG: Dictionnaire onomasiologique de l’ancien gascon) para indagar más sobre la etimología del la palabra ‘polit’ en gascón, y allí me quedé estancado. Espero que los favorables de la vía ‘romances del norte’ pueden hacer una réplica interesante y que nos aportan algo nuevo.
A ver si alguién nos puede aportar aquí pruebes duras de que ‘polita/poliki’ son prestamos tardíos, y no prestamos tempranos (como los grafitos de Veleia sugieren) del latín.
En 2013 se publicó un artículo en la revista Paleohispanica (nº 13, pp. 615-635) con el título “El bronce celtibérico en alfabeto latino de Novallas (Zaragoza). Avance”, cuyos autores son Francisco Beltrán Lloris, Juan J. Bienes Calvo, José A. Hernández Vera y Carlos Jordán Cólera, correspondiente a una comunicación presentada en la reunión Acta Palaeohispanica XI, celebrada en octubre de 2012, en el que se describe un texto en una lengua paleohispánica inscrito en una placa de bronce, descubierta en la mencionada localidad aragonesa. El artículo está disponible en http://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/33/39/36beltranetal.pdf.
Para quienes estamos interesados en los hallazgos de Iruña-Veleia, el hallazgo del bronce de Novallas tiene gran interés por los obvios paralelos entre ambos casos:
1. Inicialmente hubo sospechas sobre la autenticidad de la inscripción de Novallas. Según los autores del artículo, estas sospechas derivaban de las circunstancias del hallazgo (que fue casual y no proveniente de una excavación arqueológica), de la proliferación de falsos celtibéricos en los últimos años y de ciertos rasgos singulares de la pieza no documentados previamente. Sin embargo, a diferencia de lo sucedido en Iruña-Veleia, en este caso no prevalecieron los argumentos “intelectuales”, sino que el bronce fue sometido a un examen de evidencias físicas, concretamente de carácter metalográfico y microscópico, que permitió determinar “de manera incontrovertible” que la inscripción era genuina, excluyéndose la posibilidad de que se hubiera realizado en época moderna.
2. Al igual que en los grafitos vascos de Iruña-Veleia, se emplea el alfabeto latino para escribir un texto en una lengua paleohispánica. La lengua propuesta por los autores del artículo es el celtíbero, basándose en algunas palabras con claros paralelos celtibéricos, en las características morfológicas del texto y en el lugar del hallazgo. La utilización del alfabeto latino en el bronce de Novallas contrasta con la escritura paleohispánica (signario ibérico) empleada en los tres bronces hallados en la antigua Contrebia Belaisca (Botorrita), no muy lejos de Novallas, aunque en el artículo también se menciona la existencia de epígrafes celtibéricos en escritura latina, hallados en Peñalba de Villastar.
3. Aparece una palabra latina, publicus, en medio del texto paleohispánico. Este hecho tiene un obvio paralelo con la utilización de las palabras latinas nova, polita y cor en medio de textos vascos en dos grafitos de Iruña-Veleia. En el bronce de Novallas, la palabra publicus aparece en cuatro ocasiones, en una de ellas completa y en tres incompleta. La utilización de palabras latinas en inscripciones no latinas de época romana no es un hecho sin precedentes. En concreto, en el libro de J. N. Adams “Bilingualism and the Latin language” se mencionan inscripciones en griego con palabras latinas insertadas en el texto. Sin embargo, los autores del artículo sobre el bronce de Novallas no mencionan que existan antecedentes previos del uso de palabras latinas en medio de un texto escrito en una lengua paleohispánica.
La palabra latina publicus en el bronce de Novallas.
Las palabras latinas nov(v)a y polita en un grafito vasco de Iruña-Veleia: «Veleia novva bana osou polita (…)»
La palabra latina cor en un grafito vasco de Iruña-Veleia: «Neur cordu mai»
4. Junto a las letras latinas, se utiliza un signo no documentado previamente, una S con un trazo horizontal en la parte inferior de la caja de escritura. Este hallazgo llevó a los autores a revisar otros epígrafes celtibéricos, encontrando dos inscripciones de Peñalba de Villastar en las que aparecía el mismo signo que en el bronce de Novallas. Los autores sugieren que el nuevo signo podría representar un sonido fricativo o africado sordo. La utilización de este signo tiene un paralelo en el empleo de la Z en algunos grafitos vascos de Iruña-Veleia para representar el sonido fricativo actualmente representado con la misma letra. La razón de utilizar un nuevo signo en el bronce de Novallas para representar un sonido fricativo o africado en vez de recurrir al uso de la letra griega Z, como en Iruña-Veleia, puede tener relación con la fecha propuesta por los autores del artículo para el bronce de Novallas, que es hacia finales del siglo I a.C. Según las Etimologías de Isidoro de Sevilla, la Z empezó a utilizarse en textos latinos en época de Augusto (emperador entre 27 a.C. y 14 d.C.), empleándose previamente SS. Sin embargo el uso de la Z tardó en generalizarse, y en los abecedarios de Pompeya, destruida por la erupción del Vesubio en el 78 d.C., no aparece, siendo rara su utilización en grafitos. Incluso el nombre de origen griego Zosimus se escribe Iosimus. En el artículo también se menciona el empleo en textos galo-latinos de la D barrada a media altura para representar el sonido ts, siendo dicho signo una trasposición de la letra griega θ.
S con marca horizontal inferior en el bronce de Novallas.
Es obvio que no existe prueba alguna de que ninguno de los grafitos de Iruña-Veleia sea falso. Y ya no vale recurrir al tan socorrido, desgastado y sobradamente rebatido argumento de “Nefertiti”, grafito que además no fue declarado falso en ninguno de los informes encargados por la Diputación Foral de Álava, ni menos al descabellado e imaginario “Descartes”, lectura que se vieron obligados a rectificar dos de los autores que la propusieron. De la falta de pruebas de falsedad y la debilidad argumental en el análisis individual de las piezas, que no permitían dar el “jaque mate” definitivo a los hallazgos, ya fueron conscientes algunos miembros de la comisión de la DFA, lo cual les llevó a derivar hacia otra estrategia argumental, que es la de cuestionar la autenticidad del conjunto de los hallazgos más que la de las piezas individuales. Esta estrategia queda reflejada en la afirmación de la latinista Isabel Velázquez de que “el problema es que no se trata de hechos aislados, que efectivamente podrían haber sido, el problema es el conjunto” (1). En esta misma línea se halla el argumento probabilístico que se sacó de la manga el filólogo Joaquín Gorrochategui, convertido de pronto en matemático experto en probabilidad (2). El argumento puede resumirse del siguiente modo: no hay pruebas irrefutables de que ninguno de los grafitos, considerado aisladamente, sea falso con absoluta seguridad, pero la exagerada acumulación de rarezas que se da en Iruña-Veleia es tan sumamente improbable que equivale en la práctica a la imposibilidad del conjunto de los hallazgos. Y Gorrochategui no se conforma con expresarlo de modo genérico, sino que se propone cuantificar, aplicando una fórmula matemática, la probabilidad del conjunto de los grafitos más inusuales de la siguiente manera: asigna, con criterios subjetivos (no explica en qué se basa para el cálculo), una probabilidad a cada uno de los grafitos que considera más raros (llamémoslas P1, P2,…, Pn) y las multiplica entre sí, siendo el producto resultante (P1 x P2 x …. x Pn) la probabilidad de que el conjunto de los hallazgos de Iruña-Veleia sea auténtico. Las probabilidades las asigna a los siguientes grafitos: 1) escena del calvario, 1%; 2) Nefertiti y nombres de faraones, 1%; 3) ostracon de Eneas con la flecha, 1%; 4) nominativos latinos sin –s, 5%. Además, incluye en la multiplicación otro factor, que es el porcentaje de grafitos correspondientes a ostraca, con respecto al total de grafitos, que afirma que es el 3% (este último factor para mí es incomprensible, en primer lugar porque los nombres de faraones y Nefertiti están grabados en hueso, por lo que no corresponden a ostraca; en segundo lugar, porque el porcentaje de ostraca no tiene por qué tener relación con la autenticidad o falsedad de los hallazgos; y en tercer lugar porque el porcentaje de ostracasobre el total de grafitos no es el 3%, sino bastante mayor). Llama mucho la atención que en este cálculo no haya incluido ninguno de los grafitos vascos. En cualquier caso, multiplicando las probabilidades asignadas por Gorrochategui, 3 x 10-2 x 10-2 x 10-2 x 10-2 x 5 x 10-2 = 15 x 10-10, es decir, se obtiene una probabilidad de 1,5 entre mil millones. Bien, algún ingenuo puede quedarse impresionado con esta cifra y Gorrochategui muy contento por habérsele ocurrido este “ingenioso” argumento. Pero, que nadie se lleve a engaño, el supuesto argumento probabilístico no es más que una burda falacia, fácilmente rebatible.
En primer lugar, el hecho de que un hallazgo o acontecimiento sea a priori altamente improbable no es prueba alguna de que no sea real. Y si no, que se lo digan al individuo al que se le cayó un meteorito encima cuando conducía cerca de Madrid, impactando contra su coche, atravesando el parabrisas e hiriéndole levemente (3,4). La probabilidad de que tal hecho suceda es absolutamente ínfima, pero sucedió. Supongamos que se crea una comisión científica para investigarlo y uno de sus miembros concluye: “Según mis cálculos, la probabilidad de que a alguien se le caiga un meteorito encima es de 1 entre 10 mil millones, luego es mentira”. ¿Realmente alguien cree que con este cálculo queda resuelto el problema científico? El sentido común nos dice que no, y que lo que hay que hacer para saber si es verdad o mentira no son cálculos probabilísticos, sino analizar la composición química del objeto que impactó contra el coche para comprobar si realmente era un meteorito, que es lo que se hizo (4). También es oportuno recordar el caso de las pinturas rupestres de Altamira. Cualquiera que haya contemplado la reproducción de las pinturas en Santillana del Mar no puede menos que quedar impresionado por su realismo y perfección artística, aprovechando incluso sus autores los salientes del techo de la cueva para crear un efecto tridimensional (sobre las pinturas de Altamira dijo Picasso: “Después de Altamira, todo es decadencia”). Tal realismo artístico, que no se alcanzó posteriormente hasta la Grecia clásica, es enormemente difícil de explicar para el nivel social, cultural y tecnológico que se ha asociado a las sociedades paleolíticas. Las pinturas de Altamira solo pueden haber sido realizadas por pintores profesionales de gran sensibilidad artística, tras años de aprendizaje, lo cual implica una sociedad con una estructura compleja y altamente organizada, con una masa de población relativamente amplia y con una transmisión cultural a lo largo de muchos siglos, quizá milenios. Los expertos de la época del hallazgo pudieron haber hecho una evaluación académicamente correcta calificando las pinturas como de muy probablemente falsas, según los conocimientos que se tenían entonces, pero se equivocaron. Y el error no lo demostraron los cálculos probabilísticos, ni los análisis estilísticos, ni otros argumentos “intelectuales”, que les habrían dado la razón, sino otro tipo de evidencias, como el hallazgo de pinturas similares en otras cuevas, las industrias líticas asociadas a las pinturas en algunas de ellas, y, de manera definitiva, la prueba del carbono 14 en los componentes orgánicos de las pinturas. Uno puede hacer todos los cálculos que quiera sobre la probabilidad a priori de que un hecho suceda o de que se produzca un determinado hallazgo, pero una vez que el hecho o hallazgo se ha producido, las probabilidades a priorino se pueden aducir por sí solas como prueba determinante de si ese hecho o hallazgo es real o no, ya que hay que considerar otros factores inherentes al propio hallazgo o acontecimiento, que obligan a buscar otro tipo de evidencias. Teniendo en cuenta el archiconocido ejemplo de Altamira, cuesta entender que de nuevo se repita el error.
Bisonte y cierva de Altamira
Otro factor que hay que tener en cuenta al hacer estimaciones sobre la probabilidad de un hecho es el margen de error de la estimación. Este margen de error tiene una correlación inversa con el conocimiento que se tenga sobre el hecho que se está investigando: a menor conocimiento, mayor margen de error. Y el desconocimiento sobre la época que la estratigrafía asigna a los hallazgos de Veleia es muy grande. Ya lo reconoce el propio Gorrochategui en su artículo “Hic et nunc” (5): “Sabemos que la mitad del siglo III d.C. es un periodo desconocido en muchos aspectos de la vida y la historia romanas de occidente. Cae en picado la información epigráfica que tenemos de esa época […]. El siglo III d.C. es en muchos aspectos un misterio, un periodo oscuro.” Más desconocida aún es la lengua vasca en la antigüedad, tal como también reconoce Gorrochategui: “Con respecto a los textos en lengua vasca, cualquier momento de la antigüedad tardía es a priori inmune a ataques de inverosimilitud basados en paralelos, ya que estos ni si quiera existen. Ningún crítico puede aducir ningún documento concreto que contradiga la verosimilitud de lo hallado, ya que como todo el mundo sabe los primeros textos vascos son del siglo X” (quizá por ello excluyó los grafitos vascos de su cálculo probabilístico). Y en el margen de error no solo debe tenerse en cuenta lo que la “comunidad científica internacional” sabe sobre el tema investigado, sino también lo que el evaluador concreto sabe sobre el mismo. A mayor nivel de expertización, menor probabilidad de error. Sin embargo, Gorrochategui es capaz de hacer estimaciones muy concretas sobre cuestiones muy diversas concernientes a egiptología, latín vulgar y cristianismo primitivo sin ser un verdadero experto en estas disciplinas, por lo que el acierto de sus estimaciones queda muy en entredicho. Por ejemplo, lo que Gorrochategui llama “nominativos sin –s”, a los que da un 5% de probabilidad, bien pudieran ser en realidad acusativos sin –m, documentados con relativa frecuencia en textos latinos de la antigüedad tardía en los que los acusativos aparecen donde se esperarían nominativos (6). Un experto en latín vulgar conocedor de este hecho probablemente habría incrementado considerablemente el 5% de probabilidad que les da Gorrochategui a sus “nominativos sin –s”. En contraste con los amplios márgenes de error esperables de las estimaciones referentes al latín, el vasco o la epigrafía de la antigüedad tardía, aquellas efectuadas sobre hechos mucho más recientes y mejor documentados, como son las falsificaciones arqueológicas contemporáneas, comportarían un margen de error mucho menor. Por lo tanto sería mucho más difícil equivocarse si las estimaciones se hicieran partiendo de los hechos conocidos de falsificaciones arqueológicas modernas que de hechos desconocidos de la antigüedad. Es decir, en vez de preguntarse ¿qué probabilidad hay de que las inscripciones se hicieran en los siglos III-V d.C.? – pregunta a la que no se puede responder sin que en la respuesta haya un muy alto grado de incertidumbre –sería más adecuado preguntarse, para dilucidar la verosimilitud de las dos hipótesis en contienda, ¿qué probabilidad hay de que los hallazgos sean el producto de una falsificación de los siglos XX-XXI?, a lo que se puede responder con mucho menor riesgo de equivocación. [En relación con la probabilidad de la hipótesis de falsificación, llama la atención que en ninguno de los informes en los que se propone se hace un paralelo con falsificaciones arqueológicas modernas. Por el contrario, dos de sus autores han afirmado que la supuesta falsificación de Iruña-Veleia se caracteriza por su “incomprensibilidad” (1), por ser “falsos no esperados” (1), un fraude “totalmente excepcional” (5), que “se aparta sustancialmente de la mayoría de los fraudes arqueológicos” (5), en el que “cuesta creer que el fraude haya sido masivo” (5).]
Otra cuestión que se debe comentar es la de la independencia de los grafitos que Gorrochategui incluye en su cálculo de probabilidades. Para calcular una probabilidad conjunta de diferentes observaciones o hallazgos mediante la multiplicación de la probabilidad individual de cada uno de ellos, es necesario que dichas probabilidades sean totalmente independientes entre sí. ¿Son realmente independientes los grafitos de Iruña-Veleia? Supongamos, por ejemplo, que un estudio hecho por varios arqueómetras y osteoarqueólogos, “los mejores del mundo”, llegara a la conclusión unánime de que el grafito “Nefertiti”, grabado en hueso, es sin ninguna duda de época antigua. ¿Tal demostración no afectaría para nada a la probabilidad de autenticidad del resto de los grafitos? ¿De verdad alguien cree que Gorrochategui diría: “Vale, ‘Nefertiti’ será auténtico, pero esto no tiene nada que ver con los demás grafitos, sobre los cuales me mantengo firme en mi absoluta seguridad de que son falsos”? En el informe de Navarro se analizan 39 grafitos y se dice que 35 son de ejecución reciente. ¿Diría alguien que si esto fuera realmente así – lo cual aún está por demostrar – no afectaría para nada a la probabilidad de autenticidad del resto de los grafitos? Está claro que los grafitos de Iruña-Veleia no son independientes entre sí, sino que, aunque tengan una temática variada, forman un conjunto con unas características comunes, que hace que la autenticidad o falsedad de cada uno de ellos esté fuertemente vinculada a la de los demás. En este sentido se expresan en sus informes diversos autores, tanto favorables como contrarios a la autenticidad, quienes, teniendo en cuenta estas características comunes, hacen valoraciones globales sobre los grafitos. Antonio Rodríguez Colmenero lo expresa de este modo: “¿Serían fraudulentos todos los hallazgos singulares o solamente algunos de ellos? Da igual porque la cantidad de los que ofrecen constantes similares es tal que nos conduciría al mismo resultado. En nuestra opinión, y salvo casos muy puntuales, cada vez menos numerosos, que habría que demostrar, el conjunto del que hablamos o es todo auténtico o falso en su conjunto” (9). Una de las características comunes de los grafitos corresponde a las circunstancias de sus hallazgos: todos ellos fueron hallados en una excavación arqueológica profesional en estratos datados en época romana tardía. No se puede ignorar este hecho a la hora de asignar probabilidades, como hace Gorrochategui. La probabilidad de autenticidad de un hallazgo hecho en las circunstancias mencionadas es mucho mayor de la que se atribuiría, por ejemplo, a uno hecho por un traficante ilegal de piezas arqueológicas que se lucra con su comercio o por alguien que dice que se lo ha encontrado casualmente en el campo. Otras características comunes de los grafitos son los soportes de escritura, indudablemente antiguos, las formas de las letras, en muchos casos de aspecto inconfundiblemente antiguo (como la E de doble barra), las características documentadas del latín vulgar en el que están escritos muchos de ellos, los errores de escritura típicos del latín de la antigüedad tardía, y su temática, en todos los casos compatible con la época asignada por la datación estratigráfica.
Pero supongamos que las probabilidades asignadas por Gorrochategui son correctas y que los grafitos son independientes entre sí, y que, por consiguiente, la probabilidad conjunta de los grafitos fuera del orden de uno entre mil millones. ¿Equivale esto a la imposibilidad del conjunto de los hallazgos? En absoluto. Veamos al absurdo al que se puede llegar con este tipo de cálculos. Supongamos que la probabilidad de cada uno de los 420 grafitos que figuran en la Ostracabase (7) fuera muy alta, digamos el 90%, y que cada uno de ellos fuera independiente de los demás. De acuerdo con el cálculo de probabilidades que hace Gorrochategui, la probabilidad de autenticidad del conjunto de los grafitos sería 0,9 x 0,9 x … x 0,9 (420 veces) = 0,9420= 6,05 x 10-20, es decir, del orden de 6 entre 100 trillones. Suponiendo que el criterio de independencia solo fuera aplicable, digamos, al 10% de los grafitos, entonces la probabilidad conjunta sería 0,942 = 0,012, es decir que habría casi un 99% de probabilidad de que el conjunto de los 42 grafitos fuera falso. ¿Qué concluimos de todo esto? Que para evaluar hipótesis utilizando cálculos probabilísticos hay que saber algo sobre teoría de probabilidades. Pero aun sin ser matemático experto en probabilidad, basta con tener un poco de sentido común para darse cuenta de que no se puede partir de una única hipótesis, comparando su probabilidad con el 100%. Se necesita evaluar como mínimo dos hipótesis alternativas (pueden ser más de dos) que se propongan para explicar los hallazgos, determinando si las probabilidades de ambas son diferentes. Si la diferencia a favor de una de ellas fuera estadísticamente significativa, la hipótesis con mayor probabilidad sería la que mejor explicaría los hallazgos. Esto se expresa matemáticamente con la siguiente fórmula, para dos hipótesis, H1 y H2 sobre un conjunto de datos D:
La parte de la izquierda expresa el cociente entre las probabilidades de las hipótesis H1 y H2 dados los datos D, es decir el “odds ratio”, en terminología probabilística en inglés, a favor de la hipótesis H1con respecto a la hipótesis H2 para explicar los datos D. La fórmula nos indica que este cociente es igual a la multiplicación de dos factores. El primero, Prob (D|H1)/Prob (D|H2), es el cociente de las probabilidades de los datos dadas las dos hipótesis que se evalúan, y el segundo, Prob (H1)/Prob (H2), es el cociente de las probabilidades previas (“priorprobabilities”) de las dos hipótesis antes de que se conozcan los datos. Esta es la fórmula del oddsratio, o cociente de probabilidades, del teorema de Bayes. La cantidad Prob (D|H) (la probabilidad de los datos D dada la hipótesis H) es la verosimilitud (en inglés, likelihood) de la hipótesis H (que no es lo mismo que la probabilidad de la hipótesis, expresada como Prob (H|D))
Si aplicamos esta fórmula para dilucidar cuál es la hipótesis que explica mejor los hallazgos de Iruña-Veleia, los datos (D) son los grafitos hallados en el yacimiento y las dos hipótesis alternativas que se han propuesto para explicar D son 1) que se inscribieron en época romana, concretamente entre los siglos III-V d.C. (hipótesis H1) y 2) que son producto de una falsificación reciente (siglos XX-XXI) (hipótesis H2). Gorrochategui calculó que la probabilidad de los grafitos en caso de ser auténticos (es decir, la verosimilitud de la hipótesis H1), sería 1,5 x 10-9. Aunque esta probabilidad sea cuestionable, es la única que se ha propuesto formalmente de modo cuantitativo, por lo que es la que voy a incluir en la ecuación. Ahora, para completar la fórmula, hay que calcular la verosimilitud de la hipótesis H2, es decir la probabilidad de los hallazgos en caso de que fueran debidos a una falsificación reciente, y el cociente de probabilidades previas de las dos hipótesis antes de realizarse los hallazgos. Varios autores, entre los que se encuentran el filólogo vasco Hector Iglesias (8) y el historiador y epigrafista Antonio Rodríguez Colmenero (9), han apoyado la idea de que los grafitos, de haber sido falsificados, solo pueden haberlo sido por un equipo numeroso de expertos de muy alto nivel en múltiples disciplinas (Rodríguez Colmenero habla de un “ejército de falsificadores” (9)), con conocimientos incluso mayores que los de los expertos de la comisión de la DFA. En esta misma línea se ha expresado el arqueólogo Edward Harris al hablar, obviamente en tono irónico, de “geniuses of the first order” como presuntos autores de la supuesta falsificación (10). Yo mismo he abogado por esta idea, apoyándola con diversos ejemplos de paralelos de grafitos de Iruña-Veleia que, aun siendo raros, hasta el punto de ser desconocidos para todos los miembros de la comisión de la DFA, buscando en bases de datos y en la bibliografía especializada, se puede demostrar que están documentados en la antigüedad (11,12). Esta idea también está implícita, con respecto a los grafitos latinos, en el informe de Alicia Satué (13). Teniendo en cuenta la variada temática de los grafitos de Iruña-Veleia, para efectuar la presunta falsificación, de acuerdo con lo que se ha discutido en diferentes informes y posts, se requeriría un equipo de expertos de muy alto nivel en al menos las siguientes disciplinas: 1) latín vulgar; 2) epigrafía latina; 3) paleografía; 4) lingüística histórica vasca; 5) egiptología, con especialización en Manetón o en la egiptología del mundo grecorromano; 6) paremiología (experto en refranes y sentencias, que debería saber que “homo proponit sed Deus disponit” es muy anterior a Tomás de Kempis (14), cosa que desconocían todos los miembros de la comisión de la DFA, y que “Ad maiorem Dei gloriam” es de procedencia antigua, cosa que desconocían algunos de ellos); 7) iconografía y simbolismo cristianos primitivos. Podría también incluirse un especialista en lenguas célticas antiguas, para explicar la presencia de Denos (6), pero, para que no me acusen de exagerar el número de especialidades requeridas, no lo incluiré, porque no hay otros grafitos claramente célticos en Iruña-Veleia (el grafito contogatos también tiene una terminación en –os típica de un nominativo singular celta, pero podría ser el acusativo plural del latín contogatus, aunque el contexto Mea Ceacia contogatos, parece requerir más bien un nominativo singular). Se requeriría además al menos un experto en envejecimiento artificial de piezas, para explicar las costras que se aprecian en el interior de algunos surcos de grafitos (15) y una elevada financiación para pagar a todos los expertos. Encontrar un especialista de alto nivel en cada una de estas 8 disciplinas no es nada fácil, incluso si se les propone participar en un proyecto científico honesto, y convencer a alguno de ellos que participe en una trama fraudulenta, sabiendo las consecuencias penales, el desprestigio y la ruina profesional que conllevaría en caso de descubrirse a los autores del fraude, sería casi imposible, incluso ofreciéndoles grandes sumas de dinero. ¿Qué probabilidad asignamos a que alguno de estos expertos hubiese participado en el fraude de Iruña-Veleia? Difícil de cuantificar, pero extremadamente baja. Siendo muy generoso, como dice que es Gorrochategui en sus cálculos, y en línea con los porcentajes que utiliza, le daríamos como mucho el 1% para cada especialidad. Como las probabilidades de participación de los distintos expertos deberían ser en principio independientes entre sí, pueden multiplicarse entre ellas, resultando en una probabilidad conjunta de (10-2)8= 10-16. Finalmente, nos queda determinar la probabilidad previa de que los grafitos de Iruña-Veleia fueran falsos, antes de conocer dichos hallazgos. ¿Cuántos casos conocidos hay de una excavación hecha por un equipo arqueológico profesional experimentado, con una estratigrafía correctamente hecha, en la que en un estrato de época antigua aparezcan decenas de objetos falsificados en época contemporánea que hubieran sido dados por buenos por los arqueólogos? Ninguno. ¿Qué probabilidad previa le damos entonces a que este hecho hubiera ocurrido en Iruña-Veleia, teniendo en cuenta además que no existe ningún móvil aparente, en comparación con la de autenticidad de los hallazgos (que sería de casi el 100%)? Muy baja. Pongamos que es 0,01% o 10-4, por poner algo, aunque probablemente es mucho menor. Ya tenemos todos los elementos de la fórmula. El cociente de probabilidades o odds ratio a favor de la hipótesis de autenticidad (H1) sobre la de falsificación (H2), según la fórmula del teorema de Bayes, sería (1,5 x 10-9/10-16) x 104 = 1,5 x 1011, es decir 150 mil millones. En realidad el cálculo es más complejo, porque, para conseguir que un experto participe, el organizador de la falsificación de Iruña-Veleia debería de haber contactado con diversos expertos, y aquellos que hubieran declinado participar, muy probablemente hubieran denunciado la existencia del fraude, si no cuando les llegó la propuesta (quizá creyendo que fuera una broma), sí al menos cuando se enteraron de que el fraude se había llevado a cabo. Suponiendo que para cada experto que aceptó participar en el fraude hubiera habido otros 10 que lo rechazasen y que la probabilidad individual de que un experto no lo denunciase fuese del 10%, la probabilidad conjunta de que ninguno de los 80 expertos lo denunciase sería 10-80y el cociente de probabilidades a favor de la hipótesis de autenticidad (según cálculos de Gorrochategui) con respecto a la de falsificación (según mis cálculos), aplicando la fórmula del teorema de Bayes, sería de 1,5 x 1091, una cifra astronómica.
(En estos cálculos no tengo en cuenta, por su incuantificabilidad, hechos que, si los grafitos fueran falsos, entrarían en el ámbito de lo irreal. Me refiero a los hallazgos paralelos a los grafitos de Iruña-Veleia producidos después de hallarse éstos, y cuya falsificación no requeriría de la participación de un experto, sino de la de un adivino capaz de predecir el futuro. Entre estos paralelos se encuentran tres hallazgos dados a conocer en 2012: las “comillas triples” de una inscripción hebrea del siglo IV d.C. hallada en Portugal, similares a las que aparecen en varios grafitos de Iruña-Veleia; la datación en el siglo III d.C. mediante termoluminiscencia de las placas del Itinerario de Barro, cuya autenticidad había sido antes fuertemente cuestionada, una de las cuales contiene dos Es ibéricas en un texto latino, como se observa también en un grafito veleyense; y el bronce con texto en una lengua paleohispánica no identificada, presumiblemente celtíbero, escrito con letras latinas y con la palabra latina publicus en medio, hallado en Novallas (Zaragoza), con obvios paralelos con los grafitos de Iruña-Veleia que contienen las palabras latinas polita, nova y cor en medio de textos vascos (16).)
Yo no soy experto en probabilidad, aunque utilizo continuamente métodos probabilísticos en mi trabajo científico, y no puedo asegurar que los cálculos estimados aquí sean correctos, teniendo en cuenta, por otra parte, que hay probabilidades que son difíciles de cuantificar y su independencia difícil de evaluar. Pero de lo que sí estoy seguro es que el argumento probabilístico que utilizó Gorrochategui en su artículo “Las armas de la filología”, incorporado al informe que remitió a la DFA, es una falacia. Para calcular la probabilidad de un hallazgo, uno no puede partir de una única hipótesis, como hizo Gorrochategui, sino que se deben evaluar diferentes hipótesis alternativas y determinar cuál de ellas es la más probable. Y en este cálculo, de acuerdo con el teorema de Bayes, hay que incorporar las probabilidades previas de las hipótesis. Y lo que propongo es que comparando las probabilidades de las dos principales hipótesis propuestas para explicar los grafitos de Iruña-Veleia, la de autenticidad (inscritos en época romana) y la de falsificación reciente, utilizando la fórmula del teorema de Bayes, el resultado siempre será favorable a la autenticidad, con mucha diferencia. Decía lsabel Velázquez que los grafitos de Iruña-Veleia, considerados aisladamente, “podrían haber sido” y que el problema era “el conjunto”. Pues bien, si para la profesora Velázquez la autenticidad del conjunto es un problema, el cálculo de probabilidades indica que la falsificación del conjunto es un problema aún mucho mayor.
Referencias
1. Velázquez, I. ¿Dioses, reyes y hombres en la ciudad romana de Veleia? Mesa redonda-debate (1 h 45 min). Universidad Complutense de Madrid. 19/11/2010.
5. Gorrochategui, J. Hic et nunc. Falsificaciones contemporáneas. El caso de Iruña-Veleia. En: “El monumento epigráfico en contextos secundarios: Procesos de reutilización, interpretación y falsificación”. Editores: Joan Carbonell Manils, Helena Gimeno Pascual y José Luis Moralejo Álvarez. Servei de Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona. Bellaterra (Barcelona). 2011.
Milesker Antton Erkiziari gai hau blogera ekartzeagatik. Post honen asmoa ez da gaia luzean aztertzea, eztabaidarik ematen bada leku ad-hoc batean izan dadin baizik.
(en español abajo)
Baskoitze berantiarra, baskonizazio berantiarra, edo beranduko baskonizazioaren teoriak Mendebaldeko Nafarroa (hau da, egungo EAE edo Bizkaia, Araba ta Gipuzkoa), antzinatean, baskoia ezean indieuroparra zela defendatzen du. Beste hitzetan, baskoiak eta euskara V.-VI. mendeetan heldu zirela horra, aurretik zeltikoa, zeltiberikoa edo beste zerbait (baina indieuroparra) zelarik.
Honen aurrean, baskonizazio berantiarra egon etzela defendatzen dutenek euskalduntasunaren ildo historikoa defendatzen dute erdi aroko Mendebaldeko Nafarroa eta egungo EAE honetan.
La Teoría de la Vasconización Tardía propone que laNavarraoccidental(es decir, la actual CAVasca oBizkaia, ArabayGipuzkoa) era, en la antigüedad, indoeuropea y no vascona o vasca. En otras palabras, los vascosyel euskera llegarían a esta zona hacia el s. V.–VI. ¿Y qué hubo antes? Pues celta, celtibérico, o lo que fuera, pero siempre indoeuropeo y no vasco.
Los que defienden que no hubo una vasconización tardía aceptan la líneahistórica de lo vasco tanto en Navarra (vascones) como en la Navarra Occidental o CAV (otras antiguas tribus vascas).
– Honi buruz azken orduko dokumentala / Documental sobre el asunto: http://www.diariovasco.com/culturas/zinemaldia/201409/24/mantienen-euskera-hablo-gran-20140924140809.html // http://www.sansebastianfestival.com/2014/secciones_y_peliculas/gala_etb/7/625676/eu
Horra ba nere betiko erizpide indigenistatik eztabaidarako galdera batzuk.
– Teoria honek dituen argudio enpirikoak ukatu gabe, zuzenki interpretatuak al dira argudio hauek? 2.800 urtearen inguruan etorkizuneko arkeologo batzuek Leitzan egindako indusketa batzuetan praka bakero batzuk eta ingelesez idatzitako errotulu batzuk aurkitzen badituzte, egungo leitzarrak estatubatuarrak zirela ondorioztatu beharko lukete?
– Zer gertatzen da oraindik aurreragoko euskal presentzia iradokitzen duten zehaztapen enpirikoekin? Busturialdeko egungo egoileek Santimamiñe garaiko homo modernoekin esteka genetiko bat mantentzen dutela frogatu denean, Baztanen egin zen bezala, zer pentsatu behar dugu? Lehenik eta behin bertokoak egon zirela, gero indieuroparrek beraien eskualdea absolutuki okupatu eta bertokoak bota, eta mende edo milaka urteen ondoren, berriz ere, bertokoak itzuli eta eskualdea birrokupatu zutela? Zein kuriosoa, bertokoak milaka urteen ondoren juxtuki eskualde berdinera itzultzea… Zer nolako oroimen kolektibo geografikoa eta lurmina!
– Baskonizazio berantiarraren defendatzaile desberdinak ez datoz bat ustezko baskonizazio horren aurreko euskararen presentzian, baina ezinezkoa dugu ‘geist’ inkonziente zehatz batek beraien jarrera baldintzatzen egotea? Baskonizazioa berantiarra bada, gaztelarrek (egungo espainiako godo barbaroen ondorengoek) 1029an eta 1200an jada Nafarroako Erresumako mendebalde hau konkistatu zutenean, «birkonkista» gisa interpretatu beharko baikenuke indieuroparren ikuspegitik. Ez al da kuriosoa ‘kasualitate’ hau?
– Azken finean, kasualitatea al da bertoko kultura bat (euskalduna) kanpoko kultura batek (espainolak) gutxitua eta azpiratua den garaian, bertoko kultura ‘betikoa’ ez dela esaten duen teoria agertu izana?
—————————————————————– A partir de mi habitual sesgo indigenista planteo algunaspreguntas para la discusión.
–Sin negar los argumentosempíricos que apoyan la supuesta vasconización tardía, ¿estamos interpretando correctamente estos argumentos? Si en el futuro, alrededor del año 2.800, unos arqueólogoscavan en la antigua y desaparecida Leitza y encuentranunos jeansy un rótulo escrito eninglés, ¿deberían necesariamente concluir que los actuales leitzarras son estadounidenses?
–¿Qué sucede cuandolas últimas constaciones genéticas apoyan sugieren una línea histórica permanente de lo vasco en la Navarra occidental? Si actuales pobladores de la zona mantienen un vínculo genético con los antiguos homos modernos de Santimamiñe, tal como se constató también en el Baztán, debemospensar que primero estaban los más originarios antepasados de los actuales euskaldunes, luego de pronto lo invadieron absolutamente todo los indoeuropeos y la gente del lugar abandonó la zona por siglos e incluso por un milenio, y que luego, tras ese largo lapso, de repente y por arte de biribirloque los descendientes de aquellos homos modernos volvieron a sus antiguas zonas de ocupación? ¡Vayamemoria colectiva geográfica y morriña intergeneracional!
–Losdiferentesdefensores de la vasconización tardía difieren en si había o no euskera antes de dicha vasconización o navarrización, ¿pero acaso es imposible que algún tipo de «geist» pueda estar condicionando los análisis? Desde un punto de vista indoeuropeo, si la vasconización es tardía, cuando los castellanos(descendientesdelos godosbárbaros) conquistaron en 1029y 1200la Navarra occidental, no hicieron sino «reconquistar» esa zona para lo indoeuropeo.
– En suma, ¿es una coincidenciaque, una época en la que de una cultura local(la vasca) es minorizada y oprimida por una cultura extranjera(la española), aparezca una teoría según la cual esa cultura localno es «de siempre», sino precisamente posterior a la macrocultura de la que proviene la cultura extranjera? (si a alguien le molesta la referencia a la ‘opresión de lo vasco’, que perdone, ya se sabe que en contextos de opresión es políticamente incorrecto referirse a la opresión).