Entrevista de prensa del 19/01/2009 con Martín Almagro Gorbea
– Un yacimiento celtibérico romano.
– Y yo, que me siento vasco y soy vasco, me hago dos reflexiones: quiénes son más vascos y quiénes aportan más, los que falsifican la historia para seguir manipulando mitos en su beneficio o los pocos que nos atrevemos a denunciar que por ese camino no nos labramos un futuro mejor.
– El Árbol de Guernica, que, por cierto, es de origen celta.
– Únicamente es posible en una sociedad en la cual instrumentalizar la Historia a través de la ideología forma una parte tan sustancial de la vida política. – Y creo que esto no se ha denunciado durante dos años en el País Vasco porque falla la libertad de expresión.
– Porque creo que los vascos de verdad no somos nacionalistas.
«Sólo en el País Vasco es posible un escándalo como el de Veleia»
Los hallazgos arqueológicos de Iruña-Veleia (Álava), donde aparecieron centenares de grafitos que supuestamente cambiaban la Historia, tienen visos de inmenso bluf, y Almagro pone voz a las fundadas sospechas de fraude.
Por lo que hoy sabemos, el vasco en época prehistórica no se hablaba en el País Vasco, sino en el Pirineo y en Aquitania.
BLANCA TORQUEMADA
Actualizado Lunes, 19-01-09 a las 09:59
-Iruña-Veleia. Para quien no conozca el asunto, ¿de qué estamos hablando?
-Se trata de un yacimiento celtibérico romano. Veleia es el nombre prerromano de un «oppidum», una ciudad fortificada indígena, que se romanizó.
-En la excavación de esos vestigios aparecen en 2006 todas esas tablillas, y se datan en el siglo III… Entre ellas, la de la supuesta primera representación de un calvario, otra con palabras en euskera y hasta las que incluyen jeroglíficos egipcios.
-Cuando salieron los grafitos, me llamaron la atención porque documentarían que se hablaba vasco en una zona en la que nunca ha estado implantado. Pero luego me llegaron las fotos en las que se reproducía la tablilla del calvario en la que la cruz de Jesús en vez de «INRI» tiene escrito «RIP». ¡Tremendo! En términos de teología cristiana, es una blasfemia. Eso indicaba que el que lo había hecho tenía muy poca idea de epigrafía. Ahí yo ya no le di más importancia al caso y me limité a zanjar «esto es falso». Pero cuando me enteré de que habían dado más de tres millones de euros para la excavación, entonces ya entramos en una gran chapuza y una estafa intelectual, porque se utilizan medios para fines que no son correctos.
–Las presuntas inscripciones en vasco creo que dan risa. ¡Son casi en batúa!
-Es como si dijeran «vamos en tranvía a las pirámides, le dijo el faraón a la faraona». Lo del «RIP» era determinante, pero todo lo demás también.
–¿Estafa arqueológica con trastienda política?
-Es intencionada y con muchos medios que no se justifican. Y yo, que me siento vasco y soy vasco, me hago dos reflexiones: quiénes son más vascos y quiénes aportan más, los que falsifican la historia para seguir manipulando mitos en su beneficio o los pocos que nos atrevemos a denunciar que por ese camino no nos labramos un futuro mejor. Tenemos mitos muy bonitos, como los de Túbal o el Árbol de Guernica, que, por cierto, es de origen celta. Y hay que mantenerlos, pero no instrumentalizarlos para tener doblegada a la población. Por lo que hoy sabemos, el vasco en época prehistórica no se hablaba en el País Vasco, sino en el Pirineo y en Aquitania. Esa teoría podría cambiar con datos nuevos, pero desde luego no son los de Veleia. Y es muy interesante que justo se invente Veleia para apoyar una tesis que científicamente desmienten los nombres de los ríos u otros datos.
–Se dio el precedente de la cueva de Zubialde, que se presentó como una «sixtina» del arte rupestre y resultó que todavía olía a «titanlux».
-¡Pero esto es simplemente porque, como dan premios para tener más prehistoria, un señor se inventó un bisonte!
–Proliferan en el País Vasco montajes así…
–Únicamente es posible en una sociedad en la cual instrumentalizar la Historia a través de la ideología forma una parte tan sustancial de la vida política.
Y yo, que me siento vasco y soy vasco, me hago dos reflexiones: quiénes son más vascos y quiénes aportan más, los que falsifican la historia para seguir manipulando mitos en su beneficio o los pocos que nos atrevemos a denunciar que por ese camino no nos labramos un futuro mejor.
-Y el «tenderete» de Veleia ha aguantado en pie dos años.
–¡Sólo en un ambiente enrarecido y muy especial es posible que esta pantomima se sostenga tanto tiempo!
-¿Y si se insinúa que quienes descalifican los hallazgos están al servicio del Estado centralista y malvado?
-Yo simplemente ejerzo mi libertad de palabra. Y creo que esto no se ha denunciado durante dos años en el País Vasco porque falla la libertad de expresión.
–¿Hay especialistas que denunciaban el bulo en privado pero no en público?
-¡Y a uno que lo dijo en público se le echaron encima! Y eso que era de espíritu nacionalista, cosa que yo no soy. Porque creo que los vascos de verdad no somos nacionalistas. Uno de los artífices del vasquismo, el padre Larramendi, ya inventó una inscripción falsa en el siglo XVIII para demostrar que los vascos creían en un solo Dios antes de los romanos. ¡Lo de Veleia suena a lo mismo!
Entrevista de prensa del 1/11/2008 con Martín Almagro Gorbea, 18 días antes del dictamen de la Comisión Científica Asesora de Iruña Veleia
No he visto casi nada, ni me interesa, pero todo es una burda falsificación con objetivos políticos. Se quiere falsificar nuestra historia, afirmando que se hablaba un idioma que ni siquiera existe en un lugar donde era imposible que se hablara. Esta falsificación nos llevaría a situaciones como la Guerra Civil*. No existen pruebas físicas para dirimir si las inscripciones son verdaderas o no.
*El padre del entrevistado fue un notorio arqueólogo franquista que lucho en el bando de los golpistas [1].
MARTÍN ALMAGRO GORBEA CATEDRÁTICO DE PREHISTORIA DE LA COMPLUTENSE Y MIEMBRO DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA
«Los hallazgos de Iruña-Veleia son una broma o una estafa»
El profesor tacha de «falsificación burda» los grafitos con el dibujo de un Calvario y palabras en euskera fechados en el siglo III
MARÍA JOSÉ CARRERO
| VITORIA
EL PERSONAJE
Catalán de nacimiento y alavés «de corazón» por ser su madre de Ayala, Martín Almagro Gorbea, además de catedrático y académico, ha dirigido el Museo Arqueológico Nacional. En 1987, leyó la ‘laudatio’ de José Miguel de Barandiarán con motivo de su nombramiento como doctor honoris causa de la Complutense.
Catedrático de Prehistoria de la universidad Complutense, Martín Almagro Gorbea es miembro de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País desde hace años, pero fue en junio cuando leyó su discurso de ingreso en esta sociedad. Lo hizo con una lección sobre ‘Los orígenes de los vascos’ en la que califica de «falsificaciones» los hallazgos del yacimiento alavés de Iruña-Veleia. Editado por la Bascongada, el trabajo acaba de salir de la imprenta.
-¿Por qué introduce los hallazgos de Iruña-Veleia en su discurso ‘Los orígenes de los vascos’?
-Al tratar del origen de los vascos, uno de los problemas que se plantean es dónde se ha hablado euskera y dónde no. Hace dos años aparecieron unos supuestos descubrimientos en Veleia que causaron gran sensación. Se presentaron como una de las colecciones de grafitos más importantes del Imperio Romano. Me llamaron la atención. Unas semanas después, vi unas fotos de calidad publicadas en una revista de difusión cultural. Inmediatamente comprendí que era una chapucería.Se intentaba demostrar que había gente que hablaba vasco donde no se podía y, además, una lengua moderna que era imposible que se hablara en la Antigüedad. Hablé de Veleia en mi discurso para explicar que en la Historia no hay que hacer mistificaciones, es nuestra memoria colectiva y quienes la manipulan hacen un gran daño.
-Es contundente. Dice que los grafitos son una falsificación, con lo que califica de ‘affaire’ los hallazgos.
-Es que todo lo que veo es falso. Además, todas las noticias que tengo ‘off the record’, es decir, de los comentarios entre los colegas, se sitúan entre la estupefacción y la broma. ¿Cómo algo así se ha tomado en serio y, encima, durante tanto tiempo?
-Entre los dibujos que ha visto, imagino que estará el Calvario del siglo III que, según los arqueólogos de Veleia, es el primero de la Cristiandad hasta ahora conocido.
-Sí, entre otras inscripciones he visto un Calvario que encima de la cruz, en vez de poner INRI (‘Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum’, como mandó escribir Pilatos), pone RIP. Y esto no sé si quiere decir ‘Requiescat In Pace’ o ‘Requievit in Pace’. En cualquier caso, es una fórmula que nunca se puede aplicar a Jesucristo porque sólo se aplica a los hombres que mueren. Poner RIP supone que Jesucristo ha muerto, lo que es una herejía. No he visto nada más divertido en toda la historia del Cristianismo.
-¿Conoce más piezas?
–No mucho más, porque no es un tema que me preocupe. Sí he oído muchos comentarios de colegas sobre puntuaciones ortográficas, lo que indica un conocimiento muy bajo de la Epigrafía. Hay faltas de ortografía, es decir, no saben escribir ciertas palabras como se escribían en la Antigüedad.
-Se ha decidido a hablar antes de que se pronuncie una comisión de científicos creada por la Diputación. ¿Por qué no ha esperado?
-Me parece muy bien que hablen si quieren y si no, que se callen. Que cada uno haga lo que quiera. Pero un camelo que se puso en marcha hace dos años y medio ya es hora de decirle a la gente que es un camelo. Me parece un tiempo excesivo en un asunto que en otro país sería una broma o una estafa porque puede haber las dos cosas, ya que hay asuntos económicos por medio.
-Explíquese.
–Una broma sería que yo hiciera una inscripción sin más transcendencia, pero si hay dinero de por medio es una estafa.Si, además, hay el deseo de engañar al mundo científico y, a través de él, a los demás, es más serio. No se pueden esperar más de dos años. En cuanto se ve, hay que decir ‘esto es mentira’.
«De laboratorio»
-En ese comité de expertos, además de filólogos, epigrafistas y arqueólogos, hay un químico y un físico. Imagínese que las pruebas físicas o químicas a que se someten los materiales confirman que son piezas de los siglos III o IV.
–Un físico podrá decir que antigua es la cerámica, no el grafito.
-¿No es posible saber si el grafito es verdadero?
-Falsificar grafitos no es nada imposible. Lo que no puede ser es que un señor excave por la mañana y no vea los grafitos y, al día siguiente, salgan por decenas. Eso puede pasar una vez. Yo he excavado y le digo que en una excavación, era del mundo tartésico, que dio grafitos, dio seis en total. Comprenderá que todos los de la excavación no teníamos más que ojos para esas piezas. No se nos escapaba ni uno. Allí, sólo salían en laboratorio.
-¿Quiere decir que los grafitos de Veleia no salieron del yacimiento?
-En fin. No le cuento más. A ver qué dice la comisión, que va a ser muy divertido.
-¿En los ‘mentideros’ arqueológicos se comenta que las piezas con inscripciones son de laboratorio?
-En los mentideros y no mentideros. Pregunte por ahí por algunos de los que excavaban, a ver qué ha pasado con ellos. Verá qué divertido es. Para evitar todo esto, tenemos que tener unos responsables de cultura que se ocupen de la cultura. No lo digo por este caso concreto, sino en general. Es un tema serio, entre otras cosas porque se gasta dinero público de todos los ciudadanos. La cultura, y más la Historia, es la memoria colectiva. Sin una buena Historia, la sociedad es amnésica.
-El lingüista Joaquín Gorrochategui ha sido el primer experto en cuestionar los hallazgos. ¿Lo sabía?
-No, pero desde luego dice mucho a su favor. Conozco a Gorrochategui, no es que sea amigo, y me parece muy serio. Me alegro mucho de que, sin haberme puesto en contacto con él, digamos lo mismo. No puede ser de otra manera. La falsificación es burda. Hay hasta jeroglíficos egipcios.
-Sí. En un grafito aparece ‘Nefertiti’ cuando, al parecer, la transcripción del nombre de esta reina se adoptó en el siglo XIX.
-Así es. Lo que no me explico es cómo no aparece también una carta de Cleopatra a Marco Antonio. Es muy serio que dinero de investigación se use para esto. Y muy serio que se le dé una relevancia de acuerdo con un deseo de extender una lengua donde no ha existido nunca para justificar determinadas actitudes políticas. No es de recibo en un país democrático. Suena a actitudes de manipulación histórica que han costado mucha sangre en el siglo XX. Y esto, como científicos tenemos que denunciarlo.
Expertos «sin reservas»
-En la presentación de los hallazgos participó algún catedrático de la UPV. ¿Por qué van a estar equivocados?
-Cuando vi la primera noticia, me dije con sorpresa: ‘yo tengo otras teorías, así que las tendré que cambiar’. Algo más tarde ya me empezó a chirriar y en cuanto vi la foto, me di cuenta de que era mentira. Unos lo veremos antes y otros, después. Pero, de verdad, de todos los expertos con los que he hablado, no hay ni uno que tenga la más mínima reserva respecto a que es falso. Otra cosa es que no lo digan.
-Si el ‘affaire’ se confirma, ¿cuál debe ser el siguiente paso?
-Si somos un país serio, europeo, tiene que haber responsabilidades. Lo que pasa es que en la sociedad española es rarísimo que quienes están en cargos políticos asuman responsabilidades, pero yo no soy político, así que no voy a pedir lo que no está en mis manos. Como científico tengo que decir que quienes están en el ‘affaire’ están desacreditados no científicamente, sino éticamente, dentro de la Ciencia, que es mucho peor. Equivocar nos equivocamos todos, pero no se puede utilizar la Ciencia para engañar.
[el subrayado en la entrevista es nuestro] =================================== [1] Juan Francisco M. Corbí EL FRANQUISMO EN LA ARQUEOLOGÍA: EL PASADO PREHISTÓRICO Y ANTIGUO PARA LA ESPAÑA UNA, GRANDE Y LIBRE
Entre las disciplinas implicadas en la evaluación de los hallazgos de Iruña-Veleia objeto de la actual controversia, hay algunas ausencias llamativas. Una de ellas, que se ha mencionado en otras ocasiones, es obviamente la arqueometría. Otra, de la que se ha hablado menos, pero que también tiene gran importancia, es la paleografía, que estudia las formas antiguas de las letras. Esta ausencia intentaron suplirla otros expertos, como los lingüistas Joaquín Gorrochategui e Isabel Velázquez y los historiadores y epigrafistas Pilar Ciprés y Juan Santos Yanguas, que, aunque puedan tener conocimientos de paleografía, probablemente no posean el suficiente nivel de expertización en dicha disciplina requerido por la complejidad del análisis de los grafitos. Quien más se extendió (y por ello quien más se equivocó) en su análisis paleográfico fue Gorrochategui, que se atrevió a comentar sobre las Es de doble barra (II), las supuestas “Js”, las Ms de ángulo alto, la forma de la phi (ϕ) griega o la combinación mayúscula-minúsculas (la extraordinaria polivalencia de Gorrochategui no acabó en la paleografía, sino que también se extendió a otros campos, como la egiptología, la epigrafía, el latín vulgar, la paremiología y la probabilística, lo que hizo que multiplicara sus errores). En los comentarios paleográficos de los informes, aparte de los errores cometidos, destaca la ausencia de cualquier intento de buscar paralelos en la Antigüedad, que es lo primero que se espera de un experto cuando se enfrenta a un hallazgo controvertido atribuido a época antigua. En este post voy a mostrar algunos paralelos antiguos de las formas de las letras de los grafitos de Iruña-Veleia, algunos de ellos ya comentados en diversos informes y escritos de réplica.
Posiblemente, la supuesta anomalía paleográfica más llamativa en Iruña-Veleia para un no paleógrafo es la presencia en algunos grafitos de letras parecidas a Js. Pero, como ya apuntó Idoia Filloy en un informe (1), tales supuestas Js no tienen ninguna connotación fonética, como lo demuestra la presencia de una de ellas en una de las barras de la II (=E) de VJINVS de la pieza 11139 (Fig. 1). Otras “Js” que obviamente carecen de significación fonética son las de ANNJA de la pieza 10793 y FEATJLIA de la pieza 10772 (Fig. 1). Tales “Js” sin significación fonética están documentadas en la Antigüedad, por ejemplo en las tablillas de Vindolanda, donde se usan con profusión (1), apreciándose una de ellas en la primera de las barras del número III (Fig. 1). Por lo tanto, ahí encontramos uno de los paralelos puramente gráficos de las “Js” de VJINVS, ANNJA o FEATJLIA, desconocidos para los miembros de la comisión de la DFA, pero al parecer conocidos para el supuesto falsificador de Iruña-Veleia.
Fig. 1. «Js» gráficas en Iruña-Veleia y Vindolanda.
Otra de las supuestas anomalías paleográficas de Iruña-Veleia utilizada como argumento a favor de la falsedad es la profusión de Ms de ángulo alto, comentada por Joaquín Gorrochategui. Ya se encargaron Hector Iglesias (2), Idoia Filloy (1) y otros (3) de rebatir este argumento aportando numerosos ejemplos de tales Ms en la Antigüedad. A ellos añado dos más de inscripciones de época romana (Fig. 2).
Fig. 2. Ms de ángulo alto en textos latinos antiguos de un mosaico de Austria y un grafito de Ostia Antica
También fue Idoia Filloy (1) quien mostró paralelos en la Antigüedad de la combinación de mayúscula/minúsculas de Deidre Pav[ ] en la pieza 11293 de Iruña-Veleia, que tan imposible le parecía a Joaquín Gorrochategui, como el de una tablilla de Vindolanda que se muestra en la Fig. 3. Recientemente, Alicia Satué (4) ha mostrado más paralelos antiguos de la grafía observada en la mencionada pieza.
Fig. 3. Mayúscula-minúsculas en la pieza 11293 de Iruña-Veleia y capital clásica-cursivas en cartas de Vindolanda
Pero aparte de los errores paleográficos cometidos por los miembros de la comisión en sus informes, llaman la atención sus omisiones sobre los paralelos paleográficos de los grafitos de Iruña-Veleia. Porque tan error es el de omisión como el de acción, y ya puestos a hacer análisis paleográficos, ¿por qué no completar la faena buscando y mostrando los paralelos de Iruña-Veleia en época romana?
Cuando tuve ocasión de observar por primera vez las fotos de los grafitos de Iruña-Veleia, dos de las letras que más me llamaron la atención fueron la S de VRDIN ISAR (Fig. 4) y la C de OCTAVIO AVGVSTO (Fig. 5), que son muy diferentes de las letras actuales. La parte superior de la S de ISAR, en vez de ser curva, es recta con dirección oblicua hacia arriba. La forma de esta S, que se repite en algunos otros grafitos de Iruña-Veleia, es muy parecida a algunas Ss de las tablillas de Vindolanda y de grafitos de Pompeya (Fig. 4). Por otra parte, la parte superior de la C de Octavio no acaba curvándose hacia abajo, sino que se prolonga con un trazo rectilíneo oblicuo exageradamente largo que apunta en dirección superior derecha, como lo hacen algunas Cs de Vindolanda y de grafitos de Pompeya y Ostia Antica (Fig. 5). Obviamente esas letras no las pudo escribir un falsificador de forma espontánea, sino que, o bien fueron escritas en la Antigüedad, o bien imitan a la perfección modelos de la Antigüedad, lo cual es incompatible con el calificativo de “burda” atribuido por algunos a la supuesta falsificación.
Fig. 4. Ss con trazo superior oblicuo en Iruña-Veleia, Pompeya, Vindolanda y Segóbriga.
Fig. 5. Cs con trazo rectilíneo oblicuo superior en Iruña-Veleia, Vindolanda y Ostia Antica.
A continuación, muestro algunos otros paralelos existentes entre letras de Iruña-Veleia y grafitos o inscripciones cuya antigüedad no se ha puesto en duda [la mayoría de los paralelos mostrados son de Pompeya (5), Ostia Antica (Italia) (6), Vindolanda (Inglaterra) (7) y Segóbriga (Cuenca) (8), pero también hay uno de La Cabañeta (Zaragoza) (9), uno de Alcalá de los Gazules (Cádiz) (10) y otro de Salcedo (Álava) (10)].
– A sin trazo horizontal (Fig. 6).
Fig. 6. As sin trazo horizontal en Iruña-Veleia, Pompeya, Ostia Antica y Segóbriga.
– A con “colas” (Fig. 7). En los grafitos de Segóbriga (8) hay tres As con “cola”, en un caso a la izquierda y en dos a la derecha.
Fig. 7. As con «cola(s)» en Iruña-Veleia, Salcedo (Álava) (HEp 3, 1993, 9 = AE 1988, 811) y Segóbriga.
– B “cuadrangular”: angulosa con semicírculo inferior en forma de cuadrilátero irregular (Fig. 8). Cuando se pretende imitar la forma angulosa de algunas Bs antiguas, normalmente los semicírculos de la B se convierten en triángulos con base en el trazo vertical, como se observa en las Bs de textos de “Astérix en los juegos olímpicos” o en los de la letrina de Iruña-Veleia (Fig. 8). Sin embargo, la parte inferior de la B de BIIT[ ] de la pieza 13397 de Iruña-Veleia es llamativa por su forma en cuadrilátero, cuyo lado superior coincide con el trazo inferior del semicírculo de arriba. La forma de esta B es muy similar a la que se observa en una de las Bs de los grafitos de la Cabañeta (Fig. 8). Una B parecida se observa también en la pieza 13393 de Iruña-Veleia.
Fig. 8. Bs con parte inferior cuadrangular en Iruña-Veleia y La Cabañeta. Para comparación, se muestran Bs angulosas imitación de las antiguas en «Astérix en los juegos olímpicos» y en la letrina de Iruña-Veleia, con los semicírculos convertidos en triángulos con base en el trazo vertical izquierdo.
– F con “cola” (Fig. 9). Algunas Fs de Iruña-Veleia acaban abajo con una “cola” hacia la izquierda, como ocurre con algunas Fs de Pompeya, Ostia Antica y Segóbriga. También es de notar que en una F de Iruña-Veleia, los trazos que deberían ser paralelos son divergentes, al igual que en dos Fs de Pompeya, y que otra F de Iruña-Veleia es curvada en su parte superior, como lo son dos Fs de Pompeya y una de Segóbriga. El parecido de esta última F, de un grafito descrito en 2007 (8), con la F curvada de Iruña-Veleia es asombroso, siendo la única diferencia notable la mayor longitud de la “cola” de la F de Segóbriga. (Nótese cómo la “cola” de la F del grafito de Segóbriga “evita” la costra, al igual que parece ocurrir en algunos grafitos de Iruña-Veleia, seguramente debido a la limpieza a la que fue sometida la pieza.) [La adición de «colas» a las letras es un fenómeno recurrente en época romana, observándose en As (Fig. 7), Is (Fig. 1) – que adoptan formas similares a Js -, Fs y Ts (1)]
Fig. 9. Fs con «cola» en Iruña-Veleia, Pompeya, Ostia Antica y Segóbriga.
– G con trazo vertical exageradamente largo (Fig. 10).
Fig. 10. Gs con trazo vertical exageradamente largo en Iruña-Veleia y Segóbriga.
– L con ángulo agudo: el trazo horizontal se hace oblicuo, apuntando hacia arriba (Fig. 11).
Fig. 11. Ls con ángulo agudo en Iruña-Veleia, Alcalá de los Gazules (Cádiz) (CIL II 5041, p 843; CIL I 614, p 919) y Ostia Antica.
– L con ángulo obtuso: el trazo horizontal se hace oblicuo, apuntando hacia abajo (Fig. 12).
Fig. 12. Ls con ángulo obtuso en Iruña-Veleia, Ostia Antica y Segóbriga.
– L “lambdoidea”: el trazo horizontal se hace oblicuo y no parte del extremo inferior del trazo vertical, sino más arriba, lo cual le confiere cierto parecido a la lambda griega (λ) (Fig. 13).
Fig. 13. Ls «lambdoideas» en Iruña-Veleia y Segóbriga.
– N con trazo oblicuo curvo (Fig. 14).
Fig. 14. Ns con trazo oblicuo curvo con concavidad inferior en Iruña-Veleia, Ostia Antica y Segóbriga.
– O “picuda” (Fig. 15).
Fig. 15. Os «picudas» en Iruña-Veleia, Pompeya y Ostia Antica.
– R con trazo oblicuo exageradamente largo (Fig. 16).
Fig. 16. Rs con trazo oblicuo exageradamente largo en Iruña-Veleia y Pompeya.
– R “abierta”: el trazo curvo no se cierra en semicírculo hacia la izquierda, sino que se desvía en dirección inferior derecha, formando como una S invertida (Fig. 17).
Fig. 17. Rs «abiertas» en Iruña-Veleia, Pompeya y Ostia Antica.
– S “estirada” verticalmente, en la que las curvas no acaban de completarse en los extremos (Fig. 18).
Fig. 18. Ss «estiradas» verticalmente en Iruña-Veleia, Pompeya y Ostia Antica.
– E ibérica (Fig. 19). Dos de estas Es, con tres trazos paralelos oblicuos de abajo a arriba (en vez de horizontales, como en las Es latinas) y con el trazo vertical sobresaliendo prominentemente por encima del trazo oblicuo superior, que se ven en medio de un texto latino en la pieza 11425 de Iruña-Veleia, son muy parecidas a dos Es del texto latino de la placa IV del Itinerario de Barro, datada mediante termoluminiscencia hacia el siglo III d.C. (11).
Fig. 19. Es ibéricas en la pieza 11425 de Iruña-Veleia y en la placa IV del Itinerario de Barro.
– I ibérica (Fig. 20). En el grafito en lengua vasca de la pieza 13397, aparece un signo parecido a una N con una I por encima del trazo oblicuo, que es idéntica a uno de los signos ibéricos equivalentes a la ilatina, como vemos en un grafito de La Cabañeta. Este mismo signo aparece en un grafito de Segóbriga tras una M latina.
Fig. 20. «Is» ibéricas en Iruña-Veleia, Segóbriga y La Cabañeta.
Algunas de estas letras antiguas están descritas en textos generales de paleografía, por lo que teóricamente podrían haber sido conocidas por un falsificador que los hubiera consultado, pero otras, como las As con “cola”, las “Js” (desconocidas para todos los miembros de la comisión), las Ns con trazo curvo o las Bs “cuadrangulares” probablemente solo son conocidas por algunos especialistas altamente cualificados. También es importante señalar que los grafitos de Segóbriga fueron descritos en 2007 (8) y los de La Cabañeta en 2011 (9), por lo tanto posteriormente al descubrimiento de los grafitos de Iruña-Veleia en 2005-2006, de manera que no podían haber sido conocidos por un falsificador, y que la autenticidad de las placas del Itinerario de Barro, cuya antigüedad había sido fuertemente cuestionada, no se demostró hasta la reciente realización de las pruebas de termoluminiscencia, cuyos resultados se publicaron en 2012 (11).
Reflexiones finales
En este post se muestran numerosos paralelos en la Antigüedad de las formas de las letras de los grafitos de Iruña-Veleia, al parecer desconocidos para los miembros de la comisión constituida por la Diputación Foral de Álava. Estos paralelos se añaden a los lingüísticos (4,12), epigráficos (1,13), iconográficos (14) e incluso microscópicos y mineralógicos en los depósitos de los grafitos (15) señalados en diversos informes y escritos. Mientras algunos miembros de la comisión solo hablan de falsedad, imposibilidad, “impensabilidad”, etc., tres profesores universitarios latinistas que evaluaron conjuntamente los grafitos latinos solo hablan de la existencia de paralelos lingüísticos en la Antigüedad, muchos y descritos en la literatura (16). Paralelos y más paralelos, que se acumulan sin cesar, algunos de ellos descritos posteriormente a los hallazgos de Iruña-Veleia y por lo tanto no susceptibles de haber sido imitados por un falsificador. La pregunta obvia es ¿por qué no los encontraron los miembros de la comisión? La repuesta parece sencilla: porque no los buscaron, ya que se encuentran sin dificultad. Y ¿por qué no los buscaron? La respuesta es algo más complicada. Por la forma en que están redactados algunos informes, da la impresión que sus autores hubieran partido de la premisa de que los grafitos eran falsos, por lo que en vez de buscar paralelos en la Antigüedad, se dedicaron con afán desmedido a buscar cualquier argumento, por absurdo, retorcido, o “cogido por los pelos” que fuera, para apoyar esa idea preconcebida. ¿Por qué partieron de la premisa de que eran falsos? Tampoco es fácil responder a esta pregunta y la respuesta puede no ser la misma para todos los casos: algunos, quizá, por motivos interesados (que, siendo bien pensados, se debe suponer que influirían de forma inconsciente o no totalmente consciente), otros porque fueron persuadidos por los primeros (algo parecido a lo que ocurrió en el comité de expertos que analizó el osario de Santiago y la tablilla de Joás en Israel) (17), otros por la excepcionalidad de algunos hallazgos unida a alguno de los otros factores mencionados arriba. Y aquí entra en juego cierta dinámica de grupo que hace que un grupo de personas pueda llegar unánimemente a una creencia errónea, persuadidas por uno o más miembros del grupo, como ocurrió en casos conocidos de juicios mediante jurado que resultaron en la condena, incluso a muerte, de personas inocentes. Pero esto queda para estudio de psicólogos y sociólogos. Lo cierto es que los paralelos son innegables y muy abundantes y variados, de manera que quien quiera seguir manteniéndose inamovible en su absoluta seguridad en la falsedad de los grafitos de Iruña-Veleia, sin dejar ni siquiera un resquicio a la duda o al escepticismo, va a tener que enfrentarse a situaciones muy difíciles, ya sea en el ámbito judicial o en el científico. A quien se mantenga en tal actitud, solo cabe decirle que para ver la realidad basta con abrir los ojos, porque, como dice el refrán, no hay más ciego que el que no quiere ver.
Referencias
1. Filloy I. Informe sobre los textos en latín de los grafitos de carácter excepcional de Iruña-Veleia. 2009. http://www.sos-irunaveleia.org/latin.
9. Mínguez Morales JA, Díaz Ariño B. Grafitos sobre cerámica – ibéricos, latinos, griegos y signos – procedentes del yacimiento romanorrepublicano de La Cabañeta (El Burgo de Ebro, Zaragoza). Archivo Español de Arqueología 2011; 84: 51-86. http://aespa.revistas.csic.es/index.php/aespa/article/view/182/182
14. Filloy I. Informe sobre los motivos iconográficos presentes en los denominados grafitos de carácter excepcional del conjunto arqueológico. 2008. http://www.sos-irunaveleia.org/iconografia.
Aquí estoy de vuelta y a la carga con aquel posesivo apocopado de Iruña-Veleia, como hace un año por estas alturas, aunque esta vez es otra palabra la que me ocupa la cabeza en estos días navideños, una palabra ciertamente también posesiva a más no poder que además iría precedida por aquel posesivo apocopado.
Ahora es un tal Emo quien ha de sufrir las consecuencias de mi dispara[ta]da imaginación. Un emo que en realidad no se llamaría Emo, sino Rea y Riamo. Si ésta (mi imaginación) es solamente disparada o también disparatada, sólo el Tiempo lo dirá, el único que hasta ahora me consta que sabe poner todas las cosas en su sitio aparte de dedicarse entre ratos a comerse a sus hijos habidos con Rea; por el momento pretendo simplemente tentar ánimos mediante la tal vez disparatada propuesta interpretativa de un par de grafitos de Iruña-Veleia que a continuación compartiré con vosotros, lectores pensantes, ya que me interesa muchísimo vuestra opinión.
En esta pieza creí yo haber encontrado un nombre propio Emo escrito Emu: ello podría tener dos explicaciones. La primera, que se hubiera tratado de escribir la terminación de acusativo –um pero no se hubiera escrito la –m porque no se pronunciaba desde al menos el siglo III, como es sabido (así lo prueban las inscripciones arcaicas y así nos lo corroboran Quintiliano y otros gramáticos) (1); la segunda, que se hubiera tratado de escribir la terminación de nominativo –us en lugar de la oblicua –o que era la común en esta época en el latín hablado, y que aparece masivamente en los grafitos de Iruña-Veleia, debido a la así llamada invasión del acusativo, que ya en el siglo III era un hecho, tal y como he deducido de mi estudio de los grafitos veleyenses y a la vez de la información que aportan los datos relativos al latín vulgar con los que contamos hoy día (en Pompeya, s. I. d.C., es decir, dos siglos antes, ya se documenta el uso del acusativo en lugar del nominativo, y también la hipercorrección igual a la que habría en Emude emplear una terminación –u en lugar de –us y de -um).(2)
Así, en su momento (concretamente en mi informe sobre el latín de los grafitos de Iruña-Veleia) defendí que Emo sería un nombre propio, seguido de, al parecer, el de Remo (que podría referirse al Remo legendario, hermano del fundador de Roma, y quizás por eso aparecería también la palabra Roma en el óstracon; Remo podría ser, por el contrario, por qué no, otro nombre propio sin conexión alguna con el hermano de Rómulo).
Me pareció en aquel entonces leer el mismo nombre Emo en otro grafito de difícil interpretación, el nº 12049, en donde aparecería precedido del supuesto adjetivo posesivo apocopado:
Traduje el texto IN VAL / MIIM EX/ SVIIMO / RIAMI / RIIA de la siguiente manera: “A la memoria (in mem[oriam]) de Val(erio/a?) de su Emo (y de) Rea (hija) de Riamo.” Es decir, se trataría de una suerte de epitafio doméstico dedicado a alguien cuyo nombre comenzaba por Val– por dos personas, Rea la hija de Riamo y un tal Emo. Y entendí que Emo debió de ser alguien importante o al menos cercano para la persona fallecida a la que se dedicaba este epitafio improvisado, ya que decía de sí mismo ser “su Emo.” Es por este grafito que apunté la posibilidad de que ya en el siglo III existiera el posesivo apocopado su junto a suo. (3)
Es llamativo, por cierto, que en esta inscripción (si la traducción es la correcta) encontramos un ejemplo de giro preposicional con ex referido a una personaen el lugar de un giro con la preposición ab que se analizaría como un ablativo de procedencia “desde”, “de,” “de parte de:” el latín clásico construiría este complemento con ab y no con de o ex. Las tres preposiciones significan “desde,”y las tres se colocaban antes de ablativo, pero existe un matiz diferenciador entre ellas: ab indica “desde el punto de partida” y ex “desde dentro hacia fuera”, mientras que de indica por lo general movimiento desde arriba hacia abajo, literalmente (cf. descender, decapitar), y, figuradamente, también movimiento de más a menos (decelerar) o de mejor en peor (decadencia, decrepitud), aunque no necesariamente, significando también lisa y llanamente “desde:” delicia, delimitar. No ha dejado nunca de adquirir connotaciones (demandar, degenerar). Indica también falta o ausencia (deficiencia, defecto, demente). Pero lo que en latín clásico no se hacía era usar exreferido a una persona, sino que se empleaba ab, ya que sólo en un caso sale alguien de otro alguien, y es en el caso de la madre y el hijo, para cuya expresión se empleaba el genitivo de filiación. El uso de ex referido a una persona para indicar “desde” es un error análogo al típico del euskera “mediku-tik” (nondik?) por la forma correcta “mediku-arengandik” (norengandik?). Se trataría, por tanto, de un uso vulgardel ablativo de procedencia referido a una persona,en este caso de la procedencia de la dedicatoria post mortem escrita a un ser querido o cercano.
Volviendo a las personas de carne y hueso que nos ocupan (para algunos y algunas queridas y cercanas), para suponer la existencia de esos tal Emo y Rea, hija de Riamo, que dedicaron al fallecido o fallecida aquellas palabras in memoriam, me basé en otras dos piezas veleyenses en las que encontraba esos nombres: una es la de la fotografía más arriba adjuntada, en la que se lee Emu junto a las palabras Remo y Roma, y la otra es la nº12099, que parece ilustrar un árbol genealógico según el cual efectivamente existiría un tal Riamo que sería padre de una tal Rea (4), la cual, en el momento de la manufactura del árbol genealógico, era tan sólo un bebé (por lo que habría que suponer que este grafito fue realizado años antes que el nº 12049):
A partir de aquí, ya entrados en escena los personajes de que se trata y conocidos los grafitos en los que aparecerían, sólo me queda compartir mi nueva propuesta interpretativa con el propósito de conocer otras opiniones y en base a ellas [tal vez] darla por disparatada y olvidarla para siempre… o no.
Resulta que me pregunto si Emo no será en realidad un sustantivo de semántica altamente posesiva, creado a partir del verbo emere, “comprar”, con resultado *emus y significado “el que ha comprado,” aquí escrito emu y no emus ya sabemos por qué, que existiría en el castellano como amo con un cambio vocálico tal vez motivado por la ē larga del perfecto de emo (ēmi) o la de su sinónimo ēmercor, de tal modo que la palabra fuera *ēmus (*ēmo en el latín hablado), si bien la e breveestaba más próxima a la articulación de a que la ē larga, por lo que podría haber habido meramente una confusión de a con e breve en una palabra *emo. De hecho, existen sustantivos en latín clásico procedentes de emereque podrían tal vez apoyar la creación de un ¿vulgar? *emus: emacitas (“manía de comprar” o como diríamos hoy día “consumismo”), emax (“aficionado a comprar” o “consumista”), emptito (con el infijo frecuentativo –t-: “comprar a menudo”), emptory emptrix (“comprador, -a”), emptio (“compra, adquisición”), a las que habría que añadir las procedentes del griego emporium(“mercado”) o emporos (“mercader”). Así, el emus sería una palabra familiar para designar al que ha comprado, entendiéndose especialmente que ha comprado un esclavo, y sería precisamente el esclavo el que le llamaría familiarmente de tal modo, habiendo pasado esta palabra al castellano significando “amo”, “dueño.” (¿?)
La etimología que suele darse para esta palabra castellana “amo,” cuya definición siempre tiene que ver con la idea de posesión o propiedad (5), la hace proceder, como al amor, de un vocablo latino-hispánico del siglo XIII amma que significaría “nodriza”, (no me convence en absoluto, la verdad, pues no veo la necesaria relación entre una nodriza y la posesión), vocablo que por tanto habría sido en principio estrictamente femenino y sólo posteriormente habría desarrollado una forma masculina amo;a su vez amma (“nodriza”) procedería de una raíz indoeuropea *h3mh3– (o más pronunciable *amma), “tomar posesión”, relacionada con el griego antiguo omnymi (“jurar”) y el sánscrito amīsi“tomar posesión,” del que vendrían las palabras madre (y mamá) y amar ypor tanto también el amor, y mama y amamantar (y mamón). Me ahorro los comentarios que escupiría aquí acerca de la tendencia posesiva –llamémoslo así- al parecer inherente al ser humano de tipo homonon-sapiens (especie abundantísima y antiquísima y primitivísima), (o mamón en su denominación no científica), de relacionar los conceptos “amor” y “tomar posesión.”
Habría que aceptar para defender esta etimología de la palabra «amo» que por algún motivo ha habido un cambio vocálico e > a en esta palabra. Un cambio vocálico inverso a > e lo encontramos, por ejemplo, en la palabra netodel grafito n. 13380 (SAMVIIL IIISVS NIITO, Samuel Iesus neto, “Samuel nacido de Jesús”), por nato(natus), en donde observamos además un genitivo vulgar en Iesus, que, al ser un nombre exótico (y bíblico), no recibía terminación de genitivo manteniéndose como palabra invariable (6).
Esta pronunciación a > e era característica del habla vulgar, pues el gramático Consentius denunció en el siglo V precisamente este cambio vocálico como barbarismo o vicio de la plebe romana: “Per immutationemfiunt barbarismi sic: litterae, ut si quis dicat bobis pro uobis, peres pro pedes, stetimpro statim, quod uitium plebem Romanam quadam deliciosa nouitatis affectione corrumpit.”(7)
¿Se daría también el cambio inverso, e por a, en el habla vulgar, de modo que emo haya pasado a ser amo?
Y sí, el emus o “amo” aparecería en el texto precedido de un adjetivo posesivo apocopado, entonces, (su emo), ya que irremediablemente se es amo de alguien o de algo, o si no no se es amo y todos son libres y no hace falta que existan ni siquiera los adjetivos posesivos, ni totales ni apocopados, y punto. Y la nueva traducción que propongo es, por tanto, la siguiente:
IN VAL / MIIM EX/ SVIIMO / RIAMI / RIIA (In Val(¿erii/eriae?) mem(oriam) ex/ su emo / Riami / Rea, “A la memoria de ¿Valerio/a? de su amoRea (hija) de Riamo” ( “de parte de su amo Rea (hija de) Riamo”).
El sustantivo sería, así, masculino, aunque pudiera referirse a una mujer, como es el caso de este grafito, en el que el amo que dedica el epitafio al fallecido es Rea. Sólo después se habría creado el sustantivo femenino ama a partir del masculino, al contrario de lo que defiende la etimología al uso de esta palabra (cf. nota n. 4). Sería, en fin, algo parecido a lo que ocurre actualmente con el término latino medicus (por volver a utilizar esta palabra como ejemplo), que se emplea tanto para un médico-hombre como para una médico-mujer (aunque no tardarán los hablantes –los creadores de la versión vulgar o no estandarizada de la lengua- en decir médica al igual que ya dicen –o decimos, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra– abogada, jueza y presidenta y así como en algún momento se habría empezado a decir ama).
Una vez me he abierto a la posibilidad de que la palabra “amo” haya sufrido un cambio vocálico e > a, me pregunto asimismo si el Remoque aparece junto a Emu en el grafito n. 11433 cuya fotografía he adjuntado al comienzo de este post no debería entenderse como un error en la escritura de un hiato que podría sonar extraño por ser extranjero (¿céltico?), y si debería entenderse que Remono es otro que el mismo Riamo, el padre de Rea que aparece en el stemma familiar, es decir, el amo (o emo) de todos los esclavos: de los suyos y por ser el pater familias también de los de su hija Rea, también por ende del que murió y a quien su amo Rea de Riamo dedicó su epitafio casero n. 12049 y cuyo nombre comenzaba por Val-. En el grafito n. 11433 tendríamos, entonces, una marca de propiedad en caso oblicuo y no en genitivo: «Amo Riamo.»
Propongo esto apoyándome en el siguiente dato: si es cierto que estas personas eran de origen céltico, tal y como lo sugieren sus nombres, podrían escribir la i como una etal y como se observa en los grafitos galos de La Graufesenque(tipo pariat por pareat) (8) de modo que tal vez habría que entender que incluso Rea, la hija de Riamo, no se llamaba en realidad Rea sino Ria (con una lógica relación entre los nombres de padre e hija), mas fue escrito Rea debido a esta confusión (sólo aparece una vez este nombre en Veleia, en el stemmafamiliaris del grafito n. 12049).
Obsérvese que en el grafito n. 11433 la ede emu(s) y de Remo(=¿Riamo?) es la e arcaica de dos barras (II), mientras que en el n. 12049 encontramos de nuevo la II arcaica en emo(IIMO), pero no así en RIAMO, escrito R-i-a-m-o, ni en la preposición latina ex en donde es la epsilon griega (E) la e que se grabó, que quizás aquí notaría una e breve y por tanto habría querido ser distinguida del otro sonido diferente por estar en hiato /e/.
¿Suena muy disparatado? ¿O nos encontramos ante la primera vez que se documenta la palabra amoen lugar del clásico dominus (aparte de la primera vez también de un posesivo apocopado?) (¡!) Espero vuestros comentarios, lectores pensantes.
(1) La pérdida de la –m dejó un rastro nasal que los antiguos llamaban «nueva letra» o «letra peregrina»:
Quintiliano, Inst. 9, 4, 40: “Atqui eadem littera [m], quotiens ultima est et uocalem uerbi sequentis ita contingit ut in eam transire possit, etiam si scribitur, tamen parum exprimitur, ut ‘multum ille’ et ‘quantum erat’, adeo ut paene cuiusdamnouae litterae sonum reddat, neque enim eximitur, sed obscuratur.”
Según Velio Longo, el sonido nuevo resultante de no pronunciar –m se oía también ante consonante:
“Nam quibusdam litteris deficimus, quas tamen sonus enuntiationis arcessit, ut cum dicimus ‘uirtutem’ et ‘uirum fortem consulem Scipionem’, peruenisse fere ad aures peregrinam litteram inuenies.”(Keil, Grammatici Latini, Leipzig, 1859, vol.VII, 54.2-6)
(2)Pompeya:
a) Acusativos (en caso oblicuo –o) en lugar de nominativos (-us):
CIL IV 6853, VI, 16, 29: XVI K(ALENDAS) FEB(RVARIAS) COCO VENIT (y no coquus–por no hablar aquí ni ahora de lo significativo de la falta de ortografía de c por qu-: “El 17 de enero vino el cocinero”).
CIL IV 4257, VI, 2, 5: VICINOS FVGITIVOS (y no vicini fugitivi), ejemplo idéntico en el plural.
CIL IV 8457, II, 2, 5: SATVRIO FAMELICE (en este caso en lugar de vocativo –e, como en famelice: “Saturio, muerto de hambre”).
b) Terminaciones (hipercorrecciones) en –u por –us (o -um, invadiendo el acusativo al nominativo):
CIL IV 5251, IX, 9, 11: CVLV
CIL IV 7533a-y, II, 2, 2: PATROCLV (error en realidad por Patroklos –y no Patroclus–, siendo un nombre griego)
CIL IV 8897, III, 5, 3: NYPHE FVTVTA AMONVS FVTVTA / PERENNIS FVTVTV («Nyphe jodida, Amonus jodida, Perennis jodido»)
Según Cicerón (Orat. 161) la supresión de –s era un vulgarismo de la lengua hablada (subrusticum), y sabemos que su uso fue restaurado en tiempos de la República en un movimiento de estandarización (Quintiliano -9,4,38- muestra en un pasaje la controversia acerca de en qué circunstancias debía ser articulada en posición final); J.N. Adams (Social Variation and the Latin Language, Cambridge University Press, 2013. pp. 132-147) concluye en base a una exhaustiva observación de los datos que debió ser restaurada sólo después de vocal breve (como en el caso del nominativo masculino –us).La cuestión, como señala él mismo, es si esa restauración llegó a todos los niveles sociales o solamente a los mejor educados, y también si fue igual de efectiva en todos los rincones del imperio.
(3)Y, más tarde, en este mismo blog, propuse la posibilidad de que el posesivo apocopado apareciera también en otro óstracon:
Por lo que respecta a Rea, es conocido como teónimo desde los primeros textos europeos de Homero y Hesíodo, tratándose de la diosa y esposa del dios del tiempo Chronos (Saturno en latín), y cuyo significado estaría relacionado con el verbo griego “fluir” (rhéo), constituyendo así marido y esposa una pareja ineludiblemende huidiza.
(5)
a) Wiktionary.org:
–Hombre que está a la cabeza o a cargo de algo, especialmente de una casa, hacienda o familia.
-Hombre que posee o es dueño (tiene potestad y autoridad sobre) algo.
-Respecto de sus criados o esclavos, hombre que era su propietario.
Uso: se empleó también como vocativo dirigido al señor o a quien se quería manifestar sumisión.
-Persona con gran influencia o predominio sobre otra u otras y sobre cuya voluntad puede mandar.
-Hombre encargado de administrar una hacienda (capataz, mayoral) o de cuidar a los niños (ayo) de una familia pudiente.
b) RAE:
(de ama):
-Cabeza o señor de la casa o familia.
-Dueño o poseedor de algo.
-Hombre que tiene uno o más criados, respecto de ellos.
-Persona que tiene predominio o ascendiente decisivo sobre otra u otras.
-A veces como tratamiento dirigido al señor o a alguien a quien se desea manifestar respeto o sumisión.
-Mayoral o capataz.
-Ayo.
(6)“Sucede que un nombre que toma una forma dada de una manera más o menos constante, queda fijado en esta forma.”Löfsted, Late Latin, 131-138.
“En las inscripciones de la época imperial, el nominativo tiende a convertirse en una especie de forma básica, sobre todo en nombres propios, una vez que la cohesión de los grupos nominales no exige ya el acuerdo de los componentes.” V.Väänänen, Introducción al latín vulgar, Gredos, Madrid, 1988,pág. 207 (cf. József Herman, Recherches sur l’evolution grammaticale du latin vulgaire: les emplois “fautifs” du nominatif, en Acta Classica, Univ. Scien. Debrecen, II (1996), 109-112).
Con respecto a los nombres exóticos o bíblicos tratados como palabras invariables (aunque en la cita se refiere a los giros preposicionales):
“El giro preposicional era un cómodo expediente cuando se trataba de nombres propios exóticos (indeclinables), como sucedía mucho con los nombres bíblicos, lo cual ha tenido que favorecer el uso de la expresión analítica: dixit ergo ad Ioseph, locutus est ad Noe, etc.” Veikko Väänänen, op.cit.,págs. 200-201.
Por otro lado, La forma netuspor natusestá extensamente documentada en epigrafía romana en nombres compuestos:
(8)«In Gaulish short i is attested as opening to e in final or unstressed syllables.» J.N. Adams, Social Variation and the Latin Language, Cambridge University Press, 2013, pág. 56. (El ejemplo pariat por pareat lo he tomadode la misma fuente).
Artículo por Eduard Selleslagh-Suykens en Academia (2014) (versión entera del artículo anunciado en http://www.amaata.com/2013/06/iruna-veleia-el-ostrakon-11459-con-el.html#disqus_thread)
Una interpretación basada en un análisis antropológico de los mitos ctónicos griegos y romanos,y del recuerdo de la dominación etrusca en los mitos fundacionales de Roma
Prefacio Hace algún tiempo, Prof. Em. Roslyn M. Frank (University of Iowa) me pidió mi opinión acerca de las versiones confusas y contradictorias del mito de Meleagro y de la leyenda de Mamers Mamerco que se encuentran en las referencias más consultadas. El origen del pedido, y punto de partida, fue el ‘ostrakon’11459 de Iruña-Veleia, él con el cerdito herido por una flecha, que menciona Mamers Mamerco.
Al principio me limité a tratar de ‘destilar’ la ‘verdadera’ historia coherente contenida en la leyenda de Mamers Mamerco, pero rápidamente me di cuenta de que esta leyenda, supuestamente basada en el mito de Meleagro, escondía varias capas de significado cultural que remontan no sólo a la época etrusca de Roma, sino también, vía el mito griego de Meleagro, a la proto-historia mediterránea, y más concretamente, hasta la fase temprana del neolítico que vio la aparición de la agricultura, acompañada del culto ctónico, en ese ámbito.
Finalmente, la redacción de mi respuesta planeada se me fue de la mano, para decirlo así, y resultó en un estudio más aprofundizado contenido en el texto que sigue más abajo. Me parecía que valía la pena publicarlo para un foro más amplio que la correspondencia personal.
Espero que contribuya a esclarecer algunos aspectos de las preguntas que rodean Iruña-Veleia.
1. Introducción
Entre los muchos fragmentos de cerámica con inscripciones (los ‘ostraka’) encontrados en Iruña-Veleia, se encuentra uno, el número 11459[1], por un lado con un dibujo de un cerdo herido por la flecha de un(a) cazador(a) y el texto ‘IVPITIIR’ (Jupiter), y por el otro lado el texto ‘FAVNO MAMIIRS MAMIIRC(O?)’ (Mamers Mamerc(o)) (la última O falta en la pieza, pero es gramáticalmente lógica). Por su similitud con la figura de dibujos animados ‘Porky Pig’, se lo ha apodado ‘Porky’.
Existen varias lecturas e interpretaciones – aunque sea preliminares – de lo grabado[2][3]. La mención de Mamers Mamerco se refiere obviamente a la leyenda romana del mismo nombre, mientras el cerdo es muy probablemente una referencia al mito griego del jabalí de Calidón (también conocido como el mito de Meleagro), herido por la flecha de Atalanta. Los dos mitos son muy parecidos, algo que Plutarco, en sus Parallela Minora[4]ya había notado. Aunque la leyenda romana parece ser una adaptación del mito griego, es posible que sea una reinterpretación romana de una adaptación etrusca del mismo mito.
Dado el contexto de las excavaciones, se supone que se trata de ‘ostraka’ grabados por alumnos de un paedagogium a quienes se enseñaba los viejos mitos o leyendas de conocimiento casi general, por lo menos entre los romanos de pura cepa, tratándose, en el caso de Porky, de una parte de los mitos fundacionales de Roma. Es importante notar que los restos datan del siglo 3 d.C., es decir relativamente tarde en la historia del imperio romano, y en tierra lejana, bastante lejos del centro cultural de Roma. Así que puede haber errores o confusiones en el relato de esas historias; además, ya en la época clásica griega (siglo 5 a.C.) y en la época clásica romana (siglo 1 a.C.) existían muchas variantes a veces contradictorias, especialmente del mito griego. Y como si esto no bastara, los investigadores modernos (F. C. Babbitt en 1936 y N. Bernardakis en 1889) han hecho lecturas conflictivas de los textos griegos llegados hasta nuestros días. Babbitt llegó al extremo de adaptar de manera inadmisible su traducción inglesa de una parte del texto, para compatibilizarla con la traducción correcta de otra parte, anterior, del texto griego griego – posiblemente un error del mismo Plutarco.
Más abajo examinaremos los dos mitos y su significado profundo, el parecido y las diferencias de moraleja entre ellos, y las razones posibles que han llevado a los autores de las inscripciones a mezclar los dos mitos.
2. Los mitos
El mito griego del jabalí de Calidón o de Meleagro
Este mito tiene una larga historia evolutiva, grosso modo desde Homero (aunque con orígenes probablemente más antigos) hasta Apolodoro (siglo 2 a.C.), pasando por Euripides. Existe un excelente estudio de esta evolución por María del Henar Velasco López[5]para los más interesados. Hay una multitud de resúmenes que generalmente tratan de las versiones más tardías[6][7][8]y también las hay más clásicas[9]como la de Bulfinch (siglo 18).
La historia va más o menos así:
Meleagro es el hijo del rey Eneo (‘el viñador’) de Calidón y de Altea, que tenía muchos hermanos, entre ellos Toxeo (‘el arquero’) y Plexipo (‘el domador de caballos’).
Se dice que en realidad Meleagro era hijo de Ares (Marte) y Altea, fuera del matrimonio.
Altea era hija del rey Testio de Etolia, donde vivían también los curetes. No está claro quienes eran los curetes, pero algunos creen que fueron jóvenes etolios emancipados vía un rito de iniciación; por alguna razón se les asocia con Toxeo y Plexippo (quizás eran curetes en este sentido). Por otra parte, los calidonios/etolios y los curetes tuvieron un conflicto que resultó en guerra abierta, que fue resuelta por Meleagro a la ventaja de los etolios, después de muchas súplicas de estos últimos.
Siete días después del nacimiento de Meleagro, las Moiras anuncian a Altea que la vida del niño durará hasta que un leño en el hogar se consuma. Altea saca el leño del fuego, lo apaga y lo guarda en un baúl.
Cuando algun año Eneo omite a Artemisa en las ofrendas anuales a los dioses, ésta envía un tremendo jabalí a Calidón que destruye los viñedos de Eneo. Como es tan grande y peligroso, se junta un gran grupo de cazadores que incluye una serie de héroes tradicionales, entre ellos Toxeo y Plexipo, y cantidad de Argonautas (Meleagro es uno de ellos). Meleagro, aunque esté casado, se enamora de la cazadora Atalanta, la protegida de Artemisa, y la invita a la caza del jabalí. Pasan muchas cosas, accidentes y peleas internas hasta que Atalanta llega como primera a herir la bestia con una flecha. Después Meleagro mata al jabalí con una o dos lanzas, y regala los trofeos (la cabeza o los colmillos y la piel) a Atalanta. Esto causa indignación entre los cazadores, especialmente entre los curetes y los hermanos de Altea (los tíos maternos de Meleagro) porque ella es mujer, y porque consideran que es su derecho de nacimiento. Los tíos arrebatan los trofeos a Atalanta. Meleagro se pelea con ellos y los mata. Obviamente, esto causa la ira de Altea, y ella saca el leño del baúl y lo tira al fuego. Como consecuencia, Meleagro muere como predicho por las Moiras. Hasta allí lo esencial del cuento.
El mito tiene varias capas de significado. La primera es que se trata de restantes de la religión ctónica del neolítico, de los primeros agricultores que ocupaban pequeños campos entre las selvas que cubrían gran parte de Europa y las regiones conlindantes, como la costa norte de África, incluyendo la franja del Sáhara, y la Medialuna Fértil que rodea el desierto árabe por el norte, desde Palestina hasta Mesopotamia y los Zagros. Esto era la consecuencia del diluvio neolítico, él mismo el resultado de la fusión de la capa de hielo de la época anterior. En el 6º milenio a.C. la mayor parte del Sáhara era una sabana o una estepa, con ríos y lagos. Así que la agricultura estaba amenazada por todas partes, por invasión de la naturaleza salvaje, con su fauna y su flora, lo que dio lugar a una religion que se centraba en la tierra y su fertilidad, y también en la fertilidad de los animales domesticados, y por extensión, en la de los humanos – que había pocos – y cada aumento de su número significaba mejor capacidad de defensa propia de la tribu. Y como no faltaba tierra potencialmente cultivable, la cantidad de población no tenía importancia.
Esto condujo en todas partes a la deificación de la tierra y de la fertilidad en la forma de una diosa suprema de tipo ‘madre-tierra’, y a una organización matriarcal de la sociedad. La diosa suprema se representaba generalmente como estatuillas y estatuas de una mujer gorda sentada, probablemente encinta (cf. la cultura cicládica). En el Mediterráneo su culto era subterráneo (en cuevas naturales como p.e. en Creta o excavadas como p.e. en Malta), donde estaba en contacto con las energías geológicas como el volcanismo o la sismicidad.
En el caso concreto, se trata de Artemisa que es una síntesis por sincretismo de varias divinidades de tipo madre-tierra pre-existentes p.e. en Anatolia: Cibele de Frigia (Kubena de los hititos). Originalmente, Artemisa era la versión lidia, por lo menos geográficamente; su templo principal quedaba en Éfeso, donde tenían lugar ritos orgásticos (ofrenda de la virginidad) y en cierta época también ritos de auto-castración, como acto extremo de sujeción al matriarcado. Curiosamente, muchas de estas diosas madre-tierra llegaron a incorporar la protección de los animales salvajes y de la naturaleza (quizás porque se veía como otra fuente de nutrición, aparte de los campos cultivados y los animales domesticados). Así también Artemisa (y Cibele, Deméter, Ceres…). Hay que notar que había también un importante santuario de Artemisa en el mismo Calidón (ribera norte del golfo de Corinto), lo que no es sin importancia para el mito y su localización, especialmente porque Artemisa es de orígen anatólico.
En el mito de Meleagro esta inclusión de los animales salvajes en las atribuciones de la diosa madre-tierra explica por qué la omisión (de la ofrenda a Artemisa como diosa de la fertilidad del campo) de Eneo lleva a Artemisa a mandar el jabalí; pero para matarlo envía a Atalanta, su protegida que había amamantado y educado como cazadora, como persona interpuesta (‘proxy’ la llamaríamos en la jerga actual), porque Artemisa protege los animales salvajes cazados, como lo demuestran una serie de otras leyendas donde Artemisa salva un ciervo de ser matado por cazadores.
El conflicto surgido de la entrega de los despojos del jabalí a una mujer es parte de una segunda capa de significado ulterior a la primera: el conflicto entre la nueva religión (olímpica) y organización patriarcal de los griegos (indoeuropeos) y la ctónica, matriarcal.
El mito contiene elementos antiguos difíciles de situar en el tiempo: algunos autores han visto en la historia del leño una memoria de sacrificio humano (Cf. Abraham e Isaac, edad del bronce[10]), que después se reemplazó simbólicamente por sacrificios (en una pira) de animales o de sus despojos. El asesinato de los hermanos de la madre es la ofensa más extrema al matriarcado, y por esto Meleagro debe morir sacrificado por el leño salvado en primera instancia (sacrificio aplazado, mientras Meleagro tiene la oportunidad de probar sus méritos).
El mito de Meleagro es una muestra del extremo sincretismo de la religión griega que parece preocupada por respetar a todas las tradiciones y sus diose/as. Como las percepciones matriarcal y patriarcal son básicamente contradictorias e inconciliables, existe una serie dehistorietas mitológicas, p.e. vía supuestos lazos familiares entre diversas divinidades o héroes, que no parecen más que tentativas de reestablecer la coherencia, porque los griegos antiguos con su mentalidad analítica se dieron cuenta de la incoherencia de mucho de su patrimonio cultural-religioso, cf. p.e.Apolodoro. En esto han sido mucho más tolerantes que p.e. el cristianismo, aunque éste tampoco es libre de sincretismo: árbol de Navidad, huevos y conejito de Pascua, veneración/adoración de la Virgen María como si fuera sucesora de la diosa matriarcal – con santuarios en cuevas – naturales (como Lourdes, un sitio ex-vasco, Elordi, en los Pirineos, donde las creencias ctónicas sobrevivieron más tarde que en el resto de Europa) o construidas – incluidos.
Y la moraleja? Es puramente religiosa: hay que respetar a todas las tradiciones religiosas, antiguas (ctónicas) y nuevas (olímpicas).
La leyenda de Mamers Mamercus
El problema con la leyenda de Mamers Mamercus es que todos los autores se refieren a Plutarco4 y que hay dos versiones distintas de la lectura de lo que queda del texto griego original. Trataremos contar la historia, mencionando las diferencias y sus consecuencias para la historia. Va así:
Septimio Marcelo tomó como esposa a Silvia. Él era un gran aficionado de la caza. El dios Marte se disfrazó de pastor, violó a la joven esposa y la dejó encinta. Después, reveló quien era y le dió una lanza, contándole que la suerte del niño del cual estaba embarazada dependía de la suerte de la lanza.
Según una versión, la de N. Bernardakis, Septimio mató a Tuscino (personaje no mencionado en ninguna otra parte) [ἀπέκτεινεγοῦνΣεπτίμιοςΤουσκῖνον]; según F.C. Babbitt ella (Silvia) produjo un niño, Tuscino, para Septimio [ἀπέτεκενοὖνΣεπτιμίῳΤουσκῖνον]. Desde aquí seguiré la primera versión, porque la segunda parece incompatible con lo que sigue (y quizás también porque la opinión de un griego podría ser más fiable en tal contexto).
El niño nació y le llamaron ‘Mamers Mamercus’ – probablemente en honor de Marte.
Ya de grande, cuando Mamerco omite a Deméter (Ceres) cumpliendo con las ofrendas anuales para una buena cosecha, esta envía un enorme jabalí para que destruya los campos de Septimio y su hijo Mamerco. Este último junta un grupo de cazadores y él mata el jabalí con la lanza de Marte.
Mamerco se había enamorado de la joven hija de Tuscino y le regala su trofeo, los despojos del jabalí: la cabeza y la piel. Los tíos maternos ‘de la joven’ (sic), Scymbrates y Muthías, le arrebatan el trofeo. Mamerco se enoja y mata a los parientes. ‘La madre’ (sic), supuestamente de la joven, y entonces hermana de los muertos, entra en una cólera y quema la lanza. Como consecuencia muere Mamerco.
Plutarco pretende seguir una línea paralela a la de Meleagro (versión de Euripdes), pero ‘descarrila’ en medio camino.Es obvio que faltan partes importantes en el texto griego existente (o la copia anterior), y que contiene inconsistencias difíciles de resolver. Personalmente tengo la impresión de que Plutarco ha tratado de llevar el paralelismo de las dos historias más allá de la tradición, simplemente por satisfacer su propósito.
La interpretación tiene unos puntos en común con la de Meleagro, pero después las dos leyendas van por caminos muy diferentes.Ya analizamos el mito de Meleagro en detalle, hagámoslo ahora con el de Mamers Mamercus.
Un primer punto que merece la atención es el nombre de los actores: Mamers Mamercus es el hijo de Septimius (‘hijo de Septimus’) Marcellus (‘el pequeño/junior Marcus, nombre que se deriva de Marte) y de Silvia (‘la del bosque’). Además es hijo ilegítimo de Marte (según algunos del mismo Jupiter), aparentemente para dar aún más autoridad a la historia. Eso parece sugerir una asociación con el concepto de ‘Mars Silvanus’, la incarnación de Marte que según Catón, se invocaba para la defensa de los campos, aunque también era visto como el defensor de la naturaleza salvaje. En esto se parecería a Artemisa, pero con una diferencia mayor: Marte es sólo el defensor-guerrero, totalmente en la línea de la mentalidad patriarcal y guerrera de los romanos (y de los indoeuropeos en general, menos los griegos que se reconciliaban facilmente con la adopción de divinidades pre-griegas, pre-IE), y no tiene nada que ver con la fertilidad y la cosecha, es decir el aspecto ctónico.Este lado está representado en el mito de Mamercus por la intervención de Deméter/Ceres (cf. Rea siendo una diosa pre-griega adoptada por griegos y romanos, y supuestamente la madre de, entre otros, Deméter (‘madre-tierra’), Hades/Plutón (reino subterráneo) y Poseidón/Neptuno (sismos y tormentas) – no se puede más ctónico). Claramente, los Romanos distinguían bastante bien la defensa ‘militar’ de campos y bosques, del fomento de la fertilidad y las cosechas, lo que no es el caso de Artemisa, más matriarca guerrera/cazadora, algo difícil de aceptar para los romanos de ideología más bien patriarcal-machista, que criticaban duramente a las mujeres etruscas, como mujeres indecentes que no sabían su sitio en la sociedad (romana) (cf. Tanaquil/Tanchvil), cuando manejaban carro de caballo, sentadas más alto que los hombres en la calle, y con las rodillas al aire.
El nombre de Mamers Mamercus tiene una etimología importante: Mamers (probablemente <Mamert-s (nom.)) era el nombre osco de Marte (Lat. Mars < Mart-s). Mamer(t)s es probablemente el resultado de una reduplicación Mart-Mart-s, propia de la lengua osca, hermana (labializada) del latín, hablada por p.e. los vecinos sabinos.
Mamercus se puede considerar como la forma osca de Marcus (sin reduplicación) < ‘Mart-cu-s’. Es un de los muchos casos del uso del sufijo –ko, también conocido del euskara, en las lenguas indoeuropeas (p.e. en ruso); es un sufijo de derivación, de pertenencia de alguna manera. Así que Marcus (osco: Mamercus) significaría algo como ‘de Marte’. Marcellus es un diminutivo obvio de Marcus. Otra vez una confirmación (supérflua) de su estatuto de enviado por Marte. La combinación de los nombres latino y osco de Marte en una persona, parece aludir a la unión de los dos pueblos, el romano y el sabino, después del famoso rapto legendario de las ‘virgenes’ sabinas. Tendríamos aquí una primera manifestación política; más abajo ya veremos que hay más.
La lanza que Marte le dio a su madre Silvia era un atributo de Marte muy bien conocido de todos los romanos. En la Regia, el antiguo palacio real (es decir de los reyes etruscos, anteriormente) había lanzas (‘hastae Martiae’) supuestamente ‘mágicas’ que vibraban y repiqueteaban sua sponte (por si mismo, sin intervención humano u otra) en caso de peligro inminente para la sociedad romana Se decía que esto había ocurrido en el caso del asesinato inminente de Julio César.
En breve, Marte era el ‘santo patrón’ de los romanos, siempre de su lado. Era el dios más importante para este pueblo conquistador militarista, sólo precedido del dios supremo (masculino, por supuesto!), Jupiter.
La entrega de la lanza de Marte, y la vinculación de ésta con la vida de Mamercus, puede interpretarse como una delegación de poder, pero sólo a condición de que se comporte como el apoderado, si no…¡cuidado!
La enamorada esla hija de un tal Tuscino (Tuscinus – a veces Tuscanus en otros contextos – quiere decir originario del país de los tusci (los etruscos): Etruria; este nombre se encuentra hasta en España, en relación con una familia etrusca emigrada[11]). Así que ella no es romana sino etrusca. Su madre también queda anónima, pero conocemos los nombres de sus hermanos, Scymbrates y Muthías. Es verdad que estos nombres, no obstante su aspecto superficialmente helenizado, no parecen indoeuropeos, y, dado las cicunstancias, probablemente etruscos. Especulando al extremo, sin reclamo alguno de veracidad, y siguiendo a Alieni con su vinculación del etrusco con el precursor antiguo del húngaro, se podría llegar a un significado de ‘mente inflexible’ (relacionado con las raíces antiguas del moderno ‘ész-kimért’??) y ‘ostentoso’ (idem del verbo moderno ‘mutogat’??), respectivamente. En todo caso, nombres poco elogiadores. Lo que sugiere que son los romanos quienes manejan la pluma.
El jabalí enviado por los poderes ctónicos es claramente un acto de resistencia del mundo pre-romano. Aquí hay que mencionar que los etruscos eran muy helenizados y compartían el sincretismo griego, es decir que eran bastante tolerantes frente a los elementos ctónicos, pre-griegos.
Cuando Mamercus mata el jabalí, y entrega sus trofeos (la cabeza y la piel) a la joven, los tíos quedan indignados, aparentamente no porque es una mujer, sino porque no quieren que su sobrina reciba regalos de Mamercus (y mucho menos que se case con él), el hijo del asesino del padre de la joven y cuñado de los hermanos. Las cosas se vuelven aún más feas cuando Mamercus se enfada con ellos y los mata.
La madre de la joven, hermana de los parientes asesinados, busca venganza quemando la lanza de Mamercus, el símbolo de su estatuto de enviado por Marte (y entonces símbolo de los romanos en la historia), y Mamercus muere.
La moraleja es puramente política, disfrazada de religiosa, y trata de la querella entre etruscos y romanos vía sus símbolos: la historia termina en un empate: el romano, por delegado de Marte que sea, se muere cuando toca a los etruscos y sus mujeres. Los romanos no han ganado todavía. En esto se distingue bastante del mito de Meleagro.
No se puede evitar ver cierto paralelismo o conexión con el principal mito fundacional de Roma: Marte tiene mellizos con la ‘ctónica’ (por lo menos por su nombre) Rea Silvia: Rómulo y Remo. Osea, simbólicamente, la reconciliación del dios olímpico, patriarcal, con la diosa ctónica, matriarcal. Entre las muchas peripecias de las que habla el mito, cabe la leyenda de que los hermanos fueron amamantados por la loba Luperca (otro símbolo de Marte), también símbolo ctónico (la parte salvaje, del bosque), que, esta vez, se porta bien con los hijos de Marte, contrariamente a lo que pasó en la historia del jabalí. Parece que Rómulo gozaba del favor de Marte, y mata a su hermano Remo, quizás más hijo de su mamá ctónica. Pero después decide honrarlo, enterrándolo en la cima del Palatino, reestableciendo así la concordia que permitirá un gran futuro para Roma, cerrando la época de las querellas internas entre los grupos constituyentes originales.
En este sentido la leyenda de Rómulo y Remo es la secuela final del mito de Mamers Mamercus.
3. Aplicación al ‘óstrakon’ 11459 ‘Porky’
Lado con la incripción ‘FAVNO MAMIIRS MAMIIRC(O)’
Es una clara referencia a la leyenda de Mamers Mamerc(o). Obviamente toda la frase está en el dativo por ser claramente una dedicatoria ‘para el fauno Mamers Mamercus’. Así que supondremos que falta una ‘o’ al final. ‘Mamers’ no lleva declinación, probablemente porque se consideró parte de un nombre compuesto, ‘Mamers-Mamercus’, o quizás porque el autor era vasco y aplicó intuitivamente las reglas vascas (declinación sólo del determinante).
Lo raro es que se menciona ‘fauno’[12]: Mamers Mamercus no se conoce como fauno en otras fuentes. Escribo ‘fauno’ con minúscula, porque es claramente descriptivo, y no se refiere a Fauno, una deidad rústica (descendiente de Marte o de Jupiter y Ceres, según mitos diferentes), un espíritu bueno del bosque, las llanuras y los campos. Los faunos, el entorno de Fauno (como los Paniskoi de Pan) son genios del bosque salvaje. Se puede suponer que el autor de la incripción o sus maestros veían un carácter de fauno en Mamercus por asociación con Mars Silvanus o algo en este sentido.
Lado con inscripción ‘IVPITIIR’ y la imagen del jabalí herido por una flecha.
La imagen muestra algo que parece más un cerdo que un jabalí: quizás el autor (un alumno?) nunca había visto un jabalí y se basó en una descripción oral como ‘cerdo salvaje del bosque’ o en el término vasco ‘basurde’(suponiendo que ya existía en el siglo 3 d.C.) del mismo significado (baso+urde).
Lo muy notable es que el jabalí está herido por una flecha de arquero: esto no aparece en niguna parte en las versiones de la leyenda de Mamers Mamercus que conocemos. Parece haberla confundido con el mito de Meleagro, que, desde Plutarco, era visto como un cuento paralelo, y probablemente más paralelo de lo que era de verdad.
La mención de Jupiter, en lugar de Marte, es más difícil de explicar: Jupiter (Zeus) es el padre de Ares (Marte), y entonces el abuelo de Mamers Mamercus. ¿Es una confusión en la mente del alumno, o se considera a Jupiter como la autoridad superior que ha permitido o fomentado la historia? Difícil de decir.
Consideraciones generalesy conclusiones
Ambos lados del ‘óstrakon’ demuestran un conocimiente deficiente o confusión de los dos mitos, algo que sería bastante curioso si verdaderamente se tratara de una falsificación moderna perpetrada por dos arqueólogos muy competentes. Todo indica que los textos son de la mano de alumnos que todavía no dominaban la materia. Además, el tratamiento gramatical del dativo de Mamers Mamercus (Mamers Mamerco, en lugar de Mamerti Mamerco) parece indicar que había otra deficiencia de conocimiento, por tener el latín como segunda lengua, o por la baja edad de los alumnos, o por ser latín’colonial’ con influencia gramatical vasca.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que Iruña Veleia era una colonia muy alejada del Mediterráneo, que tenía por lo menos una parte de población de otra cultura (vasca), y que se trata de una época medio tardía del imperio romano (‘tempus senescit’ – ‘el tiempo se está haciendo viejo’, como diría Gregorio de Tours 3 siglos más tarde, evocando una sensación de tipo ‘fin de siècle’), cuando el cristianismo, un nuevo culto entre muchos más que ya se practicaban en el imperio y en la misma Roma (p.e. Osiris, Mitra, etc.), ya había empezado su camino hacia religión de estado. No obstante, se puede situar esta enseñanza dentro del marco del culto imperial (que terminó con Constantino I medio siglo después)[13], todavía vigente.
[10]El cristianismo llevó esta tradición al más alto nivel sin tener en cuenta la falta de lógica que esto conlleva: el mismo dios cristiano produjo un hijo (¡con la ctónica María!) con el fin de que fuera sacrificado por el perdón del pecado original de Adán y Eva, es decir para aplacar a sí mismo.