La genética ha revolucionado nuestra comprensión del mundo, desde la medicina hasta la agricultura. Pero, ¿sabías que también está cambiando la forma en que entendemos la historia y la lingüística?
El ADN antiguo y la migración humana
El análisis del ADN antiguo ha proporcionado una nueva perspectiva sobre la migración humana. Por ejemplo, los estudios genéticos han revelado que los humanos modernos se mezclaron con los neandertales y los denisovanos, dos especies humanas extintas. Estos hallazgos han cambiado nuestra comprensión de cómo nuestros antepasados se movieron y se mezclaron a lo largo de la historia.
La genética y la evolución de las lenguas
La genética también está ayudando a los lingüistas a entender mejor la evolución de las lenguas. Al comparar los genomas de las poblaciones actuales, los científicos pueden inferir las relaciones entre diferentes lenguas y cómo se han desarrollado a lo largo del tiempo. Este enfoque ha proporcionado nuevas ideas sobre la difusión de las lenguas indoeuropeas, por ejemplo.
Interacción cultural y genética
Finalmente, la genética puede arrojar luz sobre la interacción cultural en el pasado. Por ejemplo, los cambios en los genomas de las poblaciones pueden reflejar la adopción de nuevas prácticas agrícolas o tecnológicas. Estos hallazgos pueden complementar las evidencias arqueológicas y ayudar a los historiadores a entender mejor las sociedades del pasado.
Conclusión
La genética está demostrando ser una herramienta poderosa para entender nuestra historia y la evolución de las lenguas. A medida que la tecnología genética continúa avanzando, podemos esperar aún más descubrimientos fascinantes en el futuro.
Nos enfrentamos, esta vez, con una inscripción latina incisa sobre hueso vacuno o caballar; recio, en consecuencia, para cualquiera de las posibilidades susceptibles de poder ser elegidas. Y acentúo el detalle, tanto por la peculiar naturaleza del soporte, como por la imposibilidad de ser abordado presencialmente, dado que, con tan sólo los fotogramas de conjunto disponibles, no podremos avanzar como quisiéramos, pero sí, al menos, en la buena dirección. De cualquier manera, tampoco los riscados recientes de limpieza sobre letras favorecen la interpretación de los textos aunque, eso sí, habremos de intentarlo.
De todas formas, y a manera de exordio, convendrá rememorar la versión que de este grafito efectúan los profesores I. Velázquez y J. Gorrochategui, siempre arropados en la dirección tomada por seguidores y colaboradores, con reducción de la totalidad del texto a la expresión refranera: si vis pacem para iustitiam, “si quieres paz, prepara la justicia”, forzando este último vocablo a ser leído como iustitiam, justicia, alterando así las letras de su radical.
Sin embargo, la tal versión arranca con dos inconvenientes generados por este intento de interpretación: prescindir, sin leerlo, del renglón central de un texto de tres, y forzar la ya mentada interpretación INSTITIAM por IVSTITIAM. Cierto que el escribano del texto refranero o, si se prefiere, difusor del mismo, parece haber desenfocado la plasmación de la frase; y aquí nos hallamos presentes para corregir lo que sea preciso, si es que llegamos a acertar, que es lo que deseamos.
El escenario, vértebra de bovino apoyada longitudinalmente sobre uno de sus costados, ofrece una estampa apaisada sobre la que ha sido esgrafiada la inscripción. En cuanto al primero de los renglones, se nutre con la expresión inicial del texto, si vis pacem, perfectamente alineada. Ahora bien, tras haberse iniciado correctamente el segundo con el imperativo PARA, de parare, con traducción “prepara”, se bifurca en dos renglones superpuestos: el, a partir de ahora, central, de cuyo contenido se han hecho el sordo Gorrochategui, Velázquez y compañía, y el inferior, en donde la supuesta INSTITIAM tendría que hacer de complemento directo.
Ahora bien, nos preguntamos ¿encaja lo “olvidado” por nuestros colegas con el resto, ya anteriormente tenido en cuenta? Creemos que sí, siguiendo el orden que, a partir de ahora, trataremos de esclarecer.
– Primer renglón: SI VIS PACEM.
– Segundo: imperativo PARA en el inicio, bifurcándose, a continuación, en otros dos superpuestos: el superior, con un letrero continuo que finaliza con B y T, letras ambas separadas, a la vez que ubicadas ya sobre una pequeña fosa del hueso mismo; y la inferior, con otra leyenda complementaria consecuente, creemos, con la otra mitad del texto a tener en consideración.
Por supuesto que la interpretación que voy a proponer no ha de agradar demasiado a muchos, pero sí creo, personalmente, que se trata de una posibilidad consecuente con la totalidad de la inscripción y, debido a ello, habrá de ser tenida muy en cuenta, por lo menos hasta que los responsables de la custodia de dicha vértebra den permiso para poder visitarla y ver de cerca los vestigios en su ser con la única finalidad de poder confirmar, o no, nuestras consideraciones teóricas en torno a la cuestión, previo análisis ocular presencial de los grafitos originarios, por lo menos.
Sin embargo, no renunciamos a avanzar ahora mismo en la interpretación de la leyenda que consideramos más cercana a la realidad, según la versión siguiente: SI VIS PACEM/ PARA VV^LTVM B(onum) T(uum)/ IN SIITI^M A^NI[S], cuya traducción más allegada podría ser: “Si quieres paz, inunda de bondad tu rostro durante unos siete años…”. ¿Evangélico casi, no?… aunque no pariente de otras versiones.
Y con lo expuesto se pretende el intento provisional de dar solución a un problema no baladí desde los puntos de mira posibles. Perdón, además, por el exceso de anexados entre las letras del tramo final, pero no veo otra salida para poder interpretarlas con el sentido debido lo más posible.
IX
ACERCA DE UN GRAFITO CON AMBAS CARAS OCUPADAS POR CONTENIDOS DIFERENTES: IR-12390: A. AD MAIOREM DEI GLORIAM? B. AMICVS INCERTVS…?
A. En el anverso del óstraco: Ad Maiorem Dei Gloriam?
Fig. 33. Pieza IR-12390, cara B.
Los defensores de que todos o casi todos los hallazgos sueltos exhumados en el solar de la vieja Veleia, hace ya casi veinticinco años, responden a una falsificación interesada, han recurrido con la intención de delatarla, entre otras aportaciones, a un montón de supuestas tretas fallidas de los falsificadores sembradas sobre el lenguaje escrito por ellos empleado, tanto en las descripciones como en las ilustraciones respectivas que las acompañan.
Ahora bien, para jueces tan agudos como pretenden serlo, los falsificadores de estas descripciones habrían recurrido a citas de textos que ni siquiera existirían todavía en los siglos V y VI de la era, pero sí lo habrían sido a partir del bajo medievo y, sobre todo, del renacimiento, visto lo cual se habrían convertido en los responsables del tinglado que en las excavaciones arqueológicas de Veleia se montó; eso sí, tan sólo durante las largas campañas de 2005 y 2006 dirigidas por Eliseo Gil Zubillaga conforme se adelantan a reseñar solamente algunas veces.
Uno de los referentes más sonoros de la caza de vestigios de esta gama, por ellos efectuada, habría sido la frase ignaciana Ad Maiorem Dei Gloriam, generada ya, según I. Velázquez, a la par que J. Gorrochategui, por Gregorio Magno (540-604), para ser acogida, tras diversos avatares al respecto, entre ellos su utilización en el Concilio de Trento, así como su captación por Ignacio de Loyola para divisa relevante de su entonces recientemente fundada Compañía de Jesús. Es decir, todos felices tras haber colocado cada cosa en su lugar, puesto que el falseador o falseadores del contenido de los óstraka habrían fracasado en su intento de dar como romana o visigoda una frase que, generada por un papa en la ya baja antigüedad, habría vuelto al uso inmediatamente después de ser fundada la Compañía de Jesús, intuyéndose que habría sido de esa fuente modernista que habría bebido el falsificador, quien, sin embargo, se habría pasado de raya a la hora de querer ajustar datas para su fechoría, ofreciendo, en realidad, lo moderno por lo antiguo, treta que a los jueces intelectuales del fregado no se les habría pasado por alto, conforme unánimemente quisieron hacer ver.
Ahora bien, con frecuencia las cosas no son como parecen y, antes de sentenciar intelectualmente los hechos, conviene sopesar muy mucho las potenciales posibilidades para hacerlo, cosa que, al parecer, los interesados no han querido o sabido hacer, olvidando de esta manera las aportaciones que la Biblia les habría ofrecido, dispensándoles de inventar la pólvora el haber leído sencillamente las siguientes citas del Nuevo Testamento:
Carta de Pedro 5,11, a las comunidades cristianas: “…IPSI GLORIA ET IMPERIUM IN SAECULA SAECULORUM”, “para Él la gloria y el mando por los siglos de los siglos”. Conceptos, por tanto, que se hallan en escritos de origen evangélico.
Pablo, Phil. 4,20: “Deo autem et Patri nostro GLORIA IN SAECULA SAECULORUM”, “Gloria a nuestro Dios y Padre por los siglos de los siglos”.
Pablo, Carta 1ª ad Timoth. 1,17: “Regi autem saeculorum immortali, invisibili, soli Deo, HONOR ET GLORIA IN SAECULA SAECULORUM”, “… al Rey de los siglos inmortal e invisible, Dios único, gloria por los siglos de los siglos”.
Pablo, I Cor. 10,31: “…omnia in gloriam Dei facite”, “…haced todo para gloria de Dios”.
Pablo, II Cor. 4,15: “…ABUNDET IN GLORIAM DEI”, “Sea generoso en lo que atañe a la gloria de Dios “.
Y nos detenemos a pesar de que existe mucha más cera que poder quemar.
Concluyendo, y no del todo aún: que se esfuma la fuente de la modernidad y volvemos a la antigüedad dura, del siglo I de la era, nada menos, ya que el eslogan en sí es evangélico ya, pasando a ser simples alusiones tácitas del mismo, tanto los ejemplares posibles del medievo, como los de la época moderna avanzada; de ahí que las alusiones del grafito de Veleia al texto bíblico sea perfectamente correcta y datable en la Baja Romanidad, ya que seguiría persistiendo durante toda ella sin que, por supuesto, nada tuviesen que ver las derivadas con datación renacentista.
Y, expuesto lo que antecede acerca del texto, parece que todo está en orden ya. Para mí, sin embargo, ha dejado de ser así, puesto que siempre en mi interior he sentido la necesidad de repasar la interpretación efectuada por los “falsistas”, que no falsarios, dado que, tal vez sería posible que la lectura del texto aludido pudiera efectuarse de manera diferente. Veamos.
Aparece nítida la preposición ad del inicio, pero no así la palabra que la sigue, maiorem en acusativo ya que, interpretado de esa guisa, deja fuera de combate una letra que parece ser una i latina. Por otra parte, la primera letra del segundo renglón, interpretada hasta ahora como la versión en genitivo de Deus, Dei en la frase, tendría en su contra que la letra inicial no se halla bien definida, pudiendo ser considerada como D, pero también como V seguida de II (E de barras), además de L con punto a continuación, lo cual nos permitiría interpretar el contenido de este renglón como VIIL(eiensium) GLORIAM, ya que no existe duda alguna acerca de la certeza de esta palabra final. La duda radica, sin embargo, en si podría leerse el sustantivo del primer renglón, en genitivo, como IMAGORVM, por imaginorum, aludiendo, tal vez de esta manera, a una cofradía de posibles escultores aclamados por sus coterráneos, de tal manera que, tratando de recomponer una frase viable con lo averiguado, dar respuesta con la versión “AD IMAGORVM / VIIL(eleiensium) GLORIAM”, “gloria a los escultores veleienses”, que del nuevo giro podría deducirse, tal vez. De todas formas, la circunstancia de tratarse de escritura sobre huesos contribuye mucho a oscurecer la interpretación definitiva que pudiera dársele al texto. Y, de momento, esto es todo.
X
B. IR-12390.2: Amicus incertus?
Fig. 34. Pieza IR-12390, cara A.
He aquí un polémico refrán considerado por el gremio falsario como Amicus/ certus in re incerta /cemitur, o también cernitur, sin que este último supuesto verbo pueda ser aceptado como tal, incluso con el ac- inicial que yo mismo, en datas relativamente lejanas ya, había añadido al final del tercer renglón, dado que tales letras son reconocibles todavía al final del mismo considerándolo, en definitiva, hoy día como intento no logrado. Por eso, y después de dar muchas vueltas a lo que parece evidente, mi nueva versión se concretaría en el siguiente formato: “AMICVS/ COALERTVS IN/ RII INCERTA/ AC(cepta) CIS MI(TI)TVR/ F(rater)” , “Un buen amigo de la niñez, recibida alguna noticia sospechosa acerca de un colega de aquella época retorna para visitarlo como si de un hermano suyo se tratase“.
Sólo precisar que esta nueva versión encuentra un apoyo definitivo en el adjetivo coalertus, colega de infancia, que en esta ocasión hemos logrado descifrar nítidamente, a la vez que la asociación de la preposición cis seguida del verbo mittere, que prefiero interpretar en voz pasiva, así como el rescate del participio AC(cepta), del verbo accipere, recibir, para concluir en la quinta línea con la F solitaria que creo alude af(rater).
Y, tras lo expuesto, añadir tan sólo que la reproducción COALIIRTVS, y contra todos los intentos anteriores, me parece ser cada vez más definitiva.
Hasta la data han sido los “falsarios”, que no los “falseadores”, por si acaso les confunde, los que se han ocupado de la interpretación, a su manera, del texto de este letrero inciso sobre hueso y, debido a la naturaleza del soporte, bastante difícil de ser interpretado a causa de problemas de lectura, como era de esperar. Los profesores Gorrochategui y Velázquez, asesores, entre otros, del bando acusador protagonizado por la Diputación de Álava, arriesgaron en este caso una traducción de circunstancias que, de ninguna manera, llegó a convencerme, mientras que, de los demás intervinientes, que yo sepa, no poseo información de que hayan abordado con éxito la traducción del epígrafe al que vamos a referirnos inmediatamente.
El letrero que en aquella ocasión consiguieron concretar y componer los mentados profesores, se resume en la versión: OVNMIA VINCIT AMOR, “a todo vence el amor”, pese a que, para formular tal conclusión, les fue preciso tachar de descuidado, atendiendo a los resultados, al lapicida de la inscripción quien, según ellos, habría confundido la impresentable OVNMIA con la correcta omnia, en castellano “todo” o “todos”, que ellos habían aportado para resolver el problema.
No obstante, la propuesta mentada se halla lejos de convencer a la totalidad de los lectores, y entre ellos al que os está tratando de ilustrar, por cuanto aquella no se ajusta, ni siquiera medianamente, a las líneas de letras incisas reales plasmadas sobre una de las caras del hueso que, para tal exhibición, habría sido escogido en su día por los responsables de la inscripción; de manera que haya ido redimiendo letras y sílabas que, barrunto, parecen ser medianamente oportunas para poder intentar su mutuo ensamblamiento, arribando para tal fin a la conclusión de que el texto de marras, en modo alguno podría ser interpretado de la manera que se había efectuado. Y, tras haber aumentado ficticiamente sus dimensiones a través de lupa, creo haber descubierto, en el extremo izquierdo inicial del soporte óseo, tres letras alineadas sucesivas susceptibles de poder ser convertidas en radical de alguna palabra que, con cierto recelo inicial, traté de concretar en la de VIC(toria), que inmediatamente opté por relacionar con el renglón inicial del texto allí esgrafiado. Pero es que, además, en el extremo opuesto, me pareció identificar, no sin fundamento real en que apoyarme, la presencia de una € lunar volcada patas arriba sobre sí misma, delimitándose de este modo, por este lado y de alguna manera, la longitud del primer renglón del texto.
Finalmente, hube de arribar a la conclusión de que el supuesto retazo escrito OVNMIA, aducido por los colegas a los que se hizo ya referencia, encajaría mejor en parámetros que nada tienen que ver con el adjetivo plural neutro, y sí con otra lectura mucho más allegada que, reordenada en lo posible con la presencia de los dos nuevos pequeños hallazgos, a los que acabo de aludir, parece sugerirme un interrogante, posible y plausible, conformado sobre el texto latino siguiente: ¿CVN QVA VIC(toria) / VINCIT €(a)? AMOR, “¿Con qué victoria ella vence? Con la del amor”, o también, y jugando con los mismos elementos: ¿VIC(toria) CV[M] QVA /VINCIT €(a)? AMOR e, incluso, AMOR(e), en ablativo, “¿con qué victoria vence ella? Con la del amor”. Sorprenderá, no obstante, mi recurso al interrogante directo que, en el idioma latino no suele emerger con detectores propios, que yo conozca. Alguien preguntará, además, por qué resuelvo la € lunar en el pronombre €(a), ella, y no Is, masculino. Le contestaría que la letra en cuestión solamente puede ser interpretada en femenino, dada la presencia de la E inicial en vez de I.
No obstante, y atendiendo a la sintaxis ahora exhibida, nos ha parecido totalmente congruente la formulación llevada a cabo en la pregunta, ya que se trata de una simple opinión amorosa, entre las posibles y, en cualquier hipótesis, no susceptible de resultar dogmática. Y, en fin, otros dirán y opinarán de otra manera.
VII
ORTOGRAFÍA Y EPIGRAFÍA DE LOS TEXTOS SOBRE OSTRAKA Y DEMÁS FRAGMENTOS CERÁMICOS Y ÓSEOS EXHUMADOS EN IRUÑA-VELEIA DURANTE LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS LLEVADAS A CABO EN EL RECIENTE CAMBIO DE SIGLO
Uno de los argumentos más socorridos a tener en cuenta para apoyar que los textos escriturarios exhumados en Veleia son falsos, aparecería basado, para I. Velázquez, J. Gorrochategui y seguidores, entre otras razones, sobre las frecuentes faltas de ortografía en los escritos y demás hallazgos del mismo género. Y aunque la objeción daría para mucho, procuraré, además de selectivo, ser breve en la confrontación con su contenido, procurando ceñirme a los casos más evidentemente mentados por los profesores aludidos, cuyos criterios habrán seguido, casi disciplinadamente, la mayoría de las opiniones del resto de sus seguidores, aportando para ello, en consecuencia, criterios extraídos de fuentes similares.
Asevera Gorrochategui (pág. 10 de su dictamen) que el antropónimo femenino Deidre, nombre que para él se repite dos veces dentro de la totalidad del conjunto (IR-11293 y 12051) y para mí nada menos que seis (IR-11293, 12051, 4886, 10976, 11418 y 12099), ofrece una grafía completamente moderna, por cuanto, dado que la D inicial del antropónimo luce formato de mayúscula y el resto de la palabra se desliza sobre minúsculas, debe ser considerada como falsa ya que, según su criterio, “la diferencia entre mayúsculas y minúsculas habría de ocurrir tan sólo a partir de la reforma carolingia”, y ello muy tímidamente todavía, añade.
En cuanto al conjunto que yo he tratado de contabilizar, sin embargo, la variedad de letras y sus tamaños parecen ser mucho mejor dotados: tres con caracteres mayúsculos en la totalidad de sus textos respectivos (IR-10976, 11418 y 12099), uno muy breve, de una sola sílaba, con dos letras minúsculas como documento (IR-4886), y otras tantas con iniciales mayúsculas y minúsculas (IR-12051 y 11293). Conclusión: que se trataría, en los dos casos por él aportados, de una grafía totalmente moderna y, en consecuencia y según él, de falsedad manifiesta.
Ante tal exposición, he de objetarle, por mi parte, en primer lugar, que no se trata de mayúsculas frente a minúsculas, como él parece suponer, sino de cuadradas mayúsculas frente a cursivas, apareciendo escritas estas últimas en la doble versión de mayúsculas y minúsculas, conforme se hallan grabadas y confirmada su existencia al releer los ejemplos citados.
Ahora bien, si la coalternancia de mayúscula y minúscula sobre el mismo texto es la que les obliga a sentenciar que se trata de un falso, les sugiero que se observe la fotografía que aporto, procedente de la basílica hipogea de San Pedro de Rocas (Ourense), en cuyo contenido se narra brevemente la consagración del templo de este mismo lugar acontecida en el año 573 de la era y, por tanto, en una data más o menos coetánea, según creo, del grafito de Veleia que estamos tratando de abordar. Se podrán contemplar, por tanto, combinadas a placer en el ejemplar de Rocas, mayúsculas y minúsculas, incluidos los tamaños, los números y las datas.
Y algo parecido, aunque dos o tres décadas anterior, es la estela funeraria de Baños de Bande erigida a principios del siglo V con la finalidad de dar sepultura al cadáver del joven cristiano Alepio, muerto a los 17 años, también en este caso con alternancia de mayúsculas y minúsculas, tanto en los extremos como en el interior, del epitafio a él dedicado.
Otra cantada que no acabo de comprender es que, a partir del siglo I d.C., según Gorrochategui, así como sus coautores y seguidores, hubiese quedado abandonada la interpunción como medio de separación de palabras, teniendo que deslizarse su grafía, desde aquel entones, sin separación ninguna entre vocablos. “La coma como signo gráfico, afirma Gorrochategui, fue totalmente desconocida en la antigüedad. Un signo gráfico consistente en una pequeña raya era la vírgula que se inscribe en la parte superior”.
Cuento con evidencias para contestar que se trata de una aseveración que carece totalmente de fundamento; y lo digo tras una larga experiencia al respecto, a la vez que a través de fuentes muy fidedignas que he tenido ocasión de consultar y me ha sido dado tener entre manos.
Y a la hora de citar algunas de ellas, diré que se concretan en comas, puntos a diversa altura entre palabras, vírgulas de diversas formas, desde la vertical a la que adopta sobre el soporte en forma de estrella, hederae distinguentes etc. Bastaría, para demostrarlo, con repasar los textos de los pactos de hospitalidad de O Caurel (Lugo), datados, uno de ellos en los inicios del siglo I y el otro en el año 28 de aquella misma centuria, así como el de la, aún reciente, aparición del Bronce de Bembibre, en el Bierzo (León). Conste, además, que se trata, en todos estos casos, de documentos oficiales elaborados por juristas, en algunos casos ante el emperador mismo, conforme se deduce, por ejemplo, del proceso de redacción del Bronce de Bembibre durante el segundo viaje de Augusto hacia Hispania y en la ciudad, hoy día francesa, de Narbona (como Narbo Marcius era conocido entonces).
Cuidado, por tanto, con lo que se dice referente a la separación entre palabras, tanto en documentos como en monumentos, porque están a la vista y no necesitan comas ni comillas a la hora de pretender descifrar sus lecturas. Rozar estos horizontes tan sin fundamento para demostrar que tenemos razón acaba por resultar inútil, ya que cada cual se autoconvence cuando quiere y de lo que quiere. Lo cierto es que, en ocasiones, hacen acto de presencia esos signos con finalidades estéticas, entre otras, resultando, no obstante, muy útiles a la hora de aclarar situaciones como la presente. Citaré tan sólo algunos de los muchos ejemplos al respecto, obtenidos en mi tierra galaica y aledaños, recogidos en una publicación epigráfico-monográfica que me pertenece (Aquae Flaviae I. Fontes Epigráficas da Gallaecia Merdional Interior. S. de Compostela, 1986, págs. 210, 212, 214, 222, etc.).
El primero de los ejemplos elegidos viene siendo estudiado desde hace mucho tiempo por colegas varios, a la vez que por mí mismo en datas posteriores. Se trata del texto de la lápida mortuoria de L(ucius) Pompeius Reburrus Gigurrus, de A Cigarrosa (Valdeorras, Ourense) que, desde Roma, habría venido a morir a su tierra después de la estancia en la ciudad eterna como militar y otras funciones llevadas a cabo en la capital del Imperio. Lo que ahora, sin embargo, interesa es que los vocablos del texto de su epitafio se hallen todos separados, unos de otros, por hojas de hederae distinguentes, hasta un total de casi veinte unidades sobre una plancha de bronce exclusivamente, actuando el mentado símbolo como separador continuo de la totalidad de las palabras y siglas del texto al que nos estamos refiriendo
Por otra parte, y a pocos kilómetros al E. de A Cigarrosa, en Ponte Navea concretamente, fue hallado en su día el epitafio de Aelius Sporus, al igual que el anterior, perteneciente todavía al Convento Jurídico Asturicense, mostrándose, en este caso, tan sólo puntos de separación hendidos a manera de semiestrella sobre soporte granítico, con la finalidad de separar entre sí la totalidad de los diferentes vocablos de un mismo texto.
Para variar, en el Convento Bracarense, concretamente en la aldea de Rabal, ayuntamiento de Oimbra (Verín), nos las habemos con las palabras del texto de un epígrafe, asimismo mortuorio, separadas todas ellas mediante pequeñas comas horizontales esgrafiadas, a media altura, hasta la saciedad. Podrían ser aducidas innúmeras pruebas más, pero creo que es suficiente con el ramillete que acabamos de insinuar.
Por otra parte, y en lo que concierne a los disparates ortográficos que se han ido descubriendo, concluyen los falsarios que se trata de un latín que se ha ido degradando, puesto que muchos nominativos que deberían acabar en –us lo hacen en –o, como si de dativo o ablativo se tratase, cuando no el acusativo en –um sustituido por otro caso; la S angulada atribuible a los siglos VI y V a. C.?, otra barbaridad sin fundamento que podemos demostrar con hechos; U por V en algunos casos, E de dos barras (II), anacrónica; sílaba radical QV- por CH etc.
Dicho lo que antecede, y a tal respecto, tan sólo les aconsejo que reexaminen ellos y los que lo deseen la epigrafía romana del País Vasco, pero sobre todo la de la provincia de Vizcaya, que es la que más conozco por haberla estudiado hace ya mucho tiempo, pudiendo verificarse todavía su amplio contenido en la revista KOBIE (Bilbao), nº 11, 1981, entre las páginas 81 y 163. Y si traigo al caso esta sugerencia es para que el lector interesado pueda constatar anomalías idénticas durante un espacio temporal no menos idéntico, por cuanto se extendería a través de los siglos V, VI y, tal vez, parte del séptimo, de la era en que vivimos. Ahora bien, emerge inmediatamente un sencillo interrogante: si a los que son considerados como “epígrafes con disparates” tenemos que darlos por auténticos ¿por qué no hemos de hacer lo mismo con los “disparates epigráficos” de la vecina Veleia al relacionarlos con ellos? La respuesta, por tanto, queda plenamente encallada en una sola conclusión: “si todos son similares y los de Vizcaya son auténticos, también los de Veleia tienen que serlo”, en este caso juntamente con el entorno arqueológico respectivo, de cuyo interior han sido exhumados, a pesar de que algunos no quieran ver lo evidente. Se hace imprescindible, por tanto, regresar al ámbito vizcaíno y su epigrafía romana para comprobar si, en su medio rural, por lo menos, se habrían producido alteraciones epigráficas con respecto a las normas oficiales. Y, como anillo al dedo, viene el estudio por mí protagonizado en 1981, acerca de la epigrafía romana vizcaína, netamente popular, excepto la del complejo arqueológico de Forua, en este caso con epígrafes grabados sobre mármoles bajo la vigilancia de especialistas al respecto que, a veces, incluso firman los textos por ellos dirigidos. De ahí que tratemos ahora de contrastar algunas de las deficiencias epigráficas romanas de Veleia con sus vecinas del ámbito de Vizcaya, con la finalidad de poder concluir que, ante hechos similares, por no decir idénticos, deberían ser, asimismo, similares las conclusiones: o cargadas de verdades o, por el contrario, de mentiras, resultando ser este el dilema con el que queremos enfrentarnos; de ahí que, tomando como punto de partida el estudio personal mío compartido de 1981, aludido ya en párrafos anteriores, intentemos comparar, siguiendo el estudio de la epigrafía vizcaína, primero, las constataciones de ambos trabajos.
En lo que atañe a la epigrafía vizcaína:
– Págs 82-83, lám. I: Estela funeraria de Lemona; en la tercera línea:…VXO…, cuando sería Uxo(ri).
– Pág. 87, lám. II: L patada, de doble apoyo, al igual que algunas pocas de Veleia; e, ítem más, O dedada, es decir, cerrada a manera de D mayúscula invertida, conforme es frecuente en la epigrafía veleiense; detalle que, en su momento, ha alarmado a la profesora I. Velázquez, además de a otros seguidores de sus aportaciones.
– Pág. 88, lám. III, cuarta línea: …MONVMEN^TV, por MONUMAN^TV(M). Digno de destacar es el anexamiento de tres letras sobre un mismo trazo inicial, detalle detectador de la no ignorancia de los componedores de este epitafio, y otros varios, dentro de un amplio entorno.
– Pág. 90. Lámina IV, segunda línea: L de doble pata otra vez, así como perfil triangular a nivel de base.
– Pág. 99, lámina X, Morga: SVE y POSVET, en vez de SVAE y POSVIT; MEMORIAM, no MEMORIA, por cuanto es el acusativo el único caso que debe encajar en la frase.
– Lám. XIV:AVAND(VS), no AVAND, siendo esta última la opción elegida para designar el antropónimo.
– Lám. XIII, pág. 103. En el tercer renglón, y en lo que atañe a la R se halla sustituida por una U clarísima.
– Lám. XV, Abrisqueta. Preciosa inscripción hecha sobre dos mitades de un mismo bloque originario, por lo menos, utilizados en su día para cierre de una de las paredes de la ermita. En el fragmento mayor, una frase que, en su día, cuarenta años ha, por lo menos, que transcribí acertadamente sin tener entonces conocimiento de su significado, cuyo esquema, en este tramo concreto, sería: …IN/ V.I^R^V. EI. / S.T.T.L., interpretable, según recientemente he logrado efectuar: …IN V(eleiam) IRV(nniam) Ei(ectum)/ S(it) T(ibi) T(erra) L(evis), una de cuyas interpretaciones posibles, e incluso más probable, sería: “…desterrado a Veleia-Iruña. Que la tierra te sea leve”. Ahora bien, podría ser, asimismo, posible la versión: IN V(eleia) IRV(nnia) Ei(ecto). S(it) T(ibi) T(erra) L(evis), en cuyo caso la lectura sería “expulsado en Veleia- Iruña; que la tierra te sea leve”, resultando ser la fórmula aquí captada la que más nos acercaría a los grafitos de Veleia, en donde el doble topónimo de Iruña/Veleia y Veleia/Iruña cuentan ya con bastante documentación avaladora de semejante posibilidad, conforme hemos podido ir descubriendo en la revisión de los fotogramas de hallazgos efectuados durante las excavaciones arqueológicas de Veleia en los años de cambio de siglo a los que aludo en el título de este número. No cabe duda, por tanto, de que, si pudiese ser interpretado de esa manera el párrafo, cosa que yo creo plenamente factible, habríamos avanzado mucho en el problema de la autenticidad de todo lo que se está extrayendo del solar de la histórica IRVNNIA/VELEIA o VELEIA/IRUNNIA, conforme se encarga de sugerir la documentación relacionada con el problema.
– Forua, a la vera del Cantábrico, Fig. 22, lámina XII. Sobre el renglón final: QVNO FECI “lo hice yo mismo, Quno”, dado que Quno, declinable muy probablemente como Qvno,-onis, aparecería en nominativo. Se trata, por tanto, de una inscripción de Forua (Vizcaya) demostradora de que Q y V vocálica a continuación conformarían una sílaba con la sustitución, tal vez, de una C o CH anteriores por una Q posterior.
Aduce, por su parte, Gorrochategui, que “en la antigüedad nunca jamás hubo una sola J”. Pudiera haber sido así, tal vez en lo que atañe al símbolo exterior visible de la letra, pero no, quizá, en lo relacionado con su fonía, ya que dudo, y mucho, que un galaico de aquel tiempo, por poner un ejemplo, pronunciase IVNIO o IVLIO con el sonido inicial de LL, sino, más bien, con el más fuerte y consonánticos de X o J, y a la manera de como hoy perdura todavía la dicción, tanto para el cometido de una de las consonantes, como de la otra. ¿Intentona de adelantarse en los abecedarios? Tal vez, ya que lo que habrá de acontecer es lo que ahora nos hallamos sugiriendo. Filólogos hay, en todo caso, que sabrán ocuparse del problema y creo que lo están haciendo ya.
Un interrogante final de otro género sobre el mismo tema: si el empleo de la J en cuestión viene a ser la quintaesencia de la falsedad, puesto que se trataría de dataciones actuales o contemporáneas ¿cómo se explica que unos falsificadores, para más inri arqueólogos, según se desprende del tratamiento habido para con el tema mismo, hayan podido ser tan zafios como para convertir en esta ocasión la I en J, intentando ahorcarse así con su propia cuerda?
Y tratando, en fin y como despedida, aludir al ya vulgar grafito de Veleia, pregunto: ¿Cui prodest, a quien habría beneficiado tanto descuido?
Fig. 22. Pieza IR-11258, cara A.Fig. 23. Pieza IR_11258, cara B.
Fusayola/óstrakon de T.S. que, a primera vista, parece ostentar una lectura que no le corresponde, tanto en el anverso como en el reverso, circunstancia que habría dado fuelle a algunos de los defensores de la falsificación de estos vestigios arqueológicos al ser mostrado como uno de los principales argumentos en contra de la autenticidad de tales restos debido a que habrían sido riscados recientemente sobre la superficie redondeada de dos fusayolas: en una de ellas solamente en su cara anterior con el adverbio NO, en tanto que en la segunda dos: SI en una de las caras y NO en la contraria de la misma pieza. Y, como quiera que esos adverbios parecen trasladarnos a todos a la Real Academia de la actual lengua común, deberían, según los “sabios”, ser estigmatizados con el rótulo de “falsos”. Ahora bien, prescindiendo, de momento, del primero de los ejemplares, que tan sólo repite el NO del par y no el SI respectivo, pregunto ¿puede realmente leerse SI y NO, respectivamente y en cada una de las caras del tal pequeño óstrakon circular, en el que ambos adverbios citados, y sobre caras contrapuestas, aparecen? Nuestra respuesta es rotundamente que no, ya que, en lo que atañe a la cara del SI, lo que, en realidad, se lee sobre el garabato allí riscado no es el adverbio afirmativo de marras sino unaR mayúscula enfilada en dirección contraria a la que marca la negrita de este renglón, siendo que, de corresponderle un SI, las letras del adverbio deberían ser dos y separadas a la hora de pretender expresarse coherentemente; de ahí que sea tomada por lo que es, una R solitaria orientada hacia su retro, ignoramos por qué y para qué. Y, lógicamente, ante esta R al revés, inquirimos ¿se trata de un caso nunca visto este de la escritura en dirección contraria a la normal o es infrecuente tan sólo? Por supuesto que no frecuente, pero tampoco inexistente según cabe deducir de los conocimientos de cada cual. En lo que a mi atañe, puedo afirmar que, en mis tiempos juveniles, me llevé una sorpresa al comprobar que sobre el dintel granítico de la puerta de entrada de una casa de la aldea de Saceda, en la provincia de Ourense, se hallaba esculpida la data, con la respectiva leyenda de su construcción, hacía siglo y medio, en dirección contraria a la habitual y, por tanto, tan sólo interpretable en dirección opuesta a la acostumbrada vulgarmente. Se me dijo entonces, ante mi desconcierto, que existían seres humanos que leen y escriben de esa manera y, entre ellos, el promotor de dicho predio, hacía ya entonces ciento cincuenta años. Y hete aquí que, andado tiempo, habría de enfrentarme con los grafitos de Veleia, hoy día en discusión, con una media docena de casos de esta misma escritura, siendo el mejor conservado el nombre de un niño cincelado sobre la tapa de su sepultura en las cercanías de Medeiros (Monterrey) datable en el siglo VI y con un tipo de letras mayúsculas muy parecidas a las de Veleia. En cuanto al supuesto NO de la otra cara, complementario del SI sobre la opuesta, hay, asimismo, argumentos más que sobrados para demostrar que tampoco existe la expresión como tal en el lugar que se le asigna, en primer lugar porque, según ya queda expresado en páginas anteriores, la sílaba NO y algunas más tienden, a veces, en los documentos que barajamos, a pasar por expresiones apocopadas de palabras que los destinatarios de entonces estarían en condiciones de dar por supuestas, pudiendo novo/nova ser citados con sólo la primera sílaba, en determinadas circunstancias, puesto que los destinatarios conocerían de antemano el contenido no cantado, pero sí entendido; de ahí que, en ocasiones, el adjetivo NOVA de Veleia pudiera haber sido riscado expresamente en versiones plenamente constatadas sobre la superficie de los grafitos mismos, tales como NOVA, NO(va) e, incluso, N(ova), es decir, desde la totalidad de las palabras del concepto a la solitaria sigla indicadora, conforme se podrá ir comprobando a lo largo del estudio que ahora nos ocupa con ejemplos, a nuestra manera de ver, contundentes. Por otra parte, si se pretendiese en el caso que ofrecemos leer NO, en cuanto adverbio de negación, la pretendida O de tal sílaba no podría ser tenida como circular, que normalmente le pertenece, sino cuadrangular, tal como aparece y puede ser comprobado. Item más, tampoco la presunta N del supuesto adverbio de negación sería tal, dado que su primer ángulo de apoyo se halla cortado horizontalmente por un risco que convierte en A la primera mitad inferior de la supuesta N, a partir de ahora transformada en sílaba de dos letras anexadas. Item más, incluso la O del supuesto NO parece no ser tal, en primer lugar porque se trataría de una O cuadrangular y, debido a ello, muy difícil de digerir como tal en el contexto en que aparece; y, en segundo término, porque la aureola amarillenta que parece ir dibujando el trazado exterior de dicha letra acaba por rematar su perfil a manera de G, en lugar de la O cuadrada que le estaba destinada; y como quiera que dicha G aparece formando grupo con la N del pretendido NO, al descubrirse recientemente por el que suscribe, sobre el ángulo izquierdo, el inferior de la N misma, una línea transversal que daría como resultado la conformación de la radical A^VG-, la cual podría ser, o la de A^VG(ustus), por ejemplo, o, si se prefiriese la nasalizada, la versión A^NG(ustus) lógicamente con otro significado.
Y tras lo expuesto, creo haber ayudado a desterrar los supuestos «SI/NO» contrapuestos y tenidos por los “falsistas” como escritos en castellano cervantino, en este caso delator de la, para ellos, supuesta mentira de la casi totalidad de los grafitos de Veleia. En resumen, que ni SÍ ni NO, SINO todo lo contrario.
V
IR-10953
Restos de una lucerna circular con cuidada inscripción en el borde. Atendiendo a su buena estampa, da la impresión de que no se trata de óstrakon alguno, sino de una lucerna circular fabricada a molde y sellada, al mismo tiempo que engobada en crudo, con la leyenda exterior perimetralmente desarrollada como: AT. CIIACIA. MIIA. CONIOGA., cuya traducción, a mi modo de ver, sería: “…Ahora bien, ¡Ceacia es mi mujer!”.
Fig. 24. Pieza IR-10953.
Como punto de partida, bien sabéis los latinistas que AT., seguida de punto, es una conjunción adversativa que puede ser traducida de diversas maneras, siempre que respondan aquéllas a esa adversidad congénita. Analizaremos, por tanto, la interpretación efectuada por el primero de los grupos pretéritos que llegaron a emitir sus respectivos “dictámenes”, aunque muy similares todos ellos y con parecidos movimientos, como si hubiesen sido, o acordados previamente tras los análisis individuales, o milagrosamente coincidentes.
En cuanto al texto ya aludido del óstrakon que estamos abordando, insistir tan sólo en que está grabado, en crudo, sobre la boca de la posible lucerna o candileja, hallándose separadas las palabras del texto perimetral por señales diversas entre una y otra, después de cada cual. Así pues, el punto de contacto, entre principio y fin, de la leyenda perimetralmente distribuido, se halla polarizado sobre una modesta rayita horizontal, mientras que, por el otro lado e inicio de la leyenda total, la conjunción AT se percibe separada de CIIACIA por una semiestrella en relieve; y, apareciendo en relieve ovalado, asimismo, los otros dos puntos que marcan el aparte entre los vocablos restantes.
Puede aseverarse, además, que la sintaxis de la leyenda es perfecta, salvo en el significado de una letra que hace femenino lo que, a la vez, es masculino, es decir, que CONIOGA, en pretendido nominativo, que en realidad no le corresponde, tiene que virar a CONIVX, asimismo en nominativo, y sus consecuencias, por cuanto se trata de un vocablo latino común a ambos géneros, masculino y femenino, sin necesidad de que el dedicante tenga que poner en órbita su sabiduría. En resumen, que nuestro epigrafista descubrió que la honrada era una mujer y ante ello, nada de coniugi, que sería lo correcto en este caso, al igual que en el futurible de su marido, sino CONIOGA para diferenciarla bien de él. Y qué queréis, ¿que le peguemos? Ahora bien, nos queda todavía por preguntar ¿de qué manera habrán reaccionado los “falsarios”, y lo digo sólo como castigadores de la mentira, que no falsificadores, frente a este problemilla? Creo que ni siquiera se enteraron de qué iba, por cuando sus apreciaciones vuelan en esta ocasión por los Cerros de Úbeda, visto que no han llegado ni siquiera a ser conscientes de la problemática a solucionar; de tal manera que, en los informes emitidos, la leyenda posible obtenida, y casi unánimemente aceptada, ha sido la de CONTOGATOS, como puede apreciarse, coincidente casi con la hipotética versión castellana de la palabra que, a punto venía y todos deseaban, en cuanto argumento falsificador de lo que en este y demás iconos se relataba. Para ellos, por tanto, ni CONIOGA ni conjunción AT ni significado específico de la puntuación. No extraña, por tanto, su “profunda reflexión” al pretender sintetizar, casi en una sola palabra, la leyenda perimetral circular allí existente en la versión CONTOGATOS, en castellano evolucionado CUENTAGATOS, sin diferenciar ni siquiera la conjunción AT. del resto del texto.
Y en otra cosa más han diferido de la lectura que aquí ofrecemos: la de pretender que la cuarta letra de CONTOGATOS fuese T y no I; y, efectivamente, algún fundamento poseen al haberlo hecho, por cuanto, por encima de la incisión vertical de la I, se percibe un inoportuno trazo horizontal. Ahora bien, que no se trata del tejadillo de la T lo vendrían a confirmar, en primer lugar, la igualdad de radio de esta letra y los de otras letras próximas con relación al centro de la tapadera; y, en segundo término, por cuanto no se trata de uno sólo sino de dos esgrafiados, más o menos paralelos entre sí en dirección inversa a la de la leyenda principal, delatores ambos, o de un simple accidente por parte del riscador, con réplicas abundantes dentro de la gran colección de Veleia a la que nos estamos refiriendo, o de un texto complementario añadido al exterior del recorrido, en dirección opuesta a la de la leyenda principal. Veamos. Al exterior de la palabra CONIOGA, y encima misma de la I de su centro, existe un trazo horizontal hondo, aludido ya, haciendo juego, tal vez en otra dirección, claro está, con una especie de compás semiabierto desplegado horizontalmente, mientras un trazo paralelo lo acompañaría en esa misma dirección por el borde exterior de la circunferencia. Por otra parte, relacionar ambos elementos entre sí resultaría también factible, atendiendo a la posición compartida horizontal que ambos poseen, en cualquier caso, con orientación inversa, y la posibilidad de unificarlos, o como sílaba o, lo que es más factible, como número IV (cuatro) aparentemente tumbado sobre el filete extremo de la circunferencia. Y es de esta manera que quedaría solucionado el enfrentamiento entre la “CONIOGA” y el “CONTAGATOS”. Y, aprovechando la circunstancia, ¿cuántos queréis que contemos?
Se trata de una de las tabellae fabricadas ad hoc para ser ilustradas sobre masa en crudo y, antes de su cocción, aprovechar ambas caras contrapuestas con diferentes finalidades. En una de ellas ha sido plasmado el dibujo de una careta de payaso a la vez que, a su pie y en escala menos generosa, el plano riscado de un teatrillo aparentemente de reducidas dimensiones. De milagro conserva todavía la superficie de esta cara el engobe originario tan sólo afectado por una fractura transversal posteriormente fraguada.
Fig. 19. Pieza IR-11709, cara A.
En cuanto a la cara opuesta, decir que, contrariamente a la anterior, ofrece un texto inscrito en cuatro renglones alusivos a otros tantos nombres de literatos y filósofos de diversas procedencias del ámbito del Imperio Romano: Séneca, Sócrates, Virgilio y, para nosotros ahora como problema, Bescar o Rescar, conforme a la nueva interpretación que del antropónimo hemos llegado a efectuar. No obstante, cabe añadir que, pese a conservar la tabula su forma y dimensiones originarias, dista de ser cuadrangular, poseyendo uno de sus cuatro lados, el inferior, un menor recorrido.
Fig. 20. Pieza IR-11709, cara B.
Ahora bien, cuatro son los personajes objeto de la dedicatoria: SIINECA/ SOCRATES/ VIRGILIO/ BIISCAR?, pero tan sólo los tres nombres primeros, superpuestos horizontalmente, cabrían en tan menguado espacio con la necesaria holgura. No obstante, ya a partir del tercero, y sobre todo entre éste y el cuarto, apenas pudo lograrse la separación estándar, tanto vertical como horizontalmente, de tal manera que hubo que forzar, hasta cierto punto, el encajamiento del cuarto renglón, para lo cual fue preciso reducir la altura de la letra inicial del mismo, el tamaño de la R del final, así como, imitando lo efectuado en la tercera de las líneas, anexar a la letra final de la cuarta línea, en este caso la R, otra coma finalista similar a la del renglón anterior, bien que un poco más varada hacia la izquierda del lecho del epígrafe de aquella línea. Por otra parte, lo trascendente de ambas comas o rayitas consistiría en recordar la finalización respectiva de los dos últimos renglones a causa de la irregularidad de esta su esquina.
En consecuencia, y contra todos los que en ella creen, cabe decir que no ha existido nunca T alguna al final del antropónimo del último renglón, resultando ser la raya horizontal que algunos creen techillo de una T la que, horizontalmente, marca el final del espacio originario disponible de esa esquina del soporte. Ahora bien, ojo con hacer caso de la limpieza innecesaria efectuada sobre algunas letras de unas pocas líneas, aunque, afortunadamente, tan sólo un puntillo inciso alóctono fue grabado sobre la rayita finalista mentada en aquel extremo del último renglón. Conviene, no obstante, volver, aunque solamente sea de pasada, a esta línea postrera.
Interpretado en un principio el nombre del personaje por el equipo excavador como Mescart, fue corregido posteriormente por el defensor de la falsedad de los hallazgos como DIISCART(es), uno de los pretendidos grandes argumentos detentadores de la falsedad de todo el complejo de hallazgos efectuados a principio de siglo en Veleia. Ahora bien, para que ello aconteciese, como deseaban, habría sido preciso que la primera de las letras del antropónimo coincidiese con una D, así como la rayita última, ahora tan sobada por este redactor, con el tejadillo de una T. Sin embargo, y tal como puede observarse todavía, la letra inicial de la palabra, tan sólo puede ser B o R, ambas mayúsculas, ya que la mitad superior de la barriga de ambas, sea cual fuere de las dos, se muestra diseñada, conforme puede comprobarse, por una sucesión de puntitos incisos, en lugar de raya continua; cerrándose con ello, primero y definidamente, su mitad delantera superior para, a continuación, iniciarse la inferior con la misma técnica hasta donde puede ser observada, llegando a concluirse, asimismo, a partir de la dirección nuevamente reiniciada para la parte inferior, que las únicas letras que de ese giro pudieran resultar habrían de ser o la B o la R exclusivamente, pudiendo ser la B, a mi modo de ver, la candidata única, una vez observada la curvatura inicial de la mitad inferior la misma que la de la mitad superior, pudiendo tejerse así, finalmente, con fundamento más que sólido, el antropónimo BIISCAR, que se identificaría con el ya avanzado en párrafos anteriores.
Ahora bien, ¿quién es y de dónde podría haber procedido nuestro más que probable BIISCAR? Doy por supuesto que el autor de este intento de tabla honoraria habría querido “honrar” aquí a intelectuales de diferentes procedencias: dos figuras del ámbito romano, Séneca y Virgilio; una más de origen griego, Sócrates, y, finalmente y para compensar, otra que a mí me traslada mentalmente a tener que intuir tierras púnicas: la de BIISCAR. A tal respecto, no podemos olvidarnos de personajes cartagineses con sufijo antroponímico en –ar, ya que en el norte de África, todavía pueden resonar Amilcar Barca de nuestra juventud o, asimismo, el teónimo BES como referente de origen ya que se trata de un dios egipcio del que habrían derivado topónimos y antropónimos diversos (cfr. M.A. Molinero, en J. Alvar Esteban, Mitología Universal. Madrid, 2000). En resumen, que parece esfumarse para sus defensores el todopoderoso filósofo galo Descartes, personaje que, fallecido en la primera mitad del siglo XVII, habría de estampar aquí su presencia, no buscada por supuesto por los excavadores, para servir de uno de los puntales delatores y sostenedores de la falsedad de los grafitos de Veleia.
Y, a modo de conclusión ¿creéis que posee el mínimo sentido que el supuesto falsificador de los grafitos de Veleia hubiese aportado para sus fines, primero una impecable lista de sabios antiguos de procedencia diversa para, de repente, ponerse él mismo en evidencia como falsificador tras haber metido la pata? Desde luego, los dictaminarios falsarios, y con ello quiero aludir a los que consideran casi todos los hallazgos de las excavaciones de Veleia como falsos, estaban tan convencidos de que allí se citaba a Descartes que, tras haber leído el resultado de un análisis contrario a ellos relacionado, de alguna manera, con la tablilla cerámica de la inscripción llegaron a sospechar de que la máquina encargada de las pruebas no se hallaba en su punto.
Tan sólo añadir que, con argumentos falsarios de este tipo, no se llega muy lejos en la identificación del gran conjunto de grafitos de Veleia, así como de su contenido.
III
IR-11019.
Nos las habemos, a mi modo de ver, con la “caetra” o escudo acostumbrado de los guerreros galaicos utilizado como icono en la acuñación de monedas de las guerras de conquista cántabras en territorios del extremo noroeste peninsular conforme pude constatar en la ceca militar del campamento de campaña de Lucus Augusti, solar del Lugo actual, a partir de 1986, en el que me cupo actuar de director de una serie de excavaciones arqueológicas de gran trascendencia para la historia de la ciudad. No obstante, la caetra indígena fue ganando a los legionarios romanos y, en consecuencia, adoptada por ellos para defensa propia, lo que fue propiciando su utilización por parte del ejército y, asimismo, para combates lúdico gladiatorios; es decir, algo similar a lo que pudo haber acontecido en Veleia, muy posiblemente.
Fig. 21. Pieza IR-11019.
Acerca de la inscripción que recorre el perímetro de la que, desde ahora, consideraremos representación de la caetra, se ha llegado a afirmar lo inconcebible, hasta el punto de querer ver en su contenido uno de los más contundentes argumentos de falsedad aportados por los informadores del pleito, o similar, de parte de la Diputación de Álava a través de “dictámenes” o simples informes a los que más tarde habremos de referirnos. Vaya por delante, sin embargo, un corto aperitivo de razones.
La interpretación que del texto perimetral del escudo dieron por buena en su día los componentes del equipo informador reunido por la Diputación de Álava reza, pobremente, de la siguiente manera: …VIRGINII MEO CVORE, traducción forzada que solamente podría concretarse en “con la virgen en mi corazón” según puede constatarse, sin sentido alguno, tanto en lo que atañe al texto como al contexto; y como quiera que el vocablo italiano “cuore”, en castellano corazón, coincidiría con la expresión actual, en italiano, de dicha víscera, la consecuencia del hecho habría sido la condición falsaria de su empleo por parte de personas relacionadas, en sumo grado, con la excavación arqueológica efectuada con anterioridad a aquellas datas.
Y bien, ante la interpretación ofrecida por los salvadores de la nada en este caso, hemos argumentado, y seguimos argumentando ahora, que no existe allí ni VIRGINII ni CVORII; MIIO sí, pero el latino, no otro extraño que tenga que ver con los delirios que cada cual posee. Item más, de haberse tratado de lengua italiana, se habría aludido, no aMIIO CUORE, que tampoco encajaría, sino a “…il mio cuore”, según tengo oído y pronunciado cuando me encuentro de visita por aquella tierra, teniendo Meo, adjetivo latino, que ser encuadrado debidamente en la versión que consideramos la acertada.
A mi modo de ver, por tanto, y dejando de lado los errores cometidos por los correctores aludidos, la verdadera lectura, por no hablar de la única posible, y atendiendo a los vocablos allí presentes, tendría que ser: VIR, INN^III MIIO OVORII y, en versión de minúsculas, vir, innie meo ovore, es decir: “Mozo, únete a mi triunfo”, traducción a la que determinan, tanto la inscripción perimetral circular entre el punto de salida, que viene a ser el mismo que el de llegada del texto del escudo de la caetra, como la corona triunfal de laurel para el ganador ubicada sobre el lugar de inicio, a la vez que del fin de la leyenda perimetral de aquélla. Resultaría ser, además, por sí misma la corona de laurel todo un símbolo del premio lúdico que solía darse al gladiador o deportista de otras áreas que resultase victorioso en lid tan apreciada por un personal que se supone siempre numeroso.
A pesar de todo, considero útil avanzar algunas precisiones con respecto al texto en sí, de manera que pueda ser bien comprendido en toda su extensión, a pesar de que pueda salir a luz alguna pequeña deficiencia.
De entrada, sospecho que el componedor originario del reclamo epigráfico en el que nos encontramos ha jugado sin querer con dos formas verbales de casi idéntico significado y parecida ortografía, por cuanto se trata de las modalidades respectivas de los verbos INNIO y ENO, que el cuadratario o lapicida, al tratarse de fonemas similares, habría confundido sectorialmente dentro de su cabeza, aportando a dicho infinitivo la sílaba radical EN-, del verbo ENO, y el sufijo –NIO de la segunda mitad del rótulo del verbo INNIO, mudanza que habría provocado que, en vez del esperado imperativo ENA, en segunda persona, se hubiese obtenido el de ENNIE, en segunda persona también aunque como fruto de un despiste, ya que esa sería la versión llamada a ser engendrada desde el verbo INNIO o, si se prefiere en infinitivo, INNIRE. Que nadie, por tanto, se escandalice, ya que existen por estos lares, y no me refiero exclusivamente a Veleia, multitud de mutaciones parecidas, consecuencia de una lengua que paulatinamente se estaría gestando, por entonces, dentro de la península, si es que no consolidándose para hacerse perfecta, si ellos fuese posible, pese a los ocasionales defectos amasados a lo largo de la cotidiana expresión de cada cual.
Y, tras lo dicho, volver solamente a mencionar la presencia del vocablo OVORII, con una O cerrada en forma de D que, a mi modo de ver, resulta plenamente explicable, por cuanto se trataría del infinitivo del verbo OVO, OVARE con el significado de “ovacionar”, matiz que habría desplazado al académicamente más correcto OVORE. Pequeñeces, pero considero imprescindible aludir a ellas y justificarlas.
En fin, resta añadir, tan sólo, a lo hasta aquí expresado con respecto al hallazgo que se está abordando, la interpretación que creemos más acertada del mismo, así como, escuetamente, de sus derivadas.
Puede mantenerse, por tanto, y para ello podríamos aportar numerosos paralelos que, conforme ha sido adelantado ya, la pieza ha sido moldurada ad hoc en acontecimientos circenses o palestrales sobre molde y con masa húmeda antes de haber entrado al horno, tratárase de la reproducción de la caetra o de otro tipo de escudos, circunstancia, por otra parte, que vendría a delatar la existencia de una palaestra destinada a este deporte, frecuentemente trágico, tal vez, en Veleia, si no es que se contaba ya dentro de la ciudad misma con un anfiteatro en regla, valiendo la tessera que estamos describiendo de anunciadora de dicho deporte y, es posible que también, de simple billete de entrada al escenario del combate. En cualquier caso, el espectáculo presupone la existencia de una palaestra, según acabamos de avanzar, fuere estable o temporal, cuya existencia parecen sugerir, en ciertos casos, determinados trazados a mano alzada, y no tan alzada en algunos casos, riscados o impresos en ostraka diversos entre los hasta ahora exhumados y observados a través de las excavaciones habidas.
Y si este es el panorama auténtico, como creemos, reiteramos que no cabe duda de que dicha tessera habría sido fabricada sobre masa húmeda, conforme ya sea insinuado, a la vez que conformado, en negativo, su respectivo molde sobre madera o soportes afines, incluidas las leyendas de acompañamiento. Y solamente tras la ejecución del número de ejemplares programados con la masa pertinente serían rociados todos ellos, en cuanto billetes de entrada al espectáculo, con un engobe común vertido sobre la superficie de la totalidad de los ejemplares de la caetra de propaganda, incluida la leyenda del escudo.
En resumen, que se trata del hallazgo de una pieza definitivamente trascendental para posibles deducciones, de notable calado incluso. ¡Lástima que los críticos ya aludidos solamente se enzarzasen en determinar, creyéndose repletos de razón, que todo aquello era falso, ya que habrían sido redactados en lengua italiana moderna palabras como virgine, cuore y, para ellos también, meo!, todo lo cual no es verdad, por no decir mentira.
Luis Silgo Gaucheren gutuna argitaratu da Berrian.
Iruña-Veleian egindako bisita gidatu baten barnean, Josetxo Mendiak hiri erromatarreko harresian zegoen grafito handi bat aurkitu zuen 2021eko martxoan. Gertakizun honek hiri honetan aurkitu ziren euskara zaharrean idatzitako grafitoez gogoeta egitera eraman behar gintuzke. Gogora dezagun epaitegiak aztarnategiaren zuzendaria kondenatu zuela 2020an. Izan ere, grafito hori ezin da faltsutze baten ondorio izan, eta, bide batez, aurretik aurkitutako grafitoak baimentzen ditu, berehala ikusiko dugun bezala.
Grafitoa handia da (30 cm-ko altuera eta 24 cm-ko zabalera du), eta gurutziltzatu baten irudia du; gurutzea eta burua irudikatzen dira, hau izpiz inguratuta, eta behean ATA jartzen du. Gurutzea, izpiak eta hitza sakon grabatuta daude.
Grafito honetatik atera daitezkeen ondorioak honako hauek dira: Iruña-Veleian kristau komunitate bat zegoela, komunitate horrek idazkera erabiltzen zuela, antzinako euskaraz idatzi zutela gai kristau baten inguruan, ATA hitzak (eta ez aita modernoak edo ATTA akitaniarrak) lotura garaikidea adierazten duela aurretik aurkitutako grafitoekin, eta, are garrantzitsuagoa, ATA hitza bera grafito horien errepertorio lexikoari dagokiola.
Baina bada aztertu beharreko beste alderdi bat: grafitoa hiriko sarrera nagusitik metro gutxira dago, erraz ikusteko moduko lekuan, eta inskripzioaren neurriek erakusten dute hirian sartzen edo hiritik irteten ziren guztiek irakur zezaten egina dagoela. Beraz, hirian euskaraz hitz egiten zela adierazteaz gain, idaztea eta irakurtzea ere ohikoak zirela iradokitzen du.
Aurkikuntzak jakin-mina piztu zidan, eta SOS Iruña-Veleiako bi kidek eta hau idazten duenak aztarnategia bisitatu genuen joan den udazkenean. Bisita emankorra izan zen, beste hiru idazkun eta zenbait motibo ikonografiko aurkitzeko bidea ere eman baitzuen. Aurkikuntza horiek aztertzen ari gara, eta behar bezala ezagutaraziko dira, baina aurreratu daiteke baieztatu egiten dutela ATA grafitoari buruz esandakoa.
Iruña-Veleiako harresiko aurkikuntzek testuinguru koherentea ematen diete aurretik aurkitutako grafitoei, eta, aldi berean, erakusten dute hiriko kristautasun euskalduna ez dela Lurmeneko arkeologoen asmakizuna. Eta honek, jakina, ondorio judizialak ere baditu. Edonola ere, aurkikuntza berriek antzinako euskarazko grafitoen multzo epigrafikoa berrikustera eta birpentsatzera behartzen gaituzte, aurreiritziak eta ikusiezinak alde batera utzita.
Arkeologoa eta epigrafista da, prestigio handiko ikerlea, batez ere iberieraren alorrean.
Traducción:
LOS NUEVOS DESCUBRIMIENTOS EN IRUÑA-VELEIA Luis Silgo Gauche
El redescubrimiento de un gran grafito en la muralla de la ciudad romana de Iruña-Veleia, efectuado por Josetxo Mendia, en el marco de una visita guiada, en marzo de 2021 hace que se deba repensar los hallazgos de inscripciones en euskera antiguo efectuados en la ciudad y que fueron objeto de condena por parte del juzgado en 2020. En efecto, ninguna posibilidad cabe de que este grafito sea una falsificación, a la vez que autoriza, como en seguida vamos a ver, a los grafiti hallados anteriormente.
El grafito, de grandes dimensiones (unos 30 cm. de altura por 24 de anchura) consta de la figura de un crucificado, del que se representa la cruz y la cabeza, rodeado de rayos y abajo, la palabra ATA. Tanto la cruz y los rayos como la palabra están grabados profundamente.
Las consecuencias que se pueden sacar de este grafito son que existía una comunidad cristiana en Iruña-Veleia, que esa comunidad usaba la escritura, que esa escritura anotaba un euskera antiguo cuya temática era cristiana, que la expresión ATA y no el moderno aita o el aquitano ATTA representa una vinculación contemporánea con los grafiti hallados anteriormente y, no menos importante, que la misma palabra ATA pertenece al repertorio léxico de esos grafiti.
Pero hay un aspecto más que estudiar: la situación del grafito a escasos metros de la entrada principal de la ciudad, en lugar bien visible y las mismas dimensiones de la inscripción muestran que la inscripción fue hecha para ser leída, por todos cuantos entrasen y saliesen de Iruña-Veleia. Era, pues, no solamente un signo distintivo que indica que el euskera antiguo se hablaba en la ciudad sino que se escribía y se escribía para ser leído, de una manera habitual.
Interesados en el hallazgo, dos miembros de SOS Iruña-Veleia y el que esto escribe visitamos la zona el pasado otoño. La visita fue fructífera pues permitió localizar tres letreros más además de motivos iconográficos. Estos descubrimientos están en estudio y serán dados a conocer oportunamente, pero ya se puede adelantar que confirman lo dicho a propósito del primer grafito hallado.
Los descubrimientos en la muralla de Iruña-Veleia dan un contexto coherente a los grafiti anteriormente encontrados, a la vez que muestran que el cristianismo euskaldun de la ciudad no es un invento de los arqueólogos de Lurmen, lo cual, por cierto, también tiene repercusiones judiciales. En cualquier caso los nuevos hallazgos obligan a replantear y repensar, sin prejuicios ni apasionamientos, el conjunto epigráfico de los grafiti en euskera antiguo objeto de disputa.
Caros amigos de Vitoria, cercanías y “longanías”: había prometido, hace casi un año, meterme más a fondo con el análisis arqueológico, epigráfico e iconográfico del conjunto de grafitos y hallazgos anejos de la Veleia romana, en general, por cuanto, en su momento, había llegado a la conclusión de que a ningún horizonte esperanzador podría conducir el limitarse a tan sólo casos puntuales. El dilema se proyectaba en dos direcciones: o un estudio demorado pieza por pieza, imposible para mí a causa del volumen, o si no, y con menos demora, encauzar ese mismo conjunto en un todo común e interrelacionado. Ahora bien ¿de qué bases seguras podríamos partir para esta aventura, de las versiones de los “sabios” que, al fin y al cabo, llevaron a Eliseo y los suyos a los tribunales? Pronto se pudo ir constatando que habían aportado mucho ruido, pero nueces poquísimas. Lo que sí se advertía, a tenor de lo acontecido, era el ansia constante, que no es difícil descubrir, de que muchos de los textos y letreros estuviesen en castellano, “castrapo” sí podía ser, creo yo, ya que, de esta manera, se podía zanjar con más premura la audacia de los supuestos autores del embrollo. Comencé a entender, sin embargo, que resultaba inexcusable primar dos objetivos sobre todo: interpretación, lo más sutil posible, de los dibujos en general, así como la ordenación/traducción de los numerosos letreros y hasta párrafos escriturarios, en general inundados de faltas ortográficas y hasta epigráficas, conforme era de esperar de gente de provincia que comienza a ir a la escuela, supuestamente tarde en la mayoría de los casos.
Y ello ha sido lo que creo haber logrado: descubrir y seleccionar textos importantes antes no tenidos en cuenta; corregir a mansalva interpretaciones ajenas; tratar de descubrir la urbanística de la ciudad; hurgar un poco en la sociedad de la época, modos de vida, comunicaciones, influjos foráneos de diversas procedencias, además de otros aspectos curiosos que en su día se irán dando a conocer.
No obstante, prefiero empezar por las partes y no por el todo ya que, de esta manera, entenderéis mejor la proyectada síntesis a punto de llegar al fin, dado que nos reclaman compromisos más cercanos. Urge, además, dar a conocer los errores cometidos por el equipo o los equipos de los críticos al tratar de fundamentar sus dichos sobre argumentos que, según veréis, no son tales, pero sí son lo suficientemente bien conducidos a la hora de inculpar inocentes, según los hechos se han encargado de demostrar.
Eliseo e Idoia han recibido, por lo menos el primero, algunos de los contrargumentos de las pruebas que, como argumentos, funcionaron en sus condenas; y, tras pedir a Eliseo parecer, juzgó que no sería malo que todos los interesados, el grupo entero por lo menos, sepamos las mismas cosas… Sin embargo, nada de difusión mediante imprenta, de momento, pero sí por otros medios, si viene al caso.
Resumiendo, que, aunque no lo creáis, han sido muchas las horas que he dedicado al tema, según podréis suponer e iréis viendo. Por otra parte, la distancia, la cerrazón de las salas de almacenaje de la Diputación de Álava y, en consecuencia, el no haber podido ver personalmente los restos arqueológicos que en ellas se ocultan, vienen a multiplicar las dificultades. Creo, sin embargo, que merece la pena insistir cuando se tiene razón, pues solamente con razones, si es que las quieren aceptar, se podrá algún día llegar a la conciliación esperada, puesto que difícilmente habrá de encontrarse una alternativa diferente.
En fin, que la riqueza arqueológica que la ciudad de Veleia encierra, bien merece un esfuerzo generoso por nuestra parte, y más en las circunstancias sobre las que nos hallamos nadando.
Expuesto lo que antecede, envío esta vez los diez primeros pequeños estudios puntuales con la finalidad de rebatir otros tantos argumentos de los escogidos por los “falsarios” en su día, con la intención de llegar hasta un decálogo de contra argumentos, los más o menos argumentos que en su día los críticos contrarios a la autenticidad del conjunto tejieron.
Antonio Rodríguez Colmenero
PRIMERA PARTE DEL DECÁLOGO
I
R. I. P.: ¿R(equiescat) I(n) P(ace) (“Que en paz descanse”) o R(egis) I(udaeorum) P(assio) (“Pasión del Rey de los Judíos”)?
Fig. 1. Pieza 12108.
Estado de la cuestión.
La primera de las interpretaciones de la tríada R.I.P. de siglas asociadas, abreviación de un título mucho más extenso, ha sido la expandida como única posible por los defensores de la falsedad de los hallazgos exhumados dentro del suelo histórico de Veleia entre los años 1993 y 2008, juntamente con los demás materiales, tratándose para estos expertos, en aquella ocasión, de iconos riscados sobre cartela expuesta en el extremo superior del poste vertical de la cruz con la leyenda R.I.P., para ellos de nítida interpretación contemporánea con la versión, ya ni discutida siquiera,R(equiescat) I(n) P(ace), “descanse en paz”, normal en los cementerios modernos, sin plantearse, en absoluto, otras opciones y, curiosamente, dando por buenas y aceptables las cuatro siglas del INRI, I(esus) N(azarenus) R(ex) I(udaeorum ) de otro relato evangélico.
Observadas las consecuencias, y sin otros tanteos posibles para su interpretación, se convertía la versión interpretativa de la primera en la damnatio signorum veleiensium, condenación de los grafitos hallados durante las campañas de excavación arqueológica efectuadas a lo largo de tres lustros, de 1993 a 2008, bajo la dirección del arqueólogo Eliseo Gil Zubillaga. Item más, tratando, esta vez, de avanzar a través de veredas teológicas, pretendieron los falsarios apoyarse en que, visto que la interpretación única viable para ellos sería R(equiescat) I(n) P(ace), descanse en paz, que, a su vez y lógicamente para su interés, se hallaría lejos de ser auténtica, por cuanto una atribución de esta guisa vendría a negar la resurrección de Cristo. Conclusión: que, atendiendo a estas teorías, se trataría de una falsificación moderna que, al igual que otros vestigios de calado similar, quedarían esfumados los supuestos logros de quince campañas de excavación arqueológica dirigidas por el arqueólogo antes aludido. Y, observada la aparente miopía histórico-arqueológica que parecen demostrar los agrupados hacia esta dirección, considero oportuno ofrecerles un breve recorrido por los textos de la biblia relacionados con tales hechos, tratando así de obtener resultados con fundamento claro y frontalmente diferentes de los obtenidos por los críticos de este asunto.
Y, sea como fuere, considero que las alusiones a la pasión de Cristo en los evangelios del Nuevo Testamento resultan más que suficientes para explicarla en casi todos sus detalles, aduciendo textos con ella relacionados, tanto de párrafos completos, más o menos extensos, como de siglas interrelacionadas; de ahí que pretendamos abordar, aunque tan sólo sea de paso, algunos de los relatos puntuales de los cuatro evangelistas acerca de este tema, muy claramente y en diversas ocasiones. Para ello, pues, nos proponemos dar a conocer los textos más evidentes de los cuatro evangelios relacionados con la muerte violenta que tuvo Jesucristo, intentando así conformar un buzón de datos a los que recurrir a la hora de intentar esclarecer este enrevesado tema, ofreciendo previamente al lector, tanto la versión original latina de los textos ([1]), como su traducción al castellano, valiéndome para ello, en exclusiva, de mis limitados conocimientos. Y, para mejor comprensión, las siglas al respecto extraídas del relato bíblico serán mostradas en letra negrita al final de cada uno de los apartados, y las frases y vocablos alusivos a la passio, pasión, de Cristo, lo serán en color rojo cuando preciso sea.
EVANGELIO DE MATEO:
2.1. “UBI EST QUI NATUS EST REX IUDAEORUM ?”, “En dónde se encuentra el recién nacido rey de los judíos?……………………………………………………………………………R.I.
16.21. “… ET MULTA PATI…”, “…y padecer muchos sufrimientos…”
26.1 ss. “…IESU CHRISTI passio et resurrectio”, “…pasión y resurrección de Jesucristo…”
27.11. Pilato a Jesucristo: “TU ES REX IUDAEORUM?”, “¿Eres tú el rey de los judíos?”………………………………………………………………………………………………………………..…..R.I.
27.37. “ET IMPOSUERUNT SUPER CAPUT EIUS CAUSAM IPSIUS SCRIPTAM: HIC EST IESUS REX IUDAEORUM”, “Y sobrepusieron, escrito sobre su cabeza, el texto de su condena: este es Jesús, el rey de los judíos.”……………………………………………………………….…H.I.R.I.
EVANGELIO DE MARCOS:
8.31. “ET COEPIT DOCERE EOS QUONIAM OPORTET FILIUM HOMINIS PATI MULTA…”, “Y comenzó a manifestarles (a sus discípulos) que el Hijo del Hombre habría de tener mucho a padecer…”
10.22 y ss. Anuncia de nuevo la pasión, no con el nombre sino con el comentario de lo que trágicamente habrá de sucederle.
15.2. Pregunta de Pilato a Jesús: “TU ES REX IUDAEORUM?”, “¿Eres tú el rey de los judíos?”…………………………………………………………………………………….………………………………R.I.
15.12. “QUID ERGO VULTIS FACIAM REGI IUDAEORUM?”, “¿Qué queréis que haga al rey de los judíos?………………………………………………………………………………………….R.I.
15.18. “AVE REX IUDAEORUM”, “Salve, Rey de los judíos.”……………..……………….…… R.I.
15.26. “ET ERAT TITULUS CAUSAE EIUS INSCRIPTUS: REX IUDAEORUM”, “Y se hallaba inscrito el anuncio de su causa: Rey de los Judíos.”…………………………………………..……R.I.
16.6 “IESUM QUAERITIS NAZARENUM?”, “¿Buscáis a Jesús el Nazareno?”………………………………………………………………..………..I.N.
EVANGELIO DE LUCAS:
9.22. “QUIA OPORTET FILIUM HOMINIS MULTA PATI…”, “Es preciso que el Hijo del Hombre sufra mucho…”
18.33. De nuevo predice la PASSIOcompleta, a la que habrá de seguir la resurrección.
22.15. “DESIDERIO DESIDERAVIT HOC PASCHA MANDUCARE VOBISCUM ANTEQUAM PATIAR”, “Con enorme gusto he deseado comer con vosotros en esta Pascua y antes de mis sufrimientos”.
23.3. Pilato: “TU ES REX IUDAEORUM?”, “¿Eres tú el rey de los judíos?»………………………………………………………………………………………………..R.I.
23.38. “ERAT AUTEM ET SUPERSCRIPTIO SCRIPTA SUPER EUM LITTERIS GRAECIS ET LATINIS ET HEBRAICIS: HIC EST REX IUDAEORUM”, “Había, pues, un rótulo sobre él escrito en letras griegas, latinas y hebraicas con la leyenda: Este es el Rey de los Judíos”……………………………………………………………………………………………. H.E.R.I.
18.33. Pregunta Pilato: “TU ES REX IUDAEORUM?…TU DICIS QUIA REX SUM EGO”, “¿Eres tú el Rey de los judíos?…Tú dices que yo soy Rey”……………………………………….………….R.I.
19.19. “SCRIPSIT AUTEM ET TITULUM PILATUS SUPER CRUCEM: IESUS NAZARENUS REX IUDAEORUM”, “Y escribió Pilato sobre lo más alto de la cruz el rótulo: Jesús Nazareno Rey de los Judíos”…………………………………………………………………………….…………..I.N.R.I.
A la vista de lo que precede, ¿les parece algún desacierto interpretar una de las versiones siglarias utilizadas, R.I.P., como R(egis) I(udaeorum) P(assio) “Pasión del Rey de los Judíos”, en vez del invento, puesto que sus autores mismos lo consideran así, R(equiescat) I(n) P(ace), descanse en paz?
Ahora bien, hasta aquí hemos aportado lo que los evangelios contienen a tal respecto; a partir de ahora, y aunque brevemente, la presencia de tales siglas dentro de los catálogos y memorias de excavación de la ciudad romana de Iruña-Veleia, al que posiblemente podremos denominar ya de esa manera para la época tardorromana, pese a que no queramos decir todavía por qué.
A la hora de comparar, trataremos de analizar las siglas sobre ostraka, al respecto, comenzando, aunque sean de aparición más tardía, por los hallazgos de Eliseo Gil Zubillaga y su equipo:
– óstrakon IR-6330: P(assio) R(egis) I(udaeorum), “pasión del rey de los judíos”, sobre el curvado de una pieza de Terra Sigillata, siendo mía, que sepa, esta primera propuesta interpretativa.
Fig. 2. Pieza IR-6330
– óstrakon IR-10822: X.R.I., a mi modo de ver identificable como X(ristus) R(ex) I(udaeorum), “Cristo Rey de los Judíos”.
Fig. 3. Pieza IR-10822
-Tabulilla ad hoc en la cara reversa del mismo número: R(egis) I(udaeorum) P(assio), “pasión del Rey de los Judíos”.
– IR-12108. Óstrakon de T.S.: R(egis) I(udaeorum) P(assio).
Fig. 4. Detalle de la inscripción en la cruz de la pieza IR-12108.
– IR-13346. Crucifijo inciso sobre un resto de argamasa destinada al enlucido de las paredes, relativamente aplanadas, del que solamente son discernibles, aparte de la cruz cerrada, la cabeza simulada de Jesucristo y un risco vertical descendente hasta la altura de los no riscados pies. A su lado derecho, y por debajo ya de la cintura, lo que pudiera ser una persona de rodillas, que bien podría coincidir con la de su madre, María, si no es con María Magdalena. Por otra parte, y por el mismo lado una vez rebasado el brazo horizontal de la cruz, una tosca inscripción riscada sobre la masa de una utilización precedente distinta con las siglas I R, es decir, I(udaeorum) R(ex).
Fig. 5. Pieza IR-13346
– IR-12108. Crucifijo esgrafiado sobre el barniz rojo del óstrakon que ha motivado el conocido problema que ahora nos ocupa con motivo de la interpretación correcta del texto de su cartela y aledaños. Se trataría, tal vez, de la manifestación más expresiva, entre otras, de la muerte de Jesucristo crucificado. En tal escena, y ateniéndonos a los textos de alguno de los evangelistas, se deja ver la cruz de Cristo con su silueta perimetral representada totalmente, a la par que, flanqueando su cabeza, dos rayos divinos a cada uno de los lados, mientras sobre el extremo superior del pontón vertical se ven brillar las siglas RIP, para mí una vez más, R(egis) I(udaeorum) P(assio), “pasión del Rey de los judíos”.
Fig. 6. Pieza. IR-12108
En escala menor, sin embargo, y a ambos lados de la cruz de Cristo, dos crucifijos más, sin contenido interior alguno que, sin embargo, nos es dado suponer si se acude al relato evangélico del acontecimiento.
Entre estos dos cruceros menores y la base del principal, se hacen presentes dos figurillas, casi afrontadas entre sí, posiblemente identificables con los conocidos parientes y amigos del Salvador.
Finalmente, y sobre la base inclinada del óstrakon, un acotado longitudinal entre rayas, que pudieran representar el descenso hasta la cueva del sepulcro, puesto que, al final, aparece una persona con gestos agitadores, indicio, tal vez, del anuncio de la resurrección.
IR-13348. Nueva representación del crucificado sobre un retazo de pavimento cementicio de notable grosor. Sobre la cara alisada, tal vez en fresco, la escena de la crucifixión en la que solamente aparece Jesús sin los dos ladrones como acompañantes. La representación esquemática de Cristo es similar a la del crucifijo anterior. No obstante, los pares de rayos de aquélla se hallan sustituidos ahora por pares de hojas secas o, quizá, panecillos, mientras que, a ambos lados de la cruz, sendas parejas humanas, esgrafiadas sobre el escenario, relacionadas de alguna manera, tal vez, con la familia o amigos de Jesucristo. Para rematar, y sobre la base del crucero, la leyenda I(esus) N(azarenus), sin más.
Fig. 7. Pieza IR-13348.
En cuanto a otras cruces y crucifijos de la fase de Eliseo, merece la pena, por lo menos, enumerarlas y efectuar, asimismo, una simple referencia a su contenido, por cuanto pertenecen al mismo período. Veamos.
IR-15916. Sobre el interior de una taza de T.S., barnizada interiormente, se halla esgrafiada una cruz de trazos gruesos cuadrangulares inclinada hacia la izquierda, hallándose escoltada en su cenit por sendas palmas de tres radios cada una de ellas, figuras tal vez de la Trinidad Divina. En el interior de los dos pontones conformadores de una cruz, más que retratos de Jesucristo, señales indirectas de su presencia. Al lado, la inscripción euskérica NIIVRII ATA.
Fig. 8. Pieza 15916.
IR-15910. Sobre el interior de un óstrakon de T.S., una cruz de anchos apoyos, tanto vertical como horizontalmente, en cuyo interior y con la posición esperada al revés, esto es, con la cabeza hacia abajo, un riscado humano elemental de la figura de Cristo. Inquirimos: ¿olvido, desconocimiento de la postura que debía tener el icono, o sarcasmo, en último caso? A su derecha, cinco vocablos en euskera.
Fig. 9. Pieza IR-15910.
IR-13343: 1,2,3,4. Cruz riscada sobre una vértebra ósea cilíndrica de la que pueden observarse cuatro posiciones diferentes. La cruz, en cuanto tal, solamente contiene dentro de su perímetro señales delatoras de la presencia del crucificado, respirando más humanidad, en todo caso, la pareja de devotos familiares o amigos arrodillados al lado de la base de la cruz.
Fig. 10. Pieza IR-13343.
IR-13366. Crucifijo grabado en fresco, solitario, sobre cerámica de una tábula ad hoc. Cabeza de Cristo a modo de triángulo y coronada, ofreciendo como faz una X o similar. Sobre el extremo superior del poste vertical, el anagrama INRI, bien marcado, del que hace exclusiva mención, tal como se lee, solamente el evangelio de Juan, es decir I(esus) N(azarenus) R(ex) I(udaeorum), “Jesús Nazareno Rey de los Judíos”. Se advierte, además, una ingenua lanza clavada en el costado de Cristo, tal como, exclusivamente, anota también aquel evangelista. Y con lo hasta aquí expresado creemos que es suficiente.
Fig. 11. Pieza IR-13366.
2. La trascendencia de los hallazgos de Gratiniano Nieto al respecto entre los años 1947-1954 de la pasada centuria.
Del balance de hallazgos arqueológicos efectuados por Gratiniano Nieto en Veleia entre los años 1947-1954 puede deducirse mucho y bueno de lo que estamos analizando, dadas las aportaciones, en algunos casos tal vez ignoradas por él mismo todavía, relacionadas con la interpretación de las siglas referidas a las citas evangélicas de la pasión de Jesús. Y es precisamente su temprano despertar en esta tarea el aliado nuestro ideal para la demostración de que todo es auténtico, no habiendo existido por medio falsificador alguno.
Procuraremos, en primer lugar, desentrañar, hasta donde se pueda, lo que su legado nos ofrece y, una vez efectuada la tarea, determinar las certezas o falsedades de cada una de las fuentes a tener en cuenta.
Comenzaremos por recurrir al axioma de que “si Gratiniano Nieto descubrió durante sus excavaciones de entre 1947 y 1954 ostraka que posteriormente habrían de repetirse en las llevadas a cabo por Eliseo, una de dos: o ambos hallazgos serían veraces, como es nuestra opinión, o Eliseo habría recurrido a los datos de Gratiniano para falsificar absurdamente, puesto que Gratiniano, en esta cuestión, aporta interesantísimos letreros en siglas, pero ninguna interpretación de las mismas, ni literaria ni icónica ”; por tanto nada podía sugerirle la función de tales letras.
Y ahora, a la inversa: “Si nadie pone en duda la autenticidad de los grafitos de Gratiniano, ¿por qué razón ha de ponerla en la aportación de Eliseo, ya que son más o menos idénticos, a la vez que simplemente predecesores unos de otros en los proyectos de excavación?”
Y hasta aquí quería llegar, lamentando profundamente que los hallazgos, tanto de Nieto como de Elorza, puedan ser conocidos tan solo a través de medio centenar de ostraka, fichas aisladas y algún que otro vocablo sobre cerámica común, ya que una visión más detallada y amplia de lo descubierto en aquellos trabajos podrían ayudar mucho en lo que se refiere a la autenticidad.
Y expuesto lo que antecede, la aportación en siglas, que no en iconos, puesto que no los tiene, de Gratiniano Nieto en este lance:
-Nº 20 de su lista: P R I, P(assio) R(egis) I(udaeorum), “Pasión del Rey de los Judíos”, sin icono alguno pero con una nueva inscripción sobre el arco opuesto de la taza, que yo he descubierto recientemente e interpretado como IIISV[s]…?
Fig. 12. Pieza Nº 20 de Gratiniano Nieto.
– Nº 23: R(egis) I(udaeorum), “…del Rey de los Judíos” con Passio inclusa.
Fig. 13. Pieza Nº 23 de Gratiniano Nieto.
– Nº 26: P(assio) R(egis) I(udaeorum), “Pasión del Rey de los judíos”.
Fig. 14. Pieza Nº 26 de Gratiniano Nieto.
– Nº. 35: P(assio) IIIS(us), “Pasión de Jesús”.
Fig. 15. Pieza Nº 35 de Gratiniano Nieto.
– Nº 49: X^P(isto)† VICTORI, “dedicado a Cristo Victorioso”.
Fig. 16. Pieza Nº 49 de Gratiniano Nieto.
En resumen, que la colección de elementos al respecto exhumados por Gil Zubillaga había sido precedida por otros igual de importantes, si no es que más, por Gratiniano Nieto.
La huella de J. C. Elorza.
Fue mucho menos duradera que las otras dos. Ahora bien, ninguna referencia sobre ostraka a los problemas que venimos tratando, aunque poseemos dudas muy fundamentadas acerca de la presencia de una P R anterior a la fractura sobre un fragmento de la barriga de un ánfora que podría contener el inicio de la expresión P(assio) R(egis) [I(udaeorum] de su número 46 que no podemos completar con certeza.
Fig. 17. Pieza 46 de J. C. Elorza.
Y según se irá viendo en tiempos venideros, faltan por examinar todavía en su exposición, especialmente los números 57, fragmento de cerámica común sobre la que se ha esgrafiado la palabra RIIDIADVS, retornado, del verbo redere, volver, hasta el presente no interpretado. Igualmente, la aparición de la E de dos barras, II, que tanto asusta a los defensores de la falsedad de la colección. Y para, de momento, rematar, la presencia, una vez más, de la Hedera distinguens‡, referente puntual en otras ocasiones negado como referente en las funciones que normalmente le son atribuidas.
†X^P se refiere a la superposición de la letras griegas Χ (chi – pronunciada ji) sobre Ρ (rho), que son las dos primeras letras de ΧΡΙΣΤΟΣ (Christus en latín).
Elkartasun ekonomikoa Eliseo Gilekin, eskaera berria
Jakina denez, Eliseo Gil Zubillaga, Iruña-Veleiako aztarnategiko zuzendaria izandakoa, grafitoak faltsutzearen errudun jo zuen Gasteizko zigor-epaitegi batek 2020an. Bi urte eta hiru hilabeteko espetxe-zigorra ezarri zioten eta zenbait diru-zigor ere bai, 15.000 euro inguru denera. Zorionez ez du kartzelan sartu beharrik izan, kondenan bi “delitu” ezberdin sartzen zirelako. Epaia errekurrituta dago Konstituzio Auzitegiaren aurrean. Oraindik ez da erantzunik jaso, nahiz eta hiru urte igaro diren.
Bere garaian epai guztiz bidegabea izan zela esan genuen, epaiketan ez baitzen frogatu grafito bakar baten faltsutasuna, eta ondorioz are gutxiago Eliseo Gilen autoretza. Urte luze hauetan gaia hurbiletik jarraitu dugunok garbi ikusi dugu zer nolako bidegabekeria egin den gure kultura ondarearen zein pertsona batzuen kontra. zeintzuen delitu bakarra aurkikuntza harrigarri bat egitea izan den. Bidegabekeria larriagotu egin da, beste auzipetuak, Rubén Cerdánek, bere burua insolbentetzat jo duelako eta Eliseo Gilek bere gain hartu behar izan duelako isun osoa.
Sentitzen dugu eskaera berriz egin behar izatea. 2021eko ekimenean 9.200 euro bildu ziren. Oraingoan gainerakoa bildu nahi dugu, 15.000 bete arte. Uste dugu Eliseok hori eta gehiago merezi duela. Horregatik guztiagatik, gaiarekin sentsibilizatuta dauden pertsona guztiei eskatzen diegu isun bidegabeak ordaintzen laguntzeko, eta bakoitzak egoki irizten dion kopurua honako kontu honetan sartzeko:
Eskariaren sinatzaileak: SOS Iruña-Veleia, Iruña-Veleia Martxan, Martin Ttipia
Gasteizen, 2023ko urtarrilaren 17an
Eliseo Gilen esker oneko hitzak
“Nire eskerrik bero eta sentituenak garai nahasi hauetan lagundu didaten pertsonei, laguntza ekonomiko desinteresatua barne, erakundeek dena ukatu didaten bitartean. Laguntza honek kontsolatu egiten nau, nire penak arintzen ditu, eta indarra ematen dit itxaropenaren sugarrari eusteko eta nire errugabetasuna aldarrikatzen jarraitzeko.
Arkeologo kondenatua naizen arren, helegitea aurkeztu dut Auzitegi Konstituzionalean, eta nire esku dagoen guztia egingo dut neure burua aldarrikatzeko eta aurkikuntza handi haien egiazkotasuna defendatzeko «.
Situación actual de la campaña.
Nueva petición de solidaridad económica con Eliseo Gil
Como es sabido, Eliseo Gil Zubillaga, en su día director de la excavación arqueológica de Iruña-Veleia, fue declarado culpable de falsificación por un juzgado de lo penal de Vitoria-Gasteiz en 2020. Se le condenó a dos años y tres meses de prisión, y se le impusieron varias sanciones económicas que suman en total unos 15.000 euros. Por fortuna, no tuvo que ingresar en prisión, debido a que en la condena se incluían dos “delitos” diferentes. La sentencia fue recurrida ante el Tribunal Constitucional. Todavía no ha tenido lugar el fallo, a pesar de que han trascurrido casi tres años.
En su día consideramos que se trataba de una sentencia totalmente injusta, ya que durante el juicio no se demostró la falsedad de ninguno de los grafitos en cuestión, y por lo tanto menos aún la autoría por parte de Eliseo Gil. Quienes hemos seguido de cerca el asunto durante estos largos años hemos podido comprobar el infame atropello que han sufrido tanto nuestro patrimonio cultural como unas personas cuyo único “delito” fue realizar un hallazgo extraordinario. La injusticia se ha agravado al declararse insolvente el otro de los encausados, Rubén Cerdán, y al tener que asumir enteramente la multa Eliseo Gil.
Sentimos volver a reiterar la petición. En la iniciativa de 2021 se recogieron 9.200 euros. Esta vez aspiramos a recaudar el resto, hasta completar los 15.000. Creemos que Eliseo se merece eso y más. Por todo ello, apelamos a todas las personas sensibilizadas con el asunto a contribuir al pago de las injustas sanciones, ingresando la cantidad que cada cual considere oportuna, en la siguiente cuenta:
Firman la solicitud las entidades: SOS Iruña-Veleia, Iruña-Veleia Martxan, Martin Ttipia
Vitoria-Gasteiz, a 17 de enero de 2023
Palabras de agradecimiento de Eliseo Gil
“Mi más profundo y sincero agradecimiento para todas aquellas personas que no sólo me han dado una oportunidad que las instituciones me han denegado, sino que además me han prestado su desinteresada colaboración económica, a valorar especialmente en estos tiempos convulsos.
Esta ayuda me conforta, alivia mis penalidades y me da fuerza para seguir manteniendo la llama de la esperanza y seguir proclamando mi inocencia.
Aunque soy un arqueólogo condenado, he presentado recurso ante el Tribunal Constitucional y haré cuanto esté en mi mano para reivindicarme y defender la veracidad de aquellos notables hallazgos».