Indagando sobre el caso del Hombre de Orce, uno no puede dejar de pensar en el caso de Veleia. En ambos casos los descubridores defienden sus hallazgos hasta las últimas consecuencias (en el caso de Veleia hasta los juicios). La historia del Hombre de Orce se ha quedado dentro de los canales de lo científico, pero uno tampoco puede negar la importancia de los intereses de determinados grupos de investigación y las pequeñeces humanas (ver p.ej. entrevista con Luis Gibert, hijo del descubridor en el diario Vasco aquí).
Cabe recordar las palabras en la portada de la Fundación Josep Gibert – Early Man in Spain:
“Mucho he luchado; pensé que podía ganar, pero el destino y la naturaleza sofocaron mis meditaciones y esfuerzos. Pero ya es algo estar en el campo de batalla, porque ganar depende mucho de la suerte. Pero hice cuanto pude y no creo que nadie en las generaciones futuras lo niegue. No temí a la muerte, nunca me rendí a nadie; en lugar de una vida cobarde, elegí una muerte valiente.”“Tal vez no llegues a alcanzar tu meta, pero aún así corre la carrera.
Invierte tus fuerza en tal alta empresa.
Sigue luchando con tu último aliento”
Giordano Bruno