Tengo que avisar de que no tengo conocimientos de ninguno de los temas traídos aquí, aunque esto no me quita el placer de escucharlos, y creo que de eso se trata. La primera vez que oí unos bersolaris en directo fue en un local mal calentado en un barrio perdido por Gipuzkoa. Dos bersolaris acompañados por trikitixa y pandero y tenía la sensación de estar en otros tiempos, quizás milenios atrás en una cultura todavía oral. Aunque no podía seguir el contenido, o solo palabras sueltas, entendí que era un juego de improvisado pingpong verbal, entre cantar y declamar que terminaba en frases hechas, que también cantaba el público. La edad media del público era de setenta para arriba, y el público vivía apasionadamente el texto con aplausos, pero también con una nunca vista concentración. Estaba claro que era un ritual muy serio, esto no solo era diversión. Cuando veo en la televisión vasca las transmisiones de horas y horas de concurso de bersolaris pienso que es la fragua del idioma mismo.
Cuando leemos poesía nos olvidamos de que sus raíces están en una tradición oral épica donde la rima y la musicalidad eran también estrategias mnemo-técnicas para estructurar el texto y memorizar miles de líneas de verso que el modernismo ha destrozado con su afán de romper moldes. Solo los mejores rapsodas eran capaces de mantener cautivado durante horas a su eminente público al lado del fuego y de reproducir libros enteros con cierta fiabilidad, aunque seguramente la improvisación y la adaptación según la audiencia formaban parte de la variabilidad.
Fuente: Stefan Hagel, https://www.oeaw.ac.at/kal/sh/
Cómo sonaban los versos de Homero acompañados por la lira homérica, nos preguntamos. El investigador
Stefan Hagel pretende tener una respuesta: escuchar aquí. Para más información sobre su investigación ver aquí.
Una interpretación con instrumentos de música modernos y con una cautivadora declamación de los hexámetros griegos nos aportan los alumnos de la asignatura de Artes Escénicas del Bachillerato Musical del IES Elgoibar en este fragmento, donde Calypso se despide de Odiseo en la Odisea:
«Experimento musical-dramático-literario de la asignatura de Artes Escénicas con los alumnos del Bachillerato Musical del IES Elgoibar. Febrero de 2021.
A partir de nuestra versión de la canción de Björk «Come to me» (cuyas letras parecen palabras aladas de Calypso a Odiseo, y por eso mismo), esta película pretende provocar en el espectador (que también es lector) una experiencia literaria mediante la que acercarse a la Odisea (concretamente al comienzo del canto V, de donde son los versos que se recitan al comienzo y al final). La letra de la canción original de Björk «Come to me» ha sido traducida al griego clásico por Lorenzo Sciajno.
Se ha procurado que los versos sean recitados en calidad de lo que son. Y son hexámetros dactílicos. Ello consiste en un juego de sílabas largas y breves en esquemas fijados por cada verso que, según el estilo de cada rapsoda y según qué acompañamiento musical tuviera, podía derivar en algo muy similar a lo que ahora llamamos rap. No sabemos cómo la canción de Björk se nos convirtió en algo parecido a rap. Fue seguramente al medir las sílabas de los hexámetros adaptándolos al mismo tiempo al ritmo de la canción. Cantar y recitar y narrar como tres verbos para una misma cosa. Cosas de los experimentos, cosas de tiempos homéricos, cosas de rapsodas.
La historia de Calypso es, también, y visto desde su perspectiva, la de un amor no correspondido. Por eso el paso a dar es la separación. Le cuesta aceptarlo (siete años tal vez) pero finalmente lo pilla. Gracias a Hermes o a la resignación. Por eso, porque un amor no correspondido incluso a una diosa le puede pasar, dedicamos esta película (a modo de consuelo poético) a todo quien haya estado en la piel de Calypso, divina entre las diosas, alguna vez.
Las imágenes de Hermes están tomadas de la conversación entre Hermes y Calypso en la película La Odisea de Andrei Konchalovsky (1997). Los versos del Canto V de la Odisea seleccionados para Calypso 2021 pueden descargarse en este enlace, para ser trabajados con los alumnos de griego en ejercicios de traducción, recitación o medida de hexámetros: https://www.dropbox.com/scl/fi/gxmpm5…»
A mí me parece precioso, y efectivamente el ritmo hace pensar en el género moderno rap, la voz de la frustración y la rabia desde el corazón de las junglas urbanas, muy a menudo improvisado. La etimología de la palabra rap no tiene nada que ver -parece- con la palabra rapsodia (https://es.wiktionary.org/wiki/rap), pero de alguna manera los raperos son los y las rapsodas modernos, y no hay que despreciar este género. Un domingo, en un mercado popular de Bruselas, me dejó cautivado cómo de manera espontánea chicos y chicas de origen magrebí se tiraban alternadamente al suelo y empezaron sus raps, algunos muy agresivos, algunos sobre racismo y otros sobre el amor. Otra preciosa experiencia con la cultura oral improvisada.
«Es como ver el partenón policromado. Una ensoñación extraordinaria.”, comentó alguien en Youtube sobre Calypso/Kalypso.