La noticia ha tenido y sigue teniendo amplísimo eco; priman las felicitaciones por el hallazgo y los elogios por el trabajo bien hecho de Aranzadi, concediendo toda suerte de entrevistas, valoraciones y
detalladas narrativas a los protagonistas y al mundo académico (principalmente Joaquín Gorrochategui y Javier Velaza, como portavoces autorizados).
También el presidente de Euskaltzaindia ha tomado posición pública, por qué no: “Berri pozgarria da, euskera hemengoa dela eta betidanik izan dugula hemen erakusten du honek”. Traducción: «Es una noticia para alegrarnos, esto muestra que el euskera es de aquí y que lo hemos tenido aquí desde siempre».
Claro que también ha habido gentes (algunas gentes) a quienes se les ha visto con ganas de aguar la fiesta (o eso me ha parecido). No se si pretendían desacreditar, sí al menos desmerecer el hallazgo y el valor del testimonio. Alguno ha titulado, en plan radical negacionista él: “Lo siento, esto no es euskera”…Parecían disgustados, oyes, casi como ofendidos en lo personal porque aquel vascón de Irulegi escribiera “sorioneku», seguramente para llevarles la contraria.
La fiesta no ha hecho más que empezar, solo hemos podido «entender bien» la primera línea de la pieza de bronce y ya han pronosticado (los que entienden del pasado y también del futuro) que «se tardarán entre 10 a 20 años para descifrar» las tres líneas que siguen al “sorioneku”.
Como no estamos para esperas tan largas, como nos gusta disfrutar (y padecer) mientras el corazón siga palpitándonos en el pecho (hil eta gero, salda bero), no nos vamos a quedar pasivos 10 ó 20 años. Ya, ya, que es cosa para gente muy sabida, que cualquiera no puede (ni debe) pretender interpretar el ibérico y menos la recién descubierta «lengua vascónica»…Vale, pero creo que también hay gente muy válida «en el pueblo» que puede hacer o ya está haciendo interesantes aportaciones y vamos a escucharles y opinaremos.
Con ese fin, se abre «audiencia pública»: Irulegiko Eskua II.
Las lecturas que recojamos podrán ser tomadas como muy acertadas, medio acertadas o equivocadas pero nunca serán ridículas porque se trata de pro-posiciones para entender el texto y el contexto; nadie pretende sentar cátedra (eso se lo dejamos a los catedráticos).
Queremos participar. Gure esku dago.
Queda hecha la invitación a toda la buena gente en Ama Ata.
Zorioneko.
Izan zinetelako, gara gu.
Garelako, izanen dira.