Publicación del artículo “La autentificación del óstracon con el plano de la ciudad romana de Iruña-Veleia (Álava/Araba, País Vasco)”, de Xabier Gorrotxategi e Idoia Filloy, en la revista Arse, nº 56, págs. 63-100.

El artículo aún no está disponible en la página web de la revista Arse, pero puede descargarse de la página de Academia.edu de Xabier Gorrotxategi https://www.academia.edu/102691197/Plano_1_parte_autentificaci%C3%B3n_academia

Fig. 1. Fotografías del óstracon IR14469 antes (izda.) y después (dcha.) del tratamiento, tomadas en el Servicio de Restauración del Museo de Arqueología de Álava. En la foto previa al tratamiento se intuyen las letras GO y en la posterior al mismo se puede leer claramente GORI. [Estas fotografías las consiguieron los autores del artículo solicitándolas al Museo de Arqueología de Álava, y están disponibles únicamente en el artículo de Gorrotxategi y Filloy.]
RESUMEN DE LOS AUTORES

En este artículo se trata de la autentificación del óstracon IR14469 de la ciudad romana de Iruña-Veleia. Se desarrolla un proceso de autentificación que establece de forma crítica 13 indicios o pruebas de veracidad, correspondientes a la trazabilidad externa de la pieza. Estos se basan en el informe del Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Alava y prueban de manera incontestable la antigüedad del grafito asociado al ladrillo romano. También se evalúan de forma crítica las carencias del informe de la Escuela de Restauración de Bienes Culturales, peritaje judicial que negó la trazabilidad al grafito.

EXTRACTOS DEL ARTÍCULO

“A priori esta pieza debe considerarse auténtica, no sólo el soporte de ladrillo, sino también el grabado de una de sus superficies, porque está contextualizada en el registro estratigráfico del yacimiento y las circunstancias de su hallazgo certifican la imposibilidad de que hubiera habido manipulación fraudulenta alguna durante su procesamiento como ítem arqueológico, lo que exponemos más abajo. Además, los elementos físicos que presenta evidencian que el dibujo y el texto que aparecen grabados en su superficie estaban bajo unas adherencias antiguas, formadas durante el enterramiento prolongado de la pieza en el subsuelo, esto es, la secuencia estratigráfica superficial de este ítem arqueológico garantiza la antigüedad del grafito. Hemos de señalar previamente que no se ha argumentado la falsedad de esta pieza, aunque su autenticidad ha sido puesta en entredicho al diagnosticarse sobre su supuesta ausencia de trazabilidad. También se ha visto involucrada en una declaración genérica de una supuesta falsificación global de los óstraca, no demostrada.”

“Este estrato [en el que se halló el ladrillo] (…) fue datado por el material arqueológico asociado a fines del siglo I-1ª mitad del II d. C. …”

“La pieza fue coordenada ‘in situ’, por lo que fue individualizada en bolsa aparte y con su propia etiqueta en la misma excavación, siendo depositada en el laboratorio del yacimiento para su procesamiento e inventariado junto a otras evidencias coordenadas ese mismo día y separadas del resto del material, todo lo cual formaba parte del procedimiento habitual.”

“…las primeras incisiones se vieron al comenzar a lavar la pieza. Esta constatación queda corroborada por el hecho de que esta labor se interrumpiera y la pieza fuera enviada de forma inmediata a la Diputación Foral de Álava, hecho del cual hay constancia documental, el informe firmado por las restauradoras del Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava el día 18 de julio (Ortiz y López 2013): “…la pieza fue lavada parcialmente con anterioridad…”.”

“Dado que el ladrillo se encontró un viernes, fue al lunes siguiente, el día 17, cuando se sacó de la bolsa, se le dio número de inventario y se empezó a lavar su superficie oculta bajo adherencias superficiales. Como algunos grafitos del yacimiento ya se habían convertido en polémicos en la red, y por otra parte algunos sondeos los seguían proporcionando, al constatar grabados, no se siguió con la labor de limpieza y la pieza se puso ese mismo día en manos de la DFA, como demuestra el hecho de que ya al día siguiente, el martes 18 de julio, comienza a tratarla el Servicio de Restauración. Las concreciones se componían de carbonatos y barro, como señala el informe de Restauración, fuertemente adheridos, ya que las restauradoras tuvieron que utilizar “bisturí y palillo de bambú”, como especifican, observando más trazos incisos.”

“Esto lo corroboran en su informe (Ortiz y López, 2013) donde se hace constar cómo la pieza tiene un: “…Estado de conservación delicado… Superficie deleznable, muy desgastada y disgregable. Muy soluble en agua…” y que está “…cubierta parcialmente por carbonatos y barro que cubre las incisiones…” y cómo ponen al descubierto un grabado que antes no se veía señalando “…Apenas legible: parece una cinta en forma de U con una inscripción en el centro…”.”

“Tras ello “…se devuelve la pieza sin acabar de tratar…”, al equipo arqueológico. Sin embargo, documentan el óstracon fotográficamente antes y después de la limpieza, documentos fotográficos que lo dotan de total verosimilitud, ya que atestiguan el momento de su levantamiento y podemos leer los mensajes grabados en él (v. fig. 1).”

“Cuando vuelve al yacimiento, la pieza pasa a la fase de estudio, su dibujado por parte de José Manuel Tarriño y su fichado, clasificación y descripción por Idoia Filloy. En sus declaraciones ante la Ertzaintza (policía judicial), ya con el caso judicializado, el dibujante declara que fue él quien, aplicando luz rasante, identificó la palabra “GORI”, y también todo lo que de legible tiene la inscripción, que plasmó en su dibujo. De forma independiente la arqueóloga llevó a cabo la transcripción, la cual coincide con el dibujo, excepto detalles puntuales. Finalmente la pieza fue depositada en el Museo el día 1 de febrero de 2008, donde permanece hasta la actualidad.”

“En conjunto, las circunstancias de la exhumación y procesado arqueológico del grafito son evidencias de la autenticidad de éste. Todas ellas documentan una trazabilidad múltiple, externa (y parcialmente interna) del objeto grafitado y posibilitan una autentificación objetiva, basada en evidencias relevantes…”

“…se puede aducir una quinta evidencia, testimonial, aportada por la restauradora del Servicio, Isabel Ortiz de Errasti, que, en el juicio, declara que la inscripción es “antigua” (información de la que fuimos testigos en la sala del mismo). La intervención sobre la pieza, incluyendo la extracción de concreciones mediante bisturí, se hace con binocular, lo que garantiza que cualquier nimia manipulación moderna hubiera sido desenmascarada ‘ipso facto’. Además, la superficie frágil del objeto que diagnostican las restauradoras es una dificultad añadida para cualquier manipulación moderna del objeto.”

“El escaso tiempo transcurrido entre el momento del hallazgo de la pieza y el inicio de su tratamiento en Restauración es otra garantía de que no pudo ser manipulada entre ambos, porque no habría habido tiempo material de culminar un proceso complejo en una supuesta falsificación: quitar la suciedad original del ladrillo recién extraído para dejar al descubierto la superficie de arcilla cocida (acción que de ninguna manera hubiera pasado desapercibida, como hemos justificado), grabar un grafito en un soporte calificado por las restauradoras como “…deleznable, muy desgastado y disgregable. Muy soluble en agua…” y generar después artificialmente unas capas de barro y carbonatos, adhiriéndolas para ocultar los grabados recién hechos, de manera que todo tuviera aspecto de antiguo. Y ello con tal congruencia y nivel de perfección que personas con gran experiencia en el tratamiento de materiales arqueológicos no se dieran cuenta de la impostura. Plantearse este escenario es absurdo por imposible.”

“Y, considerando ese trabajo de restauración citado, se constituye en sexta evidencia, interna y documental, que es bajo las concreciones y estratigráficamente sellado por ellas, cuando se desvela un grafito que contiene un dibujo y una inscripción que solo se intuían con anterioridad, prueba de que los grafitos se grabaron de forma previa al enterramiento del ladrillo.”

“La novena evidencia son las propias evidencias físicas de la pieza descritas por las restauradoras, con capas superficiales fuertemente adheridas sobre las incisiones, formadas en un prolongado período de tiempo e imposibles de fabricar artificialmente en unos días, esto es, que estas capas cubrían estratigráficamente el grabado. Exactamente exponen que la superficie está «…cubierta parcialmente por carbonatos y barro que cubre las incisiones...«, esto es, se atestigua una estratigrafía por la que los grafitos quedan bajo unas adherencias formadas durante el prolongado enterramiento de la pieza, por lo que solo pueden ser anteriores al momento de su enterramiento en época romana. Y para descubrirlas, tuvieron que utilizar no solo “…agua desmineralizada para la eliminación de las tierras adheridas en superficie…”, sino también “…puntualmente bisturí para eliminar las carbonataciones y palillo de bambú para eliminar restos de barros superficiales...”, todo evidencias de un enterramiento prolongado.”

“Por otro lado, las propias características físicas que presentaba la pieza y que constan en el informe del Servicio de Restauración son también evidencias de autenticidad, ya que se constata que el ladrillo tiene una “…superficie deleznable, muy desgastada y disgregable. Muy soluble en agua…”, esto es, es un material de base poroso que hace que las concreciones superficiales penetren profundamente y se adhieran fuertemente en la misma. Lo que significa que cualquier trazo moderno sería identificado sin dificultad.”

Observación Trazabilidad Autentificación Motivación
El equipo arqueológico lo  extrae, limpia parcialmente y envía a Restauración Reconocimiento del grafito y del mal estado de la pieza Prueba de veracidad: oral y material (llamada previa y envío) Método arqueológico y consejo del Servicio de Restauración
Pieza coordenada Pieza localizada in situ Prueba de veracidad escrita del soporte Método arqueológico en uso
Se especifica el grafito en el registro de evidencias De acuerdo a las dos acciones anteriores Prueba de veracidad: registro escrito Método de registro arqueológico en uso
En Restauración se reconoce el grafito y su superficie deleznable Reconocimiento del grafito y mal estado de la pieza.

Validación de la acción de los arqueólogos.

Prueba de veracidad escrita: Informe del Servicio.

Prueba de veracidad oral: testimonio en el juicio

Tratamiento de restauración
No observación en el binocular de alteración moderna Fotografía antes y después de la restauración Prueba de veracidad oral: testimonio en el juicio Procedimiento de restauración
Fotografía antes de la restauración Lectura (actual) del texto escrito en la fotografía: VELEIA / GORI Prueba de veracidad gráfica: fotografía del informe Procedimiento de restauración
Fotografía después de la Restauración Lectura (actual) del texto escrito en la fotografía: VELEIA / GORI /… NOVVA /… VIC Prueba de veracidad gráfica: fotografía del informe Procedimiento de restauración
Observación de costras carbonáticas y tierra sobre los surcos grabados Lectura visual de fotografía previa al tratamiento Prueba de veracidad escrita: informe del Servicio de Restauración Procedimiento de restauración
Identificación del texto por el dibujante del equipo arqueológico Visualización directa del original con luz rasante Prueba de veracidad gráfica: dibujo

Veracidad escrita: testimonio del informe policial

Método arqueológico en uso
Identificación de pátina antigua en el surco de líneas y letras Lectura actual de la fotografía del Servicio de Restauración Prueba de veracidad gráfica: fotografía del informe con áreas determinadas Método arqueológico en uso

Tabla 1. Observaciones objetivas que exponen la trazabilidad de la pieza IR-14469 y que demuestran la antigüedad del óstracon del plano de la ciudad.

“…el recorrido de la pieza está reconstruido cabalmente: está documentado que el ladrillo sale del estrato UE 47002, que va con su etiqueta al laboratorio, que se inventaría y cambia la etiqueta, que se empieza a lavar y se ven incisiones, que se entrega a la DFA y que las restauradoras determinan el grafito completo bajo costras y restos terrosos de formación antigua.”

“… las restauradoras hacen una foto previa (v. fig. 1, izda.) y otra tras el tratamiento (v. fig. 1, dcha.) y antes de devolver la pieza al yacimiento, donde se lee bastante bien todo lo legible del texto grabado (VELEIA, claro), incluido la palabra GORI.”

“… la veracidad queda demostrada en el testimonio de personas independientes, las restauradoras del museo y en la documentación elaborada por ellas.”

Observación Trazabilidad Autentificación Diagnóstico Motivación
La palabra graffiti es añadida Supuestamente no se ha reconocido el grafito No es indicio de falsedad Esconden que se ha enviado a Restauración por portar grafito Prejuicio previo de falsedad
No hay documentación in situ Supuestamente no se ha probado el lugar del hallazgo No es indicio de falsedad Ocultan que la pieza se ha coordenado Ocultar la verdad
No hay datos de tratamiento en el yacimiento Supuestamente no se ha manipulado previamente No es indicio de nada No utilizan la fotografía ni el informe de restauración que exponen una limpieza parcial Ocultar la verdad
En restauración no se identifica VELEIA y GORI Supuestamente no estaban escritas esas palabras Inválido En el cuadro anterior se detalla que no es cierto Ocultan la información que conocían contraria a su diagnóstico
En el yacimiento se identifican VELEIA Y GORI Supuestamente se escribieron en el yacimiento, de vuelta Inválido En el cuadro anterior se detalla que no es cierto Ocultan la información que conocían contraria a su diagnóstico
El grafito se descubre después de inscribir la pieza en el inventario Supuestamente el grafito no está documentado Inválido Falso, es una insidia que no pueden justificar Ocultan la información que conocían contraria a su diagnóstico
No hay documentación escrita o gráfica a pie de la excavación Supuestamente la trazabilidad no se puede probar Es incompatible con una falsificación que busca credibilidad Hay documentación escrita y oral del Servicio de Restauración, del mismo valor Ocultan la información que conocían contraria a su diagnóstico
No cumple los requisitos mínimos de trazabilidad Supuestamente la trazabilidad no se puede probar Inválido por método y aplicación En el cuadro anterior exponemos 13 criterios de trazabilidad que cumple la pieza Ajustarse a prejuicio previo

Tabla 2. Observaciones subjetivas sobre la trazabilidad de la pieza IR-14469 y la supuesta modernidad del óstracon del plano de la ciudad, según la ESCRBC (2015) https://www.veleia.fontaneda.net/Documento/escrbc.pdf , y comentarios de los autores del artículo.

“En nuestra opinión la convicción personal del juez de la existencia de una falsificación, de la que no existen pruebas, solo se puede entender como un convencimiento motivado por presiones institucionales que se reflejan en el papel de la fiscalía y de la acusación particular. Esto explicaría la sentencia de culpabilidad. Ya que en la misma acepta que no existe ninguna prueba de falsificación, sino solo indicios (p. 67 de la sentencia): “…aunque considero que no ha resultado probado suficientemente que el mismo hubiera realizado de propia mano los grafitos contemporáneos, sí existen indicios probatorios suficientes de que conocía, consentía y ha sido el autor mediato o inmediato de la comisión del delito y falta que nos ocupan…”.”

“Y no es que no haya una “prueba suficiente”, no hay ninguna prueba del proceso de falsificación, ni testigos de ella, ni de acciones o restos indirectos relacionables, como planificación de textos, ensayos, descartes, piezas fragmentadas…en ningún formato.”

“Tiene en común con los informes elaborados por algunos miembros de la Comisión que todos parten del convencimiento previo de que se encuentran ante una falsificación, convicción que les hace olvidar que tienen la obligación de llevar adelante procedimientos científicos, incluso nos atreveríamos a decir que imparciales, aunque esto último pueda parecer una exageración. También tienen una responsabilidad ética para hacerlo.”

“En cuanto a los grafitos, ignora las características de ese tipo de evidencias, difíciles de identificar en campo, al estar ocultos por la propia suciedad con la que salen las piezas, lo que raras veces hace visibles los trazos grabados. De hecho, en las excavaciones de Iruña-Veleia, los grafitos banales identificados en la excavación y coordenados en los años 2005 y 2006 son el 14% y el 34% respectivamente del total, y en los llamados excepcionales de esos mismos años, el porcentaje coordenado es del 16% y del 22% respectivamente, esto es, entran en la normalidad del proceso arqueológico.”

“También queremos aclarar que la pieza queda fuera del ámbito cronológico de las piezas de la sentencia condenatoria de 2020, que solo afecta a 39 grafitos exhumados entre el mes de julio de 2005 y el de junio de 2006 (sentencia, p. 102).”

“En nuestra opinión la pieza objeto de estudio está plenamente autentificada en base a unos criterios que hemos detallado. Precisamente su validación tiene relevantes implicaciones por compartir temática con otros óstraca y por probar que, junto a otras, se hicieron en época romana óstraca en latín y ‘euskara zaharra’ o aquitano, y de temas variados, en el yacimiento de Iruña-Veleia.”

“A lo largo del trabajo hemos establecido las siguientes aportaciones concretas:

  1. Se contextualiza el óstracon objeto de estudio en la problemática historiográfica.
  2. Se establece la trazabilidad arqueológica de la pieza aportando 13 evidencias de autentificación de la misma referentes a la trazabilidad externa.
  3. Se evalúa críticamente el diagnóstico de la ESCRBC.
  4. Se explicitan las consecuencias del informe de la ESCRBC.
  5. Se aportan las evidencias atestiguadas por el informe de Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava.
  6. Se establece la veracidad romana del óstracon.
  7. Se sistematiza la información compendiando aspectos relevantes en 2 tablas, y se contextualiza mediante un mapa general y una fotografía aérea histórica.
  8. Se visualiza la información mediante sendas fotografías del óstracon objeto de estudio levantadas en dos momentos determinantes.”

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ALGUNOS COMENTARIOS

Este artículo (junto con el post publicado en 2013 por Idoia Filloy en Ama Ata https://www.amaata.com/2013/12/un-plano-de-la-ciudad-de-veleia.html) muestra, por lo tanto, que la trazabilidad del grafito del ladrillo es impecable y que dicho grafito no fue descubierto – al menos de forma legible – por el equipo arqueológico de Iruña-Veleia, sino por las restauradoras del Museo de Arqueología de Álava. Y esto lo demuestran el informe del Servicio de Restauración https://www.veleia.fontaneda.net/Documento/anexo-4.pdf (Fig. 2), que hasta ahora no se había hecho público, y las fotos tomadas antes y después del tratamiento al que fue sometido el ladrillo, que tampoco se habían hecho públicas hasta la publicación del artículo de Gorrotxategi y Filloy. Aunque en el informe de las restauradoras no se explicita cuál es el texto del grafito, porque no es competencia de las restauradoras el hacerlo, la lectura visible en la foto posterior al tratamiento del Servicio de Restauración (Fig. 1) no ofrece dudas sobre la presencia de la palabra vasca GORI.

Fig. 4. Extractos del informe del Servicio de Restauración sobre la descripción y el tratamiento realizado sobre la pieza IR-14469 de Iruña-Veleia. https://www.veleia.fontaneda.net/Documento/anexo-4.pdf

La trazabilidad de la inscripción del ladrillo es incluso mayor que la de la mano de Irulegi, pues en el caso del ladrillo ya se intuía – pero no se podía leer – en el momento de su exhumación, cosa que no ocurrió con la mano de Irulegi, y la inscripción pudo leerse 4 días después del hallazgo del ladrillo, mientras que en el caso de la mano de Irulegi transcurrió un lapso de 6 meses desde su exhumación hasta la detección de la inscripción.

Sin embargo, Joaquín Gorrochategui en una entrevista en Berria https://www.berria.eus/albisteak/220688/ematen-du-hizkuntza-asko-aldatu-dela-eta-ematen-du-ez-dela-batere-aldatu.htm intenta ningunear los grafitos de Iruña-Veleia, sobrevalorando la inscripción de la mano de Irulegi: “Cuando vi esto [la inscripción de la mano de Irulegi], desde el primer momento no tuve la menor duda. Ni una duda. Además, hay fotos, está muy bien documentado… Ellos [los arqueólogos de Lurmen] no tenían absolutamente nada. Pero aun así, aunque hubieran traído la misma pieza [la mano de Irulegi] sin más, esto es una cosa real. A nadie se le puede ocurrir inventar una cosa así […] Cuando tuve aquellas [los grafitos de Iruña-Veleia] en mis manos, estaba claro que allí las rayas estaban hechas sobre el óxido y sobre la concreción. Entonces dije: «Estos grafitos de Iruña-Veleia tienen algo curioso y sorprendente: ¡que los comprendemos!». En vez de contarnos algo sobre sus creencias, nos cuentan Jesús, María, José, el calvario de Cristo… Cosas conocidas, dicho de otro modo. Aquí no, aquí no hay nada conocido.»

Nada de lo que dice Gorrochategui en Berria aparece en su informe sobre los grafitos de Iruña-Veleia. ¿»Rayas sobre el óxido y la concreción»? No parece tener mucha idea de lo que dice. En el caso del ladrillo IR-14469, las restauradoras afirman en su informe que las incisiones estaban cubiertas parcialmente por carbonatos, que tuvieron que retirar con un bisturí. Y sobre las “cosas conocidas” (en referencia a Iruña-Veleia) y que “a nadie se le puede ocurrir inventar una cosas así” (en referencia a Irulegi), ¿es conocido GORI?, ¿a algún falsificador se le puede ocurrir inventar un plano de una ciudad en un ladrillo con el texto de la inscripción de la pieza 14469? Pero si ni siquiera los filólogos y catedráticos Joseba Lakarra y Joaquín Gorrochategui fueron capaces de entender lo que significaba GORI en otras piezas de Iruña-Veleia en las que aparece junto al nombre de la ciudad de Veleia, interpretándola como gorri (rojo). Quien sí dio en el clavo fue el también filólogo Juan Martín Elexpuru http://sos-veleia1.wikidot.com/elexpuru, que la interpretó como el actual goiri, en referencia a la Veleia de arriba – la ciudad vieja -, en contraposición con la Veleia nova – la de abajo. Y es que la diptongación gori > goiri es plenamente coherente con la de ata > aita o con la de o(h)andi > oihandi (siendo oandi parte del antropónimo Oandissen de una inscripción de las Tierras Altas de Soria https://www.academia.edu/611604/Indigenismo_y_romanizaci%C3%B3n_en_las_tierras_altas_de_Soria – nótese también la ausencia de h, al igual que en (h)ilta o ai(h)en de Iruña-Veleia).

Sobre la afirmación de que “hay fotos, está muy bien documentado…”, también hay fotos y está todo perfectamente documentado en el caso del hallazgo de la inscripción del ladrillo 14469. Sobre la supuesta falta de trazabilidad en Iruña-Veleia se insiste también en el lamentable artículo de eldiario.es https://www.eldiario.es/euskadi/mano-irulegi-no-grafitos-iruna-veleia-importancia-cadena-custodia_1_9713935.html. Pero una vez publicado el artículo de Xabier Gorrotxategi e Idoia Filloy, no creo que se pueda poner razonablemente en duda la trazabilidad de la inscripción de la pieza 14469. Por lo tanto, le sugiero al profesor Joaquín Gorrochategui que si tiene algo que objetar frente a dicho artículo, publique otro de respuesta, y si no lo hace, se entenderá que está de acuerdo con el mismo, con todo lo que ello implica.

El artículo que se comenta en este post trata únicamente sobre la trazabilidad y la autentificación del grafito del ladrillo. Sobre dicho grafito, hay un segundo artículo, por los mismos autores, dedicado a la autopsia de la inscripción, aceptado en la misma revista Arse, que se publicará en el número 57 de 2023; un tercero, enviado a publicar, esperando respuesta; y un cuarto aún pendiente de envío.

Del texto del grafito espero tratar más extensamente en otro post. Baste decir en este punto que GORI aparece en otros 3 grafitos de Iruña-Veleia, VIILIIIA (con esta grafía) en otros 8 y NOVVA en otros 2, y que la autentificación del grafito de la pieza 14469, apoyada por una trazabilidad perfectamente documentada, provoca una “autentificación en cadena”, en base a palabras o grafías comunes, que convierte en auténticos muchos de los grafitos de Iruña-Veleia considerados “excepcionales”.

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