40 signos en cuatro líneas, grabados sobre una pieza en bronce en forma de mano humana.
Parece estar escrito en un sistema gráfico propio vascónico, variando los signarios ibéricos.
La Sociedad de Ciencias “Aranzadi” ha dado cuenta de un importante hallazgo arqueológico en las excavaciones que va llevando a cabo en el poblado del alto de Irulegi (en el Valle de Aranguren, en la Comarca de Pamplona).
Lo ha hecho público este lunes, 14 de noviembre, en rueda de prensa a la que han asistido Mattin Aiestaran (Aranzadi, director del yacimiento de Irulegi), María Chivite (presidenta del Gobierno de Navarra) y Manolo Romero (alcalde del Valle de Aranguren, cuyo ayuntamiento promueve e impulsa las excavaciones desde el año 2018) quienes han calificado de “hallazgo histórico”.
La inscripción está grabada en una lámina de bronce con forma de mano que data del siglo I a. C por lo que sería el testimonio más antiguo escrito en “lengua vascónica” (lo llaman al antecedente del
euskera moderno). En la foto, en primera línea de la inscripción: S O R I O N E KU («zorioneko», perfectamente inteligible en euskera actual: bienaventurado, afortunado.)
En la medios de comunicación escritos y audiovisuales podremos encontrar amplia información con datos y pormenores sobre las circunstancias y el contexto del hallazgo y sobre la historia del lugar: el poblado vascón de Irulegi, que fue arrasado en la guerra civil entre los generales romanos Quinto Sertorio y Cneo Pompeio Magno (años 82 a C y 72 a C).
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Por estimar que sería de interés para los lectores de Ama Ata, me ha parecido oportuno traer aquí las valoraciones sobre el hallazgo de Joaquín Gorrochategui, según entrevista en Berria (traducida por mi):
«Parece que el idioma ha cambiado mucho y parece que no ha cambiado en absoluto» .
«Nos hemos llevado una sorpresa increíble, muy buena. Estamos ante un texto muy importante que va a dar mucho que hablar «.
Testua: Andoni Imaz.
Argazkia: Endika Portillo / Foku / Berria.eus)
Joakin Gorrotxategi (Eibar, Gipuzkoa, 1953) ha pasado nervioso los días previos a la presentación de la «mano de Irulegi«. Es doctor en Filología Clásica y catedrático de Lingüística Indoeuropea en la UPV.
Tuvo un «bihotzondoko» cuando se enteró de la pieza, y le impresiona tanto entender tan claramente la primera palabra «sorioneku» como ver todavía «oscuro» el texto que le sigue.
¿Por qué es tan importante el descubrimiento?
Para empezar, porque es un testimonio (idazkun: grafito, documento escrito, rótulo). Normalmente hay pocos documentos escritos y en nuestro territorio, en lo que hoy es Euskal Herria, ninguno de ellos ha aparecido hasta ahora. En la duda está la lengua en la que está escrito el mosaico de Andión, Muruzabal [Mendigorria, Navarra]. Tiene una forma, «egien«, que se puede relacionar con el euskera pero tiene otros problemillas. Han pasado 25 años desde su aparición, tiene cuatro palabras, de las que tres son nombres propios. Y, aún así, no lo entendemos bien todavía.
Además, ¡por primera vez se nos ha aparecido una mano! Tiene muchas cosas especiales.
Un documento escrito y el más antiguo.
Es la primera inscripción que aparece escrita en lengua propia en Euskal Herria, sí. Porque no hay ninguna razón para pensar que se escribiera fuera de Euskal Herria y que hubiera sido traída de allí. Ha aparecido donde ha aparecido: en Irulegi, cerca de Pamplona, en el corazón del territorio vascón, en pleno centro. Eso es un dato objetivo, las interpretaciones son cuestiones posteriores. Es el primer documento escrito en su lengua y en su escritura. Las inscripciones posteriores que han aparecido en Euskal Herria y Aquitania están en latín, y en el alfabeto latino que nosotros utilizamos ahora. El caso es que bastantes de esas inscripciones tienen nombres de las gentes del lugar, y también de los dioses; así que nos dicen algo sobre la lengua autóctona. Pero sólo teníamos eso, no más.
Entonces, ¿no era sabido que los vascones tenían un sistema de escritura propio?
Exacto. Algo sí, pero para hacer unas monedas. Pero ¿donde fabricaban esas monedas? En Calahorra [La Rioja, España] y así. Calahorra era de los vascones, pero está en el Ebro, cerca de Zaragoza, cerca de los celtíberos… Es otro territorio. También se acuñaron monedas en otros lugares, aunque no se sabe dónde. Nosotros conocemos las monedas, y lo que ponía en ellas: «baskunes». Sea como fuere, esas monedas traían como mucho un nombre, el nombre de la ciudad, nada más.
La pieza de Irulegi consta de cuatro líneas. ¿Es eso mucha información?
Cuatro líneas, con su inicio y su final. Eso es muy importante: tenemos el grafito (idazkun) completo. No hemos encontrado parte del soporte con parte de la inscripción, lo que complicaría las cosas. Bueno, con eso no quiero decir que tengamos las cosas fáciles [riendo].
¿Se lee bien el texto?
Quitando una letra o como mucho dos, se puede leer, se identifican bien las letras. Es una inscripción indígena de la península, a la que llamamos «paleohispánica». Las escrituras paleohispánicas eran diferentes, pero tenían un nexo claro: pertenecían, por decirlo así, a la misma familia.
¿En qué se diferencian?
Está claro que la escritura que utilizaron en Irulegi es más cercana a la de los ibéricos que a la de los celtíberos, ya que utilizan algunas letras que se usaban en ibérico, sobre todo para referirse a las «r»s y las «s». La diferencia está ahí: se utilizan dos signos para expresar sonidos similares a la «r», y en la escritura celtíbera, uno solo. Es preciso examinar cuál es la relación entre dos r, si una r es dura, lo mismo que la nuestra, o no. Además de la escritura, la misma lengua sabemos que no es ni celtíbera, ni celta, ni indoeuropea.
¿Cómo llamarlo? ¿Es euskera?
La lengua que se practicaba en el lugar es la que figura en dicha inscripción. El euskera… el euskera es una lengua que entendemos más o menos desde el siglo XVI, y esto es una cosa de 1.600 años atrás que no se entiende en el primero. Que a eso se le llame euskera quizá no es algo bueno. Hemos utilizado alguna vez el «euskera zaharra» pero los amigos de la filología vasca utilizan el euskera antiguo para otra cosa, justo para el euskera del siglo XVI: Lazarraga, Leizarraga… Y utilizan el euskera arcaico un poco para cuestiones anteriores. Como esto es una cuestión que hacían los vascones, yo en los ultimos años lo he llamado «baskonico», para dejar las cosas claras e identificar las cosas con una sola palabra.
¿Qué le caracteriza?
La segunda letra de la tercera línea es una letra en forma de «T». Es una letra especial. Hasta ahora sólo se había utilizado en territorio vascón, en algunas de esas monedas que he mencionado. Y ahora ha aparecido aquí. Eso significa que es una característica autóctona.
Sorprende lo nítida que se lee la primera palabra.
Es tan sorprendente que hay dos caminos ante ello. Una es tratar de entender las líneas posteriores. Tenemos problemas graves: en la transcripción no hemos distinguido entre sordas (ahoskabeak) y sonoras, porque la propia escritura no los distinguía. Hemos tenido mucha suerte porque, en esa primera palabra, sólo la última letra es un lastre, se lee como si todo lo demás fuera alfabeto: una letra para marcar «s», otra para marcar «o», «r», «i», «o» de nuevo… y «ku», sílaba. Hemos transcrito «Ku» porque nuestra convención es que siempre se transcriba como sorda, pero en principio podría haber sido «sorionegu». Por otra parte, lo relacionamos con «afortunado», claro.
A partir de ahí, ¿se entiende algo?
En la línea siguiente aparece «tenekebe. No sabemos si es «denekebe, denegebe, tenegebe…» No tenemos ni idea del valor de la forma T de que antes hablé. Ha habido muchas propuestas. Tradicionalmente se ha pensado que es nasal, pero la nasal «n» ya la tenemos, y en principio en euskera no había «m»…
Has dicho que hay dos caminos…
Sí, el otro es decir: «Bueno, oye, pues ese «sorioneku» no ha sido más que una ilusión» [entre risas].
Por ahora trabajaréis en el otro camino.
Sí, tenemos que apretarnos para encontrar paralelos a las palabras que hay en esas líneas para adivinar qué podría ser, dónde están las rupturas… La inscripción marca las separaciones de las palabras a través de algunos puntos, pero estoy seguro de que en esas secuencias que hay entre esos puntos hay más de una palabra. Lo mismo que «Sorioneku»: nosotros dividimos «zori», luego «on», luego los sufijos…
¿Qué relación tiene con el ibérico?
Tenemos un problema desde hace tiempo: saber cómo era la relación entre lo vascónico y lo ibérico. ¿Había relación? ¿No había? Si la había ¿cuál? Es evidente que podía ser bastante lejana, pero, visto esto, quizá no lo era tanto.
¿Cambian (eraldatzen) mucho las lenguas?
Saber cómo eran las características del euskera antiguo, ver las relaciones del euskera de entonces y posterior no es nada fácil. Nuestros lingüistas piensan que todos los dialectos de ahora proceden de un viejo euskera unido que existió en el siglo VI. Y esto es una cuestión de seis siglos más atrás. No sabemos cómo pueden cambiar las lenguas. Más o menos sí, pero no es cuestión de las propias lenguas, sino de las condiciones. A veces en poco tiempo cambian muchas cosas en la apariencia, en la gramática y en el léxico, y otras veces hay momentos tranquilos. Aquí, por un lado, parece que las cosas han cambiado mucho, pero visto el «sorioneku», parece que no ha cambiado en absoluto.
Un sorprendente descubrimiento relacionado con el euskera antiguo: ahí tendrá el fantasma de Iruña-Veleia. Usted también estaba entonces involucrado y denunció que aquellas piezas eran falsas.
Cuando vi esto, desde el primer momento no tuve la menor duda. Ni una duda. Además, hay fotos, está muy bien documentado… Ellos no tenían absolutamente nada. Pero aun así, aunque hubieran traído la misma pieza sin más, esto es una cosa real. A nadie se le puede ocurrir inventar una cosa así.
¿Por qué no?
Las propias letras, el texto… Cuando tuve aquellas en mis manos, estaba claro que allí las rayas estaban hechas sobre el óxido y sobre la concreción. Entonces dije: «Estos grafitos de Iruña-Veleia tienen algo curioso y sorprendente: ¡que los comprendemos !». En vez de contarnos algo sobre sus creencias, nos cuentan Jesús, María, José, eel calvario de Cristo… Cosas conocidas, dicho de otro modo. Aquí no, aquí no hay nada conocido.»
https://www.berria.eus/albisteak/220688/ematen-du-hizkuntza-asko-al…
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Desde una foto tomada de «Berria», incluyo un esquema mío (bastante chapucero) pero que puede servir para hacernos una idea del enclave donde se situaba el poblado vascón donde ha sido encontrada la inscripción.
0.- Recuadro central, donde estuvo el poblado vascón que se está excavando. Ahí ha sido hallada la «mano de bronce» con la inscripción. En ese mismo punto se excavó hace unos años el esqueleto de un bebe que, sin haber sido incinerado, fue depositado en el subsuelo de una vivienda. Sus reestos están siendo analizados por Aranzadi y pueden aportar interesante información.
1.- Gaztelua – Castillo de Irulegi, siglo XII (sobre el Valle de Aranguren y dominando la comarca).
2.- A pie de Monte «Irulegi», hay «noticias» de un importante campamento militar estable romano, aún no excavado. Relacionado o no relacionado, es oportuno recordar que, en la guerra civil sertoriana, Pompeyo Magno se retiró a tierras vasconas para aprovisionarse y pasar el invierno, según fuentes romanas escritas de la época.
3.- Desde Irulegi, al fondo, hacia el oeste: Pompaelo, Pompeiopolis, Pamplona, la ciudad fundada por Pompeyo Magno, tras vencer en la guerra contra Sertorio.
4.- Hacia el este, Izagaondoa…Irunberri y la Calzada de los Pirineos, subiendo a Ibañeta, paso a Aquitania.
5.- Iacca, Osca…territorio dominado por Sertorio.