Por estos lares se prodiga de vez en cuando una etnóloga, que por desgracia suele publicar más en inglés que en euskara, pero que suele ofrecer lecturas de gran interés: Roslyn M. Frank.
Gracias a Josu Naberan, a quien agradecemos el permiso para publicarlo, tenemos ahora unos comentarios y resumen de algunos aspectos de una de sus aportaciones: la de Hartza y Harzkume.
Harzkume (comentarios de Josu Naberan sobre Roslyn M. Frank)
Además de las maravillosas yeguas (behor –yegua- es el nombre genérico de esta especie) pintadas en la cueva de Ekain hace 14000 años, están las pinturas inolvidables de Hartza y Harzkume (Osa Mayor y Menor), como madre e hija, por su tamaño. Seguramente nuestros ancestros llamarían de ese modo a las constelaciones “Great Bear” y “Little Bear”.
Roslyn Frank ha publicado varios trabajos sobre Harzkume, que reflejan la visión del mundo de la Antigua Europa, al hilo de del título general Hunting the European Skyy Bears (La caza de los osos celestes europeos, 1996); “De cuando los osos gobernaban la Tierra y vigilaban las puertas cielo”, 1996; “Hércules se encuentra con Harzkume”, 1999.
En efecto, Roslyn afirma que los doce trabajos o aventuras del griego Hércules o Heracles tienen su origen en la vieja Europa pre-indoeuropea, en la época comprendida entre 6000 y 4500, “que reflejan los rastros de la cosmovisión ecocéntrica y no dualista de dicha época en muchas leyendas de Euskal Herria y de otros lugares de Europa sobre Harzkume”.
Que, concretamente, imaginaron y dramatizaron lo que veían en el firmamento de aquella época según su visión animista o vitalista del mundo. Parte, creían que los humanos procedíamos del antepasado Oso: así, Harzkume fue la criatura que trajeron al mundo el Oso y la mujer, como aparece en la leyenda vasca de Jon Hartza (Jon el Oso) y otros relatos similares.. Y que habiendo visto en el cielo estelar a Harzkume sosteniendo en su mano un garrote, se imaginaron una lucha cósmica entre Hartza (Osa) y otra figura de la constelación, sea Heresuge o Sugaar, relacionada con Mari (Draco, Ophiacus), sea con Otso Beltza -Oso Negro- (Lupus), sea con Behor Urdina –Yegua Blanca- (Centaurus). Todas ellas figuras estelares anteriores al Zodíaco griego. De esta manera, aquellas gentes imaginaron ante sus ojos y representaron realmente el combate ritual entre el viejo antepasado Chamán y otro Chamán de figura cambiante.
“Este combate no era no era entre el Bueno y el Malo, sino un rito de iniciación, y no tenía como fin la victoria. Todo lo contrario de lo que sucede en los mitos de origen solar masculino en los que se refleja la jerarquía y el mando supremo –dice R.M.Frank-, los relatos de Harzkume reflejan estructuras sociales más simples e igualitarias”.
Centaurus -La Yegua Blanca- (Behor Urdina) es el reverso de Mari. Por cierto, “qué horribles son los relinchos y el ruido de cadenas por la noche!”, según se dice.
En cuanto a Jon Hartza, qué malamente se adaptó a la escuela y los problemas que tuvo, como también se dice. Estas leyendas nos han sido transmitidas hasta hace poco, pero en la cultura y enseñanza actual no constan en absoluto; quizás han desaparecido de las fichas universitarias y de los archivos escolares. ¿Por qué será?