Nos ha llegado un artículo sobre una inscripción ibera en piedra arenisca (Piedra de Cruzy) del precioso yacimiento del Oppidum de Ensérune (Francia cerca de Narbonne). Esta ciudad ibera es el equivalente francés de Ullastret en Gerona, y sus historias son muy relacionadas con las colonias griegas.
Moncunill, Noemí, Joan Ferrer i Jane, and Joaquín Gorrochategui.
«Nueva lectura de la inscripción ibérica sobre piedra conservada en el Museo de Cruzy (Hérault).«
Veleia 33 (2016): 259-274.
Resumen
Presentamos una nueva edición de la inscripción ibérica sobre piedra hallada en los alrededores de Ensérune y conservada en el Museo de Cruzy (Hérault, Francia). La nueva propuesta de lectura, resultado de autopsia de la pieza, obliga a reconsiderar el análisis de la onomástica contenida en el texto, abriendo varias vías de interpretación.
Según los autores del artículo esta inscripción debe ser leído como:
neitiniunstir : kule
śare : aḿkideibase
Evidentemente no está en nuestro camino opinar sobre el tratamiento de esta inscripción.
No obstante hay algo en el artículo que es llamativo. En el tratamiento de la palabra ‘ilunate’ se hacen unas extrañas piruetas:
«La identificación de ilun y del morfo te aislaría un elemento final a que no obstante no es un elemento característico de la antroponimia ibérica, ni como segundo formante ni como elemento de enlace entre la raíz y el sufijo. La existencia de un morfo a podría deducirse de su uso asociado al antropónimo balkeśiŕ en el plomo en escritura ibérica suroriental de La Carencia (Velaza 2013) con la presumible función de marcar al destinatario o propietario de la carta, ya que aparece como texto único en el exterior visible de la lámina de plomo plegada. No obstante, podría tratarse de una forma local del morfo -ar presente también en la misma posición en el plomo de Alcoi (G.1.1): sakarisker-ar-nai. En cambio, con más claridad puede presumirse la existencia de un
morfo a en el elemento baneia (G.7.5, A), en el que Ferrer i Jané (2006, anexo 3) identifica un morfo ei característico de posibles antropónimos formados con base numeral, ban en este caso, como quizás biei (F.20.1) y sorsei (C.1.8), y que permitiría aislar un morfo a que en el texto del plomo G.7.5 estaría coordinando dos segmentos consecutivos: teia · baneia (Moncunill 2007, 108 y 302). El morfo -a también ha sido propuesto como formante característico de topónimos por Faria (2008, 87), aunque ninguno de los casos indicados presenta una segmentación especialmente clara: bersa, EGARA, śigaŕa, etc.
El único paralelo para iluna como tal nombre personal es controvertido: [Ill]una en una inscripción latina perdida de Iruña de Oca (CIL II, 2936 = CIL II, 5815). De estar bien reconstruido puede entenderse sin problemas como acomodación a un nombre de tema en -a latino, por tratarse de nombre de mujer. El frecuente nombre de divinidad, atestiguado como Ilunno, Ilunni en los altares aquitanos (Gorrochategui 1984, 333), remite a Ilunn, sin rastro de vocal final -a.»
Si se encuentra casi en Iruña Veleia un nombre ‘Ilun’ documentado en altares aquitanos, y termina en a… podría por lógica simplista ser un ejemplo temprano del ‘artículo’ en euskera (piensan algunos), y si la ‘a’ debe ser la terminación latina en femenina pensamos también en el veleyense ‘polita’, que podría ser explicado como un adjetivo en femenino en perfecto latín en un mar de palabras en euskera, algo que Gorrochategui la negó.
Vemos aquí un claro ejemplo de que las armas de la filología gorrochateguyense se adaptan como dicen ‘selon la tête du client’ [‘según la cara que tiene el cliente].
En «Iruña-Veleiako euskarazko grafitoak» Juan Martin Elexpuru proporciona más detalles sobre la inscripción de Trespuentes, citando al Padre Fidel Fita (1883), que citamos aquí más extensamente:
Una rectificación, que afecta al sentido, hay que hacer en la inscripción 2936, que existe en Trespuentes «en el quicio de la puerta de entrada á la casa de D. Juan López.» Léese claramente con todas sus letras y con su forma arcaica:
Padre de Ródano fué probablemente Vinio Atilio, cuya lápida sepulcral se nos ha descubierto. Fácil se hace suponer que la raíz de Tichia sea τιχη (fortuna). Desgraciadamente están cortadas por la mitad inferior las tres primeras letras del nombre que encabeza la última línea, pudiéndose leer iil ó ill , y resultando el nombro Eluna, ó mejor Illuna, cuyo radical aparece con frecuencia en inscripciones de la región pirenaica (I): Iluni deo, Ilerculi Ilunno Andose, Uñaxe llunnosi filia, Astoilunno deo. ¿Sería el adjetivo éuscaro, correspondiente al latín fuscus, que cabalmente en vizcaiao y guipuzcoano se dice illún y en labortano y bajo-navarro ilhún? Así lo pienso; tanto más, cuanto que en Iruña fué sepultado «Silanus Fuscus Evili filius.» Socra, finalmente, está por socrus, demostrando no ser poco antigua la forma romanceada, de la que ha salido inmediatamente la castellana suegra. Ni dejaré de observar, que asf como el vascuence se acerca por su artz (oso) del griego άρτος, así también del griego εχιρά, parece haber sacado guiarrá (suegra); confirmándose de esta manera la conocida expresión de San Jerónimo (1): «Máxime quum Aquitania graeca se jactet origine; et Galatae, non de illa parte térrarum,sed de ferocioribus Gallis sint profecti.»
Sobre el asunto leemos lo siguiente en el ‘informe’ de Juan Martin Elexpuru 2009:
• ILLUNA y TICHIA en un barrio de Iruña-Veleia
A Gorrochategui, que cita a Helasse (ver 2.3 ) afirmando que “cuya H inicial es precisamente el único rasgo de evidencia de vasquidad en la zona” (pag. 13), se le olvida curiosamente mencionar en su informe la palabra ILLUNA (o eluna), a pesar de que habla de ella en varias de sus obras(19). Dicha palabra estaba escrita en una lápida, hoy desaparecida, que se halló en el quicio de una casa de Trespuentes (al lado de Iruña-Veleia) en el s. XIX, y fue analizada y transcrita por el Padre Fidel Fita en el citado siglo. Por lo visto, las tres primeras letras estaban cortadas por la mitad, pudiéndose leer IIL, o ILL. Según Gorrochategui, se trataría de un antropónimo femenino, que se puede interpretar como Iluna (oscuro).
Si así fuera, nos encontraríamos con un caso clarísimo de artículo, puesto que la raíz de la palabra es ilun. No existen fotos, pero he aquí el calco y la parte de la cita que nos interesa.
(…)
Me atrevería a contradecir al Padre Fita en lo que respecta al significado de Tichia y a
proponer que bien pudiera tratarse de Tikia (Txikia), “Pequeña”. Todavía se pronuncia así en algunos dialectos. <ch > se leía /k/ en aquella época. Todo apunta a que la mujer del fallecido se llamaba Tikia y la suegra Illuna. Se trata de una familia de siervos, seguramente autóctonos. Así pues, tendríamos nada menos que dos artículos en ésta lápida.
(19) Por ejemplo, en Estudio sobre la Onomástica indígena de Aquitania. Bilbao 1984, EHU/UPV; ó “The Basque Language and its neighbours in Antiquity”. 1995; ó “Antzinateko euskararen nondik norakoak”. Euskaltzaindia
2001. http://www.euskaltzaindia.net/dok/ikerbilduma/70511.pdf
Hector Iglesias (p.21) sigue la lógica de Elexpuru por la parte de Illuna/Eluna: «En effet, de quoi pourrait-il s’agir sinon?» [Efectivamente, de qué se trataría si non?] pero parece discrepar sobre la interpretación de «Txikia», que según él se refiere a Eutychia, nombre encontrada en Galia, derribado de un nombre griego:
«En ce qui concerne l’autre nom, Tychia, Elexpuru pense qu’il pourrait également s’agir d’un nom basque :
Malgré l’aspect ingénieux de cette conjecture d’Elexpuru, il nous est cependant difficile d’y adhérer. Il doit tout simplement s’agir du nom grec, ou plutôt du surnom, d’une affranchie, un nom grec apparenté à celui qu’on trouve en Gaule sous la forme Eutychia, cf. Pelletier, A., 1984, La femme dans la société gallo-romaine, Ed. Picard, Paris, p. 81.»