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Felipe II nunca se sentó en el altar de los vetones

 Conferencia organizada por la Sociedad Española de Parapsicología y la Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares junto con la Casa de Cantabria en Madrid – 1-6-17 La supuesta Silla de Felipe II de El Escorial y los altares rupestres en España: nuevas investigaciones y paralelos por Alicia Canto de Gregorio

Detalle del altar con canto antropomorfo descubierto en 2015 por Alicia Canto (Foto (c) Alicia Canto)

Silla de Felipe II, desde donde se contempla el monasterio de El Escorial.

[MODO IRÓNICO ON]
El jueves, 1/6/2017, la Prof. Alicia Canto va impartir una conferencia sobre sus hallazgos relacionados con la llamada Silla de Felipe Segundo en la Sierra de Madrid, de donde supuestamente observó la construcción del Escorial. Ella lo interpreta como un altar indígena, supuestamente de los vetones. Una investigación que me parece muy interesante.

Después de leer todo lo que he podido encontrar en su página de Academia, y especialmente en el documento dedicado a la conferencia: La supuesta Silla de Felipe II de El Escorial y los altares rupestres en España: nuevas investigaciones y paralelos (2017), me he hecho una idea de sus afirmaciones y métodos de investigación. Normalmente, lo hubiese leído con mucha benevolencia y con mucho gusto, pero en este caso mi estado de ánimo indignado me ha forzado de mirarlo con un ojo crítico, visto que ella ha ido tan lejos en sus afirmaciones de la falsedad de los hallazgos de Veleia, y de la imposibilidad de estudiar de manera sensata evidencias físicas en relación con la autenticidad, igual que la transmisión de artículos de periódicos acusatorios sin avisos críticos.

– Primera observación, de todo lo afirmado no existe ninguna publicación en una revista científica, ni 18 años más tarde – hasta día de hoy. Ella publicó sus primeras observaciones en 1999, en la Revista de Cantoblanco – Noticias de la Universidad Autónoma de Madrid (no es una revista científica, más bien una revista institucional con noticias del campus, ver p. ej. aquí).

Ella misma comenta la continuación en https://www.academia.edu/1158308/La_Silla_de_Felipe_II_en_El_Escorial_un_mito_que_se_renueva:

N. B.- De esta investigación, ideada y desarrollada algunos años antes de 1999, presenté por primera vez un avance en abril de 1999, dentro de las «III Jornadas del Instituto Arqueológico Alemán en la Universidad Autónoma de Madrid», momento en que la hipótesis fue muy bien acogida. Coincidió con una serie de informaciones en medios de prensa, radio y TV, interesados en el giro radical que se daba a la interpretación de un monumento tan célebre y conocido de la sociedad. Fue publicada en forma de artículos, en 1999 (éste) y, con muchas ilustraciones, en los portales especializados Celtiberia.net y Terrae Antiqvae. Posteriormente, en el marco de las I Jornadas para la Defensa del Patrimonio de la Comarca Noroeste de Madrid (Torrelodones, 13 de mayo de 2005: http://www.vivetorre.com/noticia/64/Cultura/defendamos-nuestra-historia.html), lo presenté en relación con otros conjuntos similares del mismo término escurialense, con una breve alusión a la «Piedra Escrita» de Cenicientos (Madrid), otro lugar sagrado de tipo fronterizo, aunque en este caso romano (cf. en Academia: http://uam.academia.edu/AliciaMCanto/Papers/1128021/La_Piedra_Escrita_de_Diana_en_Cenicientos_Madrid_y_la_frontera_oriental_de_Lusitania).
……….
V. también:
– Diario ABC, Tribuna Abierta, ed. nacional,16-6-1999.- Entrevista en 2008: Parte I: Alicia M. Canto: “A la Silla de Felipe II quizá habría que llamarla `altar antiguo de El Escorial´”, en El Eco de la Sierra nº 4, diciembre de 2008: http://www.elecodelasierra.com/2008/12/alicia-m-canto-a-la-silla-de-felipe-ii-quiza-habria-que-llamarla-altar-antiguo-de-el-escorial%C2%B4/ Parte II: ead., “No sabemos si Felipe II pensó que en El Escorial estaba una de las `Siete Puertas del Infierno´”, ibid.: http://www.elecodelasierra.com/2008/12/2%C2%AAparte-entrevista-a-alicia-m-canto-no-sabemos-si-felipe-ii-penso-que-en-el-escorial-estaba-una-de-las-siete-puertas-del-infierno%C2%B4/
(…) Publicaciones posteriores (2005), más ilustradas: http://www.academia.edu/5123057/La_Silla_de_Felipe_II_Un_posible_altar_prerromano_a_Marte ; http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1325
http://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/a-la-silla-de-felipe-ii-quiza
[sobre la conferencia en TA]

– Segunda observación, no se han realizado ni catas ni excavaciones alrededor del altar para confirmar que ha sido un santuario celta. Todo esto está en el aire.

– Tercera observación, no se ha hecho ninguna investigación físico-química, o intento, para buscar por este camino indicios de la posible edad o de la cultura, o hacer dataciones, por ejemplo en caso de encontrar materiales quemadas relacionadas con el altar (relacionado con la segunda observación).

– Cuarta observación, se presenta en una conferencia divulgativa y en la prensa, antes de haberlo presentado debidamente a la comunidad científica a través de los canales científicas, y sin que esta ha tenido la posibilidad de de debatir los argumentos…
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http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/05/29/madrid/1496074834_895327.html

Felipe II nunca se sentó en el altar de los vetones

La arqueóloga y epigrafista Alicia Canto halla una figura antropomórfica que confirma que la silla real del Escorial es un

La conocida como silla de Felipe II, lugar desde el cual la tradición recuerda que el monarca seguía la construcción del monasterio del Escorial, no es sino un altar vetón modificado en los últimos siglos, según los estudios de la historiadora y epigrafista Alicia Canto. La catedrática y miembro de la Real Academia de la Historia, que ya avanzó esta teoría en 1999, la ha ratificado con nuevas y espectaculares pruebas: entre ellas el descubrimiento de una figura antropomorfa junto al monumento, así como diversos altares, más pequeños, próximos a la silla imperial.
Según avanza esta miembro del Instituto Arqueológico de Berlín, “algo no cuadraba en la historia de la silla”. “Nunca me han gustado demasiado los axiomas, así que decidí investigar tras visitarla una tarde con mis hijas”, indica. De esta manera, la especialista descubrió que no existían referencias a la pétrea poltrona real en ningún escrito de los siglos XVI y XVII y, además, el lugar —situado a varios kilómetros de distancia del monasterio— no parecía el más adecuado para seguir las obras.

Sus pesquisas la llevaron así hasta 1925, momento en el cual comenzó a circular por España un billete de 100 pesetas que reproducía un cuadro de 1889, de Luis Álvarez Catalá, donde se representaba al rey en lugar. Nacía así la leyenda.
Canto puso entonces sobre la mesa diversos elementos del entorno escurialense que la llevaron directamente al periodo de vetones, pueblo céltico que ocupó el oeste de España y Portugal hasta la llegada de los romanos. El paisaje de la Herrería, donde se alza el solio granítico del monarca, es una zona de robledales (árbol sagrado céltico), con abundante agua (indispensable en esta cultura), área de setas alucinógenas (usadas para artes adivinatorias), poblado de alimañas y águilas (el abanto, nombre de uno de los montes próximos, es una rapaz) y con una fuerte atracción a los rayos (el símbolo de los dioses) a causa de la ferrita de sus tierras (la finca se llama, de hecho, La Herrería). Todos estos elementos llevaron a la epígrafista a pensar que ese enorme túmulo de piedra que estaba considerado la silla de Felipe II era algo muy distinto. Quizás, un altar de sacrificios de los vetones dedicado a un guerrero dios céltico, parecido al Marte de los romanos.

El conjunto, que fue retocado durante la Segunda República y en los años sesenta del siglo pasado para dotarlo de escaleras y pasamanos, tiene forma abarquillada, lo que hace referencia a la barca solar de los pueblos célticos. Además, la profesora halló en 2015 una figura antropomorfa (un rostro de larga cabellera movida por el viento) que lo une con las sibilas, personaje de la la mitología grecorromana que eran capaces de adivinar el futuro.
El conjunto granítico se completa con otros dos altares, a menos de un kilómetro colina abajo. Todo ello permite decir a la arqueóloga que “estamos ante todo un santuario vetón”. “Cualquier geólogo podría argumentar que la sibila, o el augur, o como queramos llamarlo, es solo una forma caprichosa del granito. Pero debemos verlo con los ojos de los antiguos. Son señales que les venían de la mano de los dioses”, incide.
La experta recuerda que cuando estos pueblos observaban determinados sucesos coincidentes no los relacionaban con el azar. “Muchas señales en un mismo lugar convertían el entorno en sagrado. Analizarlo con nuestra perspectiva hace que no veamos nada”.
Este santuario vetón, además, se situaba justo en el lugar donde este pueblo estableció su frontera con los carpetanos. Así, hoy en día, muchas localidades de la sierra madrileña siguen manteniendo en sus escudos referencias al Sexmo de Segovia, tierra, junto a Ávila y Salamanca, originaria de los vetones. “Está claro que esa división antigua de los pueblos se mantuvo de alguna manera durante la Edad Media, y de allí hasta nuestros días”.
Canto bromea al recordar que existe otro elemento más que hace “imposible” que el rey usase la conocida silla como butaca desde donde seguir la construcción de su amado monasterio. “Las ropas que llevaban entonces eran tan amplias que el trasero no le entraría. Si el rey hubiese querido seguir los trabajos desde allí, se habría hecho construir una donde por lo menos pudiese sentarse más a gusto”.
Canto hará públicos sus descubrimientos en una conferencia que impartirá el jueves a las 19.30 en la Casa de Cantabria.

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 PS,

Este post contiene un alto grado de ironía. Yo no tengo para nada la capacidad, ni la intención,  de seriamente evaluar el trabajo científico de la citada investigación…

Estudio de pátinas a base de una foto no apta para hacer esto [son las mejores]

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