En su discurso ante la RADE, confirma su propio «teorema». 
Reproduzco para Ama Ata el contenido literal del post que publica Terrae Antiqvae, con permiso de Guillermo Caso de los Cobos.


Una página del «Cantar del mío Cid» (1200)

Un estudio interdisciplinar que aportan diversas ciencias al campo arqueológico confirma las raíces celtas de la literatura castellana popular y de la vasca, a la que se atribuye tradición euscalduna por prejuicios ideológicos. Este trabajo ha sido expuesto por el profesor Martín Almagro Gorbea al ingresar como miembro de número en la Real Academia de Doctores de España (RADE), con la medalla número 32, de la Sección de Humanidades, con su discurso ‘Las raíces celtas de la literatura castellana’, según informa la Real Academia de Doctores de España.
Catedrático, arqueólogo, historiador y académico de número también de la Real de la Historia, Almagro Gorbea ha estudiado los últimos milenios antes de Cristo de la antigua Hispania, cuando se forman los pueblos tartesios, iberos, celtas y vascos, que, a través de la romanización y la islamización, constituyen las raíces etnoculturales y demográficas de España.


 El catedrático Martín Almagro Gorbea en un momento de su disertación.

Los datos que ofrece la arqueología se enriquecen, según ha manifestado, con la necesaria interdisciplinariedad de otras ciencias: historia y geografía de la antigüedad, epigrafía y numismática, lingüística, antropología, historia de las religiones, etnoarqueología y literatura, a las que se añaden antropología física y biología, demografía y técnicas de análisis arqueométricos de las ciencias físicas y naturales.
Almagro ha señalado que los celtas eran un pueblo de estirpe indoeuropea que formaban la base étnica y cultural de todo el occidente de Europa, incluida gran parte de la Península Ibérica, donde, desde el tercer milenio antes de Cristo, existían poblaciones protoceltas muy arcaicas extendidas entre las regiones occidentales atlánticas hasta la meseta y el Sistema Ibérico, así como desde Galicia a todo el País Vasco, un área que constituía la llamada Hispania Celtica.
Su literatura, de transmisión oral, estuvo presente  en Irlanda, Escocia, Gales y Bretaña, y extendió por Europa sus relatos mítico-históricos, con leyendas como Tristán e Isolda, El Rey Arturo y los Caballeros de la Tabla Redonda y El Santo Grial. «Su influencia es evidente en libros de caballerías que inspiraron la obra máxima de nuestra literatura, Don Quijote de la Mancha, cuyas remotas raíces celtas tantas veces pasan desapercibidas», ha indicado.

Liras representadas en las estelas de guerrero aparecidas en Extremadura y en Luna (Zaragoza), textos celtibéricos en bronce, la evidente continuidad de tradiciones y costumbres conservadas hasta los siglos IX y X por poblaciones celtas desde Burgos y Soria al norte de Guadalajara, autores latinos que hablan de cánticos épicos guerreros de lusitanos, cántabros o galaicos, en sus lenguas bárbaras y escenas iconográficas, testimonian la existencia generalizada en la Hispania Celtica de poemas épicos con episodios de combates de campeones, entre otros temas, y seres fabulosos comparables a los poemas galos e irlandeses.

PROFUNDO CARÁCTER CELTA DEL PAÍS VASCO
Diversos relatos histórico-míticos sobre el origen de los señores de Vizcaya confirman el profundo carácter celta del País Vasco, que conservó hasta la Alta Edad Media la tradición épico-histórica hispano-celta, como evidencian los protagonistas, la trama y numerosos detalles, según ha explicado el nuevo académico de la RADE. Del personaje heroico histórico-mítico, fundador de una dinastía y de un pequeño estado existen varias versiones, como Froom, Juan Zuria o Diego López, Señor de Vizcaya, quienes, en su época, serían considerados como un rikx o rey celta, pues se asocian a ritos de entronización real relacionados con el Árbol de Guernica, característicos de la ideología y la religión celtas.

Jura de Jaunn Zuria como señor de Vizcaya. Anselmo Guinea, 1882. Casa de Juntas de Gernika.

El mismo esquema de tradición épico-mítica ofrece Sancho Abarca en Navarra, origen de la dinastía del mismo nombre. Estas narraciones sobre el origen del Señoría de Vizcaya y de Navarra deben considerarse celto-vascas por su origen y temática, y deben asociarse a las conservadas en los más antiguos cantares de gesta castellanos, pertenecientes a este mismo periodo y con protagonistas y argumentos muy parecidos, como el Cantar de Fernán González, el Cantar de los Siete Infantes de Salas, la Gesta de las Mocedades de Rodrigo y diversos episodios del Cantar de Mío Cid.
«La literatura del País Vasco afronta la dificultad de que la religión y los mitos atribuidos a los vascones no se han diferenciado de los pertenecientes a los pueblos celtas que habitaban el territorio vasco en la antigüedad, y la misma confusión se observa en las creaciones literarias», según el conferenciante.
El País Vasco, poblado por várdulos, carisios y autrigones, formaba parte de la Hispania Celtica, mientras que los vascones, precedentes de los actuales euscaldunes, habitaban las áreas pirenaicas de Navarra hasta el Pirineo Central y buena parte de la Aquitania. Por ello, prosiguió, «gran parte de lo que se considera literatura vasca, que se atribuye sin más a la tradición euscalduna, forma parte de la literatura de la Hispania Celtica, hecho acorde con el carácter celta de las poblaciones del País Vasco en la antigüedad».
PREJUICIOS IDEOLÓGICOS

Así, según el académico, «esta confusión ha dificultado la correcta interpretación de las narraciones conocidas, al considerarse todas de origen euscaldún por prejuicios ideológicos, frente a los datos objetivos que ofrece su análisis. En esta literatura celto-vasca aparecen númenes y dioses antropomorfos, gigantes y animales, característicos de la religión celta, el caballo, el toro, el jabalí, el carnero, la cabra, el perro, la serpiente, el buitre, etc., además de monstruos míticos, como el dragón. También son celtas los gentiles y moros y las lamiak o lamias, seres femeninos con cuerpo de mujer y extremidades inferiores de pez como las sirenas que habitaban las fuentes, ríos y cuevas».
Asimismo, ha añadido que el conjunto de «estas narraciones histórico-míticas celto-vascas constituyen una importante aportación para conocer los verdaderos orígenes de la literatura vasca al margen de los tópicos preestablecidos y, en un sentido más general, ilumina los complejos orígenes de la literatura castellana, entre los que hay que incluir estos precedentes celtas que hasta ahora habían pasado desapercibidos». Almagro Gorbea propugnó que se continúe el estudio crítico de estas creaciones literarias, tanto de sus fuentes y su evolución como de sus temas relacionados con las creencias animistas de la mitología de la Hispania Celtica.

Almagro Gorbea ha sido Director del Museo Arqueológico de Ibiza, Conservador del Museo Arqueológico Nacional, Director de la Escuela Española de Historia y Arqueología de Roma y, en 1998, Director del Museo Arqueológico Nacional. Ha sido profesor adjunto del Departamento de Prehistoria de la Complutense, catedrático de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Valencia y, desde 1981, catedrático de la Complutense, donde dirigió el Departamento de Prehistoria. En ella fundó la revista Complutum y dirigió 39 tesis doctorales, entre otros trabajos académicos. En 1995 fue elegido Académico de Número de la Real Academia de la Historia, donde, desde prácticamente su ingreso, es Anticuario Perpetuo. Ha desarrollado numerosas investigaciones de campo en España, Italia, Irlanda, Córcega, Alemania, Nubia y Francia, y destacados proyectos del Patrimonio Cultural, y ha intervenido en grandes exposiciones nacionales e internacionales. Autor de 20 libros, 351 artículos y colaborador de 188 obras colectivas, es miembro de diferentes asociaciones e instituciones académicas extranjeras y nacionales, entre otras, de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País.
Fuente: canarias7.es | 7 de febrero de 2017