En un reciente comentario en este blog, Koen afirmó que no conocía el texto completo del informe de la Ertzaintza sobre Iruña-Veleia, pero que, según le habían informado quienes lo conocían, la policía vasca basaba su argumentación principalmente en el testimonio de los tres arqueólogos exempleados de Lurmen que abandonaron el yacimiento en enero de 2007. El comentario me sorprendió, ya que yo conocía las declaraciones públicas de dichos arqueólogos del 16 de enero de 2009, realizadas en rueda de prensa junto con la ex-Diputada de Euskera, Cultura y Deportes de la Diputación Foral de Álava (DFA), Lorena López de Lacalle, cuyo vídeo está disponible en https://www.araba.eus/publicar/Veleia/ (Vídeos), en las que no recordaba haber escuchado nada que apuntara a la falsedad de los hallazgos. Así que he vuelto a escuchar esas declaraciones, para ver si me había perdido algo, y me reafirmo en que no escucho nada en tal sentido.
En dicha rueda de prensa, los arqueólogos José Ángel Apellániz (JAA), Miguel Ángel Berjón (MAB) y Carlos Crespo (CC) exponen las razones que les movieron a rescindir sus contratos con Lurmen, que realizaba las excavaciones de Iruña-Veleia, y sus discrepancias con la dirección de la empresa sobre los protocolos que a su juicio deberían de haberse seguido tras la aparición de los primeros grafitos “excepcionales”, así como sobre la presentación en sociedad de dichos hallazgos.
Sin embargo, en ningún momento afirman que ellos, antes del 19-11-2008, sospecharan de la falsedad de los hallazgos ni señalan a Eliseo ni a ningún otro miembro de Lurmen como sospechosos de ninguna actividad fraudulenta o delictiva. Por el contrario, MAB afirma (42’10”) que “no se puede hablar de manipulación” y (46’57”) “las primeras sensaciones que tengo yo con respecto a si estos materiales son buenos o malos es con las conclusiones de la Comisión. En ningún caso se me habrá escuchado a mí decir que esos materiales son falsos.”
De hecho, existen declaraciones de CC en una entrevista emitida el 23-6-2006 en la emisora de radio vitoriana Halabedi http://www.box.net/shared/ static/kigmgnotn6.mp3 en las que habla de algunos de los grafitos más excepcionales asumiendo sin atisbo de duda su autenticidad. Así, hace referencia a un preceptor “probablemente de origen egipcio” que enseñaba en una domusde Veleia “historia antigua de Egipto” (es de suponer que aquí se refiere a los nombres de las reinas y faraones egipcios Nefertiti, Ramases y demás, aparecidos en varios grafitos), a grafitos de temática cristiana, afirmando que el cristianismo “ha llegado a Veleia de una manera muy temprana: estamos hablando de la segunda mitad del siglo III”, incluso al grafito del calvario (“hemos encontrado un testimonio que habla alto y claro… Jesús crucificado con los dos ladrones, San Juan y la Virgen a los pies de la cruz”) y a los grafitos en lengua vasca (“había un idioma muy cercano a nosotros que se hablaba en esos momentos”). En ningún momento expresó dudas, ni si quiera mencionó la necesidad de adoptar una actitud de prudencia ante esos hallazgos en espera del veredicto de los expertos y de publicaciones científicas. Antes bien, parece entusiasmado con los hallazgos. No es la actitud que se esperaría de alguien que supuestamente ha expresado discrepancias profundas con su presentación en sociedad por parte de la dirección de Lurmen y que ya ha tomado la drástica decisión de rescindir el contrato que le vinculaba al proyecto de Iruña-Veleia (que según los exempleados de Lurmen, se tomó a raíz de dicha presentación e inmediatamente después de la misma el 8-6-2006).
Aparte de la ausencia de manifestaciones que apunten a la falsedad de los hallazgos o a hechos delictivos, tampoco hay evidencia alguna de que, tras su abandono del yacimiento dos años antes de la rueda de prensa de enero de 2009, los mencionados arqueólogos informaran a la DFA (ni a ningún otro organismo), de la existencia de mala praxis arqueológica por parte de la dirección de las excavaciones. De hecho, ante la pregunta de una periodista “Cuando tomasteis vuestra decisión de iros, ¿comunicasteis vuestras objeciones a algún responsable de la arqueología de la Diputación?”, tras una pausa y gestos de aparente incomodidad, MAB responde tajantemente: “No”.
Las críticas que manifiestan los arqueólogos en su declaración conjunta hacia la metodología y protocolos seguidos por la dirección de Lurmen tras la aparición de los primeros grafitos “excepcionales” y sus propuestas de modificación de tales protocolos hechas a la dirección (que, según ellos, fueron comunicadas a la misma y no aceptadas – aunque no hay constancia de que esto sea o no cierto) son:
– Realización de excavaciones con personal no cualificado académicamente ni en proceso de formación arqueológica, proveniente de campos de trabajo internacionales.
– Ralentización del ritmo de trabajo y cambio de la estrategia de excavación.
– Habilitación de un protocolo de lavado inmediato para detectar grafitos en la propia excavación.
– Registro fotográfico y videográfico exhaustivo del proceso de excavación.
– Establecimiento de un protocolo de trazabilidad de los materiales desde su hallazgo en la excavación hasta su depósito en el Museo de Arqueología de Álava.
– Búsqueda inmediata de asesoramiento externo y acreditado ante la inusual importancia de los materiales grafitados y de los contextos a los que se atribuyen.
– Dotación de mayor personal con titulación y experiencia acreditada en el campo de la arqueología.
Los arqueólogos también relatan que todos los grafitos “excepcionales” se detectaron en el lavado y que ellos no vieron aparecer ninguno en las excavaciones. Pero sin embargo reconocen que “somos conscientes de que la presencia de tierra y concreciones adheridas a las superficies de los materiales de los grafitos en el momento de su exhumación puede dificultar su detección inmediata, eso es evidente.” (La información recogida por El Correo, tomada, al parecer, del informe de la Ertzaintza, de que algunos arqueólogos se llevaron un “tupper” con agua a la excavación para lavar las piezas en el momento de su exhumación, sin que apareciera ningún grafito, está ausente de las declaraciones de la rueda de prensa de los arqueólogos en 2009).
Según los arqueólogos, la no adopción de las medidas arriba enumeradas “complicaba mucho la fiabilidad y credibilidad científica” del material hallado, que “podía considerarse descontextualizado, dotándoles de un rango parecido al que podían tener unos materiales arqueológicos pertenecientes a una colección privada de origen incierto.” Ante estas “anomalías e irregularidades de la praxis arqueológica” con consecuencias tan demoledoras hacia la credibilidad de los hallazgos, hasta el punto de convertirlos en “descontextualizados” (que es la crítica más virulenta que se puede hacer a un trabajo arqueológico, ya que anula completamente su validez), es difícil de entender que no las denunciaran en su momento ante ninguna instancia.
Por otra parte, esta opinión es contradictoria con las evaluaciones hechas por dos arqueólogos internacionales de innegable prestigio, Edward Harris y Dominic Perring. Harris dice que los arqueólogos de Iruña-Veleia “hicieron un trabajo muy bueno de recuperar ese registro objetivo, esa secuencia estratigráfica objetiva” y que los objetos hallados son “auténticos y datables en relación a la secuencia estratigráfica y otros objetos y evidencias físicas encontradas en el lugar”. Por su parte, Perring afirma que Eliseo Gil e Idoia Filloy en su informe arqueológico sobre las excavaciones de Iruña-Veleia “aportan descripciones creíbles de secuencias urbanas no excepcionales… se nos aportan secuencias estratigráficas cuidadosamente documentadas, apoyadas por buenos registros fotográficos y un adecuado conjunto de dibujos de secciones, planos y diagramas estratigráficos del tipo ‘matriz de Harris’”… “no hay nada particularmente inusual en las estructuras y secuencias descritas aquí, y si no fuera por los ‘grafitos excepcionales’ sería posible aceptar este informe como una descripción factual de una serie de excavaciones realizadas profesionalmente. Sería también posible aceptar, con algunas reservas menores, la mayoría de las cronologías e interpretaciones propuestas – sujetas a la publicación plena de los informes sobre los hallazgos recuperados”. Finaliza el informe diciendo que “está claro que las excavaciones en general se han llevado a cabo con estándares muy altos y se han obtenido resultados impresionantes. Es bastante posible que la inmensa mayoría de los arqueólogos implicados, si no el equipo entero, están trabajando de buena fe.”
¿A quién hacemos caso? ¿A José Ángel Apellániz, Miguel Ángel Berjón y Carlos Crespo o a Edward Harris y Dominic Perring? Aunque en principio debo presuponer la buena fe de todos ellos, yo tengo claro a quién debo de hacer caso en la evaluación del trabajo arqueológico.
Aparte de sus críticas a la praxis arqueológica de la dirección de Lurmen, los arqueólogos afirman que uno de los principales motivos de su decisión de abandonar el proyecto “Iruña-Veleia tercer milenio” el 8-1-2007 fue su desacuerdo con la “presentación en sociedad” de los hallazgos el 8-6-2006 sin el adecuado respaldo científico. Es difícil de entender este retraso de 7 meses en hacer efectiva su decisión y también, en vista de sus críticas, el hecho de que CC efectuara declaraciones de carácter divulgativo sobre los hallazgos más polémicos el 23-6-2006, dándolos por buenos sin manifestar precauciones de ningún tipo. Con respecto a la presentación en sociedad de hallazgos arqueológicos de interés general antes de su publicación científica, aquí es relevante mencionar el caso del hallazgo de la inscripción hebrea de época romana de Silves (Portugal), anunciada públicamente por el arqueólogo alemán Dennis Graen, profesor de la Universidad de Jena, en mayo de 2012, y difundida ampliamente a nivel internacional por los medios de comunicación, que aún sigue sin publicar, excepto por una breve descripción en un boletín anual editado por la Universidad. No tengo constancia de que nadie le haya criticado por ello ni de que ningún miembro de su equipo arqueológico le haya abandonado o le haya denunciado públicamente.
Finalmente, en relación con los “grafitos excepcionales” hallados por Lurmen, que, según los arqueólogos JAA, MAB y CC, obligarían a modificar radicalmente los protocolos de actuación, hay que decir que no son los primeros hallados en Iruña-Veleia. De la época de Gratiniano Nieto tenemos el grafito “excepcional” con el antropónimo “aquitano” Protidiseni (¿qué hace un antropónimo “aquitano” en la llanada alavesa?). También tenemos las inscripciones “excepcionales” con los nombres Plinthas(solo documentado en Italia, y sin –s) y Aunnia(no documentado fuera de Iruña-Veleia y coincidente con el vocablo dialectal vasco a(h)uña).