Currículum académico
- Profesor Adjunto del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense. 1968-76
- Director del Museo Arqueológico de Ibiza. 1969-70
- Conservador del Museo Arqueológico Nacional. 1970-76
- Catedrático y Director del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Valencia. 1976-80
- Director de la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma. 1979-83
- Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid. 1981 –
- Director del Museo Arqueológico Nacional. 1998-99
- Académico de número de la Real Academia de la Historia de la que es Anticuario perpetuo. 1996
- Comisario de las exposiciones Celtas y Vettones (Ávila, 2001), Hispania, el legado de Roma (Zaragoza-Mérida, 1998), Tesoros de la Real Academia de la Historia (Madrid, 2001).
Otros
- Miembro Correspondiente del Instituto Arqueológico Alemán (1975).
- Miembro del Consejo Permanente de la Union Internationale des Sciences Préhistoriques et Protohistoriques(1991).
- Correspondiente extranjero de la Société National des Antiquaires de France (1991).
- Premio Alexander von Humboldt (1993).
- Académico de la Academia de Arte e Historia de San Dámaso, su lección inaugural versó sobre España desde la prehistoria1 ocupando la cátedra de Prehistoria.
- Académico de Mérito de la Academia Portuguesa da Historia (2005). Correspondiente extranjero de L’Académie des Inscriptions et Belles-Lettres (2006).
- Miembro de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, su discurso de ingreso en esta sociedad en 2008 es Los orígenes de los vascos.2
- Cátedra de Historia de España Luís García de Valdeavellano de la Fundación Duques de Soria (2008).
[3]
La Real Academia de la Historia misma es muy a menudo acusada de ser una institución anticuada y muy contaminada ideológicamente por una historiografía que podemos llamar caricaturalmente ‘españolista’, incluso hasta en algunos casos simpatizante de la dictadura de Franco, y justamente la publicación del Diccionario Biográfico Español ha ido acompañada de una fuerte polémica por su benevolencia con el régimen franquista [7], denominando al muy violento golpe de estado del 18 julio de 1936«alzamiento militar».
En esta línea, el jesuita Manuel de Larramendi (1690-1766) publica en 1745 su célebre Diccionario trilingüe castellano, bascuence y latín, inicio de los estudios de la Lengua Vasca. En su Prefacio (1745, cap. 8, pág. 82), quizás inspirado en el «método» de Annio de Viterbo, recoge una inscripción inventada, recurso frecuente en su época (Almagro-Gorbea, 2003, p. 223 s.), aunque curiosamente resucitado en al actualidad en los «ostraca» de Veleia (vid. infra), que denotan un perseverare diabolicum incompatible con la búsqueda científica de la verdad causado por un empecinamiento ideológico.
Como todos los oppida del actual territorio de Euskadi también Iruña-Veleia es celtíbero como aprendemos en la página 90.
En esta actitud de interés de toda la sociedad vasca por conocer nuestros orígenes y recuperar nuestra memoria colectiva, es necesario hacer referencia a los «ostraca» de Veleia, falsificados para hacerlos pasar como hallados arqueológicos que probarían la antigüedad del vasco en esa ciudad romana. No sé qué decir sobre un tema que da vergüenza ajena, más si se asocia al sentimiento de «ser vasco». Este affaire Veleia ofrece distintos aspecto que no sé cual es peor y que, si no estuviera en este contexto, sería bastante divertido. Un aspecto es la falsificación, burda en sí, pero contra todo espíritu científico y social. Además, parece estar en relación con una subvención de Eusko Tren y Euskal Trenbide Sarea bastante más elevada de lo que se suele disponer en investigaciones arqueológicas normales5.
También llama la atención la idea de hallar grafitos «vascos» en un lugar y con una cronología en contradicción con los datos actualmente conocidos, lo que supone una intención malévola de engañar a la ciencia y a la sociedad, como indica su rápida y amplia divulgación a través de los medios de difusión. No menos llamativa ha sido la sigilosa retirada de algunos arqueólogos que no han querido verse implicados en este affaire, así como el silencio, ya algo más que imprudente después de dos años transcurridos, de las autoridades administrativas, a pesar del interés suscitado por el tema. Finalmente, tras correr «a tapadillas» la superchería entre los especialistas a través de las noticias filtradas a la prensa y de los llamados a informar sobre el tema, a los que se ha solicitado guardar «secreto», se ha comenzadoa denunciar este affaire en Internet6, pero la falta de reacción oficial de las personas e instituciones implicadas revela una actitud más propia de la ‘omertà’ de un sistema clientelar cuasi mafioso que de un ambiente de estudio científico en una sociedad interesada por su pasado en la Europa del siglo XXI.
*5 Los «hallazgos», al parecer, se ha producido dentro del «Proyecto Iruña-Veleia. III Milenio», patrocinado y subvencionado por Eusko Tren y Euskal Trenbide Sarea, del Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco, con la colaboración de la Diputación Foral de Álava, que, según referenciasno constatadas, ha contado con una cantidad de más de 3.000.000 euros.*6 Véase, por ejemplo, una noticia publicada en Gara, fechada el 20 de enero de 2008, sobre «Destacados expertos discrepan abiertamente sobre los hallazgos de Iruña-Veleia» en http://www.gara.net/paperezkoa/20080120/58669/es/Destacadosexpertos-discrepan-abiertamente-sobre-hallazgos-Iruna-Veleia.
No conozco nada parecido en la Europa actual, aunque esta falsificación obliga a recordar la inscripción inventada por M. de Larramendi en el siglo XVIII (vid. supra, p. 26 y fig. 2). Por ello, es un ejemplo de cómo una ideología contumaz conduce a los mismos excesos, al margen y en contra de la sociedad a la que dice querer servir. No es necesario decir que quienes actúan de ese modo no son científicos, sino impostores. Y yo pregunto igualmentea nuestra sociedad vasca: ¿Es ser «vasco» esa forma de actuar?¿Actuar de ese modo es defender la identidad y la esencia de los vascos? ¿Quiénes son los verdaderos vascos, los que engañan a su sociedad o los pocos que se atreven a denunciar tanta impostura?
Todos debemos reflexionar sobre este interesante episodio, que tiene más significado del que en principio parece ofrecer y que tan relacionado está con el falso «problema» del origen de los vascos. Debemos reflexionar todos, tanto la sociedad vasca en su conjunto como los autores del affaire y los que lo han propiciado para defender sus «mitos», tan estrechamente vinculados a la ideología que les permite mantener de posición de dominio y control de la sociedad, por lo que se disfrazan de defensores de los derechos y esencias de nuestro País Vasco. Pero, en la forma y en el fondo, lo único que hacen es engañar a la sociedad en su beneficio.
En la Historia, los hechos acaban poniendo cada cosa en su lugar sin que puedan con ellos las manipulaciones.
(p. 109) No se puede construir una Prehistoria actual con tesis «míticas» que van contra todas las evidencias científicas, ni menos recurrir a falsificaciones, como la de Veleia. Si se ha mantenido dicha postura, ha sido sólo por motivos ideológicos de tipo político, como evidencia un somero análisis historiográfico. Este hecho es el que explica la falta de estudios actuales sobre etnogénesis en el País Vasco y, en consecuencia, la imposibilidad de satisfacer un deseo verdadero de conocer nuestros orígenes, precisamente a pesar de ser la sociedad que, teóricamente, parece estar más interesada en ellos.(p. 110) La situación socio-ideológica que atraviesa el País Vasco explica la comentada dificultad de ofrecer una visión actual de su Prehistoria que supere de una vez la concepción goropianista tradicional, lo que propicia auténticas aberraciones, como las que suponen las falsificaciones de Veleia.
Tal situación es lamentable, tanto más si se tiene en cuenta que estas ideas, tan falsas en el campo científico, se enseñan y propagan desde las escuelas y medios públicos de comunicación, lo que supone manipular a la juventud y a la sociedad para influir en su ideario colectivo. Ello constituye un claro ejemplo de manipulación ideológica, utilizada por elites ansiosas de poder para controlar a la sociedad al servicio de sus intereses, hecho que ha ocurrido muchas veces en la Historia, pero que no parece propio de una sociedad democrática del siglo XXI, cuando, como toda sociedad humana, tenemos el derecho de conocer y comprender nuestra verdadera historia despojada de mitos, para poder decidir libremente cómo integrarnos en el mundo global al que estamos abocados y a cuyo desarrollo debemos contribuir con nuestro rico legado cultural dentro de una sociedad cada vez más abierta, por lo que resulta absurdo perder esfuerzos en luchas anacrónicas,cuando no fraticidas, vistas desde una perspectiva histórica.La visión que aquí se ha ofrecido no es ni más ni menos gloriosa que la visión mítica tradicional, pero sí más interesante y más ajustada a los datos y a la creciente información científica de que disponemos hoy. Esta interpretación debe considerarse crítica, en todo caso, con las tesis defendidas por los autores citados, pero nunca hacia las personas aludidas, pues M. de Larramendi, J. M.de Barandiarán o el mismo J. Caro Baroja, algunas de cuyas tesis también discutimos, son figuras de gran talla intelectual y que trabajaron con gran brillo en un contexto científico muy diferente del actual. Lo que dichas críticas plantean es la necesidad de abrir una discusión pública, pues es evidente que también la interpretación alternativa que aquí se defiende debe ser criticada y mejorada.*En resumen, lo que este análisis de la Prehistoria del País Vasco puede sugerir a todo vasco de verdad, que no quiera ser manipulado por ningún mito, es la necesidad de profundizar en el conocimiento de nuestra Prehistoria. Por ello, yo me permitiría sugerir como conclusión que esta Delegación en Corte de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País podría impulsar ese conocimiento de nuestra verdadera historia y, con ello, contribuir a la apertura de la mentalidad de toda la sociedad vasca. Este impulso será, sin duda, beneficioso para todos y está de acuerdo con los principios que en su día alentaron la creación de esta Sociedad para «cultivar y fomentar las actividades, disciplinas, artes y ciencias que enriqueciesen los conocimientos de la época», actividad que esta Delegación en Corte puede y debe llevar a cabo con la fuerza añadida que da sentirse alejados físicamente de nuestra tierra vasca y, al mismo tiempo, más atraídos y atentos a ella con la perspectiva clarificadora que siempre brinda una cierta lejanía.
A estos elementos se añaden, a partir de fechas que parecen tardías, la aparición de claros elementos relacionados con las Cultura Celtibérica e, incluso, con el mundo vacceo, que prosiguen tradiciones documentadas desde etapas anteriores por las casas redondas y las cerámicas del Hierro I, pero que ahora pudieran explicarse por contactos o por expansión de las nuevas élites ecuestres.
Este proceso de celtiberización es evidente desde los Autrigones de Burgos hasta la Navarra del Valle del Ebro, incluida, por supuesto, prácticamente toda Álava, zonas en las que se hablaría y se escribía en Celtibérico, según evidencian las téseras autrigonas de Sasamón y Mesa de Belorado (Untermann, 1997, p. 686 s., 712 s.) y las beronas de La Custodia, Viana, la Ualacos o Vareia de los berones (id., 696 s.), todas ellas escritas en celtibérico. Además,también se acuñó y circuló la moneda con tipos celtibéricos (Untermann, 1975, p. 239 s.; Rodríguez Casanova, e.p.).Además, el desarrollo demográfico y la creciente complejidad de la sociedad se percibe en la aparición de grandes poblados u oppida, como La Hoya, en Laguardia, que centralizarían otros menores, entre los que se ha excavado el de Axta (fig. 17), cerca de Vitoria, en Álava (Gil Zubillaga, 1995), y, de forma paralela, aparecen necrópolis de cremación, como las de Berreaga en Vizcaya y Carasta en Álava, que confirman el carácter plenamente celtibérico de la sociedad.
Por ello, la hipótesis de que «hablantes (galos y celtibéricos) penetraron hasta las entrañas del territorio vasco, dejando sus topónimos a la posteridad, como los celtas del río Deva o del valle de Ulzama (Uxama)» (Gorrochategui, 1995, p. 229) parece una tesis anacrónica más acorde con los mitos del siglo XVIII que con los datos hoy disponibles, ya que dichas zonas parecen indoeuropeas en todos los aspectos de su sistema cultural, por lo que se debe matizar en este sentido la opinión ‘actualista’ de dicho autor de que «La lengua vasco-aquitana se hablaba en la antigüedad…en una amplia zona que teniendo como centro la cadena montañosa vasco-pirenaica, desde Vizcaya al Oeste hasta el Valle de Arán por el este, se extendía ampliamente por el norte por la llanura de Aquitania y algo al sur por una zona que en su lado navarro alcanzaría el Ebro» (Gorrochategui, 1995, p. 229).
Lo de Veleia es según Almagro Gorbea solo un síntoma de la gran estafa ‘mitológica’ para engañar a la sociedad vasca con el objetivo de nominarla, y esto es política. Él aporta la ‘verdadera’ historia del País Vasco y ésta liberará a los Vascos de sus falsos profetas. Toda una extraña mezcla de datos científicos e ideología celtificadora. ¿El primer paso para la demostración de la unidad del estado español?
Es llamativo que Almagro Gorbea coloque la supuesta falsificación dentro de una gran conspiración nacionalista vasca – aunque no lo dice explícitamente-, de la cual, a nuestro entender, no existe ninguna evidencia: era un gobierno foral del Partido Popular que apoyaba a LURMEN y una coalición nacionalista que lo ha destrozado; o dicho de otra manera, se ha inventado toda una historia, y esto es sorprendente en un historiador.
[1] «Los hallazgos de Iruña-Veleia son unabroma o una estafa», «Sólo en el País Vasco es posible un escándalo como el de Veleia», «El caso deIruña-Veleia es especialmente grave porque manipula la historia»
[2] Juan Francisco M. Corbí
[4] P. ej. preguntado en el Diario Vasco del15/12/2008sobre si «lo sucedido puede servir para algo contesta»: «Creo que debería servir para abrir un diálogo general sobre el origen de los vascos y desmitificarlo, y para ver dónde ha estado el fallo que ha llevado a emplear mal los recursos públicos en vez de utilizarlos bien. Yo hubiera reunido a los sabios para eso, creo que hubiera sido bastante más rentable que lo que se ha hecho.«
[7] Perlas como éstabajo la entrada de Franco Bahamonde, Francisco: «Una guerra larga de tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania«. […] «Montó un régimen autoritario pero no totalitario«, muestran un claro posicionamiento de determinados autores en favor de los golpistas de 1936, lo que es curioso en una democracia europea, sobre todo teniendo en cuenta que el proyecto ha sido subvencionado con más de 6,4 millones de euros por parte del gobierno. (http://elpais.com/diario/2011/05/30/cultura/1306706402_850215.html).
También las entradas sobre los principales golpistas como Emilio Mola, a quien Baltasar Garzón imputó, entre otras cosas, por crímenes contra la humanidad durante la Guerra Civil, y José Millán Astray y Terreros, están en clara contradicción con una historiografía objetiva, digna de una democracia (http://www.elconfidencial.com/espana/2013/01/07/el-diccionario-biografico-encumbra-a-mola-y-millan-astray-como-esforzados-intelectuales-112371).
[8] Martín Almagro Gorbea
LOS ORÍGENES DE LOS VASCOS
Lección de Ingreso como Amigo de Número leída el día 24 de junio de 2008
[9] La profesora de la UAM, Alicia Canto, ingresa en la Real Academia de la Historia