Eusko, Eskual, Ausco, Basco, Wasco, Guasco, ¿cuál es su origen etimológico y cultural? Lo que está aceptado y lo que podría ser.
Los criterios evaluativos de las propuestas han sido los siguientes: su aceptación dentro de los círculos académicos; si rompen o no la partícula /sk/; si su argumento lingüístico se ha presentado con apoyo adicional de argumentos etnográficos o antropológicos; y si en todo caso ese argumento lingüístico tiene correspondencia intuitiva o no con ese marco sociocultural más amplio. El criterio de presentación es el de etnónimo o ‘nombre como pueblo’ (euskaldun) a pesar de que la mayoría de términos al respecto viene del glotónimo o nombre de lenguaje (euskara).
El interés en el segundo criterio evaluativo es el siguiente. En todas las formas escritas a lo largo del tiempo mantienen constante presencia los fonemas consonantes /sk/ (en latín, por ejemplo, ‘ausci’ o ‘uasco’ era lo escrito, pero la pronunciación era auski o uasko) y cambian las vocales escritas (en los ejemplos, eu, e, au, ba, wa, gua). No podemos saber si estos cambios en las vocales escritas reflejan cambios en los fonemas que los antiguos vascos utilizaban para referirse a ellos mismos, cambios en los que utilizaban los extranjeros al referirse a ellos, o simplemente cambios en las transcripciones de los autores extranjeros al dejar constancia de ello. En todo caso, /sk/ se mantiene, y el conjunto de la etimologías implica un misterio al respecto. Tomemos como ejemplo la combinación euskal, euskaldun, o euskera. Está claro que /al/, /dun/ y /era/ son morfemas sufijos. Pero, ¿cuál es el morfema raíz o lexema? ¿/eusk/? ¿O más bien /eus/, siendo luego /k/ el morfema interfijo que lo une con los morfemas sufijos /al/, /dun/ y /era/? Al respecto, un criterio de simplicidad explicativa podría favorecer a las hipótesis que expliquen /eusk/ en base a un único lexema /eusk/ y no a una suma de lexema más interfijo /eus+k/.
• 1. HITZEGITEN DUTENAK, ‘LOS QUE HABLAN’
• 1.1 Hitzegiten dutenak, Garibayk aipaturiko enusqueraren ildotik. / ‘Los que hablan’, al hilo del enusquera mencionado por Garibay.
Euskeldunak o ‘los que hablan’, y euskera o ‘lo que se habla’, es como llamarían los antiguos vascos a su propia gente y a su lengua con la raíz eusk, que provendría de enautsi o ‘decir, hablar’. Esta es la etimología que Alfonso Irigoyen propuso remontándose a la frase de Esteban de Garibay en su Compendio Historial de 1571, cuando dice sobre el País Vasco: “los habitantes llaman a su lengua enusquera”.
un supuesto participio *enau(t)si, el cual estaría en la base de las conocidas flexiones verbales del tipo
diñost / diost, con variante vizcaína diñaust ‘me lo dice’, con el valor inicial de ‘modo de hablar’,
modo de decir’, usado después como el nombre de la lengua simplemente” (Irigoien 1990, 139-40). (Nota 01)
Por otra parte, el sufijo -ara de eusk-ara provendria según Irigoien de un antiguo *ala, y ello explicaría las formas euskaLdun, EuskaL Herria (___). Y que en los escritos de Etxepare eta Leizarraga apareciera Heuskara apoyaría que la h provenga de una n intervocálica más antigua si la evolución ha sido pareja a otras como las de eusk. harea < lat. arena (___).
La argumentación de Irigoyen tiene estos supuestos: ese término enusquera es una forma de los vascos contemporáneos de Garibay para denominar a su idioma (es decir, Garibay fue correcto en su apreciación y no hubo errores de transcripción posteriores); el término era además un arcaísmo de una forma antigua de denominar al idioma de los vascos, de tal forma que enus- proviene de *enautsi o ‘decir’ en vasco antiguo; las muestras modernas de ese *enautsi son formas verbales como el vizcaino ‘diñotsut’ (o ‘yo te digo’) por conservar la antigua raíz de *enautsi o ‘decir’ en sus declinaciones; y, finalmente, euskara proviene de ese antiguo enusquera como producto de la unión enautsi+ara, esto es, ‘decir’ más ‘forma de’, o ‘forma de decir’, con el puente de la k y proveniendo de la forma ala. En suma, eusk-ara<*enautsi-k-ala.
Según el repaso de argumentos que hacen Lakarra y Gorrotxategi (1996 ,123), la teoría *enausi tendría este soporte:
Una derivación posterior de esta teoría es la de Lakarra (2006, 2009, 2010). Su estudio de la h etimológica apoya que la variación de h aspirada en heuskara está relacionada con la -n- original presente en *enautsi, en una evolución del tipo heuskara < *ehuskara < *enunskara. De todas formas, Lakarra (2006) aplica su teoría de la raíz CVC y acaba concluyendo que el origen y evolución sería más bien *e-(ra)-non-tz-i + -(k)ara > *e-non-tz-kara > *enunskara > *ehuskara > heuskara > euskara (Lakarra 2009, 219; y 2006, 598). (Nota 02 )
Valoraciones.
Esta es la teoría asumida en la actualidad en la lingüística vasca.
En la propuesta se rompe la unión originaria de los fonemas /sk/ mantenida en todas las denominaciones que contienen la raíz /eusk/ o sus variantes, de tal modo que /s/ provendría de un morfema eus-, es, bas- o guas-y /k/ sería el fonema que une ese morfema con el de –era o ‘forma de decir’.
La propuesta no se ha presentado ni se ha defendido con argumentos etnográficos o antropológicos.
En todo caso, y aunque sus evidencias son modernas (del siglo XVI) para un idioma que se supone tan antiguo como el vasco, ciertamente su semántica evoca ciertamente una antigüedad lejana y un marco sociocultural más amplio, pues ‘los que hablan’, ‘los que son humanos’, etc. son etnónimos habituales en culturas antiguas, tal como suele mostrar la Antropología.
2. ‘ESKUA, ESKUMENA ETA ASKATASUNA DUTENAK’ ETA ‘UTSA DIRENAK’, O ‘LOS QUE TIENEN MANO, INICIATIVA Y LIBERTAD’ Y ‘SON DEL VACÍO’.
2.1 Eskua dutenak edo eskumena dutenak, hau da, ekimena eta askatasuna dutenak / ‘Los que tienen la mano’ o ‘la capacidad de acción’, es decir, ‘los que tienen iniciativa y libertad’
Eskua dutenak o ‘los que tienen la mano’, es decir, ‘los que tienen la capacidad de acción y la libertad’ , sería la forma en que se autodenominaban los antiguos vascos, algo intuitivo cuando ‘eskuara’ y ‘eskualdun’ (formas de EH oriental) y ‘euskera’ o ‘euskeldun’ (formas de EH occidental) remiten de manera directa a eskua o ‘mano’. Esta es la etimología de Roslyn M. Frank, que extiende hacia los significados de capacidad de acción y libertad una etimología tradicional de la literatura euskaltzale, la basada en la raíz esku o ‘mano’.
Agustin Xaho, quizá la figura histórica vasca más creativa y original, propuso en Histoire primitive des Euskariens-Basques varias etimologías de palabras vascas. Respecto a eskualdun y eskuara, observó que se entienden bien a partir de eskua. Y además observó que el campo semántico asociado a eskua, y referido a funciones básicas de la interacción humana, es muy amplio: eskaini (ofrecer), eskatu (pedir), eskertu (agradecer), eskuartu (participar), eskondu (casarse), etc. Su lectura parece clara: el euskera atiende con la imagen de ‘mano’ todo aquello que considera básico en el ser humano y su interrelación. Desarrollando a Xaho, ‘esku-era’ sería entonces ‘la forma de referirse a la mano, es decir, a lo básico del ser humano’. Y los vascos, aquellos que tienen esa forma de hablar.
Roslyn M. Frank ha advertido otras implicaciones del campo semántico asociado a eskua. La principal es el sentido que se le da a eskuko como ‘libre, independiente’ (por ejemplo, ni nere eskuko naiz o ‘soy de mi mano’ en el sentido de ‘soy libre’). En su opinión, por tanto, la etimología de eskua “embodie[s] the notion that every being [i]s ‘free’ and ha[s] personal autonomy”. Es en este sentido que, como hemos sintetizado, eskua dutenak o ‘los que tienen la mano’ serían ‘los que tienen la capacidad de acción y la libertad’: “*esku-al-dun-a could also be reinterpreted as esku-ahal-dun-a which would mean: ‘one who has the authority invested by his/her own hand’.»
Esta eskumena o ‘jurisdicción, capacidad de acción’ (en euskera moderno), esta hecho de tener eskua o ‘la mano’ , no sólo se referiría sólo a la vida diaria o realidad común. También en un sentido mitológico y chamánico, y podríamos decir que filosófico (según los esquemas propios de la época), al misterio o génesis de la naturaleza y de la vida humana. Tal como está recogiendo Roslyn M. Frank, existen diversos restos culturales por toda Europa (canciones, danzas e historias) que remiten a una ‘cosmología ursina’, es decir, a una visión del mundo centrada en la figura del oso como personificación de la Naturaleza. En EH tendríamos una expresión en la leyenda zuberotarra que cuenta cómo el ser humano desciende del oso. Una cosmovisión centrada en el oso se corresponde muy bien con un período paleolítico, tiempos en que el oso era la referencia natural básica de fuerza y de presencia entre los cazadores-recolectores. Pues bien, dentro de los restos culturales de esta cosmología ursina tenemos la leyenda de un ser llamado Hamalau o ‘Catorce’. Es un ser mitad humano mitad oso que ejerce como puente de un mundo con el otro, es decir, del mundo físico y humano con el mundo de sus esencias o ursino (posiblemente, esta figura o energía de Hamalau la corporizaraban en sus trances los chamanes del paleolítico). Atención ahora: encoge tus dedos y míralos. ¿En cuántos tramos están divididos? Dos tramos en el dedo pulgar y tres tramos en cada uno de los restantes. Suman catorce. En consecuencia: tenemos que el puente entre ‘este mundo’ y el ‘mundo mitológico’, o Hamalau, se halla en nuestra propia eskua o ‘mano’, en nuestra propia eskumena o capacidad de acción y libertad, es decir, en el nombre que nos dimos como pueblo.
Según el marco que Roslyn M. Frank está desarrollando para explicar el pasado de la cultura vasca y europea, esta cosmología ursina bien pudiera haber sido la de los pobladores del refugio vasco-cantábrico de la última Edad de Hielo, y que luego se extenderían a toda Europa, como la genética viene corroborando.
2.2 Uts-ko edo Utsa direnak. / ‘Los del vacío’ o ‘los que son vacío’.
Uts-koak, es decir, ‘los que son vacíos’ o ‘los que creen en el vacío’, sería la denominación implícita en euskoak. Según Antonio Arnaiz (2011, 2013, 2013b), ‘eusko’ es probable producto de ‘uts’ o ‘puro, sin mezcla’ según tres tipos de indicios principales: vocablos con esa raíz, inscripciones antiguas del arco mediterráneo, y toponimia variada. En base a ello (y a otros apoyos como los genéticos que no vienen tanto al caso), Antonio Arnaiz opina que la cultura vasca actual procede de un componente antiguo que formaba parte de un amplia área socio-histórica, la cultura usko-mediterránea.
Como ejemplos de diversos vocablos que se mantienen en el actual área vasca y que apoyan la etimología de uts-ko tendríamos los siguientes. Uskurtz o ‘religión’ como posible derivado de uts-ko o ‘puro’ más Urzi o ‘dios’. Los auscos, antiguo colectivo vasco-aquitano de Las Landas, que llevaban en su nombre usko (y de quienes procede la actual denominación de Akitania o ‘Aquitaine’). Y en testigos modernos tendríamos su presencia en Gip-uskoa implícita en el nombre de la provincia de Gipuzkoa. Como ejemplos de vocablos que apoyarían una cultura usko presente en una amplia geografía mediterránea tenemos a los etruscos, antigua etnia italiana de raíces probablemente preindoeuropeas, que serían etorr+usko o ‘los que proceden de los uskos’, aunque según los historiadores romanos se llamaban a sí mismos ‘errasena’ o ‘arazena’, en este caso ‘la tierra de los difuntos o antepasados’ por ‘ara+zena’ o ‘tierra+el muerto’.
Otros indicios serían la palabra “usko” en numerosas inscripciones y textos de todas las culturas mediterráneas (ibéricos, canarios, etruscos, bereberes, egipcios). Por ejemplo, una inscripción paleo-bereber muestra ‘usku–ama–ara–atan’ (o “usko arrepentido en la puerta de la madre de la tierra; ver abajo la imagen). El plomo ibérico de Yátova, actual Valencia, refiere el interrogatorio de un prisionero ‘celta’ que, emborrachado, ‘confesó’ en un oscuro ‘uska’. Y las tablillas los elamitas del actual Irán contienen la inscripción ‘usko’.
Finalmente, la toponimia arrojaría resultados modernos en el oasis del Nilo del alto Egipto Kurusko (“kur”=adorador; “usko”=puro), o más lejanamente en uno de los principales glaciares de Alaska, el “Matanuska” (‘ama-atan-uska’ que uniría con ecos religiosos ‘madre-puerta-vacío’; obsérvese la equivalencia con la inscripción paleo-bereber ‘usku–ama–ara–atan’).
Estas coincidencias serían causalidades y no casualidades, restos desperdigados de un trasfondo cultural común: el trasfondo uskomediterráneo de las culturas autóctonas mediterráneas (ibéricos, canarios, etruscos, bereberes, egipcios). Muy probablemente procedentes de inicio del fértil Sáhara, y con amplias influencias que llegarían hasta la actual América. Una ‘cultura del vacío’ que, irónicamente, ocupó una buena parte del espacio y del pasado europeos.
• 2.3 ‘Eskua, eskumena eta askatasuna dutenak’ eta ‘utsa direnak’, deskribapen zabalagoan. / ‘Los que tienen mano, o acción y libertad’ y ‘que son vacío ’, como descripción más amplia.
En mi acercamiento a la visión del mundo preindoeuropea vasca () observé, sin conocer las hipótesis de los anteriores autores y por tanto de manera independiente, indicios que apoyan tanto a una como a la otra, pero no de manera excluyente sino integrativa. En primer lugar, y siendo la primera cuestión de una visión del mundo ‘¿qué es y cómo se define la realidad?’, constaté: que en euskera las cosas se definen en base a su vacío (on hutsa da o ‘es completamente bueno’, kafe hutsa o ‘café puro’, etc.); que el campo semántico de zuloa o ‘agujero’ es muy amplio (amazulo o ‘mamitis’, txapelzuloka o ‘a cara o cruz’, etc.); y que estos focos de la cognición en el idioma se acompañan con mitologías y costumbres basadas en la figura de lo ‘negro’ (akerbeltz o ‘macho cabrío negro’, gatos negros como buen augurio, etc.). Esto apoyaría que los antiguos vascos, con una visión del mundo basada en el principio de ‘lo vacío’, se pudieran autodenominar con un vocablo derivado de ello; ‘uts-koak’.
Otra cuestión que observé es que las manos omnipresentes del arte paleolítico están pintadas en negativo, soplando pintura por encima de ellas. El resultado es un vacío que toma forma con la pintura soplada configurando la mano y esparciéndose en derredor. Obviamente, los pintores paleolíticos sabían pintar en positivo (es decir, rellenando las figuras), por lo que este hecho debía de tener un significado especial. Y la interpretación más simple es la basada en una mera descripción de la imagen producida: del vacío surge la mano, es decir, la capacidad de acción en el mundo físico. Parece toda una declaración de una visión del mundo, mostrando e interrelacionando su componente ontológica basada en el principio de vacío y su componente mitológica basada en el principio de la mano y Hamalau, el agente activo del humano-oso-chamán. En este sentido, utsa direnak o ‘los que son vacío’ y eskumena edo hamalau dutenak o ‘los que tienen libertad de acción y de mediación’ conformaría una descripción más extensa de aquellas gentes que, lejos de ser unos cromañones o post-cromañones comebellotas, tendrían una visión del mundo a la par de las filosofías más especulativas y profundas del planeta .
2.4 Valoraciones.
La teoría basada en eskua y la basada en uts+ko son heterodoxas en la actualidad, no son asumidas por la ortodoxia de la lingüística vasca, que acepta como hipótesis válida sólo la de *enautsi. Es previsible que, de ser discutidas en los círculos más formales, serían fuertemente criticadas e incluso apartadas con aparente acritud, tal como ha ocurrido con la hipótesis uscomediterránea de Antonio Arnaiz. En todo caso, ambas hipótesis pueden valorarse como académicas debido al perfil universitario e investigador de sus actuales proponentes.
La hipótesis de eskua mantiene la unión originaria de los fonemas /sk/ mantenida en todas las denominaciones que contienen la raíz /eusk/ o sus variantes; es la única de todas las alternativas revisadas que lo hace. La hipótesis uts+ko rompe la unión originaria de los fonemas /sk/ (mantenida en todas las denominaciones que contienen la raíz /eusk/ o sus variantes), pero sin requerir un fonema de intersección, es decir, usko se explica uts+ko (utskoak o ‘los del vacío’) y uskera como uts+ko+era (utskoen era o ‘el modo de los uskos’), sin recurrir a uskera como uts+(k)+era con la necesidad de una k que opera como puente entre los morfemas.
Las propuestas se han presentado y defendido con argumentos etnográficos o antropológicos más que suficientes, sobre todo en comparación con el resto de propuestas.
Podemos valorar que estos argumentos son coherentes a un nivel intuitivo. Pueden parecer rebuscados, como el marco de cosmología ursina o el argumento adicional de ‘manos paleolíticas contorneadas en base al vacío’, pero lo desperdigado de los indicios se justifica en base a su antiquísimo origen, ya diluido en el curso de las evoluciones socioculturales posteriores.
Independientemente de estos desarrollos actuales de la hipótesis, la etimología de eusko o eskual basada en eskua o ‘mano’ es la tradicional en la literatura euskaltzale, la que más gusta a los aficionados a la lengua vasca. Tras Xaho, fue la elegida por Sabino Arana () en su primer acercamiento al tema (aunque luego prefirió la de eguzkiko o ‘del sol’). Recientemente una apología del euskera ha resucitado el mito: “En el principio era la palabra, y la palabra creó la primera lengua, y esa lengua fue ofrecida al hombre, al primer grupo de seres humanos que levantó la mirada al cielo. Y esa lengua primigenia habitó entre nosotros y la llamamos euskera o eskuera porque nos fue entregada en mano” (Aranguren, Patxi NUPekoa en Lengua primigenia).
3. OTRAS ETIMOLOGÍAS TRADICIONALES.
3.1 Basokoak, edo basoan bizi direnak. / ‘Los del bosque’.
‘Basko’ remite directamente a ‘basoko’. Una forma originaria de ‘baso’ y ‘basoko’ en el proto-euskera podría haber pasado al germánico busk o bosk, de allí al latín boscus o buscus (o ‘bosque’), y de allí utilizado para denominar a los ‘vascones’, que significaría el «pueblo que vive en el bosque». Podría tener un reflejo en varias monedas de los siglos I y II AC, de alguna ceca como Pamplona o Rocafort de Queralt, que llevan la inscripción ‘barscunes’ en alfabeto íbero.
Esta etimología no se tiene en cuenta actualmente por considerarse el latín boscus o buscus una palabra de la Edad Media, el germánico busk o bosk de origen desconocido, y el término de barscunes también de origen desconocido. No obstante, para desecharla habría que probar la imposibilidad o la inexistencia de la línea de influencias idiomáticas descrita en el anterior párrafo.
3.2 Eguzkia gurtzen dutenak. / ‘Los que adoran al sol’
Eusko podría remitir a euzko o eguzkiko, ‘del sol’, de tal modo que los euzkaldunes serían los ‘adoradores del sol’. Es la hipótesis propuesta en el siglo XIX por Sabino Arana, tras desechar la de eskua o ‘mano’, en base a una supuesta religión solar de los antiguos vascos.
La hipótesis se desacreditó principalmente con la recolección de mitología vasca de finales del XIX y comienzos del XX, que mostró un marco muy claro de religión ctónica o centrada en la tierra, no en el cielo o el sol.
4. OTRAS ETIMOLOGÍAS DE RECIENTE PROPUESTA.
4.1 Mantentzen direnak edo eusten dutenek. / ‘Los de idioma persistente y tenaz’ o quizás incluso ‘los que resisten’.
Euskaldunak serían ‘los de idioma persistente y tenaz’ si la raíz eusk proviniera de eutsi o ‘dar apoyo, persistir, resistir’, esta se hubiera unido a era o ‘forma de decir’ con el nexo de /k/, y se le agregara el sufijo –dun o ‘el que tiene’ (en total, eutsi+(k)+era+dun). Se apoyaría en la forma regular de aglutinar la raíz euts(-i), como en euskarri, etc., lo que tiene cierto peso por el principio de parsimonia. Es una propuesta fuera de los círculos académicos por parte de Luis Aldamiz. Interpretando el campo semántico como algo derivado del etnónimo y no del glotónimo, euskaldunak serían ‘los persistentes, tenaces, resistentes’. En este caso, euskaldun provendría de eutsi+ko o ‘los del persistir y resistir’, ‘los que persisten u resisten’, y euskera de eutsi+ko+era o ‘la forma de hablar de los que persisten y resisten’.
Luis Aldamiz ilustra la propuesta extendiéndola a erdera, que gira en torno a la idea de dividir o erditu, y que sería por tanto la lengua o modo de vida que divide. Ello podría tener una explicación protohistórica, ya que el vascónico sería hablado en Europa Occidental de forma casi exclusiva hasta las invasiones de la Edad de Bronce y sobre todo de la del Hierro.
Valoraciones.
La propuesta se halla hasta el momento al margen de los círculos académicos.
Su formulación actual rompe la unión originaria de los fonemas /sk/ mantenida en todas las denominaciones que contienen la raíz /eusk/ o sus variantes.
Por lo incipiente de la propuesta, la hemos presentado sin el marco sociocultural que podría resultarle coherente.
Como mínimo, el atractivo de la propuesta es innegable al tratarse del etnónimo de un grupo sociocultural que ha mantenido su identidad a lo largo de los milenos, hasta mantenerse como anomalía extraña en la moderna Europa Occidental.
Oharrak.
–> Nota 01 «el objetivo principal del 2.º trabajo es demostrar la existencia de vocales nasales ( / êûskera / ) en la forma < enusquera > de Garibay, lo cual parece que puede y debe concederse sin mayor discusión ante la teoría y el uso gráfico del mondragonés (cf. Lakarra 1996a) y de formas como yguny en RS que ya Mitxelena (cf. FHV) dio como / igûî / sin mayores problemas. No demuestra, sin embargo, que fuera antiguo el vocalismo de la última forma vizcaína, ni que lo fueran todos ellos (cosa harto inverosímil) respecto a diñost / diost.» (Lakarra 2006, 597)
–> Nota 02 La razón es que «la reconstrucción concreta —*enau(t)si— (…) resultaba excesiva e innecesaria (…) dentro de una teoría de la raíz que no acepta diptongos en CVC» (Lakarra 2006, 598). Tal como resume más tarde, «Irigoyen reconstruye *enausi pero creemos que el diptongo es excesivo e innecesario ante *e–non-tz-i (cf. i-non ‘decir’)>*enu(n)tsi» (Lakarra 2009, 219). siendo que dicha teoría que forma la base de las propuestas de Lakarra. Tras varias argumentaciones, el autor llega a la conclusión de que «[t]endríamos así *e-(ra)-non-tz-i + -(k)ara, de donde pueden derivarse (h)euskara y el resto de las formas alegadas por Irigoyen» (Lakarra 2006, 598).
Erreferentziak.
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Irigoyen, Alfonso (1977) «Geure hizkuntzari euskaldunok deritzagun izenaz», Euskera 22: 2, 513-538.
Irigoyen, Alfonso (1990) «Etimología del nombre vasco del vascuence y las vocales nasales vascas descritas por Garibay», Fontes linguae vasconum: Studia et documenta, ISSN 0046-435X, Año nº 22, Nº 56, 1990, pag. 139-148
Lakarra, Joseba Andoni (2010) Haches, diptongos y otros detalles de alguna importancia: notas sobre numerales (proto) vascos y comparación vasco-ibérica (con un apéndice sobre hiri y otro sobre bat-bi) Veleia 27, 191-238.
Lakarra, Joseba Andoni (2009) «*h3 > h1, *h2 > h1 eta horiei datxezkien zenbait fenomenoz». Lapurdum 123, 211-23.
Lakarra, Joseba Andoni (2006) “Notas sobre iniciales, cambio tipológico y prehistoria del verbo vasco”. Anales del Seminario Julio Urquijo, XL, 561-622.
Oharrak.
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Campion, Arturo (1854-1937)Sobre los nombres de la antigua Baskonia / Arturo Campion In: RIEV. — Reed. facs. — Bilbao : La Gran Enciclopedia Vasca, 1969-1977. — 1969, T. I (1907), 289-301 or. ; T. 2 (1908), 271-283, 749-756 or. ISBN 84-248-0032-X
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Deroy, Louis
Sur le nom des basques / [Louis Deroy]
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the Greek term οὐασκώνους (ouaskōnous), an ethnonym used by Strabo in his Geographica (23 CE, Book III)
define Mendieta en 1590 en un manuscrito, como eusqueles, a los que hablan el idioma vasco. Francisco de Mendieta es uno de los personajes más importantes de Bizkaia de finales del siglo XVI. Debido a la confusión sobre su identidad y su obra es un autor que todavía hoy está a falta de un estudio integral sobre su figura. Aunque gracias a los trabajos de Darío de Areitio (1879-1968) y de Manuel Llano Gorostiza (1926-1990) es posible rescatar, rehabilitar y completar, en parte, la figura histórica de este ayalés afincado en Bilbao.