En base al post que Koen acaba de colgar, ha sido posible evaluar la manera, el lenguaje y el tono que caracterizaban el artículo que salió en El Correo el 26 de noviembre de 2006 en que se hablaba en términos muy positivos de Eliseo Gil, el entonces co-director del yacimiento.
De hecho, en el artículo de El Correo, fechado el 5 de febrero 2014, la frase del Diputado General
aparece citada así:
“Resulta intolerable que se haya producido una falsificación tan burday que, además, se pretenda sostener en el tiempo” criticó el político conservador.» [negrilla agregada]
En la noticia publicada en El Correo el día anterior, el 4 de febrero (el mismo día en que hizo las declaraciones a la prensa), se citan sus palabras así: «Es intolerable que se haya actuado de esta manera, que se haya producido una falsificación tan burda, que se pretenda sostener en el tiempo esa mentira con el coste económico y de crédito que representa para el trabajo arqueológico de Álava», ha expuesto.» [refiriéndose a de Andrés; con negrilla agregada]
Es notorio aquí el empleo de parte del Diputado General de verbos “impersonales” que son los que suelen utilizarse para evitar asignar responsabilidades y/o evitar identificar a los agentes de la acción en cuestión. Su utilización aquí hace aún más estrambótico el clima producido por frases tan fuertes como esta: “Sería bueno que Eliseo Gil también reconociera que las inscripciones son tan falsas.”
Por eso lo que el político quiere comunicar con esa secuencia de verbos impersonales está clarísimo: «Es intolerable que Eliseo Gil haya actuado de esta manera, que Eliseo Gil haya producido una falsificación tan burda, que Eliseo Gil pretenda sostener en el tiempo esa mentira con el coste económico y de crédito que representa para el trabajo arqueológico de Álava.» [negrilla agregada]
Y tenemos esa otra descripción periodística, igualmente increíble, de lo que Javier de Andrés ha exigido públicamente a Eliseo—a través de los medios informativos o más concretamente a través de un medio en particular. Y al hacerlo el Diputado General está dirigiéndose a una persona que hasta ahora no ha sido imputado judicialmente. Al mismo tiempo el político tiene que saber lo que saben los miembros del público: que hasta ahora el Juzgado no ha determinado si hay un acto criminal que enjuiciar. No obstante, así oímos hablar a la máxima autoridad de Álava: “El diputado alavés ha pedido al exdirector de Iruña-Veleia que ‘asuma su responsabilidad’ y reconozca que las inscripciones no son de la época romana porque ‘ya está bien de continuar con esta farsa’.”
O esta frase del Diputado General, llena de mofa, escarnio o graciosa socarronería como lo llamaría, supongo, Joaquín Gorrochategui (aqui, aqui, aqui y aqui):
«Sería bueno que Eliseo Gil también reconociera que las inscripciones son tan falsas como él cuando se disfrazaba de romano en aquellas representaciones que hacía en el yacimiento», lanzó el diputado general con cierta ironía sobre las jornadas festivas y de divulgación que se organizaron en el recinto.
Para mí, es cada vez más alucinante lo que está ocurriendo. Las anomalías en el proceder de esa gente se van amontonando. Por eso, a estas alturas no me sorprende para nada oír en la boca del Diputado General las mismas frases—adjetivos—introducidos mediáticamente hace más de cinco años, concretamente en la entrevistaque María José Carrero hizo a Martín Almagro Gorbea, el 1 de noviembre, publicada en El Correo con el título de “Los hallazgos de Iruña-Veleia son una broma o una estafa”, un artículo que aportaba el siguiente subtítulo con el catch-phrase que desde entonces se ha hecho famosa: “El profesor tacha de ‘falsificación burda’ los grafitos con el dibujo de un Calvario y palabras en euskera fechados en el siglo III.” [negrilla agregada]