Cuando en diciembre 2008 empecé a defender en los foros de Terraeantiquae sobre Iruña Veleia la idea que se debe demostrar de manera duradera la supuesta falsificación a través de métodos basados en la investigación científica (1), me retó la epigrafista Dra. Alicia Canto de aportar un ejemplo epigráfico de época romana donde los métodos de las ciencias naturales han sido decisivos.
Aunque no soy ni de lejos especialista en arqueometría, tengo desde mi formación como geólogo la seguridad que un lapso de tiempo largo – digamos varios siglos – deja marcas claras en los soportes epigráficos al igual que en los surcos de grabados, y esto en forma de alteraciones del propio soporte y por la deposición de diferentes tipos de adherencias. Hemos aportado diferentes estudios en los cuales las ciencias naturales parecen ser el protagonista en el debate de la autenticidad, con quizás el más contudente el llamado caso del llamado Itineraria de barro (2).
Pero ningún caso de una supuesta falsificación epigráfica es tan documentado y, en mi opinión, tan interesante como el por la prensa israelí llamado ‘juicio de una falsificación del siglo’ (en inglés ‘The Forgery Trial of the Century’).
El caso no solo trata discusiones técnicos entre especialistas de la epigrafía, filologos, historiadores, geologos, policías, pero tiene también una vertiente socio-política que parece haber obstaculizado la búsqueda de la verdad.
Presentaremos aquí este juicio en tres partes.
En el actual post introduciremos el tema, y en un siguiente post aportaremos la traducción de un artículo muy reciente del Dr. Amon Rosenfeld, donde mira atrás al juicio. El, como geólogo del Servicio Geologico de Israel (IGS), siempre ha defendido la autenticidad, y ha sufrido la presión por parte de los expertos pro falsedad.
En una tercera parte miraremos más en detalle los aspectos cientificos que han sido relevantes en el juicio.
El caso llegó a juicio, con un lujo de prestigiosos expertos de todos los campos y una inversión de
tiempo y medios impresionante (400 días de juicio, 12.000 folios, 138 testigos). Las preguntas claves desde nuestro punto de vista: ¿hay continuidad de pátina en las letras? y ¿es la pátina falsa?.
El objeto del juicio son un número de objetos, varios ‘biblicos’, de las cuales nos vamos a centrar en dos (se puede encontrar amplia información epigráfica en Shanks (2012)).
El primero es un osario, llamado osario de Santiago, es decir una pequeña caja de caliza donde se recogen los huesos de un difunto después de unos años de enterramiento para ahorrar espacio en las tumbas excavadas en las rocas. El osario lleva una inscripción en arameo, que traducido al castellano reza «Santiago, hijo de José, hermano de Jesus». Sería la única prueba material de la existencia de Jesús Cristo, aunque puede tratarse de una coincidencia de nombres sorprendente.
El segundo es una tableta, llamado tableta de Joás (Yehoash en hebreo) con un texto de 15 líneas relacionado con unas reparaciones del templo de Salomón.
La inscripción de Joás (Foto: Bible History Daily) |
Ambos aparecieron supuestamente en excavaciones no contraladas (antiguedades sin procedencia). El juicio también ha provocado reflexiones sobre el valor de hallazgos sin procedencia, como por ejemplo los Rollos del Mar Muerto. ¿Los historiadores tienen que tomarlos en cuenta , o no?
En el caso de negarlos se pierde un 95 % de los hallazgos.
El telón de fondo es la lucha de la Autoridad de Antiquidades de Israel (IAA en sus siglas en inglés) contra el tráfico de antiguïdades biblicos, aunque algunos provienen de territorios ocupados de Israel, donde en principio Israel no tiene jurisdicción. La IAA quiere con este caso asustar a los traficantes… y también a investigadores que defendieron la autenticidad a base de investiagación científica de evidencias físicas para así desmotivar las excavaciones furtivas y su certificación, una noble tarea, pero la base de fuertes prejuicios y pasiones.
Declaraciones fuertes, acusaciones, sugerencias de complicidad a los primeros investigadores del Servicio Geológico de Israel (IGS en sus siglas en inglés). 8 años de juicio con debate científica de alto nivel terminan en que el juez, que es también arqueólogo, ha considerado que las pruebas aportadas de la falsedad no son fidedignas, y que la falsedad no ha sido demostrado, dejando a la ciencia de decidir sobre el estatus de las inscripciones.
Pero aunque el juez no afirma la autenticidad – lo que no es su trabajo ni su competencia – las evidencias aportadas sugieren la autenticidad, y el caso me parece muy relevante para la ciencia. El juicio ha sido en realidad como un congreso internacional sobre pruebas de autenticidad/falsedad epigráfica. Por esto creo que vale la pena de mirar el proceso en detalle.
Resumimos en breves líneas la historia que vale en realidad un libro.
Oded Golan, coleccionista de antigüedades, consulta al principio del siglo XXI al epigrafista francés Dr. Andre Lemaire de la Sorbonne en Paris sobre unas inscripciones de su colección. Prof. Lemaire descifra el texto del osario, que se lee como ‘Santiago, hijo de José, y hermano de Jesus’ y la noticia de la inscripción conquista en octubre 2002 sobre todo los titulares en Estados Unidos (CNN, The New York Times, Wall Street Journal, Washington Post, y Time. La revista Newsweek sugiere que «Biblical archaeologists may have found their holy grail.» [Arqueólogos bíblicos pueden haber encontrado la San Grial]). Un equipo del servicio geológico de Israel (GSI), Rosenfeld e Iliani, confirma la presencia del mismo pátina sobre las letras y la superficie con microscopía de barrido.
En noviembre 2002 el osario es presentado en una exposición en el Royal Ontario Museum en Toronto (Canadá) que ha llevado a cabo una investigación propia sobre la autenticidad, con entre otros fotografía UV, y concluye la autenticidad de la pátina.
En enero 2003 aparecen en la prensa también noticias sobre la tableta de Joás de hace 2800 años en una escritura hebreo-fenicio que contiene sobre sus letras glóbulos de oro, supuestamente dispersados durante el incendio del templo de Salomón por parte de los babilonios. Especialistas indican inmediatamente numerosos errores gramaticales en la inscripción… y el propietario también es Oded Golan.
El IAA forma en marzo 2002 una comisión científica de 14 miembros, tantos expertos en epigrafia, filología, arqueología bíblica como en geología y geoquímica – con unos CVs impresionantes, para estudiar la autenticidad del osario y de la tableta. La comisión consiste de un comité para Escritura y Contenido, y por otro lado de un comité para Materiales y Pátina. Ambos comités concluyen que la inscripción es reciente (escrito por un hablante de hebreo moderno, un copiar y pegar de varias fuentes, imitación), que la inscripción es muy posterior al osario – el soporte sí es autentico ‘romano’ – y que la pátina es falsificada con una mezcla de cal y agua caliente. Varios miembros de la Comisión defienden la autenticidad pero se dejan convencer por Yuval Goren (Prof. Roni Reich: La inscripción me parecía de entrada autentica, no podía creer que un falsificador, o un grupo de falsificadores, podrían ser expertos en todos los aspectos de la inscripción. Pero al final estaba convencido por el material y los datos del Comité; La inscripción no muestra una combinación o configuración que implica falsedad, pero confrontado con las observaciones del Comité material estoy convencido de la falsificación/ Orna Cohen: la primera parte de la inscripción [del osario] es nuevo, la última parte tiene pátina – hermano de Jesus) (3).
En la parte geoquímica juega Yuval Goren un papel prominente (4). Uno de los artículos del que es coautor tiene como subtitulo: ‘How wishful thinking and technology fooled some scholars–and made fools out of others.’ (en traducción ‘Como el pensamiento ilusorio y la técnología han engañado algunos científicos, y han convertido en necios a otros’). La IAA empieza una campaña mediática contra la autenticidad de ambos piezas con numerosas entrevistas, programas de televisión etc., también con 3 artículos… en la revista americana Archeology (4), y de modo de nota cómica podemos comentar que la foto para desprestigiar visualmente al oscuro Golan es un váter de su casa …
Se difunde un vídeo donde un hombre egipcio se declara culpable de la falsificación. El vídeo desaparece luego completamente de la escena después de acusaciones de falsificar la traducción, y el juez no vio oportuno el testimonio del egipcio.
Se detiene el propietario, Oded Golan, y la policía encuentra en su piso supuesto material de falsificación (él dice que sirve para limpiar antigüedades). En un intento de hacer una replica de la inscripción con una pasta de silicona, la policía destroza parte de las evidencias. El juicio contra Golan empieza en 2004, y durará hasta 2012. Se incluyen numerosas otras antigüedades que son propiedad de Golan, y 3 otras personas son acusados en el juicio, entre otros el anticuario y epigrafista Robert Deutsch (5), aunque finalmente solo quedan Golan y Deutsch como acusados.
El fiscal acusa a Golan de haber falsificado las inscripciones en el principio de los años 2000, pero Golan pretende estar en posesión del osario desde los años 70, y aporta fotos que han sido autentificadas por un experto del FBI, y aceptadas por el juez como prueba.
En 2005, el especialista de pátinas microbiológicas, el alemán Wolfgang Krumbein confirma la autenticidad de las pátinas en las letras (6).
El juez acepta que las pruebas isotópicos aportadas por Goren y su grupo no son fiables para demostrar que la pátina es artificial (procesos no en equilibrio) después de escuchar importantes especialistas.
El juicio toma un giro casi dramático cuando se presentaron nuevas fotos de las pátinas de las letras, hechos con otro tipo de iluminación, y el profesor Goren, pierde su seguridad. Este pide un receso para estudiar la pieza, y vuelve el día siguiente para afirmar la presencia de la pátina sobre algunas letras, adaptando su teoría de falsificación sugeriendo que estas letras son autenticas, pero que las otras son nuevas.
El juez Aharon Farkash, que ha tenido que lidiar con un sin fin de pruebas científicas, declara finalmente en marzo de 2012 que no se ha demostrado la falsedad, acepta la presencia de pátina sobre algunas de las letras como demostrado y absuelve a Golan y Deutsch de la acusación de falsificación:
Rosenfeld et al. (2012) resumen las principales conclusiones del veredicto, que tienen una trancendencia para la ciencia epigráfica, de la siguiente manera:
The “not guilty” verdict (case 482/04) by the Honorable Judge Aharon Farkash of the Jerusalem District Court in March, 2012 resulted in the acquittal of Oded Golan of charges that he forged the James Ossuary Inscription and the Jehoash inscription tablet.
The “Forgery Trial” sparked a fruitful and important debate on the issue of unprovenanced artifacts by top scientists from all over the world. The conclusions of the Judge regarding the inscription of the James Ossuary contributed much to the forgery debate.
By casting doubts on the accusations, the Judge accepted some crucial facts:
1 – the inscription was cleaned by a sharp object [las inscripciones han sido limpiadas por un objeto agudo];
2 – there is a real patina covering some letters in the words “Achui d’Yeshua [existe una pátina real sobre algunas letras];
3 – statistically the few samples analyzed by the prosecution e xperts are not sufficient for conviction [no se han analizado suficientes muestras en los analisis isotópicos para ser convincente];
4 – the oxygen isotope “expected range” cannot determine forgeries [los isotopos estables no valen para determinar si se trata de una falsificación];
5 – oxygen isotopic examination of patinas on artifacts is as yet not perfected and cannot be used to determine whether the artifact is authentic [no hay todavía suficiente conocimiento para utilizar los isotopos estables en estudios de autenticidad];
6 – the photos of the ossuary from the 1970s presented to the court are authentic [las fotos del osario de los años 70 son autenticas];
7 – the casting of the red silicone by the IAA forensic examiners changed the physical condition of the inscription of the ossuary, so much so that Golan’s defense was affecte d adversely [el molde de silicona roja ha alterado el estado físico de la inscripción y ha vulnerado la defensa de Golan];
8 – the judge accepted Professor Krumbein’s statement that “the patina on the ossuary evolved over centuries if not thousands of years, and that the patina within the inscription and the patina on the ossuary were created during the same time period [el juez accepta que la formación de pátina sobre la inscripciones es cuestion de siglos o miles de años, y que la pátina dentro las inscripciones se formó al mismo tiempo];”
9 – the IAA material committee’s conclusions were based on unverified climatic data, incorrect chemistry, ignoring the possible effects of the cleaning, conservation and enhancement of the inscription [las conclusiones de la IAA son basadas en datos climatológicos no verificados, química no correcta, los posibles efectos de limpieza, conservación y intentos para resaltar la inscripción han sido negados];
10 – the Judge accepts that disqualifying the “ Het” sample or other sample, based only on the outcome of its isotopic composition is a “scientific bias or a circular argument. [el juez acepta que la discualificación de un resultado de los análisis isotópicos genera una argumentación circular – el equipo de Goren eliminó un resultado que era en contradicción con sus conclusiones] ;
11 – the ability of the experts from the Royal Ontario Museum, Canada, to distinguish between genuine and pseudo – patina was valid even though Professor Goren claimed otherwise [la capacidad del equipo de investigadores del Royal Ontario Museum para distinguir entre una pátina autentica y falsa no está en entredicho, aunque el profesor Goren afirmo lo contrario];
12 – the IAA material committee came to incorrect and misleading conclusions regarding the discovery of microfossils in the patina [El Comité de materiales de la IAA llegó a conclusiones equivocadas y engañosas sobre la presencia de microfosiles en la pátina].
Curiosamente la IAA empieza después del juicio un procedimiento para confiscar los objetos del juicio, que finalmente son restituidos a Golan. Los expertos pro falsedad se han mantenido después de confirmar sus graves errores científicos en el juicio, en un misterioso silencio, y Deutsch ha empezado un procedimiento judicial contra el IAA y el fiscal por los daños sufridos por ser falsamente acusado.
Hace 3 años escribí a Prof. Goren para pedirle información sobre el método isotópico, y nunca me contestó, lo que es bastante raro en el mundo académico.
Todo el proceso científico y judicial demuestra la complejidad de tales casos, ilustra la prepotencia de determinados cientificos, que sobreevaluan su propia capacidad, la influencia de condicionantes ‘socio-politicos’ y opiniones personales, la dinámica `´social en los informes de comisiones científicos´(no querer ir en contra de la voz cantante), y la importancia de las evidencias físicas y sobre todo de la pátina.
Creo que es evidente que se debe distinguir entre pruebas blandas aportadas por ciencias como la epigrafía, filología, historiografía que al final son ciencias históricas que no pueden extrapolar lo desconocido, y pruebas duras que son aportados por las evidencias físicas. Las pruebas de las ciencias históricas deben ir acompañadas de pruebas duras físicas, una limitación que el mundo académico de las ciencias históricas no parece querer aceptar en este país. Unicamente un debate a fondo, abierto y multidisciplinario puede aportar información fidedigna.
Evidentemente, uno no deja de pensar en Iruña Veleia, leyendo estas líneas. Pero tenemos que señalar importantes diferencias también. En Veleia supuestamente los hallazgos aparecieron durante una excavación controlada. No se trata de unos objetos pero de centenares, y los objetos no tienen un valor económico porque son de facto propiedad de la Diputación.
Esto facilita la autentificación, porque se puede controlar si las piezas y sus inscripciones vienen efectivamente de los estratos indicados por los arqueólogos, y por la variedad de materiales y evidencias, que no son limitados a una pieza con pocas letras se dispone de muchas evidencias.
En el caso de Veleia, la pátina no ha sido investigado por ningún experto de manera fidedigna (imposiblemente llamar a Madariago un experto en pátinas), y la palabra pátina no aparece en el informe Navarro. Prof. Goren pretendió que la pátina fuese un falsificado con cal y agua caliente. Se le ha pedido demostrarlo durante el juicio, y la pseudo-pátina era tan fragil que con simplemente tocarla desapareció, invalidiendo por completo su teoría.
Esperamos que en el caso de Veleia veremos también demonstraciones tan científicas.
En su artículo Hic et Nunc (2011), Prof. Gorrochategui cita a Yuval Goren como un apasionado luchador contra falsificaciones biblicas. Quizás hace falta menos guardias y más ciencia, y quizás la noción que las verdades científicas pueden ser efímeras:
Me parece que existen bastantes puntos en común en el trasfondo de esta falsificación veleyense y muchos de los hallazgos espectaculares de la arqueología biblica en los últimos años. Son reveladoras las siguientes palabras de Y. Goren, profesor de arqueología de la Universidad de Tel-Aviv, que apunta certeramente a los fundamentos del fenómeno y reflexiona sobre los peligros, que como verdaderos caballos de Troya, se ciernen sobre la actividad academica responsable:
«We biblical archaeologists must now decide whether we are ready to remain in this fools’ paradise or fight back in order to bring science back into our discipline. For my grandfather, who was a very orthodox Jew, the question whether there was a Temple in Jerusalem or not was completely irrelevant to the depth and sinceriry of his faith. He never needed a dubious ostracon, written in dodgy biblical Hebrew and coated by a layer of modern lime and wax, to malce his belief stronger. I am confident
that the discovery of the James ossuary has not served to bring more people into the belief in the historiciry of the Gospels. Perhaps the opposite is true. But for those of us who care about the future and integriry of biblical archaeology and history, the Jerusalem syndrome in archaeology is a question of life and death – either we fight against it or we lose any trace of scientific dignity».
¡scientia vincere tenebras!
Dedicado a Amnon Rosenfeld por su valor y capacidad científica, y su resistencia durante una década a la presión institucional y académica en búsqueda de la verdad.
(Con asombro aprendimos la trágica muerte el 10 de julio en un accidente de tráfico cerca de Jerusalem de Amnon Rosenfeld, que tuvo la amabilidad de contestar a las preguntas de uno de nosotros durante los meses anteriores, y que publicó su último artículo sobre el caso el día de su muerte – sin querer insinuar que hubiese una relación).
Para saber más
http://www.antiquities.org.il/article_Item_eng.asp?module_id=&sec_id=17&subj_id=175&id=266
http://sos-veleia1.wdfiles.com/local–files/start/Authenticityexamination.pdf
Krumbein W. E. (2005) Preliminary Report: External Expert Opinion on Three Stone Items, n.p. Biblical Archaeology
Review. Finds or Fakes, Biblical Archaeology
http://www.forananswer.org/Top_General/James_Ossuary_Report.pdf
Archaeometric analysis of the “Jehoash Inscription” tablet. Journal of Archaeological Science, 35(11), 2966-2972.
Gorrochategui, Joaquín (2011)
«Hic et nunc. Falsificaciones contemporáneas. El caso de Iruña-Veleia.»
El monumento epigráfico en contextos secundarios: procesos de reutilización, interpretación y falsificación 7 (2011): 241.
Implications of the “Forgery Trial” Verdict on theAuthenticity of the James Ossuary
http://www.bibleinterp.com/PDFs/JamesOssuaryverdict.pdf
James, Brother of Jesus: The Forgery Trial of the Century.
http://www.biblicalarchaeology.org/free-ebooks/james-brother-of-jesus-the-forgery-trial-of-the-century/
The Authenticity of the James Ossuary. Open Journal of Geology, 4(03), 69.
Amnon Rosenfeld (2014)
Geological Survey of Israel
The Antiquities Game – Behind the Trial of the Century
http://www.bibleinterp.com/articles/2014/07/ros388011.shtml